N.
dela R.: El texto de esta nota reproduce el prólogo
del autor para el libro Cien Cafés, cuya edición
está finalizando
café
de las ciudades.
café
de las ciudades
es
hijo de la crisis argentina del 2001-2002. Hasta entonces,
Marcelo Corti alternaba su vida laboral entre el ejercicio
de la arquitectura, algunas consultorías urbanísticas
y la comunicación especializada en medios de distinto
alcance. La dispersión de sus ingresos y el no depender
demasiado de ninguno de ellos lo mantuvo un tiempo relativamente
a salvo de la “malaria” económica circundante, pero
ya en julio había perdido la totalidad de sus trabajos
y el panorama asomaba desolador.
La
falta de trabajo y de dinero y las circunstancias de
su vida personal lo hicieron refugiarse en la computadora
de su casa de Martínez, donde alternaba la producción
de textos por puro placer de intercambiarlos con amigos
y amigas con el envío de mensajes inquiriendo por trabajos
o contactos para lograrlos.
De
esa conjunción surgió una idea que sintetizaba ambos
quehaceres: producir un boletín electrónico de aparición
periódica, dedicado a comunicarse con colegas e instituciones
del ámbito urbanístico, de modo de llegar a ese público
con noticias y opiniones acerca de la ciudad y el urbanismo
y no solo con desesperados pedidos de trabajo… Puesto
a confeccionarlo, la idea fue rápidamente conectando
a Corti con su vieja aspiración de editar una revista
de arquitectura y ciudad (remontada a principios de
la década de los `80 y las legendarias reuniones en
la casa de la calle Bulnes para discutir sobre Aldo
Rossi y el Kavanagh, fuera del ámbito tardo-dictatorial
de la Facultad de Arquitectura en que estaba terminando
su carrera). El aporte de Laura Corti, que iniciaba
su ejercicio profesional como Diseñadora Gráfica, fue
fundamental para pasar
del mundo de las ideas al mundo que por simpleza llamamos
real.
Y
en ese mundo real había además un nuevo campo de posibilidades
para publicar en el formato digital, hecho posible por
la aparición y consolidación de Internet.
El
primer número de la nueva revista apareció en la web
en noviembre de 2002. Pero unas semanas antes, el 11
de septiembre, el editor envío a sus amigos y conocidos
registrados en la libreta de direcciones de su correo
electrónico un texto con el título Que
hacer en el Ground Zero. El
mensaje anunciaba que “en pocos días aparecerá una revista
digital, editada por quien esto escribe, cuyo objeto
es la reflexión sobre las ciudades y sus cuestiones.
El texto que ustedes tienen ante sí es, por lo tanto,
un anticipo oportunista del número 0 de mi revista,
difundido en el día del primer aniversario del 11/9
(un toque de amarillismo que ustedes me perdonarán)”.
Las
respuestas recibidas fueron más que las esperadas y
en general muy alentadoras respecto al proyecto anunciado,
lo cual confirmó a Corti en su decisión.
En
esos días lo encontré a la salida de la cancha y lo
invité con un café (vi que le interesaba hablar conmigo
pero era evidente que no podía pagar su consumición).
Fuimos a un bar de Belgrano que ambos frecuentábamos
y, hablando de su proyecto, le pregunté por el nombre
que llevaría la revista. “Café de la Ciudad, me gustaría…”
respondió, “pero ya hay un lugar que se llama así. Se
me ocurre que café
de las ciudades no
estaría mal, sobre todo por lo que implica el plural”.
“¿No
tenés miedo a que te minimicen porque publicás charlas
de café”, le pregunté y me respondió con una sonrisa
irónica. “Puede ser, es el riesgo, pero me gusta la
idea de un café donde se encuentren los que les interesa
la ciudad”, y tras un silencio me dijo algo sobre Alvaro
Siza, que iba a los cafés para pensar, y citó el Rick´s
café de Casablanca y otros ejemplos sueltos. La presentación
del primer número, que hoy es el mensaje
institucional de la revista, tiene mucho de aquella
charla… de café.

No existe (Corti al menos no lo encuentra) registro de la fecha exacta
del primer envío de café
de las ciudades, pero sabemos que
llegó a alrededor de 220 personas (hoy el listado de
suscriptores alcanza los 4.000, y hay alrededor de 100.000
visitas mensuales al sitio). Las respuestas fueron nuevamente
muy positivas: nadie se desuscribió, comenzaron a llegar
suscripciones de gente a quien Corti no conocía y, entre
otros mensajes, recibió este de Diana Agrest, a quien
no conocía personalmente: “Felicitaciones por abrir
el Café de las Ciudades. Creo
profundamente en la importancia del Café en la cultura
urbana. Yo personalmente escribo en los Cafés y
cuando visito Buenos Aires el Café es mi oficina, pienso,
escribo y encuentro gente. Esta es una carencia en New
York, donde siempre trato de descubrir algún nuevo rincón.
Goodluck!”.
El contenido era lo suficientemente
diverso y heterogéneo como para justificar el carácter
de “café de la esquina” y “encuentro de miradas,
conocimientos y reflexiones” anunciado en la presentación:
una entrevista
a Raquel Rolnik presentando el Estatuto de las Ciudades brasileño, el Plan Director
de San Pablo y los nuevos instrumentos del urbanismo
brasileño, el multiculturalismo
según el crítico de arquitectura italiano Luigi Prestinenza
Puglisi, una reseña (quizás demasiado benévola) de El
misterio del capital de Hernando de Soto,
otra de La
economía del hidrógeno de Jeremy Rifkin,
una visión
irónica del Randstadt holandés por
Josep Alías, poemas
en la autopista por Gustavo Alvarez Nuñez
(inaugurando, aunque con un error de escritura que se
prolongó en el tiempo, el espacio del “flâneur”)
y una nota sobre cantinas
y fondas en el nuevo cine argentino.
El número
2 incluyó las primeras ilustraciones de la
revista: fotos en blanco y negro de Lisboa por Josep
Alías. También la
primera de las muchas notas de Jordi Borja,
con quien Corti había realizado estudios de postgrado
en Barcelona y que durante la década trascurrida ha
alentado y difundido el proyecto a lo largo del mundo.
Luego del número 3, que apareció en enero de 2003, Corti
decidió que además
de asegurar la aparición mensual de la revista había
que comprometer un día fijo de aparición: eligió
el primer lunes de cada mes y dispuso arrancar desde
marzo con un número doble (el 4-5)
que compensara la ausencia en febrero.
Al
cumplir un año, en noviembre
de 2003, la revista incorporó algunos cambios
en su diseño y formato, en su mayoría surgidos de las
respuestas de los lectores a una encuesta realizada
en el número 12. La presentación del número estaba dedicada
a La Paz (ciudad donde pocos días antes una insurrección
popular había terminado en la renuncia y huida del presidente
Sánchez de Losada). El siguiente cambio se produciría
en el número
51, en enero de 2007, en el que queda formalizada
la diagramación actual de café
de las ciudades, con una foto o imagen
orientada en sentido vertical como presentación gráfica,
a la izquierda del texto de presentación editorial.
También se incorpora el buscador, que permite ubicar
los distintos números editados y las notas según su
autor, tema y ciudad de referencia.
La
mayoría de las secciones en que se estructura café
de las ciudades arranca en los primeros
números: economía, política, ambiente, cultura, la mirada
del flâneur, lugares (donde “los parroquianos nos cuentan
en plan informal sus impresiones sobre las ciudades
que han conocido; los relatos están exentos de requisitos
académicos y convenciones profesionales, pero no de
sentido del humor y espíritu crítico”), tendencias (luego
renombrada como “urbanidad contemporánea”, para diferenciarla
de contenidos propios de otro tipo de publicaciones).
Los
géneros utilizados son en su mayoría periodísticos:
la
reseña, la entrevista, la nota de opinión, las secciones
de mensajes y agenda (el café
corto). Corti define la revista como “de
divulgación” y no le preocupa estar al margen de los
sistemas de indización de publicaciones “científicas”:
le preocupa en cambio
el
rigor y seriedad de los contenidos y la continuidad
y regularidad en la aparición de las sucesivas ediciones.
Las
instrucciones para
publicar en café
de las ciudades dan cuenta de estas
preocupaciones: “se utilizará un lenguaje comprensible
para un público especializado en cuestiones urbanas,
pero de distintas disciplinas. Términos técnicos muy
propios de una disciplina en particular deberían ser
explicados brevemente, a fin de no marginar de la lectura
a otras profesiones.De la misma manera, considerando
la diversidad geográfica del público lector, se pide
no dar por sentado el conocimiento de la realidad
geográfica y/o política del sitio sobre el cual se escribe.
Esto implica realizar mínimas aclaraciones de ubicación
geográfica, dimensiones, situación política, etc.”
Más
de una vez me han preguntado si Carmelo Ricot no es
en realidad un personaje ficticio cuyo nombre es anagrama
del mío… Me hubiera evitado esa sospecha de no usar
la “L.” entre mi primer nombre y mi apellido, o directamente
usar mi nombre completo, Mario Leandro (mi padre es
radical). Puedo dar fe que Ricot es un personaje real,
aunque su fobia a las reuniones y su escaso interés
en relacionarse con otras personas que las que ya conoce
hacen
que sea muy poca la gente que lo ha visto físicamente.
Su primera nota en el café
fue publicada en el número 3 y está incluida
en este libro: Roma
y lo efímero, una “hipótesis estética”donde
contrapone un poema de Quevedo a una obra de ZahaHadid
(“lo eterno desaparece, lo fugitivo permanece y dura”).
Le siguieron decenas de artículos sobre temas muy diversos
pero con el denominador común de la provocación, como
Las
10 boludeces más repetidas sobre los piqueteros y otros
personajes, situaciones y escenarios de la crisis argentina,
con un prólogo sobre la derecha, otro sobre Jauretche,
y un epílogo sobre la consigna más idiota de la historia
(según Ricot, el “que se vayan todos” que aun resonaba
cuando Corti proyectaba café
de las ciudades).
En
septiembre de 2004 Corti ingresa a los equipos técnicos
del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
donde permanece hasta 2010, y me invita a participar
orgánicamente de la revista como corresponsal en esa
ciudad, sobre la cual prefería no opinar personalmente
para no
confundir su rol de editor-redactor con el flamante
de burócrata. Mis
Terquedades
comienzan años después, en el número 65. Buscaba opinar
sobre diversos temas de la gestión porteña y bonaerense,
con una mirada abarcadora y metropolitana, "tan
lejana" (sostuve en la presentación de la propuesta
a la superioridad editorial) "de los prejuicios
tilingos de alguna clase media porteña y sanisidrense
como de la recusación pequeñoburguesa de esa clase media
por algún perdedor de elecciones, de la frivolidad marketinera
como de la ilusión asambleísta, de la mistificación
gestionaria como de la asepsia académica o la chicana
política". Fue entonces que soltó Ricot: "conociéndolo
al Mario, Terquedades será una tribuna de doctrina".
En
el número 104, Carola Inés Posic (AKA "la Gringa",
“la Caro”; una comunicadora social que llegó a la redacción
presentada por Celina Caporossi) presenta sendas notas
de Ines Moisset y Fernando Díaz Terreno sobre la peatonal
cordobesa y da inicio a su sección POSICiones
cordobesas. Recientemente, Corti nos pidió
a los corresponsales y al “asesor” permanente que nos
incorporáramos al espacio de las redes sociales: la
Gringa se excusó por sus compromisos laborales, Carmelo
eligió Twitter
por considerarlo adecuado a su estilo patotero y perdonavidas
y
yo
me resigné a Facebook,
donde he conocido alguna gente interesante
y
un sitio que me divierte mucho: Prefiero
Coger.
Y
además de las secciones fijas, los corresponsales y
los amigos y amigas que escriben con frecuencia (los
“colaboradores habituales” o “cómplices”, como los define
Borja), café
de las ciudades ha sido espacio para
algunos textos presentados (intencionalmente o por agregación
no planificada) en varias ediciones sucesivas o alternadas,
conformando agrupaciones temáticas. Es el caso, por
ejemplo, de la serie El
cartel de Buenos Aires, que arranca en el
número 12 con el objetivo de poner en evidencia el ataque
de la publicidad al paisaje urbano porteño. Una de sus
consecuencias “colaterales” es dar origen al Concurso
de Buenas y Malas Prácticas…
El
Concurso
ByMPUs se desarrolló entre 2004 y 2010. Los
premios “buenos” correspondieron al Parque de la Memoria
en la Costanera de Buenos Aires, la recuperación del
Centro histórico de Quito, las viviendas de la Tupac
Amarú en Alto Comedero y las del MTL en la calle Monteagudo,
una campaña de los estudiantes del Colegio Bernasconi,
las Torres del Parque diseñadas por Salmona en Bogotá,
el Kavanagh porteño, la campaña de Emanuele Piccardo
por la arquitectura de Génova Moderna, una campaña contra
el SIDA por la cual se montó un Condón en el Obelisco,
la Rambla de Mar del Plata y el reciclaje de residuos
sólidos urbanos de la Fundación El Ceibo. Los malos
fueron para un espantoso Cartel de Ford en la 9 de Julio,
el Vial Costero de Vicente López, las veredas de Retiro,
el Autódromo de Potrero de los Funes en San Luis, el
Colony Park en el Delta, los rellenos en el Río de La
Plata, la Torre Galicia, la mala colocación de splits
de aire acondicionado, la tardo-borbónica Torre Grand
Bourg y el indefinible Showcenter de la Panamericana.
Cuando
le pregunto si el concurso se volverá a realizar, Corti
me responde con un esquivo “si, algún día”,
sin
más precisiones y sin derrochar entusiasmo.
Proyecto
Mitzuoda, "una
ficción metropolitana contemporánea (por entregas)"
de Carmelo Ricot con Verónicka Ruiz fue publicado en
entregas mensuales contenidas entre los números 19 (mayo
de 2004) y 58 (agosto de 2007). La
serie Incredible
India, por Laura Wainer, se inició en el
nº 78 (“Recorrí el Norte y el Sur, en ómnibus, tren,
auto y avión. Estuve en los lugares más hermosos que
he visto en mi vida y en los más detractores de la dignidad
humana. India es segregación, es pobreza, es lujo y
crecimiento. Es tradición y religión. India es múltiple”).
El
análisis
crítico de la legislación urbanística y de ordenamiento
territorial en la Argentina comenzó en el
número 82 con la Ley de Ordenamiento Territorial y Usos
del Suelo de Mendoza, por Corti. Luego continuó con
notas del mismo editor, Hernán Petrelli, Nadia Finck,
José Luís Basualdo, Diego Fernández, Melinda Lis Maldonado
y Silvia Augsburger comentando, por ejemplo, el Plan
Urbano Ambiental de Buenos Aires, el Decreto-Ley 8912/77
de la Provincia de Buenos Aires y los proyectos de Ley
Nacional de Ordenamiento Territorial.
La
serie Nuestros
antepasados es un homenaje a ciertas manifestaciones
culturales precursoras de café
de las ciudades. Hasta ahora incluye
a los situacionistas, Scorza, la Comala de Rulfo, La
dolce vita, los Simpson, El Manantial, el Cuarteto de
Alejandría, Robocop y Taxi driver. El nombre de la sección
repite el de la magnífica trilogía de novelas de Italo
Calvino: El caballero inexistente, El vizconde demediado
y El barón rampante (“ellos también, por supuesto, son
nuestros antepasados”).
En
el número 67, en mayo de 2008, "100 días de (no)
institucionalidad metropolitana en Buenos Aires"
inicia la serie de informes
trimestrales de Artemio Abba en relación
a los avances y/o retrocesos de la institucionalidad
y gestión de la Región Metropolitana de Buenos Aires.
De Artemio es también Metrópolis
Argentinas, el libro que inicia en 2010 la
actividad editorial impresa de café
de las ciudades. El paso al papel
(una paradoja, pero no un anacronismo) fue
una especulación recurrente en estos diez años e incluso
llegó a confeccionarse la maqueta de una revista trimestral,
luego desechada por Corti. “Lo que podríamos lograr
imprimiendo la revista ya lo tenemos con la versión
digital, sin gastar en papel y sin problemas de distribución”,
me dijo en algún momento. Otro es el caso con la producción
de libros, que se ha sostenido y consolidado en el tiempo:
La
cuestión urbana interrogada, de Di Virgilio,
Herzer, Rodríguez y Merlinsky; Luces
y sombras del urbanismo de Barcelona, de
Jordi Borja; Grandes
Proyectos Urbanos, de Cuenya, Novais y Vainer;
Barrios
al Sur, de la querida Hilda Herzer; Ciudades,
una ecuación imposible, de Belil, Borja y
Corti; este Cien Cafés… y los que vendrán.
El encuentro personal
en el espacio “real” fue
otra aspiración continua de la revista. Ya en 2003 se
realizaron las charlas de café
de las ciudades en el Bar de Artes
La Puerta, de San Isidro. Un grupo multidisciplinario
(en riguroso orden alfabético, abogado, arquitectos/as,
educadora, ingenieros, y socióloga) se reunía los miércoles
para reflexionar sobre la ciudad contemporánea y sus
cuestiones: las diversas escalas urbanas, la dispersión
territorial, la calidad de vida, la diversidad, la inclusión
y la exclusión, las formas de percibir y disfrutar la
vida de las calles… Luego vinieron la Fiesta
Global y Local para el aniversario de 2004,
la ronda por los cafés de Buenos Aires en el de 2005
y las conferencias organizadas con Jordi Borja, Fredy
Garay, Eduardo Reese, Claudio Daniele, Luis Ainstein,
Patricia Pintos, Eduardo Cajide, Saskia Sassen y Peter
Hall, entre otros. En mayo de 2005 comenzamos
nuestra colaboración con el Programa
de Gestión de Ciudades de la UOC y en
2009 realizamos el primero de los cursos en modalidad
mixta presencial y virtual. Y
en 2011 abrimos nuestra oficina propia en Buenos Aires.

En
abril de 2009 aparece el primer número del Carajillo
de la Ciudad, revista trimestral del Programa
de Gestión de la Ciudad de la UOC, editada por Jordi
Borja y Miguel Mayorga con diseño de PGC- UOC y Laura
Corti. "Carajillo: café con picardía. El café
lo pondremos nosotros, la picardía debe ser compartida. Procuraremos
que haya algo de transgresión y de crítica un poco perversa
en los materiales que publicaremos. Esta revista tiene
padre y madre, el Programa de Gestión de la Ciudad de
la UOC y la revista on-line que publica en Buenos Aires
el arquitecto Marcelo Corti". Sin embargo, café
de las ciudades considera a Carajillo
su hermano, más que su hijo... Otros aires de familia
entroncan con revistas que han influido sobre la nuestra
(la Arquitecturas Bis barcelonesa y la Crisis de los
´70, EURE,
Punto de Vista, las digitales vitruvius,
Planum,
presT/Letter,
archphoto,
arch´it)
y otras hermanas contemporáneas: la chilena Bifurcaciones,
Urblog
y su erudición universal, la actitud irreverente de
Barcelona, la cordobesa Enredados.
El
futuro de café
de las ciudades tiene dos
horizontes: el próximo primer lunes de mes (la obsesión
de Corti) y los proyectos en marcha: los libros que
estamos preparando y los que vendrán, el formato e-book,
los próximos cursos, nuestra versión en inglés (The
Cities Café) y por supuesto, seguir ampliando “la única
cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la
de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier
esquina de cualquier ciudad”, un lugar en la red para
el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas
sobre la ciudad.
MLT
El
autor es corresponsal en Buenos Aires de café
de las ciudades.
De
su autoría, ver nuestra sección permanente Terquedades.
CIEN CAFES
100 textos nuevos, 100 autores, 100 notas de café
de las ciudades, 100 datos sobre la ciudad futura -
Aparece en diciembre. COMPRA
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