
Si
hiciéramos el intento de definir las ciudades en un
solo trazo, como un dibujo, podríamos imaginar que San
Salvador de Jujuy es una tacita, Buenos Aires es un
río y un puerto –inmortalizado en el dibujo de LC– y
la ciudad de Córdoba seguramente se asemeja a un pozo.
Sarmiento le dirá claustro
entre barrancas y reforzará en una sola imagen
dos características que la distinguen: su condición
geográfica de encierro y su tradición monacal. La
modernidad, que en la Argentina se expresó con fuerza
en nuestro siglo XIX, la pondrá en relación imprimiendo
otra imagen: la ciudad
de las conexiones y los vínculos, reforzados por
su posición central y mediterránea. Ciudad moderna que
tendrá al Cordobazo como emergente, tanto de su condición
asumida de ciudad industrial como de su inclinación
al cambio.
Visto
así, dos ciudades dicotómicas conviven. Utilizando
la imagen del movimiento, una ciudad interior que se
mira y define hacia adentro –De La Sota le dirá “cordobesismo”
– con otra opuesta: ciudad exterior e interconectada.
Esta tensión
permanente –con sus traducciones políticas y sociales–
parece dirimirse en su territorio. La ciudad de
Córdoba, al igual que todas las ciudades que necesitaron
redefinir su rol en cada momento socio-político, está
surcada por las “marcas”, las “huellas” que cada momento
le imprimió al territorio en su lógica de producción
del espacio urbano.
Y una de las primeras tensiones tendrá que ver
–tanto en su primera inserción como en la continuidad
de su crecimiento– con la ciudad concebida bajo la lógica
de la cuadrícula en un soporte geográfico diverso y
complejo.
Para
entender la diversidad del soporte natural y antropizado,
hay que visualizar la ciudad fuera del plano administrativo,
ya que las cualidades innatas del soporte, sumadas a
las transformaciones operadas por las grandes infraestructuras
regionales, configuran un
territorio múltiple, muy lejos del cuadrado regular
y genérico que define su extenso ejido de 24 x 24 kilómetros.
Esta incongruencia produce más de una dificultad analítica,
pero también operativa, de comprensión territorial.
La
ciudad de Córdoba ocupa una franja de transición y conexión
entre las cadenas montañosas paralelas, el valle y la
llanura, en el piedemonte oriental
de la Sierra Chica y en la Llanura Pampeana inmediatamente
al este. Esta particular posición, en el cruce de distintos
sistemas geográficos, la encuentra compartiendo alternativamente
situaciones territoriales diversas con distintos conjuntos
de centros urbanos menores pero interdependientes.
A su vez, esta topografía de base esta acentuada por una geomorfología compleja,
derivada de la
presencia del río Suquía y el arroyo La Cañada, que
la atraviesan. La cuadrícula, en principio muy contenida
en el área central fundacional de origen colonial en
el encuentro de los cauces (el claustro al que se refiere
Sarmiento) irá ocupando en las sucesivas urbanizaciones
distintas orientaciones, con una fuerte modificación
de la topografía de base apoyada en las redes conectivas
del ferrocarril y las vías radiales. Sin embargo, aun
cuando la mancha parece presentar un crecimiento relativamente
parejo en todas las direcciones y la estructura conectiva
es fuertemente radial, desde un punto de vista geo-político
y social las relaciones son muy distintas. Como
una malla o una tela sostenida en cada punto, con sus
bordes sometidos a diferentes tensiones, si hacia
el noroeste la ciudad se encuentra fuertemente conurbada
en el eje turístico de las “sierras”; hacia el sur se
extiende desprovista de límites fuertes, con una población
atraída por las conexiones con Buenos Aires, el sur
provincial y los asentamientos fabriles. Hacia el oeste y este, en cambio, el crecimiento
se encuentra aletargado.
Hace un tiempo, y en
parte como producto de las sucesivas crisis de gestión
municipal, la ciudad se ha dejado de preguntar cómo
debe crecer y simplemente crece. La dificultad de acceder
a suelo urbano en la ciudad consolidada, la falta de
crédito y acceso a vivienda y la carencia de políticas
de barrios ha ido intensificando el asentamiento poblacional
en los centros vecinos y aumentando la oferta de barrios
cerrados en la periferia. En paralelo, la disociación entre infraestructuras, soporte
y crecimiento se ha hecho más notoria, con consecuencias
socio-ambientales visibles.
Infografía publicada en
La
Voz del Interior, 1/4/12
Hace
muy pocos días, el
municipio difundió un ambicioso proyecto para el sector
este de la ciudad: el desarrollo de un Polígono
científico- tecnológico y parque productivo en el área
denominada “reserva del este” o “Bajada de Piedra”,
una extensa cuña de aproximadamente 170 hectáreas ubicada
en la periferia urbana sobre la Ruta Nacional N° 19,
vía de penetración de la Red de Acceso a Córdoba –RAC–
desde el este.
Pese a su proximidad
al Área Central, es
un espacio residual donde las condiciones topográficas –con barrancas abruptas de más de 10 metros
de altura– han dificultado la expansión de la ciudad,
favoreciendo la persistencia de una ocupación de tipo
rural-productivo. Hoy es un área periurbana de mucha
complejidad socio-ambiental, donde conviven numerosas
quinta fruti-hortícolas, bordes urbanos difusos de baja
densidad e infraestructuras de escala con asentamientos
informales.
El proyecto presentado
pretende recuperar el área como opción para el crecimiento
de la ciudad, dotándola de carácter, articulando
producción y ambiente –el sector es parte del cinturón
verde fruti-hortícola de Córdoba– con la inclusión de
industria limpia y la regeneración ambiental a través
de un parque productivo. En definitiva, se trata de
cualificar las transformaciones sobre el soporte, estableciendo
un compromiso de las infraestructuras en las cuestiones
de habitabilidad y salubridad urbana.
Este
nuevo proyecto parece tener la virtud de poner en relación
infraestructuras, crecimiento, ambiente y producción,
hoy desvinculados del territorio, bajo la mirada estratégica
de un plan de sector. Las dudas que se plantean parecen
ser de otro orden. ¿Es
posible que un plan sectorial basado en el asentamiento
de industria de nuevo tipo pueda direccionar el crecimiento en un área
tan difusa? Y sobre este interrogante se abren otros
referidos a la capacidad de regeneración de un área
tan compleja en los tiempos de una gestión o la carencia
de articulación con un plan para la ciudad que direccione
acciones de corto y mediano plazo. La ciudad ha presenciado
en sus últimos años la frustración de algunos de sus
proyectos –el área del portal del Abasto, el Consejo
Deliberante o la Nueva Terminal, entre otros. Muchos
de los fracasos han dejado en evidencia la dificultad
del estado municipal para gestionar el espacio urbano
–más allá del color político de la gestión. Tal vez
sean los proyectos que en su etapa de elaboración se
dan a conocer a la ciudadanía, los que nos permiten
reflexionar sobre qué ciudad queremos construir. Ojalá
sea el Proyecto del Este el que permita volver a centrar las cuestiones de crecimiento
como tema principal de la agenda urbana cordobesa.
CIP
Carola
Inés Posic es comunicadora especializada en temas urbanos.
Es corresponsal en Córdoba de café
de las ciudades; ver la presentación
del número 104 y
las notas:
Número 114 I POSICiones
cordobesas
Sobre
la concepción de “lo público” I Una relectura del
Diagnóstico para Córdoba de 1973. I Por Carola Inés
Posic
Número 113 I POSICiones cordobesas
La
sensación de un contrato roto I
De ciudades, trenes, tormentas y catástrofes I Por
Carola Inés Posic
Número 111/112 I POSICiones
cordobesas
Norah Lange,
la mirada transversal I O como reunir una biblioteca.
I Por
Carola Inés Posic
Número 110 I POSICiones
cordobesas
Córdoba
se va “de caravana” I … y vuelve hecha una urbe
latina. I Por Carola Inés Posic
Número 109 I
NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas
Renovarse
es vivir I Las
formas del crecimiento I
Por Carola Ines Posic
Número
108 I
NUEVA SECCION: POSICiones
Cordobesas
¡Es
tan difícil poder ver cine!
I Habemus Papam y el Director desbordado. I Por Carola Inés Posic
Número 107
I
NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas (I)
La paradoja de la conservación I El barco de Teseo
encalla en las costas del Suquía I Por Carola Inés Posic
Número 107 I NUEVA SECCION:
POSICiones Cordobesas (II)
Patrimonio y después I Miradas
desde el sur. I Por Mariana Isabel Bettolli
Número 106 I NUEVA SECCIÓN:
POSICiones Cordobesas
Los
deseos de Villa El Libertador I Sobre barrios, elecciones
y política I Por Carola Inés Posic
Número 105 | NUEVA SECCION
- POSICiones Cordobesas
Belgrano
de Alberdi: un pirata en primera I Fútbol
y Ciudad I Por Carola Inés Posic
Número 104 | Planes y Política
de las ciudades
El
lugar de todos | Consideraciones sobre el
área central de la ciudad de Córdoba | Fernando Díaz
Terreno
Número 104 | Arquitectura
y Política de las ciudades
Ciudad
frágil, Peatonal frágil
| Obras en Córdoba: ¿Ensañamiento o ignorancia?
| Inés Moisset
Esta es la descripción
que hace Sarmiento de Córdoba en su Facundo (Civilización
o Barbarie):
Número
73 | Historia
de las ciudades
Ahí...,
abajo, entre los pastos (la Ciudad Docta) | Córdoba
en 1825, “forzada a replegarse sobre sí misma” |
Domingo Faustino Sarmiento