“...Terquedades será una tribuna de doctrina”
(C. Ricot)

Creatividad
con cartón y espacio público: Jornadas de diseño e improvisación
organizada por Basurama como parte
del proyecto RUS Buenos Aires, entre los días 13 y 18 de marzo
en cuatro sesiones de trabajo localizadas en Costanera Sur,
Caminito, Plaza de Mayo y Plaza San Martín. Foto: Flavia
López.
Después de Julio
Grondona, y un año después de la primer Terquedad,
de
los residuos, este espacio vuelve a ocuparse de la
basura. En este caso, a partir de la excelente
iniciativa del grupo español Basurama y los argentinos de Rally
Conurbano, que el pasado 18 de marzo organizaron
un “picnic” de los recuperadores urbanos
con visitas a la planta del
CEAMSE en José León Suárez y al Centro Verde de la Cooperativa El
Ceibo, en Retiro. La excursión fue reveladora
de esta bomba de tiempo que es la disposición final de la basura
producida en Buenos Aires.

Micro
debate urbano sobre RSU y Basura Cero. Foto: Flavia
López.
Al
respecto, yo no quisiera estar en el lugar del Jefe de Gobierno
de Buenos Aires y tener que cumplir en las condiciones de la
Ciudad y de su sociedad con la
Ley
de Basura Cero (en realidad, Ley 1.854, de
Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos -RSU-, promulgada
en enero de 2006 por el Gobierno de la Ciudad). De la absoluta indiferencia
a los objetivos de reciclar-reducir-reutilizar los residuos
sólidos urbanos (con honrosas excepciones que enseguida comentaremos)
la ley exige para el año 2020 (ahorita
mismo, en términos de la historia de una ciudad e incluso en
la vida de una persona) el cese de toda disposición final de
residuos. A riesgo de ser redundantes: dentro de once años no
se permitirá enterrar, quemar ni trasladar basura al exterior
de la Ciudad
(aunque la norma tiene sus contradicciones: quizás asustado
con el objetivo de un 2020 sin basura, el legislador incorporó
en el art. 54 la posibilidad de redefinir
objetivos cuando se llegue a un 75% de reducción).
En
este sentido, la reglamentación de la Ley (Anexo
I del Decreto 639/07 del GCBA) establece “como línea de base para la determinación del cronograma de reducción progresiva
de la disposición final de los residuos sólidos urbanos recolectados
por el Servicio Público de Higiene Urbana en el ámbito de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aries, la cantidad de un millón cuatrocientas noventa
y siete mil seiscientas cincuenta y seis (1.497.656) toneladas.
La cantidad de toneladas máximas a ser dispuestas en rellenos
sanitarios, son las detalladas a continuación:
Toneladas
máximas a ser dispuestas en relleno sanitario Año 2010: 1.048.359
Toneladas máximas a ser dispuestas en relleno sanitario Año
2012: 748.828
Toneladas máximas a ser dispuestas en relleno sanitario Año
2017: 374.414”.
Lejos
estaría yo de criticar semejante objetivo. Quizás alguno podría
hacer el típico y conformista comentario argentino de que “esta
es una ley para Suiza”, con lo cual se supone elogiarla pero
en realidad se la acusa de impracticable. En cambio, me preocupa
la escasa conciencia que parece tener la
Ciudad (sus gobernantes y vecinos) sobre las
obligaciones que le impone esta Ley de Basura Cero. La campaña
estrella de la publicidad oficial, Jugá
limpio, hace más hincapié en la buena puntería de acertarle
al tacho de basura que en la necesidad de separar los distintos
tipos de residuos.

Afiche de la campaña
Jugá Limpio,
del GCBA.
En otra campaña, en este caso privada, los supermercados intentan
convencer a sus compradores para que lleven sus propias bolsas
y no usen las de plástico… ¡que les son provistas por el mismo
anunciante! La publicidad recurre explícitamente al falaz argumento
de “todos somos culpables”. Con una enternecedora recreación
del Rey León, preocupado por uno de sus cachorros que se atragantó
con una bolsa plástica, las grandes superficies comerciales
nos trasladan a los usuarios la responsabilidad de solucionar
el problema. Ni hablar de proveer bolsas en materiales biodegradables.
De
esta “conciencia casi-cero” que la sociedad tiene acerca del
problema, no está exenta de responsabilidades la misma corporación
de los publicistas que hoy intenta conmovernos con cachorritos
de león: hace diez o doce años (más o menos el espacio de tiempo
que nos queda para cumplir con la ley) las publicidades de envases
descartables de gaseosas los presentaban como un “beneficio”
para el consumidor, por no tener que preocuparse de su devolución…
Aún más cerca en el tiempo, hasta hace muy poco el actual Jefe
de Gobierno y la revista Gente, entre
otros, consideraban a los cartoneros como peligrosos “ladrones
de basura”.

Centro
Verde de la Cooperativa El Ceibo,
en Retiro. Foto: Flavia López.

Centro
Verde de la Cooperativa El
Ceibo, en Retiro. Foto: Martín Di Peco.

Cristina
Lezcano explica el funcionamiento
del Centro Verde de la Cooperativa El Ceibo,
en Retiro. Foto: Flavia López.
Pero
el problema no es solo de conciencia social. La infraestructura
que requiere Basura Cero es también inexistente: hay solo dos
Centros Verdes (centros de recepción de materiales secos para
su preclasificación y acondicionamiento) en toda la Ciudad, prácticamente transgresores
en lo que respecta a la normativa urbanística (que sigue estableciendo
fuertes restricciones al uso Reciclaje de residuos en la Ciudad…) y pobremente equipados.
En la práctica, apenas funcionan por la buena voluntad de sus
operadores las cooperativas El Ceibo y Reciclando Sueños.
Por
el momento, solo los edificios de más de 18 pisos de altura,
los hoteles de 4 y 5 estrellas, los edificios del GCBA y el
barrio de Puerto Madero están obligados a separar en origen.
La Ciudad le paga a una de las
empresas prestatarias del servicio para que vaya a buscar el
producido de esas separaciones y lo lleve a dichos centros verdes,
sin contraprestación para las cooperativas que realizan la tarea
de clasificación y de los residuos y su venta a los empresarios
de reciclaje. Según algunas fuentes, el SUTERH (sindicato que
nuclea a los porteros y encargados
de edificios en la
Ciudad) ha comprendido el potencial económico
del reciclaje y maneja sus propios centros de tratamiento a
partir de los residuos provistos por sus propios afiliados.
De otro sindicato, el de los camioneros, se habla de la participación
de sus dirigentes en la conformación de empresas recolectoras
en algunos municipios del Gran Buenos Aires. Como se ve, un
tema el de la basura que supera ampliamente la preocupación
estética de los vecinos y vecinas compungidos por la acumulación
de desperdicios en el frente de sus casas y “los enchastres”
atribuidos a los cartoneros.

Panorámica
de la Planta del CEAMSE en José
León Suárez. CEAMSE,
Coordinación Ecológica Area metropolitana Sociedad del Estado, es la empresa interjurisdiccional encargada de la disposición final de residuos
sólidos mediante la utilización de la técnica de relleno sanitario,
“directamente o previa recuperación y/o transformación de la
basura”. Foto: Martín Di Peco.

Planta
del CEAMSE en José León Suárez Foto: Flavia López.

Planta
del CEAMSE en José León Suárez. Foto: Martín Di Peco.
Una
publicación repartida por los organizadores en la visita del
18 de marzo brinda oportuna información sobre la organización
alcanzada (y por alcanzar) por parte de los colectivos cartoneros.
Se trata de la
guía Cartón
y Más, editada por Basurama
y Eloisa Cartonera. La guía, además de informar a los recicladores
sobre las ventajas sociales, económicas y culturales de la auto-organización
cooperativa, ofrece un listado de las cooperativas de cartoneros
que están funcionando actualmente y sus responsables:
La
reproducción de este listado pretende alentar su difusión y
también el contacto de aquellos/as que quieran convenir con
las cooperativas el retiro de RSU de sus hogares, oficinas o
negocios. Y en un sentido más amplio, es un homenaje y reconocimiento
al sector más conciente de las responsabilidades y deberes ciudadanos
que implica el cumplimiento de los objetivos de Basura Cero.
Además de los 9.000 recuperadores urbanos inscriptos en el Registro
de Recuperadores creado por la Ley 992 en la Ciudad, 100.000 personas recolectan materiales informalmente
en toda la Región Metropolitana.
De ellos, menos del 2% pertenece a alguna asociación
o cooperativa, 76,6% vive en el Gran Buenos Aires aunque se
traslade a la
Ciudad para realizar su actividad. El 20% de
la basura domiciliaria que se arroja en la región es recolectada
por cartoneros. Como sostiene Cartón y más, “lo que los ciudadanos no hacen lo hacen los
cartoneros. Si todos los ciudadanos fueran cartoneros desde
sus casas, colaborando con la separación en origen de la basura,
el trabajo sería más equilibrado, toda la cadena sería más eficiente
y se dignificaría la labor de los cartoneros. Ser cartonero
es ser CIUDADANO”.
MLT
Más
información sobre el “picnic” de recicladores
urbanos en los sitios de Basurama y Rally
Conurbano.
Las
jornadas se enmarcaron en el proyecto RUS Buenos Aires. RUS
es un proyecto internacional realizado por Basurama,
que lleva a cabo un acercamiento a las diferentes ciudades en
las que se ha desarrollado (Miami, México DF, Santo Domingo
y Buenos Aires) y se desarrollará en el futuro (Montevideo,
Córdoba, Asunción, Lima, Santiago de Chile y San Juan de Puerto
Rico), partiendo de las especificidades de su basura y los residuos
como elementos definidores social y culturalmente: “En el caso concreto de Buenos Aires el proyecto se plantea en torno a
un fenómeno que consideramos esencial para entender la realidad
de la basura y la conflictividad social en Latinoamérica: la
recolección y separación informal de residuos y sus protagonistas
(los cartoneros)”. Basurama es
un colectivo fundado en Madrid en 2001, que ha centrado su área
de estudio y actuación en los procesos productivos, la generación
de desechos que éstos implican y las posibilidades creativas
que suscita esta coyuntura contemporánea. Pretende estudiar
fenómenos inherentes a la producción masiva de basura real y
virtual en la sociedad de consumo aportando nuevas visiones
que actúen como
generadores de pensamiento y actitud. Colaboraron: A77,
El Ceibo, Eloisa
Cartonera, Rally Conurbano;
financiamiento: Centro Cultural de España en Buenos Aires, Agencia
Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Participaron
con breves charlas durante el trayecto Mauricio Corbalán (arquitecto, co-director
del grupo m7red),
Marcelo Corti (editor de café de
las ciudades) y Andrés Grippo
(comunicador social, Agencia
de Protección Ambiental).
Cartón y Más – ¡Cooperativizate!
– Información útil para los trabajadores cartoneros
es una publicación de Basurama
y la Cooperativa,
gráfica, editorial y de reciclado Eloisa
Cartonera, Buenos Aires, 2009. Contactos y pedidos:
bellezacartonera@hotmail.com
Ver
la Ley de Basura Cero
y su Decreto
de reglamentación en el Boletín Oficial de la
Ciudad de Buenos Aires.
Ver
los sitios de Greeenpeace y el Gobierno
de la Ciudad acerca del tratamiento
de RSU en Buenos Aires.
Ver
otras
fotografías de Flavia López, sobre “mis
viajes por Sudamérica, la gente, las protestas, mi país y un
largo etcétera”.
Mensajes
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