La ciudad cambia. Antiguos
edificios dejan de cumplir su rol, nuevas demandas
exigen nuevos espacios, los viejos espacios se transforman
y otros edificios se constituyen en símbolo de lo
“nuevo”. Grandes áreas no ocupadas se anexan a la
ciudad y otras simplemente se degradan. Para explicar
estos cambios, los estudiosos urbanos apelan a desentrañar
procesos, en donde lo físico siempre parece encontrarse
en la intersección de una maraña compleja de cuestiones
que exceden lo urbano-arquitectónico para imbricarse
con la política, la economía y las demandas sociales,
o es resultado cultural de una sociedad asentada
en un territorio. Sin embargo, son muchas menos las
explicaciones que tratan de acercarse a los mecanismos
que construyen efectivamente el espacio físico.
Sobre esta línea y
pensando en la renovación, entendida como “el estado
de cambio” del espacio físico de una ciudad, podríamos
imaginar un juego abstracto con tres operaciones básicas:
sacar, poner y mantener, como tres acciones
elementales que de una u otra manera se ponen en juego
cuando se modifica el soporte construido. Pensamos
en términos de acciones simples, para poder “ver”
y tal vez entender esas relaciones básicas que alteran
el espacio construido. Porque: ¿siempre que el
espacio se transforma mejora el contexto? No,
dirán los patrimonialistas que ven como arquitecturas-testigos
desaparecen para dar paso a nuevas tipologías. Si,
dirán aquellos que ven en el cambio físico el símbolo
del progreso. Sin embargo no hay duda que la relación
entre la modificación de la arquitectura y la construcción
de la ciudad produce tensiones muchas más complejas
y muchas veces contradictorias. Rara vez la sustitución
de una arquitectura, un cambio tipológico o la transformación
física de un área depende de un plan general sistemático,
y cuando así sucede, los factores de realidad (gestión,
economía, etc.) suelen alterar su forma.
Hace muy poco tiempo,
en la ciudad de Córdoba, el gobierno provincial decidió
trasladar su sede, la Casa de Gobierno de la Provincia,
desde unos antiguos edificios de la llamada “arquitectura
peronista” a los predios del ex Ferrocarril Mitre
-sitio estratégico de borde del área central. La nueva
arquitectura alojaría a la sede del gobierno provincial
además de convertirse -esa era la intención explicita-
en referencia urbana, adoptando el nombre –aunque
no las funciones- de Centro Cívico. De esta forma
quedaba cerrada la discusión que en su momento había
suscitado el posible traslado de la casa de gobierno
al área del Estadio Chateaux Carreras (hoy Mario Kempes)
como incentivo para alentar el crecimiento hacia el
oeste.

La nueva locación
central le otorga al emprendimiento mayor visibilidad
y referencia, al tiempo que “ancla” con funciones
centrales un área factible de renovación. La operación
de “sacar” la casa de Gobierno fue literal. Se demolieron
en tiempo record los viejos edificios -sin consulta
ciudadana-, se alquilaron oficinas para que las distintas
dependencias estatales pudieran seguir funcionando
y se materializó un parque público, hoy Parque Las
Tejas, luego de descartar la venta del predio. En
un acuerdo con la Universidad Nacional de Córdoba,
se materializó también la continuación de la avenida
Chacabuco, permitiendo el ingreso a Ciudad Universitaria.
Para sumar complejidad, se comenzaron en el mismo
momento las obras de la ampliación de la Terminal
de Omnibus, localizada frente al predio del FC Mitre,
proyecto definido en el entorno de la nueva sede gubernamental.
Toda esta transformación del espacio público urbano
se realizó en forma conjunta y en tiempo record,
a meses de finalizar la gobernación de Schiaretti
y en un contexto económico que ya venía presentando
síntomas de aletargamiento. No es menor tampoco el
dato que todas las arquitecturas fueron realizadas
por un mismo estudio de arquitectos, sin mediar concurso
o consulta. A casi un año de la materialización de
las obras, los dos edificios –el gubernamental, que
el ingenio cordobés denominará “Panal” (en parte por
su forma, en parte porque “es donde viven los zánganos”)
y la ampliación de la Terminal- tienen muchas obras
anexas sin realizar y presentan serios problemas constructivos.
En el caso de la Terminal, aun no es usada por los
ómnibus de mayor tamaño.
En síntesis, el
Parque las Tejas, que se integró a la perfección al
sistema de espacios verdes de la ciudad, no alcanza
a compensar la pérdida del conjunto arquitectónico
demolido; continúa la indefinición del área del
FC Mitre, con un edificio cuya función administrativa
no alcanza para definir su carácter; la Terminal genera
más problemas a la movilidad al centralizar aún más
los flujos, y un importante gasto público ha sido
ejecutado solo para lograr, en la mejor de las especulaciones,
los caprichos de un gobernante. Lo producido no
alcanza para compensar la pérdida de construcción
ciudadana cuando los mecanismos son inconsultos.
"Con esta obra
dejamos atrás los años de atraso en los que teníamos
encerrado el centro de la ciudad, que ahora ha quedado
unido para siempre con las barriadas tradicionales
de la zona este", dijo Schiaretti durante la
ceremonia realizada en el Centro Cívico para referirse
al puente materializado que une el nuevo predio con
el Barrio General Paz. Lo que no señala el ex gobernador
es que la “barriada del este” es donde se concentra
la principal inversión privada en materia de vivienda
en altura desde el 2003 a esta parte.
No es casual que para
la misma época -febrero del 2011- uno de los Centros
Vecinales de uno de los barrios más populosos del
sur de Córdoba, Villa Libertador (ver la POSICión
Los
deseos de Villa El Libertador),
presentara al Consejo Deliberante el pedido de retiro
barrial del ejido municipal. La particular “declaración
de independencia” se basaba en un argumento sencillo:
“Tenemos infraestructura para ser una ciudad aparte:
tenemos hospital, tenemos a Telecom, los Bomberos,
ahora la Epec. Creo que a esto hay que debatirlo en
serio entre todos los barrios” decía en una entrevista
Alfredo Mendiolaza titular del CV de Residencial
Sud. Para señalar: “acá todo el mundo paga impuestos
y a cambio no recibe nada. Acá tenés un estado
rico que hace obras faraónicas y barrios empobrecidos”.
En solo un acto quedaba
expresada la disolución de una ciudad integrada y
la puesta en duda de su contrato social. Porque es
evidente que no solo es necesaria la generación
de obra pública sino también los mecanismos ciudadanos
involucrados para que se efectivice. Parece que
volver a poner en relación centro con barrios bajo
una mirada integradora no es una tarea sencilla en
la ciudad de Córdoba. Compatibilizar las grandes
obras de escala con aquellas que contribuyan a la
habitabilidad urbana es poner en juego no solo
los mecanismos que permiten “sacar” y “poner” arquitecturas
en el espacio urbano; muchas veces la tarea es “mantener”,
dar respuestas más silenciosas, tal vez menos visibles,
pero que contribuyan a consolidar el entramado social
de los barrios y por ende, mejorar la forma de vida
de nuestra ciudad toda.
CIP
Carola
Inés Posic es comunicadora especializada en temas
urbanos. Es corresponsal en Córdoba de café
de las ciudades.
Sobre el tema, ver también en café
de las ciudades:
Número
100
| Planes y Política de las ciudades
La
insoportable levedad del hacer
| La demolición de la Casa de las Tejas en Córdoba | Celina Caporossi
POSICiones
anteriores:
Ver
la presentación
del número 104 y
las notas:
Número
118 I POSICiones cordobesas
Las
tres Cañadas I
Preservar, consolidar y proyectar I Por Celina Caporossi
y Marcelo Corti
Número
117 I POSICiones cordobesas
El
poder de las palabras I
Ciudad y sostenibilidad
y Pepe Mujica en el Río + 20 I Por
Carola
Inés Posic
Número
116 I POSICiones
cordobesas
Cerrando
Barrios I
El debate sobre la normativa que regula los barrios
cerrados en Córdoba. I Por Carola Inés Posic
Número
115 I POSICiones
cordobesas:
El
Parque Tecnológico del Este I Pensar cómo
crecer.I Por Carola Inés Posic
Número 114 I POSICiones
cordobesas
Sobre
la concepción de “lo público” I Una relectura
del Diagnóstico para Córdoba de 1973. I Por Carola
Inés Posic
Número 113 I POSICiones cordobesas
La
sensación de un contrato roto I
De ciudades, trenes, tormentas y catástrofes I Por
Carola Inés Posic
Número 111/112 I POSICiones
cordobesas
Norah Lange,
la mirada transversal I O como reunir una biblioteca.
I Por
Carola Inés Posic
Número 110 I POSICiones
cordobesas
Córdoba
se va “de caravana” I … y vuelve hecha una urbe
latina. I Por Carola Inés Posic
Número 109 I
NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas
Renovarse
es vivir I Las
formas del crecimiento I
Por Carola Ines Posic
Número
108 I
NUEVA SECCION: POSICiones
Cordobesas
¡Es
tan difícil poder ver cine!
I Habemus Papam y el Director desbordado. I Por Carola Inés Posic
Número 107
I
NUEVA SECCION: POSICiones Cordobesas (I)
La paradoja de la conservación I El barco de Teseo
encalla en las costas del Suquía I Por Carola Inés
Posic
Número 107 I NUEVA SECCION:
POSICiones Cordobesas (II)
Patrimonio y después I Miradas
desde el sur. I Por Mariana Isabel Bettolli
Número 106 I NUEVA SECCIÓN:
POSICiones Cordobesas
Los
deseos de Villa El Libertador I Sobre barrios,
elecciones y política I Por Carola Inés Posic
Número 105 | NUEVA SECCION
- POSICiones Cordobesas
Belgrano
de Alberdi: un pirata en primera I Fútbol
y Ciudad I Por Carola Inés Posic
Número 104 | Planes y Política
de las ciudades
El
lugar de todos | Consideraciones sobre
el área central de la ciudad de Córdoba | Fernando
Díaz Terreno
Número 104 | Arquitectura
y Política de las ciudades
Ciudad
frágil, Peatonal frágil
| Obras en Córdoba: ¿Ensañamiento o ignorancia?
| Inés Moisset