Buenos Aires en los `90 y otras consecuencias
de la ciudad global
"Macdonaldización
y disneylandificación", en una entrevista a Zaida Muxí.
Zaida
Muxí nació en Buenos Aires y vive en Barcelona desde
1990. Tras finalizar los estudios de Arquitectura en Buenos Aires
1988, continuó sus estudios de posgrado en Barcelona y se
doctoró en la Universidad de Sevilla en el año 2002.
Esa tesis doctoral es la base de su libro La arquitectura de
la ciudad global, recientemente editado por Gili. Ya desde el
prólogo, Jordi Borja nos alivia sobre el contenido y las
formas del libro, distintos a la habitual pedantería y trivialidad
del formato "tesis". El libro de Muxí constituye
en realidad una documentada y precisa descripción de los
efectos de la globalización sobre las ciudades contemporáneas,
focalizada en el caso de Buenos Aires. Las urbanizaciones cerradas,
Nordelta, el Tren de la Costa, el Abasto, Puerto Madero, son analizados
por Muxí con el objeto de identificar los componentes que
relacionan estos "productos" con la estructura económica
general del capitalismo cultural y globalizado, y con producciones
culturales tan diversas como el "Modelo Barcelona" y el "new urbanism"
norteamericano. café
de las ciudades la entrevistó en Barcelona,
al margen del desarrollo del Fórum
2004 del que Muxí constituye uno
de los críticos más severos.

cdlc:
Has descrito los efectos de la globalización en Buenos
Aires, utilizando en un momento dos conceptos sobre los cuales me
gustaría que te extendieras: macdonaldización y disneylandificación.
ZM:
Jeremy Rifkin denomina "la Macdonaldización de
la sociedad" a uno de sus libros y John Hannigan define la
Disneylandificación. Ambos procesos apuntarían
a momificar, congelar y simular la vida urbana, a partir
del riesgo sin riesgo, de la máxima oferta (aparente) de
diversión, una especie de embobamiento y embotamiento de
la sociedad por el consumo. La decisión y la libertad ciudadana
se limita al consumo, al "pan y circo" aggiornado.
Macdonaldización
es convertir todo en entretenimiento, incluida la comida;
dar la apariencia de máxima elección y decisión
por parte del usuario, cuando en realidad toda esa "diversidad",
junto a la atención personalizada y la "diversión"
dada por los colores, sólo esconden un sistema hiper-mecanizado,
pautado y seriado del proceso de fabricación, venta y consumo
de alimentos. Una realidad donde todo está controlado, tu
elección en la "diversidad" se mueve en los límites
de la previsión de variedad del productor, una variedad basada
en maneras diferentes de envolver lo mismo y por otro lado, a más
extensión de la cadena por el mundo, mayor variación
en cada local, pero produciendo una homogeneización global
(en África, América y Asia todos comemos lo mismo,
tenemos la misma cajita feliz ...).
La disneylandificación
es transportar los conceptos que manejó Walt Disney en la
creación de sus escenografías urbanas a la ciudad
real. Los valores transportados a la ciudad son: máxima
limpieza, control de personas –todo diferente es sospechoso-,
ciudadanos embotados con tanto color, sonidos, mensajes (altavoces
que te van comunicando hacia donde tienes que ir, como tienes que
mirar...), previsión absoluta de todas las variantes
de actividad, la diferenciación entre el ciudadano consumidor
y el trabajador que se disfrazará con los uniformes de turno
más o menos necesarios, pero siempre de colores, llamativos
e hiperlimpios. Trabajadores como autómatas, que sólo
saben contestar y hacer lo previsto en un guión. Se produce
una museificación de la ciudad en tanto espacio sin vida,
congelado.

cdlc:
¿Que
similitudes y diferencias encuentras entre estos procesos en Barcelona
y en Buenos Aires?
ZM:
La mayor diferencia es que en todo caso Barcelona se convierte en
remedo de si misma, pero al ser abierta es difícil el
control de todas las variables, y la misma fama de lugar de
fiesta y buena vida hace difícil el control absoluto necesario
para ambos conceptos. En Buenos Aires estos procesos se dan en la
artificialización y reclusión de los que pueden, en
escenografías aisladas de la ciudad abierta.
Por la situación
geográfica, económica, y social las maneras son diferentes.
En Barcelona los procesos se dan en la ciudad abierta, aunque el
proceso reciente y que ha resultado la máxima de esta artificialidad
ha sido la creación del Fórum
2004,
donde todos los elementos antes reseñados se han podido comprobar
claramente.
La ciudad
se artificializa para recibir turistas, pero no es posible o
no es tan fácil eliminar a todos los ciudadanos que no están
dispuestos a entrar en el juego de la artificialidad, entonces a
pesar de vender partes de la ciudad a los touroperadores,
los turistas se han de mezclar con la ciudad real, que en algunos
sitios está sucia, hay tironeros (punguistas),
o sea elementos que disturban la ciudad sedada y controlada, aparecen
carteles explicando que en "xx" metros a la redonda hay cámaras
de vigilancia que velan por la seguridad; pero la realidad que se
quiere negar, ocultar, se cuela por las rendijas. Por eso para poder
macdonaldizar o disneylandificar es necesaria la creación
de espacios segregados, como el Fórum, el parque, el centro
comercial y las viviendas de Diagonal Mar.

En Buenos Aires
se ha producido la selección de áreas de la ciudad
que se museifican, se controlan y son de acceso controlado.
Si no se puede cerrar con puertas aparece el exceso del control
policial para asegurar la seguridad y marcar el acceso a la zona
protegida: sería el ejemplo de Caminito. Puerto Madero no
tiene puertas reales, pero las tiene virtuales y conceptuales: la
distancia y la tierra de nadie entre la ciudad real y el puerto,
el exceso de cuidado del espacio público en relación
al resto de la ciudad, los guardias jurados
privados... son muchas las maneras de poner puertas y límites.
Por supuesto
que el extremo de estos conceptos los constituyen los barrios cerrados,
donde la escenografía montada para la "igualdad y
la paz" deja fuera cualquier molestia. No se maquilla ni
la disneylandificacion ni la macdonaldización –supuestamente
cada uno elige su "casa" única e irrepetible, siendo
muchas veces modelos repetitivos ornamentados de diferente manera.
cdlc:
Puerto
Madero pudo haber tenido otro desarrollo que el que mencionas y
de hecho encuentro algunas cosas muy positivas en el modelo de gestión
(en especial, la idea de una empresa de urbanización). Pero
además, si repasamos las primeras ideas para Nordelta, a
principios de la década del ´80, se trataba de una operación
muy similar a la de una new town europea de los 60, que luego
fue derivada hacia la urbanización privada en que se convirtió.
¿Crees que puede aplicarse una idea similar a la del vaciamiento
cultural que realizan las operaciones que describes en las ciudades,
con respecto a un vaciamiento de la cultura urbanística que
se apropia de ideas luego banalizadas en productos?
ZM:
La gestión de Puerto Madero aislada, seguro que ha sido ejemplar,
pero no se trata de extirpar una parte potente de la ciudad, apetecible
al capital privado, vender tierra pública, y que el beneficio
revierta exclusivamente en el entorno privatizado. El modelo fue
mejorar lo mejorable, invertir allí donde el privado
ya invertía; no ha habido reparto en la ciudad ni en el país
– que era la idea que tenían para las futuras ganancias derivadas
de la venta de tierra. No puede una empresa pública gestionar
en beneficio del privado. ¿Qué se ha hecho en beneficio de
quienes no pueden pagar? No hay escuelas, no hay vivienda pública,
no hay transporte público. Si lo que se ha hecho es el espacio
público, recuperar la Costanera sur y hacer un nuevo parque
que es la expresión más cínica y sutil de un
parque como límite ¿a que viene la muralla-montaña-paseo
que separa la Costanera Sur de Puerto Madero?
Una gestión
ejemplar de empresa pública no es la que se basa en un bien
público -suelo- como capital y lo vende y urbaniza para calificar
la tierra privatizada y el resultado de ingresos y gastos le da
cero, en realidad le está dando muchísimo menos que
cero, se ha quedado sin suelo y el dinero obtenido por esta
pérdida beneficia a quienes han comprado aquel suelo, el
resto de la ciudad ve como sus bienes desaparecen y su ciudad sigue
abandonada.

En
cuanto al discurso de la creación de Nordelta, se apoya efectivamente
en las New Towns, pero no las comprende. Las New Town urbanizaban
fuera del ámbito de influencia de las grandes ciudades existentes,
articulaban prexistencias y eran abiertas. Nordelta está
situada en el continuo urbano del Gran Buenos Aires, depende absolutamente
de la estructura urbana existente (aunque la niega cerrándose).
Una New Town tenía voluntad de mezcla social, Nordelta
es la segregación de los que tienen miedo.
Por supuesto
que la cultura y los valores urbanos se banalizan en todas
estas operaciones, se sirven del discurso de la ciudad pero no cumplen
la base necesaria para formar cualquier sociedad urbana: mezcla
social, variedad de usos, ser abierto, convivencia y conflicto.
La idea de ciudad vende, pero se ha de asegurar el valor de lo vendido,
que solo es posible si no vienen los "otros".
cdlc:
¿Y
que pasa con esta banalización de la cultura urbanística
en el caso del "modelo" Barcelona...?
ZM:
Barcelona ha cambiado de escala de operaciones -al menos en lo que
respecta a las área emblemáticas o grandes recalificaciones
de suelo- y en este cambio ha perdido el ciudadano, que no es
escuchado. ¿Por qué? Porque la inversión financiera
tiene prisa, no puede esperar un proceso participativo que no manejará,
por lo tanto ha de ser opaco: se entrega a la ciudadanía
todo ya cocido. El urbanismo del capital sigue la lógica
macdonaldizada y disneylandificada: máxima variedad formal,
variedad de arquitectos de fama acorde a la ciudad (lo que evita
la crítica). Aparece la nueva ciudad, que en realidad es
igual a tantas otras partes urbanas de recalificación del
suelo antes dedicado a infraestructuras. En Barcelona, el único
suelo "barato" de tamaño suficiente era el próximo
a la depuradora, lugar idóneo para comprar barato y hacer
pisos de lujo: solo se trataba de tapar, hacer que no se vea ni
la depuradora, ni la térmica... y allí está
el Fórum, dinero público en beneficio de la inversión
financiera internacional.
Como contrapartida,
la ciudad real se ha vuelto más combativa, más luchadora,
abogando por una mayor participación ciudadana desde abajo.
Si los Juegos Olímpicos cayeron en la Barcelona más
satisfecha, con una ciudadanía que se sentía escuchada
por primera vez en muchos años, con actuaciones puntuales
en todos los barrios, mejora del espacio público, descentralización
y acercamiento del ayuntamiento a los barrios, orgullo de ser barceloneses.
La situación en 2004 es mucho más compleja y confusa,
la identidad ya no es una, son muchas, el Ayuntamiento ha detenido
el proceso de descentralización y participación: lo
que fue un avance en el año 87, 17 años después
se ha quedado en el mismo lugar, lo que es un retroceso. Las actuaciones
en los barrios se han visto desatendidas, el Fórum se construye
en un momento mientras las obras en otros puntos de la ciudad se
demoran y eternizan sin considerar los daños a los vecinos...
El éxito del primer modelo democrático fue para los
políticos un punto de llegada, cuando para la ciudadanía
era un punto de partida, de ahí la falta de conexión
y empatía entre unos y otros.
cdlc:
¿Has analizado otras formas de producción urbana
en Buenos Aires, más ligadas a un modo PyME, lote por lote,
como Palermo Viejo y sus extensiones "Soho" y "Hollywood"?
O procesos relacionados con cierta especialización de sectores:
étnica (Barrio Chino en Belgrano, enclaves bolivianos en
Liniers y Bajo Flores), turística en el Centro y San Telmo,
etc.
ZM:
No. Estoy pensando un nuevo libro en el que quiero describir procesos
"menores" -a los ojos del gran capital financiero- con
participación, autogestión, reclamos de derechos al
lugar. Creo, en todo caso, que los procesos generados desde abajo
son más reales, y que en caso de ser negativos su impacto
es menor y puede ser reabsorbidos por la ciudad y la sociedad, cosa
que no sucede con las grandes piezas urbanas que necesita el capital
global.
La segregación
étnica o racial que describes en Buenos Aires existe en todas
las ciudades, siempre existió cuando hay procesos migratorios,
quien se traslada a un nuevo contexto pone su primer pie a tierra
en donde están los que emigraron antes desde su mismo lugar.
Este proceso no debería preocupar en Buenos Aires, así
se formó la ciudad; lo que sucede es que la gran diferencia
ahora es el ahondamiento de las diferencias y la falta de un
estado con capacidad para igualar oportunidades. La pérdida
de capacidad de la educación pública es mucho más
grave que la creación de los supuestos "ghettos"
étnicos. Si se transforman en ghetto es por la falta de mecanismos
de integración y oportunidades. Para mi, un elemento que
marcó mi decisión de salir de Buenos Aires fue cuando
en 1990 el gobierno de Menem decide no pactar o no aumentar salarios
al personal de limpieza de las universidades públicas (a
los profesores no nos podía presionar, el sueldo de ayudante
alcanzaba con suerte para el café diario, eran 15 dólares).
De esta manera el gigantesco engranaje educativo se para por cuestiones
higiénicas... estaba claro el país que este señor
tenía en mente - si algo era loable de nuestra sociedad era
la educación pública, laica y gratuita.
Palermo Viejo,
"Soho" o "Hollywood" demuestran mecanismos más
normalizados de la ciudad, la inversión en pequeños
puntos entrelaza y conecta mejor con el entorno. Normalizados
en tanto a escala de los que allí habitan, muchos de los
que mejoran las viviendas y colocan negocios también viven
y disfrutan ese espacio urbano que ayudan a transformar, es una
voluntad de hacer ciudad.
cdlc:
Luego de la crisis del 2001-2002, la nueva situación cambiaria
y económica en general, produce cambios que creo interesante
analizar: la calle Lavalle, por ejemplo, que yo consideraba muerta, es
hoy un lugar con una increíble vida nocturna, donde se mezcla
el tránsito de los turistas alojados en hoteles céntricos
(que no son los de 5 estrellas, sino toda la gama que va del bed
& breakfast a los hoteles comerciales de hasta 3 y 4 estrellas),
con nuevos y no tan nuevos residentes del centro de origen
migrante, bolivianos, peruanos, uruguayos, que se apropian en la
noche de un área de la que han huido los porteños:
de hecho, descubro esto por comentarios de amigos extranjeros que
llegan a Buenos Aires, y porque de casualidad tuve durante un tiempo
que ir al centro en horarios nocturnos. Esta situación produce
nuevas oportunidades de recuperación urbana, y también
nuevas oportunidades de banalización. En los puestos baratos
de choripán, en las casas de baratijas, negociando con dealers
y prostitutas, encuentras un mix de turistas rubios e inmigrantes
morenos. Otra tendencia es el happy hour de los "yuppies"
locales, que estira el horario de uso del centro hasta las 8 o las
9 de la noche, en especial en la zona del Bajo, en las calles Reconquista
y 25 de Mayo (antaño prostibularias, hasta la dictadura).
Con respecto al rol del centro, también es interesante la
situación de algunas empresas que, aunque trasladan sus cuarteles
administrativos a la zona norte, a la autopista Panamericana (en
el centro geográfico de sus sucursales, y también
en el centro de las isócronas de movilidad de sus empleados
y proveedores de media y alta calificación), mantiene, los
puestos más vinculados a la negociación política
y a las estrategias generales en sus sedes centrales, cerca de Plaza
de Mayo.
ZM:
La ciudad resiste, y aparecen nuevas maneras de convivencia, no
es sólo la realidad avasalladora de la huella de la globalización
sobre las ciudades. Como digo en el libro, la realidad que describo
no es única y creo que hay muchos indicios de resistencia
y rehabilitación urbana, y es porque creo que la ciudad es
el elemento más preciado de nuestra civilización que
describo con dolor estas realidades globales, tal vez con el ingenuo
ánimo de abrir los ojos y volver al espacio urbano,
a la ciudad. Le debo a Buenos Aires una lectura de microprocesos,
de las rendijas por donde la vitalidad sigue emergiendo.
cdlc:
¿Que es lo que estás haciendo ahora) en el orden profesional
o académico?
ZM:
En la actualidad doy clases de Urbanística 1 y 2, es la primera
aproximación a la problemática urbana y territorial
que tienen los estudiantes de arquitectura, mi cargo es el de profesora
asociada del Departamento de Urbanismo y Ordenación de Territorio
en la Escuela de Arquitectura de Barcelona (ETSAB). También
estoy llevando a cabo, junto con la profesora Montserrat Ribas y
la colaboración de Ariadna Perich, un experimento de primer
curso juntando las clases de dibujo y proyecto, durante todo el
año. Comenzaremos en octubre el Master
Laboratorio de la Vivienda del siglo XXI
que coordino, y que busca generar un lugar de debate e investigación
sobre la vivienda. Y llevo a cabo una investigación de campo
para el Instituto de la Mujer, en el que tratamos de encontrar respuesta,
a través de encuestas, a la pregunta sobre si el espacio
de la vivienda podría ser diferente según una visión
femenina.
Entrevista: Mario
L.Tercco

De
Zaida Muxí, ver su nota "Ciudades: lugar social o financiero"
en el número
15 de
café
de las ciudades. Su libro "La arquitectura de la
ciudad global" fue publicado en Barcelona por Editorial
Gustavo Gili SA.
Sobre
Buenos Aires, ver por ejemplo las notas "Queremos cambiar el escenario,
porque la ciudad ya no nos acepta", entrevista a Gustavo Rodríguez
Karaman y Pablo Reynoso, "Muchos problemas, pero... ¿cual es
el problema?" y "Mi Buenos Aires querido... (cuando yo
te vuelvo a ver)",en los números
2, 6 y
9,
respectivamente, de café de las
ciudades (y consultar sobre otras notas en el índice,
que hay muchas...).
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