
conocimiento, reflexiones
y miradas sobre la ciudad
r e v i s t a d i g i t a l
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el primer lunes de cada mes
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AÑO
6 - NUMERO 62 -Diciembre 2007
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Cultura
de las ciudades –
Nuestros Antepasados (VII) |
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Roma,
eco y escenario de una dulce decadencia.I
Por
Marcelo Corti
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La
dolce vita (1960) de Federico Fellini ha enriquecido la
cultura contemporánea en diversos aspectos. Agregó,
por ejemplo, dos expresiones al habla común: el propio
concepto de dolce vita (que supera a aquellos tan utilizados
hoy de glamour y fashion, por la superposición
de sensualidad y crítica implícita en su enunciado)
y el nombre de "paparazzo", aplicado al fotógrafo
de frivolidades cínico e insistente. Más importante
que eso, la película incorporó al imaginario
colectivo algunas escenas memorables: obviamente, la incursión
nocturna de la opulenta Sylvia / Anita Eckberg y su desorientado
pretendiente Marcello en la Fontana di Trevi, pero también
el vuelo de la estatua de Jesucristo sobre Roma y la aparición
del extraño animal arrastrado por los pescadores a
la madrugada en la playa, después de la frustrada orgía,
sobre el final. Esta capacidad de generar símbolos
de extraordinaria potencia hace que la película
resista razonablemente el paso del tiempo, y tolere incluso
metáforas que resultarían ominosas en otras,
como la del llamado de la muchacha que el protagonista no
escucha en el final, inmediatamente después del hallazgo
del pez y de los excesos en la villa.
Es la
primera película netamente romana de Fellini, si exceptuamos
el contexto meramente referencial que la ciudad ofrece en
Lo sceicco bianco. Las películas de Fellini
en la década del ´50 se desarrollan entre ambientes
pueblerinos como los de Los Inútiles y alucinadas
peregrinaciones como las que sostienen de La Strada
(donde los protagonistas vagaban por territorios estrictamente
periféricos), Il bidone y Las noches de Cabiria.
Con La dolce vita, Fellini "entra" definitiva
y triunfalmente en Roma; la ciudad, su territorio y su historia
son a la vez el eco y el lugar de la dorada decadencia moral
de su protagonista, Marcello Rubini / Mastroianni. Rubini
es un proyecto de escritor devenido periodista del espectáculo,
reinando en las noches de Via Condotti, seductor y a la vez
seducido de las actrices de cine, las prostitutas de diversos
estratos y las muchachas de la aristocracia. Fellini contrapone
a los dilemas éticos y a la dulce caída de Rubini
una rapsodia espacial de base romana, una nueva reinterpretación
del territorio donde la eterna Roma incorpora sus periferias,
incluyendo las playas de Ostia, las villas suburbanas de la
aristocracia y las aldeas moribundas de la postguerra.

Me interesa
destacar un aspecto, si se quiere puramente instrumental.
Su contenido está expresado socarronamente en uno de
los diálogos de la entrevista que la prensa del espectáculo
tiene con Sylvia (la actriz que interpreta Eckberg) cuando
arriba a Roma. Un periodista desubicado o capcioso le pregunta
si "el neorrealismo italiano, ¿esta vivo o muerto?";
el traductor le susurra a Sylvia sin más explicaciones:
"di que está vivo". El pequeño fragmento
tiene contacto con la imagen de actriz bellísima pero
ignorante que corresponde al guión; en una lectura
más amplia, es asociable a uno de los mecanismos
estéticos que la película pone en marcha.
Los paisajes desolados de la reconstrucción post-bélica,
las periferias urbanas, los grandes conjuntos de vivienda
monofuncional, aparecen en La Dolce Vita de manera
distinta, evolucionada, a como los encaraba el neorrealismo
en la década precedente. En las películas del
primer Visconti, De Sica y Rossellini, estas periferias son
sitios de denuncia sobre las condiciones de vida de las clases
obreras y la inmigración. Posición presente
incluso en interpretaciones posteriores, como la que realiza
Passolini en Mamma Roma (en cierto modo, una variante
barroca del suburbio monofuncional, donde los pabellones se
pierden en medio de una luminosidad exasperada).
El paso
que da La dolce vita es el que va de la denuncia y
la crítica social, a una visión más compleja,
que puede asociarse al proceso interior del protagonista,
tanto como a la nueva realidad política y social italiana
entre los ´50 y los 60. En la primera lectura, la introspectiva,
las escenas de periferia se asocian a momentos de conflicto
o depresión de Marcello, a sus peleas con Emma (su
novia "oficial"), a la patética escena de
amor con la encantadora y lasciva Maddalena (Anouk Aimee)
entre las goteras de un pabellón residencial, en el
apartamento de una callejera barata. Podemos incluir también,
sin ser estrictamente periferia, el marco del filicidio y
posterior suicidio de Steiner, ambientado en un espectral
vacío del barrio fascista del EUR, saturado de luz.
En una
lectura más amplia, esta cabalgata romana entre las
periferias y las centralidades históricas hablan de
un reacomodamiento sociopolítico después
de las convulsiones de la inmediata postguerra. Terminada
la crisis, el escenario se reparte entre los ganadores de
siempre y unas nuevas clase expectantes: los inmigrantes del
sur, los intelectuales asimilados al sistema, la nueva dirigencia
política. Se enfatiza habitualmente el costado crítico
a las costumbres de la aristocracia y la burguesía,
pero una visión desapasionada de la película
revela que este entorno social es más bien un espejo
del dilema ético del protagonista.

Rubini
posterga ad infinitum tanto la realización de
su novela como la definición de su vida amorosa. Como
Paris a Bogart y Bergman, siempre le quedará Roma,
a veces maternal, a veces indiferente, una ciudad que
puede ser (como propone Borges sobre la obra de Shakespeare)
"todo para todos". La dolce vita anticipa
los temas de una ciudad globalizada y hedónica,
banalizada desde la apropiación mediática. Así,
Marcello (Mastroianni - Rubini) corre tras Sylvia entre la
cúpula de San Pedro y las callejuelas desiertas en
la noche, para terminar salpicado en la Fontana di Trevi.
Toda la historia de la ciudad (la juerga empieza en una disco
llamada "Caracalla") reducida a un juego de divertimentos
para la evasión de la diva, evasión que Rubini
termina aceptando en la Fontana como suprema sabiduría.
Como fondo, la muerte, anunciada en el malestar del padre
luego de la noche de parranda y en el histérico intento
de suicidio de Emma, que anticipa la tragedia de Steiner.
Rubini se deja llevar hacía su propio vacío
por esa Roma ambivalente, mítica y frívola
a la vez, finalmente dueña de las vidas y sueños
de sus amantes. Una amarga confesión de vacío,
análoga al comentario de Paparazzo cuando el padre
de Marcello pide champagne para la corista en el cabaret:
"¡pero si basta con una naranjada...!". La ciudad
es también el ámbito de relaciones ambiguas,
indefinidas, no necesariamente efímeras, pero sí
livianas.
Se ha
señalado de La dolce vita el supuesto carácter
disperso y fragmentario de su relato, que en realidad encubre
una profunda unidad de concepción. Se trata más
bien de una película infinita (en asociaciones, en
recursos, en evocaciones). En todo caso, es Roma la que
impone la unidad artística, o la música
de Nino Rota, que así como la ciudad engloba lo exquisito
y lo vulgar, evoca al mismo tiempo sonidos clásicos
y populares, con una potencia extraordinaria.

La gran
trilogía romana de Fellini se cierra en los ´70 con
Satyricón y Roma, dos películas
subvaloradas por la crítica. La primera es una interpretación
personal de la antigüedad clásica, en la que las
valencias sensuales encubren la melancolía profunda
de una reflexión sobre el paso del tiempo, parangonable
a aquel soneto
de Quevedo:
Buscas
en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!,
y
en Roma misma, a Roma no la hallas:
cadáver
son las que ostentó murallas,
y
tumba de si propio el Aventino
yace,
donde reinaba el Palatino;
y
limadas del tiempo, las medallas
más
se muestran destrozo a las batallas
de
las edades que blasón latino.
Solo el
Tíber quedó, cuya corriente
si
ciudad la regó, ya, sepultura
la
llora con funesto son doliente.
¡Oh, Roma!,
en tu grandeza, en tu hermosura
huyó
lo que era firme, y solamente
lo
fugitivo permanece y dura.
Fellini
Roma es sí una película fragmentaria, errante
entre los recuerdos del joven arribado a la capital y la supuesta
filmación de un documental televisivo sobre la ciudad,
recurso que luego se repetirá en Prova d´orchestra
y L´ Intervista.

Más
de 20 años después, Peter Greenaway presenta
una Roma igualmente ambivalente, también reflejo de
una descomposición personal, en El vientre del arquitecto.
El arquitecto de Greenaway repite la frustración profesional
de los grandes arquitectos revolucionarios, que se traslada
a la crisis de su pareja, en un festival de citas y
apariciones arquitectónicas. Ya en los ´90, Nanni Moretti
reproduce en In Vespa, primer episodio de Caro Diario,
la idea de una Roma múltiple, definida también
por sus barrios modernos y sus áreas banales.
En el borde de uno de esos barrios periféricos, el
propio Moretti le pregunta a un habitante si la vida en los
pabellones es tan dura como la pintan los medios, y el interrogado
asegura que no lo es... En otra escena, Moretti increpa a
un burgués que en los ´60 se fue a vivir en los suburbios.
En otra
Roma, que algunos llaman Nueva York, trascurre Celebrity,
donde Woody Allen homenajea al maestro con una lectura más
amarga de las parrandas de otro periodista (que en este caso
sostiene la utopía de un guión de cine). Pero
a diferencia de Rubini, el personaje de Allen es consciente
de su propia caída, y en la última escena lanza
una llamada de S.O.S. que nadie escuchará. El Rubini
de Fellini se transforma, en cambio, en el autobiográfico
director de cine de 8 y ½, su siguiente película,
que exaspera las claves existenciales de La Dolce Vita
aunque ya prescinde de las metáforas urbanas que
tan pródigamente brindaba Roma.

MC
Sobre
Roma, ver también en café
de las ciudades:
Número
31 I La mirada del flâneur
Urbi
et orbi I San
Pedro de Roma, de la perspectiva al satélite. I Por
Carmelo Ricot
Número
29 I Planes de las ciudades
Tres
comentarios sobre el Plan Regulador de Roma I
De Greenaway a Moretti (con algo de Fellini), el compromiso
según Campos Venuti y la visión crítica
de Luigi Prestinenza. I Marcelo Corti
Número
28 I Planes de las ciudades
El
Plan Regulador de Roma I Recorrido y Contexto.
I Pietro Elisei
Número
27 I Cultura de las ciudades
Piazza
Navona, un rincón de Buenos Aires I
El espacio público, de los Apeninos a los Andes...
I Rubén Gazzoli
Número
8 I La mirada del flâneur
Roma,
complicidades y vino I Un sueño lleno
de colores y sabores. I Por Rolo Chiodini. Número 3
I Flâneur
Roma
y lo efímero I Lo eterno desaparece,
lo fugitivo permanece y dura. Una hipótesis estética
(con algo de ficción documental) de Carmelo Ricot.
I Carmelo Ricot
Ver
las notas anteriores de la serie Nuestros Antepasados:
Número
34 I Nuestros antepasados
Comala
I La novela, el pueblo y la ciudad. I Ricardo Greene F.
Número
29 I Nuestros antepasados
Robocop
I Detroit ya no es lo que era. I Marcelo Corti
Número
22 I Nuestros antepasados (IV)
Taxi
Driver I ¿Me estás hablando a mí?
I Marcelo Corti
Número
17 I Cultura Nuestros antepasados (III)
¿Dónde
queda Springfield? I El hogar de los Simpsons
I Marcelo Corti
Número
16 I Cultura Nuestros antepasados (II)
El
cuarteto de Alejandría I La ciudad,
y su Poeta. I Marcelo Corti
Número
15 I Cultura Nuestros antepasados (I)
Uno
contra todos I El Manantial, un melodrama de
la Arquitectura. I Marcelo Corti
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Planes
y Política de las ciudades |
Normativa
urbanística: la articulación entre planeamiento,
participación y gestión
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Sobre
los conflictos alrededor del Código de Planeamiento
Urbano de Buenos Aires I
Por
Marcelo Corti |
Para
entender estos conflictos, y para que los distintos
niveles del Estado (en particular, el gobierno municipal)
tengan elementos propios para resolverlos, es necesario
entender la compleja relación que existe entre
la normativa urbanística, los procesos de planificación
urbana de los cuales ésta es expresión,
los mecanismos de gestión que la implementan
en la práctica y, como marco social y político,
los diversos intereses alrededor del desarrollo urbano.
Estos intereses se pueden sintetizar en general en el
conflicto entre las concepciones de la ciudad como valor
de uso individual o colectivo y como valor de cambio
para propietarios del suelo urbano y empresarios de
los sectores de la construcción e inmobiliario,
su carácter de fuente de empleo, y el Estado
como articulador de todos estos procesos.
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Nueva
Orleáns: el peligro continúa
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Los
errores de la reconstrucción y la recurrencia del
paradigma ingenieril, en una nota de Time I
Por
Marcelo Corti |
La
tesis que sostiene Grunwald es que la mayor responsabilidad
por la catástrofe de 2005 debe atribuirse a la
errónea estrategia de defensa del Cuerpo de Ingenieros
del Ejército de Estados Unidos, basada en la
construcción de muros y tablestacados en una
escala gigantesca, e indiferente (cuando no funcional)
a la destrucción de los pantanos y humedales
que rodean la ciudad. Cuando los franceses la fundaron
en 1718, la ciudad podía defenderse de las inundaciones
por un dique de apenas una milla de extensión
y un metro de altura sobre el río Mississippi;
el hoy French Quartier se asentaba sobre una elevación
natural del terreno, producto del relleno natural por
el material aluvional del Mississippi, y el Lago Pontchartrain
estaba separado de la ciudad por una adecuada distancia
y un sistema de humedales que garantizaban la inocuidad
de las inundaciones.
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Software
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Un
relieve alternativo de la Ciudad
I
Por
Marcelo Corti |
Hace
ya unos años que Veronicka Ruíz está
obsesionada con las aplicaciones territoriales de la
informática. Ha elaborado por ejemplo un software
que permite registrar distintas dimensiones personales
de Buenos Aires. El programa parte de un mapa convencional
de la ciudad, al que se agrega sobre un eje de coordenadas
el contenido significativo que cada punto en el espacio
adquiere para el individuo interesado, y en otra coordenada
se cargan los datos temporales (fecha, edad del recurrente
al momento de producirse el hecho, situaciones climáticas,
sucesos históricos coetáneos, etc.). El
resultado es una especie de relieve alternativo de la
ciudad, donde la altura de cada punto en el espacio
está relacionado a los factores que la Ruíz
denomina de sicogeografía, en una
(a mi juicio) apresurada interpretación de ciertas
prácticas situacionistas.
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Significaciones
sociales vinculadas a la vivienda
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El
nuevo lujo, de la clase media a la clase alta; el caso
de Córdoba I
Por
Manuel Alazraki, Carmen Añamuro y María
Emilia Genaro |
Aparece
ahora como parte de la legitimación de la identidad
de esta nueva clase media la vivienda, que surge como
un bien que siempre está presente, es decir,
siempre está bien valorada; en ella se reflejan
los gustos de sus usuarios, cómo se decora, con
que "estilo". Este tipo de lujo aparece caro
pero sin embargo es accesible: la nueva clase media
está dispuesta a pagar un poco más con
el fin de obtener la marca, la experiencia especial,
la calidad, el estilo que brinda reconocimiento de parte
de la sociedad. Surge también con la vivienda
un espacio inmediato que la complementa: espacios de
consumo y de recreo; en muchos de los casos se les suman
áreas verdes.
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Urbanismo
y derechos ciudadanos
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Jornadas
de debate, preguntas y propuestas
I
Por
Marcelo
Corti |
Manuel
Herce jugó fuerte en varios frentes complementarios:
las infraestructuras hacen ciudad, más aun que
los proyectos urbanos; los gobiernos locales son los
únicos que pueden hacer urbanismo, y deben reclamar
su intervención en la resolución de las
grandes infraestructuras; no menos importante, su cruzada
contra "los talibanes de la geometría"
y las ecuaciones complicadas, contrapuestas a su visión
global de la movilidad. Herce no cuestiona al automóvil
privado como medio de transporte, pero lo supedita a
una estrategia integral que reivindica la compacidad
urbana, el transporte público y la adecuación
de las infraestructuras al espacio de la ciudad ("un
carril de transporte automotor no necesita tener tres
metros y medio de ancho, con tres metros alcanza y con
dos y medio también").
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Buenas
y Malas Prácticas Urbanas 2007
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Torres
de Salmona - Torre Galicia - Alumnos del Bernasconi
- Antenas contra Virasoro - Aparatos a mansalva - Brisbane
- Fotos prohibidas - Kuala Lumpur - Beijing - Singapur
- Centro de Santiago - Kavanagh - Water-Taxi - Parque
Alem - ABL porteño.
Y una "competición" paralela: ¿cuáles
son los mejores, o más influyentes, o más
recomendables libros escritos sobre ciudad y urbanismo
a lo largo de la historia?
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Comunicado
de la Villa de Retiro, proyecto visiones, boedo + 10
y consultas varias.
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Por
la Reforma Urbana en la Argentina - Curitiba, del modelo
al modelaje - Maestría en Desarrollo Sustentable
- Gestión Local del Hábitat, en Rosario
- ¿Un mundo suburbano? - Imaginarios urbanos y participación
social, en Costa Rica - Nuevo Mercado de Bien Público,
en Palermo - Un hotel del amor municipal...:
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ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES
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café de las ciudades
es un lugar en la red para
el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre
la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina
o profesión: cualquiera que tenga algo que decir
puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos.
Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas,
según el gusto de cada uno), y tolerancia con las
opiniones ajenas, son la única condición para
entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café:
trataremos de demostrarle su error. Nuestro café
está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar,
pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos
en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque
desde allí se mira mejor en todas las direcciones.
Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles,
y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar
caminando a nuestro café, y por eso viene gente del
centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere
un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran
datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar
de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que
se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única
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de las ciudades: la
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en cualquier esquina de cualquier ciudad.
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