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AÑO 8 - NUMERO 81 - Julio 2009

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Título Subtítulo Ciudad
Número Revista
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La mirada del flâneur (Arquitectura de las ciudades)

Errores y “embarradas” arquitectónicas y urbanísticas en Bogota

“Feo, antifuncional, desproporcionado, etc.” I Por Francisco Pardo Téllez

 

Vale la pena aclarar que hablaremos del espacio modificado por el objeto arquitectónico, puede ser toda una construcción o varias que conformen un conjunto con características homogéneas y usos determinados, o ser simplemente un espacio dentro o fuera de las construcciones que es alterado por una determinación tan sencilla como puede ser el color.

Se entiende además que el arquitecto, en función de sus capacidades, de sus experiencias y de sus gustos, planea y realiza una serie de procesos de diseño para responder con un proyecto a toda una serie de requerimientos (programa) definido por los posibles usuarios o por los promotores, procurando aportar con su técnica la mayor funcionalidad y estética posible para dar respuesta adecuada al tiempo y al espacio de cada proyecto.

Es posible que la respuesta de un arquitecto sea diferente en el tiempo a las mismas determinantes y lugar; así como distintas son las respuestas de otros colegas a unos mismos requerimientos y lugar; entonces, la validez o no de una propuesta esta condicionada a la claridad y coherencia del proceso desarrollado.

Por lo tanto, los errores o “embarradas” pueden deberse a fallas dentro de los procesos del diseño, deficiencia de información, falta de experiencia y preparación para ejercer la profesión, ignorancia crasa de proporciones, de escala, de los procesos constructivos o por falencias de coordinación técnica, desconocimiento de las normas vigentes, de las referencias inmediatas, de los usos y de los usuarios, etc. En fin: faltas graves de ética.

Lo grave es cuando estas falencias del proyecto se hacen realidad en la obra, Y más cuando es en el proceso constructivo donde se omiten o se modifican partes esenciales del proyecto previsto sin razones técnicas justificables (partes tan esenciales que incluso el sentido común las reclama).

 

Vivienda Informal, Av. Las Villas, Bogotá, FPT


Otra cosa bien distinta es la “Arquitectura sin Arquitecto”, son las expresiones arquitectónicas de personas que no tienen acceso al conocimiento profesional, y cometen despropósitos; entonces, ¿los errores u horrores del empírico son un atentado a una técnica desconocida, o más bien son una culpa latente del arquitecto, un gremio aislado, que no quiere acompañarlos ?

La apreciación estética es afortunadamente subjetiva. Cada tiempo puede determinar de acuerdo a los recursos una expresión de identidad estético-cultural que puede relacionarse o no con el contexto general, o ser más coherente con la trayectoria del autor del proyecto, o con su planteamiento especifico, etc.

Barrio La Merced, Bogotá,  FPT        


En el barrio La Merced hay un edificio de Triana que rompe con todo el contexto urbano y marca una distancia entre “las falsificaciones inglesas” del barrio; sin embargo expresa mejor su presencia en tiempo y espacio, es más honesto y funcional, mantiene respetuoso la escala de las alturas del sector. Para muchos, aparte de “feo” fue y es una “embarrada”, concepto del que difiero.

“Feo” es un adjetivo subjetivo, una calificación estética muy personal, cuyos grados de “fealdad” pueden variar dependiendo de cada observador; por eso no puede, ni debe, considerarse como “una embarrada”, así se difiera bastante del gesto estético del autor. Otra cosa es cuando a esa diferencia de conceptos plásticos se le agregan calificativos como “antifuncional”, “impactante”, “desproporcionado”, etc.

ONLY, Chapinero Cra. 13 x Cll 59, Bogotá 


Don Clodoveo Rodríguez, un comerciante venido a más, se afanó por dejar su impronta urbana y comercial con sus Almacenes ONLY, la mayoría de ellos construidos en forma ilegal, sin Licencias de Construcción o con estas amañadas, sin cumplir por ello con las más elementales normas de funcionalidad, de seguridad y de resistencia. El poder del dinero, la mordida y las osadas amenazas tumbaron al Director de Planeación Distrital, pero no a sus edificios, que pese a todos sus pecados aún siguen demostrando el poder del oro... y del moro.

Pasaje Hernández, Cra. 8-9 x Cll 12- 13, Bogotá


La codicia y la envidia de los mercaderes han transformado a la ciudad. Los Centros Comerciales, iniciados en Bogotá con el desaparecido Pasaje Rufino Cuervo (1908), o los aún presentes Pasaje Rivas (1910),) y Pasaje Hernández (1918), con un espacio interior iluminado y protegido, se han convertido (en una ciudad a veces lluviosa e insegura) en el reemplazo del “ágora” o plaza principal como lugar de reunión, de actividad comercial, de “playa” (para mirar y ser mirado). Pero muchas veces su localización (accesibilidad urbana), su distribución interna (funcionalidad), su calidad de espacio resultante (estética) no son garantía de su éxito comercial y financiero, y pueden llegar a convertirse en costosas “embarradas”. Lamentablemente hay muchas con locales desocupados en la ciudad, y pese a ello se siguen y se seguirán construyendo más, de diferentes tamaños, formas y calidades, por que el Centro Comercial, sin “querer queriendo”, se convirtió en el referente del progreso urbano, ajeno siempre al lugar y las características de su entorno inmediato.

La Ley 100, la de la Salud Obligatoria, transformó al médico o, mejor, descubrió en él su faceta de mercader y ahora anda compitiendo contra los vendedores de automóviles y los de comidas rápidas localizando sus clínicas, sus consultorios, sus centros de diagnostico y de atención médica en las “mejores esquinas de la ciudad”, olvidándose del impacto urbano que generan y de que recuperar la salud requiere  cierto grado de confort, de aislamiento, de calidad de espacio, como lo dictaban las viejas costumbres médicas. Hoy, lamentablemente, el negocio de la salud, con la desidia y complicidad de la Administración, opera generalmente en viejas e impropias construcciones, mal adaptadas y sin el cumplimiento de mínimos requerimientos de accesibilidad, funcionalidad e higiene.

 

Jardín Infantil, Zona Suba Av. Boyacá, Bogotá, FPT  


En la ciudad, la Educación, al igual que la Salud, truncaron su noble apostolado por el negocio innoble. Cualquier decoración de fantasía convierte milagrosamente una casa vetusta y oscura en un castillo ideal para una Guardería o Jardín Infantil. El garage,  después de ser tienda o, mejor, local comercial dedicado a glamoroso Salón de Belleza, con una mínima inversión (incluida la invitación a los funcionarios del caso), de la noche a la mañana se convierte en Universidad. La rentabilidad del negocio pronto permite nuevos cambios y adiciones, sin importar que el impacto urbano de su actividad lesione o deprima el ámbito inmediato: más bien son cómplices (o mejor, “son socios”) rectores y profesores de cafeterías, restaurantes, “rumbeaderos” y otros “metederos” que aparte de locutorios y fotocopias van apareciendo para atender la demanda estudiantil, que ante las falencias de campos deportivos y parqueaderos en sus instalaciones termina abusando del espacio público.

Estos males o “embarradas” de la Educación en la ciudad informal, a las que nos hemos acostumbrado, tienen afortunadamente su contraparte en las distintas instituciones que han venido consolidando sus “campus”, no solo con especial calidad espacial interna, sino también con una respuesta adecuada a la escala urbana de su entorno. Pero cuando el proceso, por una decisión administrativa, implica la migración, el abandono de varios siglos de actividad y permanencia, como es el caso de la Universidad El Rosario que se traslada al norte, a la calle 200, ¿sería esto una “embarrada”?

A lo largo de la historia de Bogotá hay cientos de “embarradas”, no todas necesariamente arquitectónicas o urbanísticas, aunque su resultado así lo pareciera. Dependieron en muy buena parte de las decisiones administrativas de funcionarios muy obstinados que impusieron su capricho (pese al consejo de los expertos) o de funcionarios laxos que fueron manejados impunemente por otros intereses.

Tren de La Sabana 1919

La movilidad, como parte significativa de la vida de la ciudad y de su relación con el mundo, es un campo en donde se pueden encontrar numerosas “embarradas”, como fue el caso de la integración férrea entre el tren que subía jadeante desde Girardot en una trocha de yarda y pretendió integrarse con el tren de la Sabana (1888), construido en una trocha de metro, razón por la que Facatativa se convirtió por largos años en un obligado lugar de transferencia hasta que se accedió a unificar en yarda la trocha (1924).

 

Tranvía Eléctrico, Cra. 13, Bogotá, BVLA

Troncal Av. Caracas, Administración Pastrana 1990, Bogotá
 

Del Tranvía de mulas al Tranvía Eléctrico fue todo un proceso que le brindo un cierto grado de comodidad, elegancia y funcionalidad a la ciudad. Otros intereses le permitieron a Fernando Mazuera justificar con el vandalismo del 9 de Abril de 1948 la pavimentación de los rieles y el destierro del tranvía para dar paso al transporte público con buses, incluidos los “Trolleys” que, pese a su tamaño, capacidad y requerimientos, circularon parte de su ruta por una calle estrecha y secundaria, para luego morir en un olvidado lote por la indolencia de un sindicato y los nuevos intereses de los transportadores.

“Embarrada” fueron la improvisación y las lanzas de la Troncal de la Caracas, legado de Pastrana y preámbulo del TransMilenio, sistema que pese a sus defectos y a las malas administraciones ayudo a superar los problemas de inmovilidad de la ciudad, pero que ahora por el populismo y el narcisismo del Alcalde Moreno está amenazado por un etéreo y posible Metro, por que nos hemos acostumbrado a borrón y cuenta nueva ante cualquier dificultad.

Colapso arborización, Usaquén, Bogotá

Y que decir de la importación e implantación masiva en los años `50 de especies arbóreas foráneas que, como Pinos, Eucaliptos, Acacias y Urapanes, desplazaron a las especies nativas y además no son consecuentes con el clima, el tipo de suelo de la ciudad y el diseño urbano, debiendo ser reemplazadas silenciosamente, y poco a poco en los últimos años (no sin dejar de pronto algunas fuertes improntas).

Granizada e Inundación Cll 26, Bogotá

Osadías, Canteras Bella Vista, Usaquén, Bogotá, FPT


“Embarradas Urbanas” debidas a la falta de previsión y mantenimiento de las redes de la infraestructura de la ciudad se perciben solo en momentos muy especiales, cuando colapsan y generan tragedias, incrementados por condiciones adversas del clima. Sin embargo, la desidia y la falta de autoridad han generado amenazas mayores que las de un “edificio feo, antifuncional o mal ubicado”: nos hemos acostumbrado a convivir con osadías estúpidas como construir bajo las redes de alta tensión, invadir las zonas de ronda, asentarse en zonas de alto riesgo, olvidarse de las tristes experiencias de un país, de una ciudad con alto grado de amenaza sísmica para seguir construyendo con fragilidad.

FPT

El autor es arquitecto, vive y trabaja en Bogotá, Colombia.

 

Sobre arquitectura en Bogotá (pero en este caso, buena arquitectura…) ver Bogotá Moderna, edición monográfica del número 24 de la revista universitaria del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAB-ETSAV UPC, editada por Miguel Mayorga y Maria Pía Fontana y dedicada a una arquitectura muy poco estudiada que ha configurado el centro de la ciudad capital de Colombia.

 

Ver también en café de las ciudades, entre otras notas sobe Bogotá:

Número 55 I Política de las ciudades
La vivienda en el desarrollo humano de Bogotá I El subsidio a la demanda, la calidad urbana y las ataduras del pensamiento I Ismael A. Molina Giraldo

Número 42 I Tendencias
Bogotá y su sabana I El fenómeno de la suburbanización física y demográfica. I Carlos Roberto Peña Barrera

Número 37 I Economía de las ciudades
Instrumentos para la recuperación de plusvalías en Bogotá (III y última) I Instrumentos, estudio particular de un caso y conclusiones. I Gloria Henao González

Número 32 I Lugares
Bogotá y sus dos modernidades I Un Foro Internacional del Espacio Público estimulante y civilizado, en una ciudad donde la cordialidad y la cultura ciudadana compiten con la lógica de los bunkers. I Marcelo Corti

 

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Cultura de las ciudades (I)
François Ascher
Pensamiento crítico y acción en la sociedad hipermoderna I Por Jordi Borja

Como  sociólogo está demasiado atento a las nuevas dimensiones de la modernidad, como actor político aspira a obtener resultados concretos, como persona es demasiado “partidario de la felicidad” para soportar la rigidez malhumorada. A partir de los años ‘80 desarrolla una importante carrera académica, de investigador y ensayista, independiente, pero sin abandonar sus motivaciones políticas y su vocación “práctica”. Sus campos de interés se amplían al conjunto de fenómenos que permiten analizar las dinámicas urbanas, hacer prospectiva de la ciudad y de las formas de vida: el turismo, los transportes, las identidades culturales, el individualismo moderno, las nuevas tecnologías urbanas,  la economía “cognoscitiva”, la evolución de la relación espacios-tiempos urbanos, etc.

 
La Casa Rizoma: habitar en el siglo XXI
Reflexiones sobre una obra de Iñaki Abalos I Por Antonio Moll Moliner

La propia naturaleza está llena de rizomas. Las ratas cuando huyen forman rizoma. La mala hierba es rizomática, siempre crece según una rama u otra, crece en los espacios-entre, en los vacíos. Las hormigas son un rizoma, es imposible acabar con ellas, porque siempre se reorganizan según unas u otras de sus líneas. Incluso sus hormigueros son rizomas. Complejas redes de transporte, alimentación o defensa definen sus hábitats, los hormigueros. La pantera rosa convierte todo aquello que toca de color rosa, expandiendo su dominio, fusionándose con su entorno, apoderándose de lo que le rodea.
Cierto es que se repiten modelos de organización y orden de la materia a muy distintas escalas.

Lugares
Holly Benares: Varanasi
Incredible India (IV) I Por Laura Wainer

La ciudad parece nacer desde el río, brotando desde la construcción de la barranca, alguna vez natural y hoy convertida en una sucesión de escaleras por donde se desciende desde los templos hacia el agua. La vida pública de Varanasi se concentra sobre esta costa construida, ese es el escenario de todos los rituales de la principal ciudad espiritual del hinduismo, religión que congrega al 82% de la población nacional (unas 902 millones de personas). Los empinados escalones se intercalan con descansos donde los peregrinos pasan horas y hasta días enteros, mientras los turistas sacan fotos. Es allí mismo, desde la parte más alta de las escalinatas, donde se abren infinidad de calles y pasajes que llevan a  los bordes de la ciudad, porque el corazón y centro de la misma es el Ganga.

 
Inflexiones Urbanas
Fábio Duarte y Clovis Ultramari: la difícil tarea de ser “voyeurs de nosotros mismos I Por Marcelo Corti

Los autores definen un tema de reflexión, como es en este caso el de las grandes mutaciones o inflexiones que sufren las ciudades y metrópolis contemporáneas, lo remiten a un tiempo específico (que para este libro podríamos fijar aproximadamente en el comprendido entre la crisis del fordismo y la actualidad) y lo cruzan por una variedad pertinente de dimensiones espaciales y temáticas. Así, el análisis de Duarte y Ultramari abarca los procesos de cambio (y las condiciones y formas de esos cambios) en ciudades del mundo desarrollado, de nuestro contradictorio continente americano y del mundo más pobre: la misma estructura de abordaje de las cuestiones urbanas permite analizar realidades tan diversas como las de Curitiba, Montreal y la angoleña N´Dalatando.

 
El escudo de la ciudad
Kafka entre la Utopía y la Globalización I Por Franz Kafka

La gente se decía: lo más importante de la obra es la intención de construir una torre que llegue al cielo. Lo otro, es deseo, grandeza, lo inolvidable; mientras existan hombres en la tierra, existirá también el ferviente deseo de terminar la torre. Por lo cual no tiene que inquietarnos el porvenir. Por lo contrario, pensemos en el mayor conocimiento de las próximas generaciones; la arquitectura ha progresado y continuará haciéndolo; de aquí a cien años el trabajo que ahora nos tarda un año se podrá hacer seguramente en unos meses, mas durable y mejor. Entonces ¿para qué agotarnos ahora? El empeño se justificaría si cupiera la posibilidad de que en el transcurso de una generación se pudiera terminar la torre.

Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Columna a cargo de Mario L. Tercco.

En este número: Terquedad Electoral

 

El Cordobazo según Arquímedes, un comunicado de La Alameda, un concurso, nuevas organizaciones, elogios varios y consultas desde Buenos Aires y Neuquén.

 

Curso de Rehabilitación de los Centros Históricos y Barrios Degradados: planeamiento y gestión, en La Habana - Herramientas para un observatorio del hábitat popular - La ciudad viva, en Quito - Entre lo real y lo virtual, dinámicas urbanas y TICs en Madrid - Convocatoria sobre TICs e Infraestructuras Urbanas Móviles y Ubicuas - Beyond Media 2009, en Florencia - Investigación Proyectual en la FADU-UBA - Espacios urbanos, en Proa - Master Laboratorio de la Vivienda del siglo XXI - Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología, en Buenos Aires - Los antropólogos analizan la segregación urbana, en Buenos Aires - Cuando Hollywood se hace en Bogotá - La ciudad dividida (el olvido en la memoria de Atenas) - Proclama Ambiental de La Paz - Boletin Derecho a la Vivienda y a la Ciudad en América Latina - Movilidad en crisis (autopista o peatonal), por Guillermo Tella - La dignidad de lo durable, por Fernando Diez - “Siempre que la vida de las personas sea buena, la ciudad será buena”.

 

 


 

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Editor y Director: Marcelo Corti
Diseño:
Laura I. Corti
Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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