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AÑO 8 - NUMERO 83 - Septiembre 2009

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Número Revista
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Cultura de las ciudades (II)
El Tantanakuy en Florencio Varela
Diversidad cultural metropolitana en Buenos Aires I Por Víctor Venturini

Este relato reflexiona sobre la inadecuación e incompatibilidad de usos del suelo vistos desde la vialidad camino a la ceremonia de la Pachamama (Madre Tierra o Madre del Mundo, en idioma quechua) realizada por la comunidad andina en Buenos Aires en agosto de 2007. Ese encuentro es poco difundido y puede parecer solo pintoresco: sin embargo desde los valores de dicha comunidad es una experiencia identitaria revitalizadora, que enriquece la diversidad cultural de la población metropolitana.

El Viaje

El encuentro se realizó en la estancia “Los 25 Ombúes”, actual Museo Municipal Guillermo Enrique Hudson (en homenaje al autor de Allá lejos y hace tiempo) en la localidad de  Bosques, partido de Florencio Varela, el primer domingo de agosto de 2007.

La Autopista 25 de Mayo y su continuación en el Gran Buenos Aires, la Autopista Buenos Aires - La Plata nos llevaron hasta la rotonda de Gutiérrez, seguimos un tramo por la vieja ruta 2 y la provincial 36, una avenida y calles locales. Este recorrido nos llevó a un corto tramo de tierra que conducía a la entrada al Museo Municipal Guillermo Enrique Hudson.

En Caballito, Balvanera, Constitución, San Telmo y La Boca la proximidad de la edificación  frentista a las Autopista 25 de Mayo y Buenos Aires - La Plata impacta al entorno inmediato. Los intensos flujos vehiculares disminuyen la calidad del aire, contaminan visual y auditivamente, disminuyen el valor de inmuebles, así como también, la disposición aérea de la vialidad es una barrera elevada que cercena la visión del espacio público. En casos puntuales, casi rozan las construcciones, como en la bajada a la calle Senillosa en Caballito y frente ex Usina de CIADE, Museo de la Música, en La Boca, pieza de valor patrimonial.

La falta de gálibo entre la Autopista y la edificación aumenta el  riesgo de accidentes y disminuye las condiciones de iluminación, ventilación y privacidad. La magnitud de esta cuestión no se percibe al circular a nivel del zócalo; solo es vista sobre la vialidad.

En La Boca, en torno a la autopista, muchas viviendas típicas de chapa y madera fueron ampliadas precariamente, lo que indicaría aumento del hacinamiento de sus habitantes. Este enclave de pobreza urbana señala el contraste, polaridad y segregación de la ciudad, pues está  apenas “a tiro de piedra” de Puerto Madero, barrio de alto nivel socio económico. La autopista cruza el Riachuelo dando conectividad a la ciudad y la provincia, cerca de los puentes: el Trasbordador (actualmente sin funcionamiento) y el Avellaneda, relacionando localidades vecinas de ambas jurisdicciones.

A pocos kilómetros, hacia el Río de la Plata, el movimiento de suelos del Relleno Sanitario de Villa Dominico forma lomas elevadas; es una nueva barrera visual, modificadora del ambiente costero. En la vecina localidad de Wilde, además de la urbanización tradicional, hay conjuntos de vivienda en altura, centros comerciales, equipamientos; así como la Planta Potabilizadora de agua de Bernal, aguas abajo del Relleno…  Finalmente, en dicha localidad hay una sucesión de villas de emergencia sin solución de continuidad, servicios urbanos, equipamientos comunitarios ni las mínimas infraestructuras de saneamiento.

Entre Berazategui y Gutiérrez se reproduce un escenario polar similar al expuesto: la opulencia y la precariedad, ya que esta desaparece bruscamente y emergen barrios cerrados privados de altísimo nivel, algunos con amarras y marinas propias frente al Río de La Plata.

Esta convivencia de contrastes y situaciones de inadecuación e incompatibilidad exige respuestas sustentables que no pueden demorarse, tarea no fácil ni inmediata.

También es peligroso conceptualizarlas y aceptarlas como si fueran simples “datos inmodificables de la realidad” y no urgentes problemáticas metropolitanas irresueltas  en el siglo XXI.


Festejo anual de la Pachamama

La invitación al encuentro (tantanakuy) del domingo 5 de agosto de 2007 se realizó de boca en boca y por radio, esa mañana era particularmente desapacible, fría, gris, lluviosa y azotada por ráfagas de vientos de la sudestada rioplatense. Tales condiciones meteorológicas nos desanimaron y casi nos hacen desistir de hacer el viaje de treinta y pico  kilómetros de Buenos Aires, pero finalmente la curiosidad pudo más que el desánimo.

Participando de la ceremonia, se nos hizo claro que la cultura contemporánea hace centro en el protagonismo, el éxito y la  invisibilidad de los otros, que distancia, extraña y pone a hombre y naturaleza en distintos planos jerárquicos. Una consecuencia de esta manera de ver, entre otras, es considerar a todo lo natural como un mero objeto de apropiación.

La ancestral creencia en la Pachamama, culto practicado por los pueblos originarios de la región andina, entre Argentina y Colombia, considera en cambio que el hombre es solo una de las tantas especies vivientes en la madre tierra.

La Pachamama no es una construcción cultural antropocéntrica sino que ve a la naturaleza como un sistema que brinda todo lo necesario para el sustento y la reproducción, pero no es identificada como un objeto apropiable sino como el sujeto activo contenedor de toda la vida.

Oculta por la cultura contemporánea, que tiende a globalizarse y requiere la uniformidad de usos y costumbres para facilitar la integración convivencial de este grupo con la población metropolitana, en estas fiestas parece emerger la identidad de esas colectividades.

La ceremonia comenzó cuando los participantes se reunieron alrededor de un pequeño pozo, enterraron alimentos, bebidas, tabaco y ofrendas, expresando promesas, ruegos y deseos dichos en baja voz. Algunos parecían orar en silencio, mucho silencio y profundo respeto.

Una mujer pronunció palabras de reconocimiento, agradecimiento a la madre tierra, soporte universal de la vida, después lo hizo un hombre de avanzada edad, aspecto aindiado, emponchado, expresándose toscamente en español y en quechua con fluidez.

Huelga decir que no conozco esa lengua, pero los participantes comprendimos el sentido del mensaje, percibido tal vez intuitivamente a través de para mi ignotos mecanismos cognitivos.

Las conversaciones y risas se hicieron más fuertes, comenzó la fiesta, con grupos musicales y solistas andinos peruanos, bolivianos y del norte argentino. Una feria típica similar a las ferias informales de Latinoamérica ofrecía artesanía, alimentos, comidas y bebidas típicas y música regional, takiraris, chotis, yaravíes, cuecas, zambas y chacareras.

La reunión fue al aire libre; aplaudimos, vimos bailar mucha, mucha gente de todas las edades; en fin, nos sentimos criollos entre criollos, calmamos el llamado del estómago y el antojo con unas sabrosas empanadas y locro, regado como es debido por un muy rico vino patero.

Compré en la feria guantes de lana de llama muy abrigados que todavía conservo, chucherías y quínoa, cereal muy nutritivo y energizante autóctono de los Andes.

A media tarde, las ofrendas colocadas en el pozo fueron quemadas y tapadas con tierra.

Paseamos por la casa museo, para conocer un poco de Guillermo Enrique Hudson,  naturalista y viajero, y nos enteramos de relación con Japón a través de fotos y documentos que se exhibían, su vida, sus viajes y aportes a la cultura.

Ya hacía demasiado frío, se sentía satisfacción y cansancio, decidimos volver con el saldo de un domingo distinto, redescubriendo lo cotidiano, popular y culturalmente diverso de la metrópolis Buenos Aires, un océano inmenso, inacabable e inabarcable.


VV

 

El autor es arquitecto y planificador urbano.

Sobre la tierra de la Pachamama, ver también la nota La Fiesta en Casabindo en este número de café de las ciudades, y en números anteriores:

Número 40 I La mirada del flâneur
La Juventud Alegre I Inicio de un viaje. I Carmelo Ricot

Número 40 I Lugares
Quebrada de Humahuaca, del patrimonio a la innovación I Los desafíos culturales, sociales y ambientales en el norte andino argentino. I Marcelo Corti

 

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Urbanidad contemporánea
El neoliberalismo y “la Ciudad de los Fragmentos”
Entrevista a Daniel Kozak I Por Marcelo Corti

En lo que se podría llamar el desarrollo del discurso del fragmento hubo cambios notables en el tiempo, un paso de las críticas más combativas a los CIAM a un tono irónico y despreocupado, y creo que está última característica es la que mejor sintonizó con el discurso neoliberal. Hay muchas coincidencias entre ambos discursos, los dos puntos generales más significativos son una aversión compartida por la planificación estatal centralizada, y luego el elogio de la desregulación y la flexibilidad, expresado como una forma de libertad y liberación de la homogenización y el control estatal. No creo que estas coincidencias sean azarosas, pero tampoco creo que alguien se haya sentado a ver como se podría traducir el neoliberalismo a teorías urbanas. Seguramente hubo mucho de circunstancia de época.

 
La Perla y todos los barrios, por Calle 13 y Rubén Blades
Sociología urbana en clave de reggaeton I Por Marcelo Corti

En el clip, Residente acusa a los turistas gringos que le “dañan el paisaje” del barrio, pero Blades promueve el turismo hacia Panamá y su propia condición de Ministro del área. La reivindicación contracultural del barrio se da en el contexto de un video difundido por las grandes corporaciones mediáticas; la rapsodia de imágenes propia de ambos sistemas de comunicación (el videoclip y la ciudad) se ordena en el esfuerzo y los cuidados infinitos de una producción hiper-profesional. Toda la complejidad del vecindario, sus relaciones de familia ampliada, sus heroísmos anónimos y sus liderazgos, quedan sintetizadas en 6 minutos de encuadres contundentes y rimas estratégicamente forzadas. Pero dejemos que hable la canción.

Lugares
Volver a Latinoamérica (a modo personal)
Incredible India (VI y final) I Por Laura Wainer

Personalmente hablando, en ningún momento viajé con la expectativa de algún viaje espiritual. Si tengo que rotular mis intenciones, siempre fueron más socioculturales que trascendentales. Sigo sin entender los discursos que bajo una supuesta comprensión multicultural justifican problemáticas humanas universales como el hambre o la marginalidad. Desconfío mucho de aquellos que sostienen que parte de la idiosincrasia india sea vender lechugas en la calle. Desconfío que, como dicen, esa persona pueda ser feliz y no necesite nada más debido a su “elevación espiritual”. No creo que sea casual el alto nivel de “espiritualidad”, religiosidad diría yo, en un país tan extremamente injusto a escalas tan grandes.

 
Ordenamiento territorial y ordenamiento ambiental
Un análisis crítico de la legislación argentina (II) I Por Hernán Petrelli

Como vemos, el mismo instrumento de política pública regula las condiciones de localización de las diferentes actividades antrópicas en orden al derecho al desarrollo o en orden al ambiente sano; pero difícilmente se pueda regular en orden al desarrollo sustentable si faltase el elemento de producción o el elemento ambiental. Motivo por el cual nos cuestionamos sobre la validez de mantener dos regulaciones distintas. Tal desdoblamiento produce además, riesgos de regulaciones contradictorias. Resultan bastantes conocidos los casos de actividades que se impulsan para el desarrollo y progreso de una región, pero que terminan produciendo contaminaciones ambientales.

 
La Fiesta en Casabindo
“El cielo está más cerca que en ninguna otra parte” I Por Marcelo Corti

Para la ocasión se desarrolla en la plaza principal del pueblo, frente a la capilla blanca, la Fiesta de la Vincha, una particular corrida de toros sin derramamiento de sangre. Los improvisados toreros, muchachos del lugar o visitantes algo bebidos pero dispuestos a demostrar su coraje, se enfrentan a los toros con la sola misión de arrebatarles de la frente una vincha roja colocada entre sus cuernos. Desde la capital provincial hay dos maneras de llegar a Casabindo: por el camino de la Quebrada hasta Abra Pampa y desde allí hacia el suroeste por la ruta provincial 11, o por el camino al paso de Jama y la ruta 75, tras las Salinas Grandes. Ese es el camino que eligió nuestro grupo. A lo largo de la ruta se suceden los ranchitos aislados y unos pocos caseríos, cada uno de ellos trazado en la manera que requiere para cada caso el paisaje y acompañado de al menos un olmo.

Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Columna a cargo de Mario L. Tercco.

En este número: Terquedad del Futbol (dePrimente)

 

Cuestionamientos, elogios y una propuesta de Jorge Alvarez para una campaña de inclusión de indocumentados en la Argentina.

 

Las revistas urbano-regionales de América Latina, en Santiago - Hábitat Naciones Unidas certifica el Observatorio de la Institucionalidad Metropolitana de Buenos Aires - Manejo y Gestión de Centros Históricos, en La Habana - Seminarios Abiertos del Instituto Gino Germani - Sobre la Libertad de John Stuart Mill, en el Museo Roca - Brennero Ecocity 2030, escuela de verano en Bolzano - La dulce geometría, en Lanzarote - Los antropólogos analizan la segregación urbana, en Buenos Aires - Premios mundiales del Hábitat - XII Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires - Master Laboratorio de la Vivienda del siglo XXI - Renovación, rehabilitación o expansión urbana, en Bogotá - 2ª Jornada sobre Región, Territorio y Normativa, en Necochea - Curso de Rehabilitación de los Centros Históricos y Barrios Degradados en La Habana - XI Coloquio Internacional de Geocrítica, en Buenos Aires - Gestión Urbanística y Proyecto Urbano, por Juan Carlos Etulain - Arquitectura en función social, en Rosario - Cruzada contra el campo, por Héctor Huergo - El “lebensraum” argentino del siglo XXI, por Alcira Argumedo.

 

 


 

> ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES

café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión: cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier esquina de cualquier ciudad.

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Editor y Director: Marcelo Corti
Diseño:
Laura I. Corti
Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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