La ciudad suele
ser el lugar físico y social en el que se producen las máximas
-o quizás las mejores- posibilidades de información, de comunicación
y de alcanzar inmediatamente los resultados de esa información.
Oriol Bohigas, Contra
la incontinencia urbana, Reconsideración moral de la arquitectura
y la ciudad. Electa Ediciones,
p. 109

Si
tratáramos de establecer una paridad entre los términos estado
y urbano podríamos obtener una nueva expresión, la del estado
urbano. Se define estado como la situación en que se encuentra
alguien o algo, y en especial cada uno de sus sucesivos modos
de ser o estar, y urbano
como perteneciente o relativo a la ciudad. La combinación de estas dos palabras nos arroja
una nueva terminología, cuyo sentido trataré de explicar en el
siguiente texto, el cual
acompaña una serie de fotografías propias de la ciudad de Buenos
Aires.

I
Hace
unos años atrás, al momento de pensar sobre lo que iba a resultar
uno de mis trabajos fotográficos, me vinieron a la mente numerosas
imágenes. Desde retratos de personas, hasta fotos de espacios
interiores u objetos. Lo que más me llamó y me sigue llamando
la atención es todo aquello relacionado con la vida urbana. Con
ello me refiero al modo en que se comporta la gente en la ciudad, sus recorridos,
la arquitectura y la combinación de las cosas que veo y que me
pasan todos los días cuando recorro esta ciudad.
Viajo
muy seguido por la zona del centro, ya sea en subte o colectivo.
La gran mayoría de las veces lo hago en las horas pico, cuando
se moviliza una gran cantidad de personas. Es en esos instantes
en los cuales veo cómo es la gente; a veces percibo un estado
casi anti-natural en ella, como si el tiempo se
detuviera cuando espera llegar a su destino y se movilizara a
un ritmo vertiginoso una vez fuera del transporte. Como si pasara
de un estado de letargo inconsciente a una actitud frenética y
acelerada, de un segundo a otro.

Mi
primer trabajo fotográfico se basó en imágenes de movimiento y
situaciones urbanas; esa fue mi primera aproximación al tema,
donde las imágenes eran de calles, esquinas, gente caminando,
etc. Lo particular de este proyecto fue que estas imágenes no
fueron premeditadas, sino que fueron apareciendo durante el proceso
de trabajo de las tomas. Fue ahí que me empecé a interesar por
diferentes ángulos, tomas
inusuales -desde un colectivo, por ejemplo-, planos contrapicados.
Uno de mis referentes mas fuertes fue el trabajo de Horacio Coppola, fotógrafo argentino conocido por sus fotografías
de Buenos Aires entre los años 1927
a 1936. Adrián Gorelik,
arquitecto e historiador, realiza una observación que va más allá
de definir las imágenes como escenas urbanas: “Construye
motivos formales atemporales, postula arquetipos para la ciudad
que se instalan en una doble búsqueda de síntesis, típica de un
sector de la vanguardia porteña: la síntesis entre modernidad
y tradición, y entre la ciudad y la pampa” (Miradas sobre
Buenos Aires, historia cultural y critica urbana. Siglo Veintiuno
Editores, Buenos Aires 2004, p. 96). Mas tarde conocí dos trabajos
muy significativos en mi obra: uno de Fabián
Vendramini, y otro de Daniel Merle.
El primero, titulado Tránsito
(expuesto en la
FADU-UBA en el año 2002), estaba compuesto por
diferentes tomas de personas viajando
en colectivo, pero capturadas desde una escala peatonal, de manera
espontánea. El segundo, cuyo nombre era muy similar, En Tránsito,
mostraba imágenes de personas
en lugares de transito, que viajaban de un punto a otro: estaciones,
aeropuertos, etc. Merle expone una serie
de imágenes que dan cuenta de la característica de estos espacios,
estos no-lugares o lugares vacíos, como los menciona el filosofo Zygmunt
Bauman en su libro Modernidad Líquida
(Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1999), cuyo propósito
principal es el tránsito de personas y que por sus características
físicas y espaciales no permiten la congregación y relación entre
ellas, vedando esa característica de vida civilizada.

II
La ciudad, quizá más que la nación, es la culminación de unas
nuevas identidades de grupo, indispensables para pasar de la vida
“bárbara” a la vida “civilizada”.
Oriol
Bohigas, Contra la incontinencia urbana, Reconsideración moral
de la arquitectura y la ciudad. p. 110. Electa Ediciones
Oriol
Bohigas, arquitecto catalán, realiza
una aseveración interesante acerca de la ciudad y las cuestiones
urbanos, especialmente para aquellas ciudades europeas de varios
siglos de existencia. Por otro lado, en su texto defenestra las
ciudades latinoamericanas como México DF o Buenos Aires -en sus
propias palabras, “…ciudades tan graves y a
una escala tan desproporcionada que ya se apartan del hilo
argumental de este texto” (Contra la incontinencia urbana, Reconsideración
moral de la arquitectura y la ciudad. Capitulo
23: La Compacidad,
p. 121. Electa Ediciones). En cambio, yo creo que Buenos Aires
tiene una condición que la ubica en un lugar privilegiado.

Bohigas explica algunas cuestiones que se deben tener en cuenta en las ciudades,
de las cuales sobresalen tres: la compacidad, la superposición
de funciones y la lectura clara de la ciudad. Por un lado, Buenos Aires tiene sus conflictos
-confluencia de personas, tráfico, etc.- como cualquier ciudad,
y por otro lado tiene esa cualidad de multiplicidad
de situaciones y encuentros.
Las
fotografías del presente trabajo muestran en cierto
modo algunos de los temas presentados por Bohigas,
que trataré de explicar a continuación y que refuerzan la definición
de estados urbanos.

Superposición
de funciones.
Una
de las cualidades de Buenos Aires es la superposición de funciones.
Esta es entendida como la mezcla de diferentes usos y actividades
en un espacio físico, favoreciendo
la creación de ciertos “conflictos
productivos” que benefician a la vida en la ciudad (por ejemplo,
zonas que comparten usos comerciales y residenciales en un mismo
terreno -Palermo, San Telmo); esto le otorga amenidad e identidad
propia a los distintos barrios de la ciudad.

La
casualidad y el azar. Encontrar sin buscar.
Se
podría decir que esta característica del azar es una consecuencia
de lo dicho anteriormente. En un lugar donde existen muchas actividades
superpuestas, o donde más cosas coinciden físicamente, es donde
se van a dar con mayor probabilidad esos encuentros no planificados. Paradójicamente, este trabajo no fue algo
que había pensado desde un principio, sino que vino a mí por esa
particularidad que tiene la ciudad -sus eventualidades. Fue la
misma ciudad la que me proporcionó los tópicos que ilustran estas
fotos.

Heterogeneidad
de situaciones, materiales, texturas, gente
Esta
condición urbana, que hace de Buenos Aires una ciudad latinoamericana
tan característica y única, se evidencia en diferentes aspectos:
desde la cultura y la sociedad, pasando por su fisonomía -trama
urbana y densidades-, la arquitectura y el transporte. Estos estados
de los que hablo no sólo se refieren a las personas sino también
a los objetos -los edificios, el equipamiento urbano, la vereda
y la calle, el transporte subterráneo y el colectivo- y a la relación
entre ambos; a la condición de la ciudad que posibilita estas interacciones y comportamientos.
Si
quisiera entender la problemática actual de los últimos años en
Buenos Aires podría decir, desde un punto de vista muy cómodo,
que la ciudad es un desastre o que va camino a un colapso.
Pero dejaré de lado la postura negativa que muchas personas adoptan
y me mantendré en decir que Buenos Aires se encuentra -actualmente
y desde hace unos años en aumento- en una encrucijada de conflictos
y con una sobresaturación de información y flujos -de
personas, vehículos, información, capitales, etc.- que la ciudad
no esta preparada para soportar. En una interesante observación,
Bohigas dice qué la ciudad es
el soporte material de la estructura social de
una nación, con lo cual las decisiones que se toman en el plano
social repercuten de manera significativa en la estructura urbana.
Estas decisiones, o la falta de ellas, son las que repercuten
en las personas que vivimos en la ciudad, generando estos estados
de los que hable.

Esta
hipertrofia de información se hace más evidente por la falta de
un Plan o Proyecto Urbano -que por cierto fue confeccionado, pero
que desde hace años está esperando la aprobación de la Legislatura de la Ciudad para convertirse en
ley- que implemente acciones a realizar en diferentes áreas y
que permita su actualización en el tiempo, ya que en la ultima
década la sociedad ha cambiado de manera significativa -y por
consiguiente la ciudad también-. Esta sobresaturación se acrecienta
más por la falta de continuidad
en las decisiones en materia pública concernientes al mejoramiento
del espacio urbano, producto de las fluctuaciones en la administración
de los sucesivos gobiernos, quienes solo se han interesado en
resolver el problema de forma -mejorando veredas o plantando más
árboles- y no de fondo.
En
definitiva, a pesar de que Buenos Aires tenga estas dificultades
que se acrecientan diariamente y hacen difícil la vida en su territorio,
uno puede percibir la ciudad con un sentimiento un poco extraño:
por un lado de odio y por otro lado de afecto. Esta histeria sentimental
es particular de las personas, y me atrevería a decir de las personas
que viven en las ciudades, como Buenos Aires en este caso.

III
Sobre
la muestra.
El
propósito de este trabajo se basa en mostrar con diferentes imágenes
de Buenos Aires sus situaciones o estados urbanos, que veo cotidianamente.
En las imágenes se evidencian estas cualidades que expuse: la
superposición de funciones, la eventualidad, los conflictos, etc.
Al mismo tiempo, en ellas se observa una heterogeneidad en diversos
aspectos: exposición, iluminación, texturas, velocidades y encuadres.
El
modo de presentarlas es el de un relato con diferentes realidades de personas
o grupos en particular, unidas por una condición, lo urbano.
Las fotos tienen un orden aleatorio, no siguen un relato lineal.
La idea es que cada uno pueda, del mismo modo, trazar ese relato
de acuerdo a su propia experiencia. Cada persona puede establecer
su propio recorte en las imágenes y al hacerlo crear un recorrido
por la ciudad.
FK
El
autor (1981) estudió fotografía en el Taller de Fotografía de
la FADU-UBA
entre los años 2004 y 2006, con Daniel Tubio
y Augusto Zanela entre otros. Actualmente
se encuentra cursando el último año de la carrera de Arquitectura.
Ver
su muestra
de fotos permanente en la Web.
La
mayoría de las fotos que ilustran esta nota están expuestas en
el Bar de Pizzas Sembra, Avenida La Plata 479, y serán presentadas
en la Facultad
de Ciencias Sociales de la
UBA, sede de Parque Centenario, del 3
a 21 de noviembre próximos.
Sobre
el colapso que Buenos Aires está por atravesar en cinco minutos
o que ya está atravesando (según los distintos profetas) ver también
en café
de las ciudades la presentación del
número 56 y:
Número
54 I Cultura de las ciudades
La
metáfora babilónica I “Buenos Aires en llamas”.
I Mario L. Tercco
Otras
fotos de una ciudad en autobús, en café
de las ciudades:
Número
56 I La mirada del flâneur
128
(del Parque Rodó hasta el Prado) I Una visión
profunda de Montevideo. I Germán Garibaldi