
conocimiento, reflexiones
y miradas sobre la ciudad
r e v i s t a d i g i t a l
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el primer lunes de cada mes
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AÑO
6 - NUMERO 58 - Agosto 2007
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> SUMARIO |
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Economía
de las ciudades |
El
"desorden" urbano, según FIEL
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Los
problemas locales de la calidad de vida y el crecimiento en
las ciudades argentinas I
Por
Marcelo
Corti |

La Fundación
de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL)
ha publicado El
Desorden Urbano,
una investigación sobre diversos aspectos de las principales
ciudades argentinas desde el punto de vista de la ciencia
económica. FIEL es una institución fundada en
1964 por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara
Argentina de Comercio, la Sociedad Rural Argentina y la Unión
Industrial Argentina. Entre sus patrocinantes, que la utilizan
como fuente de consulta permanente y reciben de ella "una
amplia gama de servicios útiles para una mejor gestión
empresaria", figuran las principales empresas
de la Argentina en todas las ramas de la actividad económica.
Esta circunstancia
hace más significativa la decisión de estudiar
los problemas del desarrollo de las ciudades argentinas desde
la óptica económica: su Consejo Directivo está
integrado por dirigentes empresarios y es asistido en la definición
de los programas anuales de trabajo "por un Consejo
Consultivo del que forman parte miembros representativos de
los diferentes sectores de la actividad económica del
país, que aportan a FIEL los principales requerimientos
de investigación desde el punto de vista de la actividad
empresarial".
Según
sus autores, esta investigación vendría a abordar
un problema al que en escasas ocasiones le ha prestado
atención la economía clásica, como
es el del territorio. "En contraste con su alto grado
de concentración urbana", sostienen, "la
Argentina no ha planteado estrategias específicas de
sus ciudades o megaciudades y sólo recientemente se
ha llamado la atención sobre estos fenómenos";
esto, al contrario de lo que han realizado "los centros
internacionales de los países más avanzados
y de varias economías en desarrollo", que
han concentrado esfuerzos "en torno del análisis
económico de los problemas urbanos". En su
consideración final, la extrañeza se reitera:
"Llama la atención que, siendo la Argentina
un país de grandes aglomerados poblacionales, la mirada
sobre estos temas haya sido, hasta hace muy poco, sólo
desde el campo urbanístico" (podría
contraponerse a esta virtual autocrítica de la ortodoxia
económica respecto a su omisión del territorio,
la tradición de la Ciencia Regional en sus diversas
vertientes, los modelos territoriales de los economistas neoclásicos
alemanes, la teoría de los polos de desarrollo de Perroux,
los análisis locacionales de Walter Isard, la crítica
de Harvey y Castells desde el marxismo, los aportes de Coraggio
al concepto de región, etc.).

El libro
comienza con una apropiada reseña del creciente
proceso de urbanización mundial y de la cada vez
mayor importancia de las megaciudades en la composición
poblacional, señalando las diferencias entre la urbanización
de los países desarrollados y subdesarrollados. Aunque
menciona los problemas económicos resultantes de su
capacidad de atraer a la población más pobre
y los costos de la congestión como un obstáculo
para su desarrollo, la investigación parece apostar
a la continuidad de su hegemonía: "Las grandes
ciudades han persistido aun en presencia de grandes infortunios.
En definitiva, la calidad de vida y el desarrollo humano
están intrínsecamente unidos a las ciudades
y, cada vez más, a las grandes ciudades".
Además, porque solo una parte del conocimiento es codificable,
otra parte es tácita, está implícita
en la rutina de las personas y solamente es transmisible por
imitación, careciendo por lo tanto de movilidad: "hay
parte del aprendizaje que hacen los trabajadores que proviene
de su interacción en las ciudades".

La segunda
parte aborda desde una óptica económica, con
abundancia de datos estadísticos y relaciones con investigaciones
internacionales, los problemas de la calidad de vida en las
grandes ciudades argentinas, en especial las metrópolis
de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, y en menor medida
Mendoza y La Plata. Los aspectos analizados son los de pobreza,
medio ambiente, seguridad, transporte e infraestructuras de
servicios públicos.
No se
aborda el problema de la vivienda como expresión de
la calidad de vida, aunque quizás pueda entenderse
que se lo considera asociado al de la pobreza, la cual se
relaciona geográficamente con las dimensiones urbana/rural,
interurbana e intraurbana. Se reconocen las sinergias negativas
que la segregación acarrea a los pobres en la intención
de mejorar su situación en las ciudades, y como tal
se la caracteriza como un problema mayor que el tamaño
de las ciudades en la reproducción de la pobreza, aunque
también se desliza la posible oportunidad que puede
representar la concentración social de los pobres para
localizar y focalizar las políticas sociales
(también se menciona en ese sentido cierta evidencia
internacional acerca de como los ghettos de inmigrantes extranjeros
facilitan la inserción laboral).
En materia
de medio ambiente, se parte de un marco conceptual que distingue
economía ecológica (centrada en la valuación
de impactos ambientales y el diseño de regulaciones)
de ecología ambiental (dirigida a temas de contabilidad
ambiental y sostenibilidad). Se mencionan las técnicas
de análisis de flujo, metabolismo urbano y huella
ecológica, y la diferenciación entre los
instrumentos regulatorios de "orden y control",
los basados en incentivos de mercado y los de tercera ola,
de información masiva y acuerdos voluntarios (quedan
claras, más allá de las intenciones de los autores,
las limitaciones de la ciencia económica en el abordaje
de las cuestiones ambientales). Entre los principales problemas
ambientales de las ciudades argentinas se analizan los de
ruido y contaminación del aire, y las políticas
para su control; es llamativa la ausencia de la contaminación
hídrica en estas consideraciones, aunque en cierta
medida el tema aparece cuando se estudian las infraestructuras
sanitarias; lo mismo sucede con la cuestión de los
residuos sólidos.
Los datos
sobre el número de presuntos involucrados en actividades
delictivas (aproximadamente 790.000 personas), que superaría
al de los empleados en la industria manufacturera, son demasiado
impactantes como para basarse en los escuetos fundamentos
que brinda la investigación. No queda claro el fundamento
de los siete delitos por año que se supone sean el
promedio de ilícitos cometido por cada persona dedicada
a actividades ilegales. De todas maneras, la investigación
evita los lugares comunes sobre la inseguridad urbana y utiliza
adecuadamente el modelo clásico de Gary Becker, que
relaciona el beneficio económico del delito
con la probabilidad de ser atrapado, la pena correspondiente
en tal caso, los beneficios pecuniarios y no pecuniarios del
acto delictivo, los costos para llevar a cabo el delito y
los salarios perdidos debido al tiempo de preparación
y ejecución del delito (vale decir, su costo de oportunidad),
y se coteja finalmente con el umbral moral del posible delincuente,
que puede ser modificado por la cultura y la educación.
La mayor eficacia de la tarea policial (aunque el estudio
omite consideraciones sobre la corrupción policial
como favor de inseguridad) y el acortamiento de las brechas
sociales son señalados como los más eficaces
mecanismos de reducción del delito.
La investigación
sobre tránsito y transporte resulta sumamente pobre
en relación con los otros temas abordados, aunque la
sección dedicada a infraestructura pública aborde
la cuestión de las autopistas y, en especial, su relación
con los patrones de dispersión metropolitana. Esta
sección incluye el análisis de problemas comunes
de financiamiento de infraestructuras urbanas, como la disociación
de horizontes temporales (especialmente políticos)
y horizontes de la infraestructura, los problemas de la residencia
permanente y esporádica o de usuarios locales y commuters,
la fijación de precios para la extensión
de infraestructuras (particularmente en las redes de agua
y desagües, donde se hace evidente el dilema respecto
a los usuarios existentes), el federalismo fiscal, el envejecimiento
del stock, los cambios demográficos, etc. Resulta muy
completo e ilustrativo el análisis económico
sobre la recolección, transporte, procesamiento y disposición
de los residuos sólidos domiciliarios, aunque hubiera
sido importante incluir la generación de los mismos
en el estudio.

En su
tercera parte, el libro aborda el problema de la gobernabilidad
metropolitana y la correspondencia de los territorios
funcionales con los de la gestión pública, haciendo
hincapié en las cuestiones impositivas y tributarias.
En ese sentido, la tendencia a suscribir las tesis de Thiebout
sobre la competencia fiscal de los municipios y el "votar
con los pies", puede resultar poco adecuada a una situación,
como la argentina, muy diversa en cuanto a patrones de
movilidad respecto a la situación norteamericana
en la que se funda esa teoría.
De las
diversas formas que puede adoptar la institucionalización
metropolitana en la Argentina, el equipo de FIEL (luego de
comparar someramente algunas experiencias internacionales,
como Madrid, Toronto, Londres y Berlín) se inclina
por los esquemas de cooperación voluntaria entre
municipios, porque puede estructurarse "en forma
gradual y de abajo hacia arriba", es más flexible
y no requiere modificaciones legales. Esto los diferencia
de los sistemas de uno o dos niveles de gobierno metropolitano
y los proyectos de reforma metropolitana, modificación
de límites, etc.
Finalmente,
el estudio presenta diversos casos de experiencias argentinas
de cooperación metropolitana (como el consorcio de
la Región Metropolitana Norte, las Agencias de Desarrollo
Regional santafesinas y cordobesas y el Pacto de Saneamiento
Fiscal en Córdoba), y presenta un buen análisis
de sistemas tributarios para el financiamiento municipal y
metropolitano. Una muy breve consideración final hace
hincapié en la necesidad del "desarrollo de
una organización de gobierno que sea funcional a la
consolidación del continuo urbano".

El trabajo
se resiente de algunas fallas de edición, como la referencia
al París de "Asuman" por Haussmann y el virtual
anonimato sobre el equipo realizador del proyecto, al que
solo se nombra en la solapa de contratapa (¡la portada del
libro no menciona autores, solo la realización editorial
de FIEL!). Como contrapartida, se aprecia la rigurosidad
de las estadísticas y la precisión de
los métodos de investigación, en la mayor
parte del trabajo. Una adecuada y completa bibliografía
acrecienta el rol didáctico de la publicación.
La afirmación
de lo urbano como desorden, implícito en el
título del trabajo, puede interpretarse como una alusión
a las diferencias entre ciudad funcional y ciudad administrativa,
que sobre todo queda en evidencia en la tercera sección.
Pero resulta contradictoria con algunas comprobaciones de
la investigación, como que por ejemplo "las
ciudades son más efectivas entrenando gente",
o que el salario aumenta con el tamaño de la ciudad,
o que (en palabras de Alessandro Alasia) "el proceso
de difusión del conocimiento producido por el acumulado
de capital humano que se da en las ciudades provee mayor
productividad, hecho que hace sostener a las ciudades",
aunque fuera de ellas haya disponible tierra más barata.
Quizás haya en esto algo de la tradicional prevención
conservadora frente a la ciudad, aunque en el trascurso del
trabajo se encuentran referencias clásicas del urbanismo
progresista que no resultan difíciles de suscribir:
la crítica al sprawl,
el reconocimiento de que "las políticas publicas
tienen un alto impacto en el desarrollo urbano y pueden desarrollar
una tarea compensadora" de las desigualdades sociales
y redistribuidora de recursos, la aseveración
de que "toda medida que contribuya a la reducción
del desempleo y la reducción de la desigualdad en el
ingreso contribuirá a morigerar el exceso delictivo
en las ciudades".
Bastante
meritorio para un país donde un funcionario progresista
del área de salud puede decir, como cita el estudio
en su introducción a la dimensión metropolitana,
que no se puede pedir a los contribuyentes porteños
que "sigan poniendo más plata para atender a gente
que no es de la ciudad"...
MC
El
Desorden Urbano - Los problemas locales de la calidad de vida
y el crecimiento; editado por la Fundación de Investigaciones
Económicas Latinoamericanas (FIEL);
2007;
recopila
trabajos de economistas de FIEL e invitados: Mariana Conte
Grand, Enrique Bour, Nuria Susmel, María Echart, Abel
Viglione, Ramiro Moya, Cynthia Moskovits y Guillermo Bermúdez,
con la coordinación de Marcela Cristini y la supervisión
de Fernando Navajas, Director del Cuerpo Técnico de
FIEL; 376 páginas.
Sobre
gobernabilidad metropolitana, ver también en café
de las ciudades:
Número
18 I Política
La
construcción de un gobierno democrático metropolitano
I Debate y propuestas en el Encuentro del Proyecto UR-BAL.
I Marcelo Corti
Número
51 I Política de las ciudades y Ambiente
Micro
Espacios Supranacionales en conflicto I El
caso Fray Bentos - Gualeguaychú I Artemio Pedro Abba
Número
50 I Política de las ciudades (II)
Gestión
de los espacios subnacionales metropolitanos I
Nuevos ámbitos socio-territoriales huérfanos
de institucionalidad. I Artemio Pedro Abba
Número
48 I Planes de las ciudades
Formar
institucionalidad metropolitana en Buenos Aires
I Propuesta de gestión para el AMBA. I Artemio
Pedro Abba
Sobre
infraestructuras de servicios:
Número
27 I Política de las ciudades
El
sistema urbano regional de redes de servicios e infraestructuras
I La visión sistémica de Pírez,
Rosenfeld, Karol y San Juan. I Marcelo Corti
Número
56 I Tendencias (II)
Asimetrías
Urbanas de Buenos Aires I La ineficiencia y
la inequidad de la metrópolis, en una investigación
de Luís Ainstein. I Marcelo Corti
Sobre
políticas territoriales:
Número
56 I Política de las ciudades
La
necesidad de políticas territoriales
I Asuntos pendientes de Buenos Aires. I Marcelo
Corti
Número
50 I Política de las ciudades (I)
Revolución
informacional, nueva geografía y límites de
la estatidad en la gestión del territorio.
I Reconquistar el mundo para una ciudadanía inclusiva.
I Fabio J. Quetglas
Y
sobre el sprawl:
Número
43 I Ambiente y Economía de las ciudades
¿Puede
ser bueno el sprawl? I Los supuestos beneficios
de la dispersión urbana. I Wayne A. Lemmon
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Arquitectura
de las ciudades (I) |
URDIMBRES:
la favela es el lugar del puro devenir
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Una
estrategia de reconquista de la ciudad en la 12 DOCUMENTA
de Kassel I
Por
Jorge Mario Jáuregui |
El
campo de lo urbano contemporáneo define un espacio
de múltiples intersecciones, una urdidura donde
diferentes disciplinas se entrecruzan. Urbanismo, arquitectura,
paisajismo, psicoanálisis, filosofía,
arte, sociología, ingeniería, se interceptan
con las problemáticas del sujeto y con las cuestiones
legales referidas a la tenencia de la tierra y a los
aspectos de seguridad ciudadana. Lo que implica absorber,
fusionando categorías consideradas heterogéneas
o contradictorias. Implica también lidiar con
un universo probabilístico relacionado con flujos:
de informaciones, de personas, de vehículos y
de mercaderías.
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20
Ideas, 20 años
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La
prehistoria de una Buenos Aires fragmentada I
Por
Marcelo Corti |
Sería
sin embargo simplista reducir el papel de las 20 Ideas
a un preludio más o menos ingenuo para la fragmentación
privatizadora. Desde la pregunta por la articulación
entre plan y fragmentos (no dilucidada ni en el Plan
Director ni en el aun vacante Plan Urbano Ambiental),
hasta la constancia de la aparición de determinadas
cuestiones en el debate urbanístico, resulta
evidente el poder que el debate sobre la Ciudad tiene
sobre sus desarrollos. Temas ausentes en las 20 Ideas,
como la cuestión de la vivienda social, las consecuencias
del Código de Planeamiento Urbano sobre él
tejido urbano (por ejemplo en la discusión sobre
las torres) y las condicionantes medioambientales (espacios
verdes, inundaciones, etc.) son hoy parte de debates
que, con seguridad, se prolongarán en los futuros
desarrollos urbanos.
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Hidrógeno
y celdas de combustible: sueños y realidades
|
La
tecnología de la segunda civilización solar
I
Por
Horacio R. Corti |
En
términos simples, la generación de bienes
y servicios mueve la economía de un país
y del mundo. Para generar esos bienes y servicios es
necesario contar con energía, que puede provenir
de recursos naturales disponibles en forma directa,
tales como la energía hidráulica, eólica
y solar, o indirecta, tal como el petróleo, el
gas natural o el carbón mineral, que deben extraerse
de los yacimientos. Estas energías se denominan
primarias, pues no requieren un proceso de transformación
para su empleo. Las energías secundarias son
las que se obtienen por procesos físicos, químicos
o bioquímicos, entre las que se encuentran la
electricidad y los derivados del petróleo que
se obtienen en las refinerías (naftas, diesel
y otros).
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Una
ciudad para comprender
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Buenos
Aires, campo de acción y reflexión I
Por
Jorge Sábato |
Pero
la Arquitectura urbana, la buena arquitectura urbana,
no es aquella que resuelve un edificio solo hacia adentro
como un objeto autónomo, aislado del contexto
por la línea de puntos del plano catastral, sino
que es aquella que toma conciencia de que el edificio
se hace a si mismo pero que a la vez también
hace a la ciudad. Esta construcción arquitectónica
de la urbe es la que podemos caracterizar disciplinariamente
como propia del diseño urbano. A la vez, todas
estas escalas son traspasadas por las condiciones determinantes
y voluntades de origen sociocultural, político,
económico y jurídico. Por último,
no confundamos el mapa con el territorio. Podemos reflexionar
sobre la ciudad en escala 1:10.000 o 1:1.000, pero no
se trata de ciudades distintas.
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Sobre
el futuro de la Villa de Retiro
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Carta
abierta al Jefe de Gobierno electo de Buenos Aires |
La
ejecución de futuras políticas públicas
no puede desconocer el efectivo goce de los derechos
económicos, sociales y culturales de los habitantes
de las villas. Asimismo, el Estado debe apuntar a la
regularización de las tierras y a la urbanización
integradora. Corresponde recordar que lo anterior no
lo exime de la responsabilidad de brindar o proveer
en todo momento, y hasta que ello suceda, de los bienes
y servicios básicos que hacen a la propia supervivencia
de quienes las habitan y que se encuentran a la vez,
-en términos económicos- en una posición
más desaventajada. Sobre este punto, existen
indelegables obligaciones estatales que no pueden ser
pasadas por alto, ni por el actual ni por el futuro
jefe de gobierno de esta ciudad.
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Proyecto
Mitzuoda
I
Una
ficción metropolitana contemporánea (por
entregas). I
De
Carmelo Ricot, con Verónicka Ruiz
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Epílogo
(tercera parte y final)
Lastima
que sea una cualquiera....
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Ecos
y repercusiones de Boedo Universal (incluyendo un relato
en San Cristóbal y un tango dedicado a Göttling),
preguntas por curtiembres y la fiesta de San Patricio,
y el Boletín de IFLA..
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Instant
Urbanism, situacionismo en Basilea - Cursos en ETHOS
- Ciudades y cine latinoamericano, en la Legislatura
de Buenos Aires - Seminario Presupuesto Participativo
y Planificación Participativa - XXII Jornadas
de Investigación Urbe y Territorio, en la FADU-UBA
- Bienal Internacional de Arquitectura, en Buenos Aires
- Seminario Hipótesis de Paisaje, en Santiago
- Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI, en Barcelona
- El Hogar Obrero, exposición en la FADU - Dott,
innovación social y diseño - Convención
de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, en La Habana
- Ciudad, periferia urbana y habitabilidad, coloquio
en Bogotá - Seminario Internacional de Ordenamiento
Territorial, en Mendoza - XII Seminario de Arquitectura
Latinoamericana, en Concepción y Chiloé
- Feria La Salada, una ciudad ocasional
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ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES
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café de las ciudades
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el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre
la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina
o profesión: cualquiera que tenga algo que decir
puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos.
Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas,
según el gusto de cada uno), y tolerancia con las
opiniones ajenas, son la única condición para
entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café:
trataremos de demostrarle su error. Nuestro café
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pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos
en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque
desde allí se mira mejor en todas las direcciones.
Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles,
y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar
caminando a nuestro café, y por eso viene gente del
centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere
un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran
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de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que
se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única
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