N.
de la R.: El texto de esta nota
reproduce fragmentos del libro inédito de la autora,
cuya publicación se inició en los números 102, 103 y
104 con Veracruz,
El Puerto de
Veracruz y La Vieja
y la
Nueva Veracruz,
respectivamente.

En
el Intervalo de los Nortes
“Nadie va a hacer por Veracruz lo que ha hecho este gobernador”,
asegura doña Lupe, de 65 años, desempleada y sin jubilación.
Ella vende productos por catálogo y renta cuartos en
la casa que construyó su padre, antiguo estibador, y
en la que aun hoy vive en el barrio
Flores Magón. Flores
Magón es una de las colonias que surgieron como una prolongación natural del centro hacia el sur. Ubicada entre los
barrios populares del Centro y los fraccionamientos
desarrollados en los ‘60 y ‘70 de Reforma y Virginia
donde se asentó la clase media, ahora rebasadas por
los desarrollos urbanos de Boca del Río, cobijó
a la emergente clase obrera creada a partir del desarrollo
del puerto.
Estibadores, trabajadores de la construcción, dueños de pequeños
negocios, fueron ocupando esta colonia, antigua sede
del matadero de la ciudad, en lo que es hoy la Escuela
de Náutica Mercante, y del cementerio, en el actual
Parque Ecológico sobre la calle 20 de Noviembre.
A las 9 de la mañana, las señoras, en riguroso vestido estampado
suelto, cuchichean
en las esquinas como si ocultaran un secreto o no
quisiesen despertar a quienes aún duermen alentados
por la brisa fresca que entra después de la noche de
calor. Las señoras se deslizan de una casa a otra con
la primicia del día o el recuento de cómo pasaron la
noche: “Lupita, Lupita, no me siento bien”, escucho
a doña Pilar mientras golpea en la ventana de mi vecina.
La camioneta de El Atlántico recorre los callejones y calles
de la Flores Magón pregonando garrafas de gas con su
canción pegadiza. Sometido a un ritmo aletargado, el
barrio se despereza de un sueño que con los últimos
veinte años menos vecinos sueñan. La
crisis de empleo en la entidad ha empujado a miles de
veracruzanos hacia los Estados Unidos. Calles aun
bulliciosas en los ochentas (Uribe, Paso y Troncoso,
etc.), hoy lucen desiertas. “En esta esquina se reunían
los vagos para platicar y jugar fútbol después del trabajo,
hoy nada mas queda la tiendita¨ afirma un antiguo vecino
de la calle Uribe, el con su propia historia migratoria
al hombro mientras observa a unos adolescentes jugando
una cascarita en el medio de la calle, “esto sucedía
en todas las calles”, agrega.
Así como están los que se van están quienes llegan, principalmente
de entidades aledañas como Zacatecas y Oaxaca y de países
centroamericanos como Honduras y El Salvador; ambos
países han abierto consulados en el puerto y en Boca
del Río. Se escucha su tonada en las calles del Centro
a donde llegan para trabajar en limpieza o servicios
desde las colonias populares, muchas carentes de servicios
básicos, con viviendas de maderas y lámina. También,
Veracruz es el
segundo estado de la República, después del Distrito
Federal, en atraer población indígena, desplazada
de sus lugares de origen por la baja en los precios
de los productos agrícolas, la práctica de la ganadería
intensiva y los efectos de los derrames petroleros en
el medio ambiente; son empleados como jornaleros agrícolas
en la cosecha de caña de azúcar, café, y frutas y en
las ciudades se dedican al comercio informal.

Mientras camino hacia el centro, los ancianos se asoman
por las ventanas de las viviendas sobre la calle Gómez
Farías; sus hijos y nietos han migrado a los Estados
Unidos; sorpresivamente, aun viven varios en Veracruz
aunque no en el puerto. Las
paredes de ladrillos de las antiguas casonas dan paso
a casas de madera en abierto deterioro; hablan de
planes de renovación de las casas de madera pintadas
en combinaciones azul, naranja, verde y amarillo
y casas tipo closet que fueron las antiguas moradas
de los trabajadores temporales del puerto. Son parte
del famoso y popular barrio de La Huaca, pegado al Centro
Histórico. Allí nació Toña La Negra y su hermano El
Negro Peregrino, ambos afamados personajes del bolero,
y es el barrio donde encontró inspiración Agustín Lara.
El son, la rumba, el danzón y el guaguancó son algunos
de los ritmos que durante los fines de semana se escuchan
por los pasillos y pasajes que separan a las casas.
Es la ciudad tras la ciudad.
Sus modos han perdurado entre los callejones, en el interior
de cuartos y viviendas, en los patios donde las mujeres
lavan la ropa, los hombres bromean, los niños juegan
entre las sabanas colgadas en los tendederos. La calle
de Doblado es el corazón del barrio, uniendo el boulevard
con el centro de Veracruz. Las casas de madera se mezclan
con otras de ladrillo y concreto; algunas son accesorias,
otras en franca negociación con estilos arquitectónicos
de los cincuentas y sesentas.
Esta colección de patios es considerada la fuente de la identidad
del jarocho.
En ese área, en las afueras
de la ciudad amurallada, habitaron los esclavos africanos
en el siglo XVII. Hacia fines del siglo XVIII allí vivían
los jornaleros, pescadores, artesanos, músicos, los
cargadores, las lavanderas y los trabajadores del puerto.
En el siglo XIX se convirtió
en el barrio
de los emigrantes que llegaban de otras partes del
estado y de otros estados para trabajar en el puerto
y en el comercio.
Los patios de San Nicolás y San Salvador datan del siglo XIX,
según dictamen del INAH (Instituto Nacional de Antropología
e Historia) y La Favorita es uno de los patios más antiguos
de toda América Latina. “Acá vivieron profesionistas,
deportistas, boxeadores profesionales, por ejemplo,
Beto Cuarí. Había otro hermano Baby Cuarí, que peleó
cuando el Ratón Macías era una estrella, hubo grandes
peloteros, grandes luchadores profesionales, entre ellos
el Verdugo que filmó muchas películas con Capulina y
era trabajador de los muelles. Y también futbolistas
de la liga profesional salieron de este barrio: Fernando
Blanco, le dicen El Pipo, fue de los Tiburones cuando
jugaban por la camiseta y no tanto por lo económico.
Luís de la Fuente, le decían El Pirata, el estadio de
fútbol lleva su nombre.
Del Pirata se han tejido muchas fantasías, se decía que era
un marrullero para entrar al área, daba codazos y patadas,
tenía mucha técnica para pegar sin que el árbitro se
diera cuenta, no lo podía expulsar porque el tipo era
muy astuto. Fue muy grande. A mí me tocó verlo jugar,
decían que ya iban a jugar y el tipo estaba en los Portales
bien borrachote, dicen que el entrenador lo iba a buscar,
lo sacaba, lo bañaba y le daba café y que el tipo salía
a jugar como si hubiera entrenado toda la semana. Era
maravilloso verlo, era hijo de españoles pero nació
aquí en el puerto. Yo lo llegué a tratar mucho por la
música. Me acuerdo una vez lo saludé en los Portales,
y le digo: Luís y ¡zas! me da un manazo en la panza,
de cariño, pero qué manotazo y luego me sacudió las
greñas: ¿qué pasó chamaco?
Y peloteros de béisbol, muchos. Lino Donoso era un gran pitcher,
no había noche que no estuviera bien borrachote, podía
tirar un juego maravilloso, y luego un día desapareció,
quien sabe que sería después de él. Martín Ligo, cubano,
era una maravilla que podría haber estado en las ligas
mayores”, cuenta Eduardo Aguirre, músico.
No sólo por su rica vida social y cultural es La Huaca un emblema de identidad, sus pobladores
participaron en la invasión norteamericana de 1914 y
el movimiento inquilinario de 1922 que algunos describen
como un proyecto netamente anarquista. “Es de alguna
manera lógico que se hayan dado estos experimentos.
En los últimos 25 años del siglo XIX se moderniza la
ciudad con la construcción del puerto, las obras públicas,
el tendido de las líneas de ferrocarril y la explosión
urbana por el derribamiento de la muralla en 1879. El
crecimiento es tal que de 1900 a 1910 la población crece
de 29.164 personas a 48.633. La situación no hace más
que complicarse cuando el Presidente Carranza traslada
la capital del país a Veracruz.
Dada el alza de las rentas, de 10 pesos el cuarto en 1910 aumenta
a 30 y 40 pesos en 1920, se
organizan los inquilinos para protestar por esta situación.
Quienes primeros se alzan dicen fueron las prostitutas,
quienes quemaron los colchones e las calles dando lugar
a una proclama de “no vamos a pagar renta”. Herón Proal
se asomó como el líder de un movimiento que sería reprimido
antes de pasar a un nuevo estadio de lucha. El líder
fue encarcelado y el movimiento disuelto, congelado.
Hablaban de veinte a treinta muertos aunque los cadáveres
se multiplicaban flotando en las aguas de la bahía.
Hay quienes ven el primer carnaval organizado en la vía pública como una
distracción social a la destrucción del movimiento,
termina de explicar el Licenciado Rodríguez Azueta,
director del Museo de la Ciudad.
La
Vieja y la Nueva Veracruz
Patio Santa
María. Las casas, algunas de madera, la mayoría de ladrillo
y cemento, siguen diseños desparejos: desde el estilo
alvadoreño hasta modernos estilos de cajas de colores
y sencillos cubos de material.
Actos mínimos conmemoran hoy 24 de abril, el día de la primera
fundación de Veracruz en un paraje llamado Huitzilan.
Tuvo otras tres fundaciones y muy pronto quizás
una quinta porque se habla de la Nueva Veracruz, y no
metafóricamente: una nueva ciudad en construcción
ubicada en la zona norte entre la vieja y la Antigua
Veracruz.
Pero “el Centro Histórico se está muriendo”, afirma con cierto
descuido el Arquitecto José Luis Azpiri Avendaño. La
lucha pasa desapercibida, es un enfrentamiento silencioso
que nadie menciona en las calles, se acepta el cierre
de negocios, los carteles indefinidamente anunciando
la venta de locales, las persianas bajas cubiertas del
polvo que los Nortes cargan a la ciudad.
En la papelería de la calle Molina se vende Remembranzas de
Veracruz, un libro escrito por un septuagenario, quien
recuerda su infancia y juventud en el puerto a partir
de una descripción de sus aspectos clásicos: el danzón,
los cafés, algunas calles, personajes típicos. La vidriera
presume otros títulos sobre la historia de otros territorios,
Historia cruel, irónica y burlona de un tren que irrumpe
en la Amazonia; la ciudad oculta las suyas y no las
exhibe. En desinteresado desafío a las nuevas tecnologías,
la papelería vende juegos de oca, de serpientes y escaleras,
barajas españolas, naipes, dados, canicas blancas y
de colores. En su interior, la anciana de 80 dormita
junto a su hija; la televisión suena con el programa
matinal de televisión Azteca mientras afuera chilla
la ciudad de los turistas y el comercio; ellas duermen
el sueño del pasado.
Frente a la Catedral, se extienden 50 metros de persianas bajas;
sin éxito, maltratado por los nortes y el smog, el cartel
de venta de la inmobiliaria Zuma intenta arrancarlos
del abandono. La calle de 5 de mayo es la frontera más evidente entre el Veracruz
turístico y comercial y el perteneciente a los sectores
populares y el descuido; hasta los bares han cerrado.
El Veracruz de hoy fue concebido a fines del siglo XIX, siguiendo
el modelo francés de urbanización de disfrute del espacio
público; la ciudad era para disfrutar, exhibir la “joie
de vivre” y exhibirse. Los veracruzanos le deben
al alcalde Domingo Bureau el malecón y las amplias avenidas
y plazas que permitieron el avance de la ciudad hacia,
lo que con la muralla en pie, se llamaba periferia o
las afueras. En 1902 se inauguró el malecón, hechura
de Pearson quien, además, fue el responsable del diseño
y construcción del nuevo puerto. Bajo ese impulso, se
desarrollaron grandes proyectos de infraestructura,
se pavimentaron calles, se construyeron sistemas de
agua potable y se inició la electrificación de la ciudad.
Asimismo, se construyeron los edificios emblemáticos
del puerto: la aduana, la estación de ferrocarril, el
edificio de correos y el faro Venustiano Carranza. Hacia
1914, se terminaron los condominios horizontales de
vivienda popular y los balnearios de Villa del Mar y
Regatas. Sobre las calles de Prim y 20 de Noviembre,
se construyeron quintas y grandes mansiones. A ello
le siguieron los desarrollos habitacionales horizontales
de los cuarentas y cincuentas en los barrios aledaños.
Y hasta ahí parece llegar la historia. “Hay arquitectos
que dicen que no hay nada que valga la pena”, afirma
la encargada de la Dirección del Centro Histórico Arquitecta
Alicia María de Lourdes Vargas López. Esta dirección
tiene a su cargo el Programa de Ordenamiento del Centro
Histórico el cual fue aprobado por el cabildo porteño
y publicado en la Gaceta del Estado en enero del 2007.
Entre otros objetivos, pretende rescatar las zonas habitacionales de los barrios
de La Huaca y Las Californias, además de las plantas
altas de los comercios con el propósito de que la gente
regrese a vivir al centro.
Algunos de los proyectos que su dirección ha estructurado para
el centro incluyen: el corredor urbano Independencia,
Parque Zamora y Díaz Mirón como zonas peatonales que
permitirán renovar edificios; la recuperación del frente
de mar y su integración con San Juan de Ulúa; el barrio
de la Huaca; el barrio de los Mercados y la rehabilitación
del puente Allende y los patios del ferrocarril. Por
lo pronto, y como parte de los preparativos de los festejos
por el Bicentenario de la República, se proyecta trabajar
en un Recorrido Peatonal Cultural desde el Palacio Municipal
hasta el edificio del Instituto Veracruzano de Cultura;
es un trabajo de rescate y rehabilitación de edificios y espacios públicos, además
se renovarán las calles Zaragoza, Independencia, 5 de
mayo y Madero.
Entrevista
a Arquitectos José Luis Azpiri y Joaquín Segarra, IMPLADE.
Azpiri : El Instituto
Metropolitano de Plantación para el Desarrollo Sustentable
(IMPLADE) es un organismo nacido del colegio de arquitectos,
al que se suman cámaras, universidades, colegios, y
otras instituciones, para tener una visión estratégica
de la planeación urbana a mediano y largo plazo y no
solo del municipio y del área metropolitana.
¿Cómo describen
la lógica del desarrollo metropolitano en estos últimos
10 años?
Azpiri: Estamos formados por 4 municipios conurbanos, Veracruz,
Boca del Río, Medellín y la parte norte del municipio
de Alvarado, ya tocándole los pies al municipio de la
Antigua por el fuerte crecimiento hacia el norte de
la ciudad, y hacia el poniente con el municipio de Manlio
Fabio lo que es la zona industrial de Veracruz. Dado
que los planes de desarrollo se formulaban para tres
años, se tiene
una ciudad discontinua: las avenidas terminan donde
acaba el fraccionamiento y después empiezan a surgir
otras unidades habitacionales por otro lado y se tratan
de comunicar los diferentes desarrollos. Otro tema es
la redensificación urbana. Se ha visto que las
ciudades más caras son las ciudades más extendidas,
entre más grande más caros sus servicios, por ejemplo,
el transporte urbano.
Segarra: De donde salen todos los problemas es la dispersión
urbana. Y esa
dispersión no está controlada, sobre todo con la liberalización
de la tierra ejidal, porque los promotores privados
compran terrenos donde sea más cómodo, más barato, accesible.
Azpiri: Y se han tapado muchas lagunas, había cerca de 200
lagunas caminantes, únicas en el mundo, hoy sólo quedan
20; los desarrolladores, en lugar de sacar un valor
agregado dado que tienes un paisaje que puedes aprovechar
considerando que en Veracruz casi no hay pendientes
ni escurrimientos, las tapan. Ahora, para evitar este
tipo de ocupaciones, hay más controles por parte del
Ayuntamiento, del Instituto, SAS, el Gobierno del estado,
Medio Ambiente.
¿Cuál es el
principal problema de la ciudad?
Azpiri: Es la movilidad porque no se quiere abordar la cuestión de tener un transporte público de calidad.
Guanajuato tiene 2 millones de habitantes, y resolvieron
su problema de movilidad, primero organizando a los
transportistas y formando una sola empresa. En León,
tardaron 10 años en completar los estudios, en organizarse,
levantar las empresas, es una cuestión que resolvieron
los camioneros y las autoridades. En Veracruz, los permisionarios
no pagan impuestos, tienen que pagarle una cuota al
gobierno para poder tener sus papeles en regla para
circular. Al gobierno no le interesa que se arregle
el problema porque dejaría de percibir el dinero. Tienen
la deuda bursatilizada y la pagan a través de las tenencias.
Acá los choferes trabajan de 10 a 14 horas diariamente
y van a comisión, por eso juegan carreras para ganarse
el pasaje. Todos coinciden en las mismas rutas y viajan
con pocos pasajeros. De repente surgen iniciativas del
gobierno: vamos a hacer un tranvía como proyecto máximo
de arreglar el transporte, pero no se está incluyendo
a los factores del problema: los permisionarios de transporte.
Tampoco se ha realizado un estudio de rutas desde la
última calle de Veracruz en el norte hasta la última
calle en Boca del Río en el sur, al oriente y al poniente.
Se está hablando de un sistema de transporte que va
a costar muchísimo dinero y no va a ser la solución
al problema porque será un tranvía turístico.
¿Este problema
en el transporte refleja o es producto de este caos
en la ciudad?
Azpiri: Es la causa. La dispersión. Las colonias son un mundo
aparte. En el norte está creciendo la vivienda en ese
gran volumen y el sur es el área de los ricos: Boca
del Río, Costa deO, Alvarado. Se están haciendo unos
fraccionamientos impresionantes, como si estuviéramos viviendo en Miami. Pero la construcción genera
trabajo y estabilidad, y a la vez se está protegiendo
el medio ambiente. No es tan así con la vivienda popular.
Hablaron del
norte y del sur, pero ¿Qué pasa con el centro histórico?
Tenemos un centro histórico
que se está muriendo, donde la gente ya no vive.
Necesitamos que la gente regrese a vivir el centro.
Se limpiaron algunas cornisas, se rescataron algunas
fachadas del centro, se utilizó la paleta de colores
del INAH. Algo cambió pero fue escenográfico, realmente.
Supuestamente hay un decreto por el que se van a dar
facilidades de tipo fiscal, para gentes que inviertan
en el centro. Pero el INAH ha bloqueado ese rescate
del centro, siempre tiene un problema para cada solución.
Pretenden que el centro se reconstruya tal como cuando
se hizo, con la concha de mar y molerla. Esto no arroja
resultados duraderos, es un criterio absurdo a seguir,
entonces la gente dice: que se caiga, no me interesa.
Hay obras que se han quedado paradas, como la fábrica
de puros frente al parque; iban a construir una universidad,
estaban trabajando con un permiso provisional mientras
se aprobaba, querían construir un estacionamiento de
tal capacidad y no se lo permitieron.
¿Cuál es el
principal problema del Centro Histórico?
Segarra: Fundamentalmente, la pérdida de identidad del patrimonio tangible y lo terrible es que
arrastra una pérdida del patrimonio intangible. La gente
no se siente identificada con su entorno, eso es lo
más grave. La ciudad no tiene una historia que contar, cuando acá las historias sobran.
MB
La autora es escritora y cineasta.Realizó estudios de posgrado en México y Estados Unidos
en sociología, cine y literatura, disciplinas que combina
en sus trabajos de ficción y documentales. Fue la primera
latinoamericana en ser becada por cuatro años por Artes
Visuales de la Universidad de California en San Diego. Sus cuentos
y artículos han sido publicados en revistas internacionales
y sus películas exhibidas en festivales en los Estados
Unidos y Europa, incluidos el Dresden Film Festival
y el Berlin Film Festival. Ha sido galardonada con becas
y premios, incluido el prestigioso Premio Kodak por
su película La Novia. Actualmente se encuentra filmando
su largometraje So Long, en el Estado de Veracruz, y
desarrolla dos proyectos documentales.
Sobre el barrio
Flores Magón,
ver también en nuestro café
corto la información
sobre la muestra Visit as art,
que la autora inaugura en Veracruz el próximo 22 de
julio.
De su autoría, ver también en café
de las ciudades:
Número 2 | La mirada del flâneur
Arquitectura
para un paisaje en movimiento | Un cuento
de María Berns, con cerros que predican, edificios lascivos,
y arquitectos en la frontera | María Berns
Número 8 | Lugares
I’vebeen
living inside | Juárez es la ciudad madre
que parió un hijo varón, El Paso. | María Berns
Número 16 | La mirada del flâneur
Aeropuerto
| Usted no está en la lista de pasajeros | María Berns
Número 41 | Cultura de las ciudades
Isla
| Una historia del Delta | Maria Berns
Sobre Veracruz:
Número 93 | Arquitectura de las ciudades
La
recuperación del manglar de Veracruz
| En México, un taller interuniversitario para la sostenibilidad
| María Bustamante
Glosario:
Jarocho:
Veracruzano/a