Están resultando comunes en nuestro continente iniciativas
para eliminar los campos de golf situados en el interior
de las ciudades, esto sucede a pesar de los fallos adversos
del Country Club de Bogotá y del Lima Verde Golf Club
de Honduras. En el número 30 de café
de las ciudades (de abril de 2005) aparece, como
nota de carácter ambiental, la postura
de Izquierda Unida de Andalucía y otras agrupaciones
políticas, en la cual se enumera un conjunto de restricciones
que debería aplicarse a la creación de campos
de golf, alguna de las cuales, se reconoce explícitamente
en el texto, son casi imposibles de superar. Estas limitaciones
están en su mayoría basadas en una supuesta
incompatibilidad entre campo de golf y ambiente, hecho del
cual no se aportan pruebas o fuentes de información.

Vista
del Caracas Country Club hacia las montañas del Sur.
El Club colinda con una de las Areas Centrales del Sistema
Metropolitano;
a pesar de la barrera urbana, existe conectividad biológica
con las áreas naturales del Sur.
Me impresionó,
en su momento, aquella cadena de advertencias sobre los impactos
negativos de un campo de golf. Pienso que cabe otra visión
de los mismos, apoyándose en la ciencia y a la luz
de algunas políticas ambientales urbanas que están
teniendo éxito. He tenido oportunidad de trabajar en
temas urbanos donde lo ambiental preside el diseño,
por lo me siento impulsado a suavizar la imagen impía
de los campos de golf que deja la nota
del numero 30. Necesito además combinar
mis reflexiones con las urgencias que tenemos en Caracas,
dado que el gobierno metropolitano ha decidido que son prescindibles
los tres campos de golf mejor situados dentro de la ciudad
y ha decretado su expropiación.
Uno de
los campos, el Caracas Country Club (en adelante CCC) al que
puedo referirme con mayor certeza, está situado a escasos
metros del centro de gravedad del área central con
mejor accesibilidad de la ciudad. Junto al decreto de expropiación,
el gobierno metropolitano presentó el proyecto sustitutivo:
un extenso desarrollo de viviendas.
Los campos de golf mejoran su imagen
El
valor testimonial
Estas
extensiones deportivas, hablamos de un promedio bastante regular
de 100 hectáreas, sigue un concepto de diseño
urbano iniciado en la segunda mitad del siglo 19, al que podemos
llamar "itinerario dentro de un parque".
Uno de los hombres que ayudó a consolidar la nueva
idea es Federico Law Olmsted, el paisajista urbano de obra
más duradera y trascendente, autor de las urbanizaciones
Biltmore Estate y Forest Gardens en Chicago, el "collar
esmeralda", sistema de parques de Boston, el Central
Park en Nueva York, y es el indiscutible mentor del avanzadísimo
Plan Urbano Regional de Los Angeles de 1930, referencias obligadas
a las que cada cierto tiempo regresa nuestra profesión.
La filosofía
naturalista, tan claramente formulada y cristalizada con tanta
anticipación por Olmsted y el trabajo de la oficina
de sus hijos, que continuó con fidelidad su pensamiento,
dio lugar en 1952 al CCC, la urbanización jardín
en torno a un campus internacional que es la secuencia
de cuadros visuales más brillante de la ciudad,
un lugar emblemático de la modernización vertiginosa
que tuvo Caracas a mediados del siglo pasado, hoy en la picota.

Fairway, arbolado denso con predominio de especies nativas.
El ángulo cientifico
Guillermo
Boulter Palacios,
a cuya proximidad como asesor y amigo debo mi información,
fue un biólogo instintivo y visionario que supieron
aprovechar los estados de Oregón y Alberta para sus
excepcionales planes regionales de conservación. Boulter
comenzó de adolescente a recabar información
sobre flora y fauna del CCC, mientras el campo nacía
próximo a su casa.
Sus "cuadernos"
no constituyen un plan de investigación ejecutado con
la pulcritud que exigen los cánones actuales, pero
sí son un material suficiente para un diagnóstico,
procurado de acuerdo a una metodología adecuada, es
decir: un inventario de árboles, arbustos, hierbas
y céspedes que toma en cuenta su importancia en
la diversidad biológica y su influencia en la composición
del mundo animal; una selección apropiada de aves,
fáciles de identificar y observar que luego se utilizan
como indicadores; perímetros de muestreo aleatorios
basados en artrópodos mandibulados, etc. Aparece luego,
apoyada en este inventario, una configuración de comunidades
biológicas acertada y bien diagramada y la estimación
final de la diversidad biológica, analizada y calculada
por tipos funcionales.
Las conclusiones,
las cuales Boulter nunca consideró definitivas, fueron
comparadas por mí con estudios actuales realizados
en países tan diferentes como Japón, Holanda,
Inglaterra y Canadá, los cuales en conjunto me permiten
suponer que existe ya un diagnóstico clásico
de los campos de golf interiores a la ciudad. Con asistencia
profesional, las formulo del siguiente modo. Se detectaron
cinco tipos de ambientes: el césped de cuidado intensivo
en torno al hoyo (green); el callejón de grama
segado a ras, trayecto dominante de la bola (fairway);
los taludes de dificultad y las depresiones de arena (bunker);
las protecciones de árboles y arbustos entre pistas
que incluyen secciones de gramíneas menos cuidadas;
y por fin, las cinturas boscosas de juego prohibido.
Los cinco
ambientes constituyen cinco hábitats bien diferenciados
que generan microclimas específicos, cada uno
representado por comunidades bien asociadas. Existe
vida natural abundante, si bien los hábitats tienen
un nivel de riqueza desigual y algunos incluso significan
un uso pobre de la tierra, pero se complementan bien, existiendo
entre ellos sinergia. Las especies responden al tipo de alimentos
disponibles en su ambiente, a las garantías de supervivencia
frente a depredadores, al espesor geométrico del espacio
y a la densidad de follaje del mismo.
Comparativamente,
la diversidad biológica y el número de organismos
móviles de transferencia de recursos, de genética,
de procesos alimentarios y no alimentarios es bastante mayor
que en los campos de cultivo que existían antes
en el sitio, con lo cual hubo un avance. Es a su vez mayor
que el de las urbanizaciones jardín que rodean el campus,
lo que significa un acento, una condición de dominio
a tomar en cuenta y siempre una buena influencia sobre el
espacio vecino. El campus constituye un importante refugio
en la conservación de especies nativas y aporta al
ambiente de la ciudad un flujo de energía sólo
superado por los bosques tropicales del Area Protectora de
la Ciudad. La inmensa mayoría de las muertes son producidas
por predadores y no hay efectos significativos de productos
químicos o acción del hombre. Las especies vegetales
introducidas en algunas épocas, más por razones
estéticas que naturalistas, significan para las aves
espacios de mayor pobreza que los sectores que albergan especies
nativas e indudablemente reducen la diversidad en su conjunto.
Boulter
predicó que una gerencia efectiva de un campo de golf
necesita del conocimiento de los procesos naturales
que operan al interior de las pistas. Juzgaba que el CCC,
si no perfecto, estaba encaminado: utilizaba aguas tratadas
paro el riego; disminuía año a año la
proporción de pesticidas y herbicidas; estaba procurando
retener el máximo volumen posible de aguas de lluvia,
evitando una incorporación brusca al sistema de drenajes
urbanos; y era conciente de los errores cometidos en su momento
con la incorporación de gramíneas y árboles
foráneos.
Consideraba
que faltaba un nivel más profundo de conocimiento del
sitio y de planificación preventiva que superara el
trabajar por crisis. Sin embargo, no creía necesario
introducir una normativa municipal estricta, por que no había
por el momento funcionarios debidamente formados para hacerla
cumplir, hasta que no se creara un Departamento de Ingeniería
Forestal, al menos a nivel metropolitano. Sí veía
conveniente la constitución de Juntas Asesoras mixtas,
integradas por conocedores, miembros y no miembros de los
clubes, para optimizar procedimientos sobre conservación
de especies, elaborar programas plurianuales, determinar regeneraciones,
establecer estandares técnicos y difundir conocimiento
en las comunidades vecinas.
La defensa de los campos de golf a través de la política
ambiental urbana
Lo que
sigue está guiado por el interés de dejar en
el ánimo de los lectores de café
de las ciudades que necesitamos una política
ambiental urbana más moderada que la expuesta en
el poco paciente documento de Izquierda Unida de Andalucía.

Vista hacia la parte central del Valle
de Caracas; la torre de la Casa Club es el centro visual de
referencia.
La
estrategia de los corredores de valor ecológico
Boulter
identificó hace bastantes años los trayectos
de vuelo preferentes de las aves del Valle de Caracas y comprobó
que definen una estructura urbana significativa de base biológica
que, de algún modo, debe ser respetada por las decisiones
urbanísticas. Esa estructura era en su momento, y seguramente
todavía lo es, apoyada por un voluntariado anónimo
de personas que las alimenta de manera metódica y bien
informada desde sus patios, jardines y terrazas. Este fenómeno
cultural se repite en otras poblaciones y he comprobado que
tiene un notable peso en las decisiones urbanísticas
(cuando son participativas).
El eje
principal de las pistas del CCC es un corredor de amplia actividad
biótica a escala de la Ciudad, lo han dicho ya otros
estudiosos y cae dentro de la definición establecida
para los "greenways", en este momento el
elemento dominante de la estrategia de refuerzo a las condiciones
ambientales de una ciudad en todo el mundo. Dice textualmente:
"un corredor verde es un espacio lineal que contiene
elementos planificados, diseñados y gerenciados
para propósitos como: ecología, esparcimiento,
cultura o estética, compatibles con el concepto de
uso sustentable del suelo". Lo esencial de un "greenway"
es la capacidad de soportar procesos biológicos complejos
y su virtud como estrategia es que rompe esa brecha confusa
entre conservación y desarrollo y permite cambiar estructuras
sin que se pierdan los valores existentes.
Señalemos
algunos casos descriptivos. El de los Países Bajos,
que tiene una organización dedicada al estudio de redes
regionales de corredores a fines de establecer su preservación,
la cual incluye quince países de Europa. El corredor
a lo largo del Río Chicago que cruza toda el Area Metropolitana
de la ciudad. El valle del Rio Douro en Oporto, Portugal relacionado
con la protección de los viñedos, las terrazas
cultivadas y las estructuras históricas de la industria
del vino. Pero el gran difusor de la idea han sido los congresos
y seminarios anuales desde 1998 y los libros, el básico
de Charles Little "Greenway Planning for America",
1990, y la recopilación de Fabos y Ahern "Greenways:
the Beginning of an Internacional Movement", 2003.
Una de
las líneas más promisorias del movimiento es,
para nosotros en Venezuela, el trabajo en corredores a nivel
local. Aprobado aquí como principio constitucional
el traspaso de poderes a la comunidad organizada y
existiendo leyes específicas que reglamentan ese traspaso,
se abre una puerta al ambientalismo que ha demostrado mucha
efectividad trabajando en pequeños ámbitos.
La sinceridad del comunalismo como política de Estado
puede ser puesto a prueba, si la comunidad residente en torno
a los campos de golf sale de sus casonas a defender a cielo
abierto intereses colectivos y acepta en la lucha algunas
concesiones, particularmente el uso público de ciertos
espacios del Club y las juntas mixtas de conocedores que
quería Boulter.

Vista
de espaldas a la montaña; el sentido de juego es inverso
a la toma.
El concepto de bosque urbano
El concepto
de gerencia integrada del Bosque Urbano ha traído
una enorme renovación de ideas en el campo del urbanismo.
Para él, no existen fronteras entre la vegetación
propia del espacio público y la privada de lotes y
parcelas, pues concibe una unidad ecológica de manejo
que incluye hasta los bosques situados más allá
de la Ciudad. Este principio, una idea fácil de comprender
por los ciudadanos, le da unidad conceptual y operativa al
espacio abierto urbano.
Vistos
individualmente, los espacios naturales pueden resultar poca
cosa, pero colectivamente están constituyendo el soporte
de una buena diversidad biológica que puede ser fortalecida
y ampliada. Los espacios de valor (léase también
campos de golf) están siendo afectados por que se ven
de manera aislada; pocas personas son concientes de su valor
global, pero en muchos casos sostienen la salud de un contorno
mineralizado, la hidrología de la ciudad, la distribución
de nutrientes, la asimilación de la polución,
la regulación de brisas y la protección de muchos
otros aspectos nocivos al sistema ciudad.

Casa
Club, antigua Hacienda Blandín, patrimonio histórico.
El desnivel respecto a la cresta de la Sierra (bastante por
encima del borde superior de la toma) es de 1.000 metros.
La gerencia
del Bosque Urbano ha avanzado en establecer criterios operativos.
Se entiende que es necesario compensar el fenómeno
de la urbanización creando una masa bioclimática
de magnitud semejante. Se acepta que la ciudad es un ecosistema
fragmentado, derivado en parte de los ecosistemas característicos
del país, es decir, es algo semi-natural, una mezcla
de girones de bosques dominados por vegetación secundaria
(alterada), combinado con conjuntos vegetales nuevos aclimatados
y comunidades foráneas, consideradas invasiones que
ya no es posible erradicar.
En el
caso de Caracas, se necesita trabajar con una matriz múltiple
de formas de intervenir y establecer diferentes escalas de
trabajo. Existe un objetivo teórico ideal que es mantener
la representación más completa posible de
las coberturas de suelo nativas (árboles, arbustos,
gramíneas) y sus hábitats, y rescatar todas
las individualidades majestuosas que han quedado aisladas.
Sin embargo, en un planteo más realista, es preferible
comenzar conservando conjuntos variados de elementos que impliquen
diversidad (la defensa de la diversidad biológica es
una ley especial en Venezuela), basándose en la supervivencia
de comunidades bien establecidas, sin importar que no estén
bien documentadas por la ciencia.
En cuanto
a la escala de trabajo, la idea es elevar gradualmente el
rango de diversidad de los espacios que en la actualidad tienen
un nivel apreciable, apoyándose en convenios institucionales
y facilitando que sean gestionados por voluntarios. En ese
criterio deben basarse las exigencias a hacer a los campos
de golf, los cuales, lo mismo que las urbanizaciones vecinas,
pueden participar también en el conjunto de esfuerzos
que se plantean para las intervenciones de pequeña
escala. Estas actuaciones son al principio marginales, pero
van a cambiar el modo en que la población percibe los
recursos naturales, luego vendrán pasos más
ambiciosos. Algunas de esas pequeñas acciones son:
restaurar cuotas de terreno impermeable que beneficien la
humedad del suelo; incrementar los dispositivos de retención
que atenúen la escorrentía de las aguas de lluvia;
sustituir especies muertas que permanecen de pie; desenterrar
quebradas encajonadas en ductos de concreto, aislar especies
exóticas invasoras, alimentar las aves con objetivos
precisos, etc.
Los campos
de golf también deben incorporarse a líneas
de investigación que ya se han iniciado, cuyos resultados
científicos son útiles en los conflictos legales
como base racional de juicio. Una de ellas es la bio-prospección,
en particular la simulación por medio de modelos del
comportamiento previsible de los hábitat urbanos, los
cuales dan imágenes espaciales muy elocuentes de la
regeneración de los lugares, sus costos y sus beneficios
económicos, si se adoptan ciertas medidas generalmente
sencillas de implementar.

Diario
El Nacional del 7 de octubre, con el proyecto para la construcción
de 2.000 viviendas en el predio del CCC, e información
provista por la Alcaldía Metropolitana de Caracas sobre
los otros proyectos.
Despedida:
el proyecto de sustitución
Concentrándonos,
para finalizar, en el proyecto metropolitano de desarrollo
de viviendas para el Caracas Country, es notorio que no valora
los conocimientos de la ecología, por otra parte demuestra
un gran respeto por principios de arquitectura paisajista
que son plausibles pero en otro contexto. Las viviendas
tienen cuatro pisos para no superar las copas de los árboles
y dejan enteramente libre el ámbito que da mayor sensación
de espaciosidad y dramatismo de visuales (los "fairway"
, los "green" y los "bunker"
de arena). Para lograr esto ocupan la totalidad de los bordes
arbolados y las defensas boscosas, respetando cada pie vegetal
e incorporándolos a los patios de las viviendas.
Importan
entonces menos que estos principios de arquitectura, construir
en la superficie de mayor diversidad biológica; alterar
la sinergia respecto a los hábitats centrales más
débiles y dependientes; interrumpir las secuencias
productivas del corredor vegetal, la labor de los polenizadores,
el transporte de semillas y genes; debilitar un vínculo
biótico importante entre las montañas y bosques
del Norte con los del Sur; afectar una fuente testimonial
muy valiosa para el paisajismo urbano de nuestro continente
(la obra de los Olmsted).
Reconocemos
que la idea de hacer desaparecer las caminatas de los golfistas,
demostradamente amigables con la vida natural del sitio, nace
en un momento en que se necesita llamar la atención
sobre las diferencias de oportunidad para recibir los beneficios
propios de la ciudad que trae una estratificación
social tan marcada del territorio como la que tiene Caracas,
pero esto ya es por demás evidente en las faldas de
los cerros, que son nuestro escenario diario de vida. Creo
que no debemos atenuar los contrastes de formas de vida afectando
lo que un espacio muy beneficiado atesora: una naturaleza
singular que a pesar de ciertas exclusiones solemos disfrutar
todos.
SL
El
autor es venezolano y arquitecto. Se inició en la Facultad
de Arquitectura de Montevideo, participó en el Plan
de Coordinación Urbanística de la Región
Caracas, coordinó el diseño de la fase de arranque
de las ciudades nuevas para la industria petrolera y elaboró
los planes de expansión de otros centros poblados.
Guillermo
Boulter nació en Londres, se crió y formó
en Venezuela y se desempeñó profesionalmente
teniendo como base la ciudad de Portland, donde falleció
en julio de 2004. Sobresale su tarea en la organización
de los ciudadanos para el rescate y conservación de
la fabulosa diversidad biológica de Oregon.
Las
repercusiones sobre la expropiación de los campos de
golf de Lagunita Country, Valle Arriba Country y Caracas Country,
pueden ser seguidas en la prensa venezolana entre el 23 de
agosto y el 8 de octubre de 2006, particularmente en las secciones
B de El
Nacional y El
Universal,
que la han documentado en detalle (incluidos amplios gráficos
del proyecto que se comenta). Pueden rastrearse indicando
únicamente "campos de golf" y ese entorno
de fechas, al solicitar acceso a ediciones anteriores
y archivo. (SL)
En
relación al conflicto del Country Club de Bogotá,
ver el sitio
del club en la Web ; sobre el Lima Verde Sport
and Golf Club, ubicado en la llamada zona americana de San
Pedro Tula, ver el periódico La
Prensa. (SL)
Ver
la nota El
impacto de los campos de golf en el número
30 de café
de las ciudades.
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