Soy
estudiante de arquitectura en 5° año en la facultad
(de la ciudad y los territorios) de Marne La Vallée
de Paris, Francia. El año pasado, estuve seis meses
en intercambio en la FADU-UBA
(catedra Solsona). En el marco
del curso de Sébastien Marot, sobre el arte de
la esperanza, escribí un texto, un mensaje de esperanza,
que me gustaría compartir con mis amigos latinoamericanos.
Lo llamé "Manifiesto del Nuevo Mundo".
No es un discurso de arquitectura, más bien un discurso
de "filósofo-artista", que supongo que es
lo que tiene que ser el arquitecto de hoy para participar
del cambio. Ya se los traduje. Que me perdonen el estilo.
Gracias por su atención y felicitaciones por su trabajo.
Y que siga la lucha. Un abrazo desde Paris, la ciudad
de Cortázar.
Manifiesto
del Nuevo Mundo
Yo,
europeo del siglo 21, no solo soy un espíritu crítico
sino ante todo un espíritu creativo.
La
esperanza no es una idea abstracta, es un sentimiento
como lo son el amor, el odio, el sentimiento de miedo
o de inseguridad.
El
sentimiento no es una cosa irracional, ni tampoco algo
innato. Es algo que se fabrica en la mente de cada uno,
sea a partir del trabajo de la memoria, sea a partir
del trabajo de la fantasía y de la imaginación.
Por
ejemplo, el sentimiento de inseguridad es más un fantasma
que una realidad vivida.
El
sentimiento es el arma de los políticos para manipular
a la gente.
Yo
creo que la vida del hombre está basada en el miedo,
el miedo a la muerte, el miedo a la soledad, el miedo
a los otros, el miedo al fracaso, y en su voluntad de
superar esos miedos.
Pero
no hay razones objetivas para tenerle miedo al futuro,
porque con gente como nosotros será inevitablemente
mejor, porque la vida, el amor, la justicia y la libertad
siempre triunfan.
Como
decía el Che: “No creo que seamos parientes muy cercanos,
pero si sos capaz de temblar de indignación cada vez que se comete
una injusticia en el mundo, somos compañeros,
que es lo más importante.”
Pienso
que la clave es redefinir lo que es sagrado para nosotros.
Si la madre Tierra (la Pachamama) es más sagrada
que el dinero. La religión del dinero no es una religión
porque pertenece a los que se pretenden «razones puras»
liberadas de todo sentimentalismo.
Esta
gente no tiene esperanza.
El
progreso técnico que se transforma en dominación y destrucción
de la naturaleza no conlleva el progreso de la humanidad
sino, al contrario, produce una pérdida continua de
la libertad de los hombres y de las mujeres.
El
futuro es libertad.
La
libertad es decir lo que uno siente.
Mi
esperanza son ustedes (y en particular las mujeres).
La
utopía no es una isla, la utopía es el mundo real.
Acojamos
el Pachakuti con alegría.
Mil
gracias a la radio La Tribu por educarnos.
Joan
Sidawy, martes 16 de noviembre de 2010, París.
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Amigos,
les invito a leer una columna que nos publicaron en
primera plana de la sección Vivienda de El Tiempo, basada
en un estudio que desarrollamos hace unos meses atrás
mi esposa y yo: Finca
raíz, un negocio en construcción; estudio para Bogotá
revela tendencias de las empresas del sector.
Gracias.
Carlos
Peña, Bogotá
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Estimado
Marcelo Corti: de la lectura de Penurias
del patrimonio moderno, publicado en la 0.3
del Clarín DARQ del 15 de noviembre pasado, se desprende
un error de evaluación cuando cita "La
casa de Wladimiro en Bahía
Blanca fue modificada hace algunos años sin atención
a su lógica espacial originaria". Por haber
sido distinguido mi estudio, para la puesta en valor
de la Casa Pillado, le agrego
en los dos archivos adjuntos los antecedentes
de nuestra participación. Considero que todo
periodista, cuando realiza una cita, en un diario de
alcance nacional, debe, como mínimo, nutrirse de información
certera y confiable. Seguro de que la lectura de la
documentación agregada en los adjuntos, más toda la
disponible, servirá para salvar la errónea apreciación.
A la espera de vuestra respuesta, lo saludo en forma
distinguida.
Ricardo
Raúl Trobiani Rognoni,
Bahía Blanca
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Marcelo:
está bien tu nota sobre el patrimonio moderno en el
DARQ
de Clarín. Sin embargo, en mi calidad de tomwolfista
de la primera hora, rechazo absolutamente el tramo
en el que le endilgás cierta crítica al Movimiento Moderno que no creo
que haya formulado exactamente de esa manera, salvo
que se me haya escapado algo. Algo de eso pone Wolfe
en "¿Quien le teme al Bauhaus
feroz?" cuando relata la bronca de los operarios
de fachadas decoradas cuando pasaban delante de las
nuevas torres vidriadas neoyorquinas, puteando porque
los estaban dejando sin trabajo, mientras que los modernos,
al mismo tiempo, justificaban sus decisiones proyectuales en que "ya no había buenos artesanos"
para trabajar al modo antiguo. He dicho.
Mario
Sabugo, Buenos
Aires
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La
histórica
iniciativa del Ya Basta!
para terminar con los barrios privados en Rosario, impulsada
por Giros
pero que le pertenece ya a los más amplios sectores
de la ciudad, pretende ser frenada por el ejecutivo
engañando a la población.
Más
allá de la gravedad política de que el intendente no
haya salido a fijar su posición y se negara sistemáticamente
a la pregunta de los periodistas, la respuesta del ejecutivo
es lisa y llanamente mentirosa.
El
no poder admitir públicamente el rol central de su gestión
en favor de los barrios privados hace imposible la articulación
de un discurso político a tales efectos. Se opta entonces
por la tecnocracia de Mirta Levin
y hablan a través de los medios de la fundación libertad
(on24) encargados de articular su discurso de oposición
a la ordenanza del ya basta (“Desde
el Palacio de los Leones afirman que nunca se impulsaron
los barrios cerrados pero que no habrá demoras para
“derogar la ordenanza de los barrios privados”. No obstante,
especificaron que el modelo a seguir es el de los Parques
Habitacionales como el Ludueña.
De prosperar, dudosamente pueda ser evaluado
como un triunfo por parte de Giros”).
La
secretaria de planeamiento plantea que el municipio
no comparte el espíritu de los barrios privados, que
estos son inexistentes en la ciudad y que la gestión
Lifschitz no los impulsa.
Los
datos concretos de la realidad desmienten a la funcionaria,
ya que en el plan urbano aparecen 3 nuevos barrios privados:
Los pasos del jockey (4 barrios en uno), Palos verdes
y Newbery.
La
cuestión se agrava cuando propone que, a cambio de la
ordenanza del YA basta!, el
ejecutivo enviara otro proyecto que instale la figura
de Parque Habitacional. Para esto, se utiliza de ejemplo
a Los Pasos del Jockey, diciendo que no es un barrio
privado, porque a cambio se cede tierra para uso público
(¡!). La realidad es que Los Pasos del Jockey no solo
es un barrio ultra cerrado (llegando al extremo de que
“están conectados entre sí a través de puentes, así
los propietarios pueden acceder a las aéreas de esparcimiento
y deportes comunes sin necesidad de salir del complejo”)
sino que es el barrio privado más grande de Rosario. Y fue esta gestión
la que lo impulsó y lo usa de ejemplo. Si Los
pasos del jockey (repetimos, 4 barrios en uno) no son
un barrio privado, entonces ¿qué es un barrio privado?
El
silencio por parte del intendente ante un tema de extrema
sensibilidad e importancia en la ciudad como son los
barrios privados, se debe sin duda a lo inconfesable
de sus intereses. Simplemente no puede decir lo que
piensa porque quedaría demasiado expuesto ante la ciudadanía
progresista y ante su partido (que lleva por nombre
nada más y nada menos que Partido Socialista). Entonces
prefiere evadir las preguntas de los trabajadores de
prensa y salir a confundir a la sociedad sin dejar clara
su opinión. Detrás de la débil explicación de que “no
impulsamos los barrios privados y sí los parques habitacionales”
se esconde lo que en realidad debería decir: “no estamos
en contra de los barrios privados, pero sí les pedimos
algunas cosas a cambio”. Esto es, en definitiva, el
modelo de convenios urbanísticos público- privado que
nos cansamos de criticar y mostrar con pruebas concretas
por qué no funciona y sigue siendo una política neoliberal
de gestión de ciudad: La ciudad se expande a costa de
cerrar grandes porciones de territorio para su privatización,
a cambio de alguna infraestructura pública o donación
de vivienda social. Y allí reside el problema y la imposibilidad
de Lifschitz de articular un discurso político: sin barrios privados
su modelo de gestión es inviable.
Por
último, la reflexión política no puede dejar de lado
el significado de que la respuesta más concreta a la
ordenanza del Ya Basta! haya
sido de la Fundación Libertad.
Cuando gritamos “Ya Basta!
Los monopolios no gobiernan la ciudad”, lo que estamos
diciendo es que no pueden ser los grupos privados quienes
deben hacer una valoración positiva o negativa sobre
un hecho político que sucede entre la ciudadanía y el
estado (en este caso, el triunfo o fracaso de una ordenanza
impulsada por un movimiento social autónomo y el aval
de 15 concejales). Se pone en evidencia que la voz primera
sobre las necesidades de la ciudad, o de un sector de
ella, está en manos de unos pocos.
Ante
este panorama, caracterizado por la incapacidad de articular
discursos que ataquen el contenido político de una propuesta,
(y la voracidad de los grandes intereses concentrados
en ocupar rápidamente ese lugar), se refuerza una las
grandes motivaciones que la iniciativa del ya basta!
lleva aparejada de forma ineludible: la capacidad de
los movimientos sociales autónomos de generar medidas
contundentes que obliguen a dar debates de fondo; que
impulsen a la totalidad de los sectores políticos a
adherir y acompañar la propuesta y que involucren a
los más amplios sectores de la ciudadanía en un debate
fundamental para la ciudad.
El
debate está abierto, la propuesta lanzada, los datos
son claros. Solo resta decidir y avanzar en la concreta
transformación de la ciudad. En definitiva, en la dignidad
de los territorios.
Juan
Monteverde y Manuel Salinas, Rosario
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Agradecemos
los mensajes y el aliento de Nené Calluso, Ramón Martínez Guarino, Jaime Sorín y a todos los
suscriptos en el mes de noviembre.
Con
especial agradecimiento a los/as estudiantes del Curso
Gestión de la ciudad: Movilidad espacio público y medio
ambiente.