
Caroline
de Saint-Pierre es socióloga de formación y en 1990 estaba
interesada en el fenómeno de las pandillas juveniles. Volviendo
a su Francia natal desde California, donde había trabajado
sobre la cuestión de los gangs chicanos, una asociación
de prevención de la delincuencia le pidió en 1990 un estudio
sobre los grupos de jóvenes en un barrio recién construido
de la ville nouvelle
de Cergy-Pontoise, en la periferia
parisina. Interesada en el contexto de “ciudad nueva”, decidió
quedarse más tiempo en el lugar para trabajar sobre diferentes
temas (asociación, espacios públicos, vida cotidiana, proyecto
urbanístico y social, relación de los habitantes con el
sitio, significaciones de “ciudad nueva” para los diferentes
actores) y realizó a partir de esta experiencia una tesis
en antropología social y etnología en la École des hautes
études en sciences sociales (EHESS), con Gérard Althabe.
“Trabajé también en otros suburbios de Paris
en la misma época y esa situación me permitía comparar lo
que sucedía en la ciudad nueva con lo que sucedía en los
Grands Ensembles”, nos explica Caroline al comenzar
la entrevista. De estas investigaciones surgieron su libro
“La fabrication plurielle
de la ville: décideurs et citadins à Cergy-Pontoise 1990-2000”
(Creaphis, 2002) y la película “Intérieurs
ville” (con el realizador de documentales
Olivier Segard), que mezcla imágenes de la ciudad, relatos
de urbanistas y habitantes, imágenes de archivos y acontecimientos
a lo largo de un año en la ciudad (carrera ciclística, mercado,
día de los asociaciones, etc.) y entrevistas de historia
de vida de habitantes de diferentes barrios. La siguiente
entrevista, realizada entre París y Buenos Aires, nos permite
indagar en la evolución y situación actual de una de las
nuevas ciudades francesas ideadas en la década del ’60.

cdlc:
En un contexto mundial
de preocupación por el descontrol de la urbanización de
las periferias (edge cities, ciudad difusa, ciudad territorio,
ciudad de ciudades, etc.), resulta interesante repasar la
historia de las nuevas ciudades europeas a cuarenta años
o más de su planteo programático y su construcción. Tu mencionas
en tu libro la orden que De Gaulle da a su equipo en el
sentido de “poner orden en este burdel de las periferias”
(una palabra que coincide con la no muy elegante de “quilombo”,
de idéntico significado literal, y que en Argentina se usa
mucho para describir ese tipo de situaciones descontroladas
de la periferia...). Con el tiempo transcurrido, ¿que evaluación
general se puede hacer de una experiencia como la de Cergy-Pontoise,
cómo modelo de desarrollo metropolitano alternativo al de
la “banlieu” y los Grands
Ensembles?
CdSP:
Los estudios que se hicieron hace poco sobre la evaluación
de las 5 ciudades nuevas en la periferia de Paris
(Evry, Saint Quentin en Yvelines, Marne-la Vallée, Sénart,
Cergy-Pontoise) demostraron que (salvo Senart) cumplieron
el papel de polo de atracción para el cual habían sido construidas
en distintas partes de la región parisina: es decir,
de desarrollarse como centros económicos, culturales, comerciales,
administrativos para estructurar sus respectivos sectores
en los alrededores de Paris. Cada una de las ciudades desarrolló
una historia diferente y es bien evidente, 40 años después,
que la situación de cada una no es la misma. El programa
de investigación mostró también que la gente de las ciudades nuevas ha echado raíces, si se observa que
las mudanzas de sus habitantes se hacen en el mismo sector
más que hacia otros lugares.
En
cuanto a Cergy-Pontoise, se considera que tuvo éxito no
solo en ofrecer posibilidades de residencia diferentes (alquiler
o acceso a la propiedad, vivienda colectiva o casa individual)
sino también de trabajo (por la instalación de numerosas
empresas), de transporte, de comercio, de oferta de cultura,
de diversiones…
Es
la diferencia con los “grands ensambles”, que proponían
solamente alojamientos de alquiler social, sin servicios,
lejos de los centros de las ciudades, aislados por la escasez
de medios de transporte y donde no llegaba otra gente que
no fueran los propios habitantes. Hay que tener en cuenta
además que no estamos en la misma escala; Cergy-Pontoise
tiene ahora casi 200.000 habitantes y diferentes centros:
a escala de barrio, a escala de la ciudad entera e incluso
a escala regional.
Por
cierto, la cuestión
urbanística no resuelve los problemas a nivel nacional,
como lo es el del paro y sus resultantes en términos de
marginalización económica y social. Cuando se construyeron
las ciudades nuevas el país estaba todavía en periodo de
crecimiento y de ascenso social para diferentes sectores
de la sociedad, pero pocos años después empezó la crisis
económica y afectó en primera instancia a la gente joven
y de poca calificación. En Cergy-Pontoise se ha construido
bastante alojamiento social
y la demografía se caracteriza por su juventud, eso
significa que una parte de la población estuvo entre las
primeras afectadas por situación económica de desempleo.
Lo que planteo en mi libro es que cuando empezó a hacerse
sentir con fuerza la crisis económica, la ciudad nueva,
que se promovía como muy diferente del resto de la “banlieu”
(apoyándose en la creencia “Changer
de ville, changer de vie”), tuvo que luchar para tratar
de no estar rebajada al estatuto de aquella, entendido en
el sentido de “barrios con problemas”. Y continúa todavía
confrontándose con esta doble
imagen, según se ponga el enfoque sobre tal o cual aspecto
de la vida urbana, tal o cual barrio o acontecimiento. En
cuanto a la gente que vive allí, según las encuestas,
a la gran mayoría les gusta la ciudad por su calidad de
vida, debido en gran parte a su fuerte dimensión verde,
sus grandes espacios, sus facilidades en la vida cotidiana
(comercio, equipamientos culturales y deportivos), su vida
asociativa y social.
cdlc:
¿Y
que ocurre con respecto a, por un lado, la mezcla social
y étnica y la integración de los distintos colectivos, y
por otro lado con respecto al grado de violencia en relación
con los conflictos relacionados a la inmigración y los episodios
de revueltas recientes?
CdSP:
Cergy-Pontoise es una ciudad donde se nota en las viviendas,
los espacios públicos y los equipamientos de proximidad
(deportivos, culturales, escolares) una población mezclada socialmente y étnicamente.
En términos de integración hay situaciones diferentes, hay
inmigrantes muy implicados en asociaciones y en las cosas
de la ciudad, y otros más alejados. Eso tiene que ver más
con la situación profesional que con el país de donde vienen.
Dentro de los inmigrantes es evidente en la ciudad una cierta
visibilidad de gente de clase media muy integrada; pero
se encuentran también pibes de familias de inmigrantes que dejaron
la escuela, a los que se ve esperando en ciertos espacios
públicos sin hacer nada y que a veces pueden estar en “cosas”
de delincuencia.
Me
llamó la atención en las diferentes elecciones que en los barrios nuevos de la ciudad siempre
fue muy bajo el porcentaje de gente votando para el Frente
Nacional (extrema derecha), a la diferencia de muchos
barrios populares de los suburbios de Paris y de otras grandes
ciudades.
Hubo
cierta violencia durante las revueltas
de 2005, de un grado mucho menos importante que
en otras ciudades; fue protagonizada por una parte de esa
población joven que está bastante afuera de los sistemas
escolares y profesionales.

cdlc:
Siempre
sobre esa cuestión: ¿hasta que punto el discurso de la Ville
Nouvelle como alternativa a la Banlieu sigue siendo válido
en la discusión política, sociológica y urbanística contemporánea?
En
primer lugar, es difícil hablar de un solo discurso de la
Ville Nouvelle, porque en 40 años ha habido muchos cambios
y todo depende también de la historia que desarrolló cada
una de las ciudades nuevas. Pero si uno piensa en cuanto
al proyecto inicial, por un lado se hicieron diferentes
críticas desde hace bastante tiempo, así que ahora no hay
una referencia a la ciudad nueva como modelo global, pero
por otro lado en otras ciudades se ensayaron las propuestas iniciadas en las ciudades
nuevas (¡aunque sin mencionarlo!). Por ejemplo, mezclar
diferentes tipos de alojamiento, construir pequeños edificios,
concebir “maisons de ville” como alternativa a las casas individuales, dar mucha
importancia a la naturaleza, ofrecer equipamientos de todo
tipo, promover la mixtura social.
cdlc:
¿Hasta
que punto la preocupación por el diseño físico (conjuntos
acotados en tamaño y altura, distinción de las partes, múltiples
opciones tipológicas, referencias históricas, etc.) contribuyó
a generar un tipo de ciudad que previene la anomia y la
falta de pertenencia característicos del urbanismo funcionalista
de la inmediata postguerra? ¿Y cuanto de esto puede deberse
en cambio al espíritu “pionero” de los primeros residentes,
su asociacionismo vocacional, su matriz ideológica (su mística,
si se quiere)?
CdSP:
Para contestar primero a la última pregunta: al inicio
hubo una tensión de este tipo, pero en realidad la diferenciación
no fue tan sencilla. Una parte de la gente que ya vivía
allí, en los pueblos o en Pontoise, estaba contenta de ver
que iba a desarrollarse todo lo que define a una ciudad
(escuelas, transportes, lugares culturales, comercios, etc.);
de esa forma en los pueblos se dividieron entre los que
luchaban contra las nuevas ciudades (por ejemplo, explotaciones
agrícolas) y los otros. En cuanto a los “pioneros” de vocación
libertaria o autogestionaria, encontraban
mas afinidades con los que trabajaban para el Estado y construían
la ciudad que con los políticos locales (muy conservadores)
o con la parte de los habitantes que no quería ver desarrollarse
la ciudad. En realidad, las personas de izquierda que tenían
un discurso en contra de las ciudades nuevas eran intelectuales
que se oponían al gobierno de De Gaulle y después a otros
gobiernos de derecha.
En
cuanto a la primera pregunta, yo creo que el urbanismo no lo puede todo, solo puede
contribuir a que la gente tenga posibilidad de crear pertenencia
y de sentirse bien, pero hay un conjunto de cosas (situación
económica, vida social, imagen del lugar…) que no se pueden
prever. Al principio, la arquitectura funcionalista en Francia
representaba el progreso, por traer comodidades. Los viejos
barrios de Paris, con habitaciones sin comodidad, no eran
atractivos para mucha gente y se destruyeron mucho en esta
época. Y también los barrios “grands ensembles” en la periferia
han tenido al principio una vida de asociación bastante
similar a la de la ciudad nueva…
La
ciudad y la sociedad están siempre en movimiento, así que
serian más las capacidades
de dinamismo, de adaptación de los lugares o de creatividad
de la sociedad local las que importan. En eso si puede
jugar un papel importante las asociaciones, pero no solo
ellas…

cdlc:
Por
un lado, ese espíritu de los primeros residentes y el que
guiaba a los proyectistas y gestores de Cergy-Pontoise puede
asimilarse al clima de época de los sesenta, el '68 y su
herencia. Por otro lado, algunos de los funcionarios designados
por De Gaulle para la creación de las nuevas ciudades venían
de las colonias, de Argelia en particular. ¿Puede verse
en esto una tensión entre diseño de gestión tecnocrático,
con alguna reminiscencia autoritaria, y vocación libertaria
o autogestionaria de los “pioneros”? En relación, por ejemplo,
con consignas tales como “changer la ville, changer la vie”.
O la prédica renovadora de los sacerdotes cristianos que
llegaron a Cergy-Pontoise en sus primeras épocas.
CdSP:
No había una gran diferencia entre la gente que venía
a trabajar a la ciudad nueva y los “pioneros” que venían
a residir ahí, porque ellos también tenían que vivir. La
diferenciación era más bien con el exterior: “es una ciudad
del estado, es burocrática, están haciendo lo mismo que
en las colonias”; ese discurso era más hacia el exterior
de la nueva ciudad, pero adentro no se vivió de esa manera,
porque los que venían a trabajar (aparte del director, que
era directamente nombrado por el primer ministro), los geógrafos,
urbanistas, arquitectos, etc., eran todos muy jóvenes, tenían
veintipico de años y pasaron mayo del 68 en Cergy-Pontoise,
ya estaban trabajando allí. Entonces el conflicto se daba con la gente que no quería la nueva ciudad, algunos
agricultores o gente que no tenían tierras pero las
explotaban (para los que tenían era una suerte venderlas),
pero dentro del pueblo viejo de Cergy había gente que quería
que hubiera una ciudad para tener mejor transporte, escuelas,
etc. Así que no todos veían la cuestión del Estado como
algo impuesto, como en las colonias, ni tampoco burocrático.
Dentro de la ciudad las personas estaban muy cercanas, fueran
empleados del Estado o no.
cdlc:
Pero
por ejemplo, ¿los encargados del diseño y la construcción
tenían antecedentes de derecha, o autoritarios?
CdSP:
No. Los que decidieron las operaciones y los lugares
para desarrollarlas tenían un pasado en las colonias, pero
los que trabajaron fueron jóvenes profesionales (salvo el
director) y tuvieron responsabilidades desde muy jóvenes.
Ahora ningún arquitecto puede trabajar en cosas tan importantes
recién recibido, pero ellos apenas habían concluido sus
estudios (algunos, ni siquiera eso) y tenían a cargo la
construcción de una ciudad. El director era una persona
muy singular e impuso, al comenzar la operación, que quienes
trabajaran en Cergy debían vivir allí, no en París.
Tenían los mismos problemas que todos, como por ejemplo
carecer de buenos transportes, y en realidad eran gentes
de izquierda. Estaban con los pioneros todo el tiempo.
cdlc:
Mencionas
en tu libro la tensión con los pobladores de las aldeas
existentes y los agricultores de la zona: ¿puede hablarse
del mito tecnocrático de que la ausencia de ciudad es “la
nada”', la típica expresión “se construyó en un lugar donde
no había nada”, cuando en realidad había un uso del territorio,
unas relaciones sociales, etc.?
CdSP:
Yo creo que en
esa época era más fuerte la creencia en el progreso
y la representación de que para avanzar había que mirar
al futuro. En este sentido, los agricultores aparecían como
orientados hacia el pasado y, por lo tanto, como un obstáculo
al desarrollo. Y eso vale no solamente para los constructores
de la ciudad sino también para los nuevos habitantes, que
los encontraban muy conservadores. No se entendía que podía haber otra lógica (cuestión de alteridad),
pero como los agricultores lucharon en seguida para no hacerse
expulsar, tuvieron que tomar en cuenta su presencia y sus
pedidos.

cdlc:
Describes
también la forma en que se construyen, desde la propaganda
oficial, desde los medios locales, desde el cine, etc.,
un discurso de la ciudad opuesta a la banlieu, la idea de
“ciudad azul y verde”, cuyo centro es la naturaleza. Expones
mecanismos de construcción de sentido o “lógicas de singularización”
como la personificación de la ciudad (atribuirle un carácter
análogo al de un ser humano), el planteo de un contramodelo
a la urbanización sin calidad de los loteos populares de
entreguerras y los HLM, la mencionada actuación por pequeñas
unidades, el discurso de la innovación (muy presente en
los relatos de los adolescentes que entrevistaste), etc.
Todos ellos inscriptos en la voluntad de transformar el
espacio en lugar, en la idea de que los ciudadanos habiten
su ciudad y no meramente habiten en la ciudad. Para decirlo
con tus palabras, “Si la fabricación de Cergy puede
ser considerado un caso ejemplar es porque pone en evidencia las modalidades por las
cuales se construyen las pertenencias y, por lo mismo, las
calificaciones de la ciudad contemporánea”.
¿Como asocias esta construcción de discurso con los mecanismos
más recientes del City Marketing?
CdSP:
Lo que me interesaba era ver de que manera se construyó
un discurso de la ciudad y cómo este se hizo de manera colectiva
y plural, no solamente por parte de los que deciden; había
una contribución, una interpretación, de los artistas, de
los habitantes a partir de su experiencia en el lugar, y
no era solo un discurso de los que administran. Yo creo
que una ciudad nueva tiene que dar sentido al proceso de
construcción para existir y hacer existir a los habitantes;
por eso se formó con diferentes aportes un “relato”
de la ciudad, como si fuera un personaje con una historia
propia y con rasgos distintivos… Si uno lo piensa, cada
ciudad tiene su historia (más o menos mítica), su imagen
y sus habitantes también se caracterizan de una manera
u otra; eso existía mucho antes del City Marketing.
Yo
creo que los mecanismos del City Marketing tratan a veces
de apoyarse en eso, de cambiar del todo la imagen existente,
creando otro discurso. Pero es como la publicidad: no se
controlan del todo los mecanismos y las repercusiones pueden
ser a veces muy parciales.
Ahora,
la ciudad de Cergy-Pontoise está mucho más en ese discurso
del city marketing y dejó bastante de lado lo de la ciudad
nueva, pero no veo que este discurso de marketing (más
dirigido a las empresas) tenga mucha repercusión en la población,
adentro o afuera de Cergy-Pontoise.

cdlc:
Por
otro lado, y considerando algo que también mencionas en
tu libro, a partir de la construcción mediática de la banlieu
conflictiva, ¿hasta que punto existe en el imaginario del
habitante parisino y metropolitano una consciencia de la
diferencia entre Cergy-Pontoise y la periferia sin calidad
(considerando especialmente las referencias de los entrevistados
a los edificios de “4 pisos”, la escala aprehensible, el
contacto con la naturaleza)? Y en sentido contrario (RER
mediante…), ¿existe una percepción del habitante de Cergy-Pontoise
de pertenecer a un lugar que podría llamarse París metropolitano,
se puede hablar de una población que se perciba a si misma
como parisina? Sobre esta misma cuestión, son notables las
diferentes visiones de lo metropolitano: la juvenil, contraria
a la campaña y lo estancado rural; la más madura, entendiendo
Cergy-Pontoise como lugar alternativo a la congestión.
CdSP:
Para la gente que vive dentro de Paris, la
periferia es como otro mundo que se conoce muy mal,
porque casi nunca se va, y no se la considera, salvo algunas
ciudades (como por ejemplo Versailles) por su historia.
Esto, a pesar de que hay mas o menos 9 millones de personas
que viven en la periferia y solo 2 millones en Paris intramuros,
y que de las encuestas surge que a la gente de la
periferia, en su mayoría, le gusta mas vivir fuera de Paris
que en el centro.
En
realidad, si bien la periferia esta muchas veces asimilada
a un lugar sin calidad por parte de los parisinos, para
la mayoría de los habitantes de la periferia no es así del
todo. Y no hay que olvidar que, aparte de las ciudades nuevas
y de los grands ensembles,
existe toda una variedad en términos de tipo de viviendas,
de barrios y de urbanismo, de riqueza económica y de tipo
de población según las distintas partes de la periferia.
Pero a pesar de eso, a los parisinos acostumbrados a vivir
en el centro no les hace mucha diferencia porque no les
interesa. A nivel socio-economico ocurre algo similar: hay
una gran diferencia entre la visión de unos y otros, los
que viven adentro y los que viven afuera de Paris, el centro
y la periferia.
En
cuanto a la gente de Cergy-Pontoise, le dan más importancia a ser de la ciudad nueva y solo después se pueden
percibir como pertenecientes del Paris metropolitano,
según su ciclo de vida, sus experiencias. Si no trabajan
en otro lugar, si vienen de la provincia o de otro sitio
de la periferia, si no tienen gente conocida en Paris centro,
pueden no considerarse como habitantes metropolitanos. Los
jóvenes que yo encontraba se consideraban de Paris metropolitano,
porque se movían mucho en diferentes partes y tenían gente
conocida en diferentes lugares. Pero me di cuenta que a
la gente con vida de familia, como la ciudad nueva les ofrece
muchas oportunidades, incluso a aquellos que habían vivido
en Paris centro, iban al centro muy poco, le importaba menos
a medida que pasaban los años y se sentían mas pertenecientes
a la ciudad nueva y a sus alrededores que a otra cosa. Así
que se pertenecería más a una parte de la metrópoli y no
a su conjunto.
cdlc:
En
las entrevistas a jóvenes mujeres, pareciera que las que tienen origen francés son más críticas con el entorno
de Cergy Saint Cristophe, mientras que aquellas que tienen
al menos un padre inmigrante tienen una opinión mucho más
positiva. ¿A que lo atribuyes?
CdSP:
En realidad no es tan así, la
diferencia estaría más bien en el grado de implicación de
la gente, no solo en lo político, sino en actividades culturales,
sociales, recreativas. Toda la gente que tiene actividades
en la Casa del Barrio es más proclive a tener una visión
que reconoce los problemas pero a la vez tratar de defender
la ciudad y mejorarla, y esta gente puede ser inmigrante
o no. En cambio, la gente a la que la ciudad no le gusta
o se puede sentir mal son personas más bien aisladas o con
problemas de trabajo, que ven o viven como muy negativo.
Pero siempre es así: uno mezcla su vida personal, privada,
con lo que está alrededor, y al revés, si se siente bien
y con posibilidades de hacer cosas (y en Cergy hay muchas
posibilidades de hacer cosas) esa gente puede ver lo negativo
de la realidad pero está implicada y busca mejorarlo; se
dice “es mi barrio, es mi ciudad”…
cdlc:
…como
una manifestación de “patriotismo barrial”.
CdSP:
Claro.

cdlc:
Muchos
de tus entrevistados aprecian el ambiente “turbulento” (en
el sentido de azaroso, ocasional, propicio al encuentro
informal, que le da a la palabra Pierre Sansot en La poétique
de la ville, en relación a la turbulencia de la calle) del
mercado bisemanal de Cergy-Saint Cristophe. ¿Se trata de
una reacción al anonimato de los comercios de grandes superficies,
una reivindicación de la vida urbana tradicional, una operación
de construcción identitaria de la población…?
CdSP:
En realidad es curioso que preguntes eso, porque Cergy-Pontoise
no es como la calle en París, de la cual Sansot hablaba
y en la que nunca se sabe lo que está sucediendo, porque
hay mucha gente y ocurren muchas cosas. En Cergy-Pontoise
todo es más previsible, porque no hay una gran ciudad ni
tantas cosas que sucedan. Es solamente en algunas oportunidades:
en las fiestas (porque hay una gran cantidad fiestas en
el espacio público, festivales y cosas así), en el mercado
que funciona dos veces por semana. Solo en esos momentos te sientes como en una gran ciudad, con cosas imprevistas,
ambiente y todo eso. Pero acerca de lo que decías, es
ciertamentete una forma de producir
una identidad de ciudad a través de ese mercado, que
mezcla mucha población diferente e incluso gente que viene
del exterior de ciudad, y es como una mise en scene de lo que sería una ciudad
ideal, con gente de Francia, de Asia, de Africa, de todas
partes. Una imagen ideal de una ciudad donde todos se llevan
bien, aunque en lo cotidiano eso no sea así.
cdlc:
Al
respecto, distingues en tu libro la vecindad y las relaciones
comunitarias de proximidad frente a las “afinidades electivas”
y la fragmentación física, simbólica y comportamental del
espacio urbano, como asimismo una idealización de la ville
nouvelle, por parte de sus habitantes, como un espacio de
innovación y elección, “un lugar de innovación donde se
crean las identificaciones”. También señalas una relación
entre producción social de la ciudad y producción individual
de “sí mismo” de estos habitantes. ¿Has avanzado en esa
línea de trabajo, o investigado estas cuestiones en otros
entornos?
CdSP:
No se como será en tu ciudad, en Buenos Aires, pero
las relaciones de vecindad (no solo en las ciudades nuevas,
sino en toda Francia) son cada vez menos importantes, porque
la vecindad es algo obligatorio, tú no eliges tus vecinos,
y en muchos lados esas relaciones presentan problemas y
la gente no las quiere desarrollar. Pero al mismo tiempo,
en París mismo hay
todo un discurso acerca de las relaciones de vecindad,
que son presentadas por la gente y las autoridades de la
ciudad como una cosa importante, y la gente presume de tenerlas,
pero es más un discurso que una realidad, porque estas relaciones
son en gran parte cosas del pasado (aunque la gente quiere
rescatarlas). Y por eso se hace en París una vez por año
el Día de la Vecindad, en el que se organizan cenas en las
calles.

cdlc:
Tu
mencionas en el libro el caso de una señora norteamericana
que organizó una cena de ese tipo en su departamento en
Cergy Pontoise y se desilusionó porque pensó que no había
logrado relacionarlos, y en realidad a los vecinos les había
parecido muy bien pero nunca iban a avanzar más allá de
“buenos días”, “está lloviendo” o “¡que lindo día!”.
CdSP:
Pero en París se habla mucho de vecindad y hay cosas
que se hacen entre alguna gente, pero la
gente prefiere, para tener una buena relación con sus vecinos,
limitarse a saludar y nada más; no quieren saber que
cosas les pasan realmente.
cdlc:
En
Buenos Aires y en general en las sociedades latinoamericanas
las relaciones de vecindad se da sobre todo en situaciones
de pobreza, por cuestiones de necesidad (cuidado de los
niños, oportunidades de trabajo, ayudas económicas, etc.).
Y algo como lo que vos comentas, de vecindad idealizada
o forzada, se da en los barrios cerrados y urbanizaciones
cerradas, con sus comisiones de actividades y sus grupos
de afinidad. Pero es cierto que a medida que el nivel socioeconómico
aumenta, las relaciones de vecindad tienden a disminuirse.
CdSP:
Y se empiezan a idealizar, como una cosa perdida que
hubiera que recuperar. La gente no está muy implicada en
eso, pero sí en organizar cuestiones sobre algo en común,
como por ejemplo un jardín de barrio o una asociación coral,
aunque no es algo generalizado. Yo creo que a medida que
las grandes identificaciones de partido, políticas, religiosas,
etc., fueron cayendo, uno se encuentra con que tiene que
ubicarse dentro de algún grupo de identificación. Muchas
veces la ciudad o el barrio pueden tener ese rol, o a veces
el grupo de Internet, pero cada vez es más habitual que la gente identifique
la ciudad y mezcle su propia historia personal con la historia
de la ciudad. Es una manera de remplazar lo que hubiera
ocurrido antes, en que se hubieran identificado como socialistas
o como de derecha, católicos, ateos, etc. Yo creo que esta
cuestión de la identidad del barrio o de la ciudad puede
ser parte de ese proceso.
Entrevista:
MC
De
Caroline de Saint-Pierre puede verse un resumen de sus trabajos
en el sitio de su laboratorio de investigación, el
Institut
interdisciplinaire sur les enjeux sociaux
(IRIS) del EHESS, donde investiga en antropología urbana
y codirige un seminario de Master y Doctorado sobre “Antropología,
ciudades, arquitecturas”. De su documental realizado en
conjunto con Olivier Segard, “Intérieurs ville”, 75 minutos,
edición CNC, Images de la culture, 2002, puede adquirirse
o verse el resumen en el sitio Images
de la culture.Caroline es también docente en
la Escuela
de Arquitectura de Paris Malaquais.
Sobre
los conflictos de 2005 en la periferia parisina, ver también
en café
de las ciudades:
Número
38 I Política de las ciudades (II)
¿Arde
París? I Reconstrucción social o represión.
I Jean-Louis Cohen I Ver PDF I
Número
38 I Política de las ciudades (I)
“El
circulo vicioso de la marginación”
I Jordi Borja y la violencia en el banlieue de París. I
Jordi Borja
Banlieu:
según el Dictionnaire de l'Academie Française, la palabra
es un término compuesto por ban (territorio
sometido a la jurisdicción de un señor feudal) y lieue
(legua). En la Edad Media designaba el espacio de una
legua alrededor de la muralla de una ciudad sometida al
derecho de un señor feudal. En la actualidad se denomina
así al conjunto de aglomeraciones que rodean un centro urbano
y participan de su vida y sus funciones.
Grands
Ensambles: Grandes conjuntos habitacionales construidos
en la postguerra de la II Guerra Mundial y en las décadas
entre 1950 y 1970. Se caracterizan por su ubicación periférica,
su monofuncionalidad y sus problemas sociales asociados.
IMPRIMIR
NOTA