N.
de la R.: El texto de esta nota fue publicado originalmente
en Biblio
3W, Revista Bibliográfica de Geografía
y Ciencias Sociales , Universidad de Barcelona, Vol. XII,
nº 743, 20 de agosto de 2007 [ISSN 1138-9796].

1.
Introducción
El concepto
de inflexión urbana se desarrolla con la intención
de discutir las razones del éxito económico,
social, cultural, técnico (entre otros) vivido por
algunas ciudades, y las razones que hacen que eso sea durable
o no. Tales cambios en la experiencia de las ciudades, para
bien o para mal, son considerados por los autores como inflexiones
urbanas.
Este artículo
discute un tipo específico de inflexión urbana,
aquella que reposiciona y mantiene a las ciudades en una posición
privilegiada en la jerarquía global construida sobre
los intereses del capital. Más que discutir la composición
del grupo selecto de ciudades globales, nos interesa reconocer
la situación que hace que algunas ciudades tengan una
posición de prominencia en la jerarquía global.
Como deseamos demostrar en este artículo, la posición
de prominencia, o de comando funcional de algunas ciudades,
no es un fenómeno con variaciones; al contrario, es
un grupo estable que hace frente a un mundo en transición
constante, un grupo estructurado en redes sutiles de competitividades
y colaboraciones globales. Es importante destacar que
los parámetros de globalización utilizados son
los mismos que usan diversos autores, es decir, el valor de
la economía, el flujo de capitales, la tecnología,
las comunicaciones, el poder político. Otras estructuras
posibles de jerarquías en ciudades del mundo, como
las que valoran la cultura, las ideas, el arte, la sostenibilidad
ambiental, entre otros, debe ser reconocida, pero no es la
intención de este artículo discutirlas, sino
entender las muestras de oportunidad que han permitido la
prominencia en la red de ciudades globales.
2. El pequeño grupo de las ciudades globales
Las inflexiones
urbanas discutidas en este artículo ocurren en una
escena socioeconómica estructurada sobre los flujos
de información, principalmente financiera, que mueve
la economía internacional. Estos flujos dependen
de los puntos nodales que los agrupan, los potencian
y los distribuyen. No importa si el producto es petróleo,
commodity agrícola o herramientas de multimedia,
el ciclo productivo de todos ellos pasa directa o indirectamente
por negociaciones en escala global. A pesar de que el producto
no abandone la región donde fue producido, la tecnología
usada, por ejemplo en la producción de insumos (como
semillas), y su precio tendrán y sufrirán la
influencia de un mercado global. Con esto, las ciudades que
concentran algunos de los principales agentes que potencian
estos flujos pueden ser consideradas globales, puntos nodales
de importancia significativa.
Para empezar
nuestro argumento es importante proceder a una distinción
básica entre las ciudades en la globalización,
las ciudades globalizadas y las ciudades globales.
Las ciudades
en la globalización incluyen, virtualmente, a todas
las ciudades, no importando su dimensión, la importancia
o fragilidad de su base económica. Son cada vez más
raros los casos de economías de subsistencia absoluta,
excepciones que persisten menos en la realidad y más
en el apego a un pasado que no existe más. El ejemplo
clásico que caracteriza esta situación son los
grupos étnicos sin contacto diario con el mundo externo,
pero sometidos al mismo efecto de fenómenos como el
calentamiento global.
Las ciudades
globalizadas son esas donde se encuentran signos de globalización,
sea económica (el cambio de producción del sector
secundario interno para otro, con enlace en los mercados externos),
arquitectónica (en la construcción de edificios
con un lenguaje que sigue las tendencias y los modismos internacionales
y no las tradiciones locales), o cultural (por ejemplo con
la adopción de estándares desconocidos de la
tradición del lugar). Las influencias son actuales
y existe, además, la sensación de ser globales,
sin embargo esto es una ilusión: los procesos de decisión
están distantes; la dinámica aparente no
es creativa sino solo de sumisión.
En un
nivel un poco superior a esta jerarquía, pero aún
dentro de las ciudades globalizadas, están aquellas
con capacidad de atraer algunos agentes importantes de la
economía mundial. Estos agentes serían, por
ejemplo, sucursales de compañías internacionales
capaces de hacer parte en la red de ciudades, pero que solamente
respetan las decisiones tomadas en sus sedes. Esto no hace
que estas ciudades sean globales de la manera como las entendemos
aquí. Si por ejemplo fueran sometidas a catástrofes
que las llevan a una destrucción total, eso no tendría
riesgos para la forma como la red económica global
se estructura. Tal hecho provocará solamente la
necesidad de ajustes, mayormente a nivel nacional. Un caso
reciente es New Orleans, subsidiaria de una gran cantidad
de compañías internacionales, destruida por
un fenómeno natural en el 2005. La historia para sus
habitantes es trágica, pero eso no dio señales
de modificar la estructura internacional del capital. Simbólicamente,
el ataque a las torres gemelas, en Nueva York, ciudad global
por excelencia, parece haber traído a discusión
la robustez del capital internacional puesto a disposición
para su recuperación, después del período
de dudas que siguieron a la destrucción de los edificios.
Las pocas ciudades verdaderamente capaces de traer riesgos
para la red internacional del capital, en caso de haber problemas
de destrucción intra-urbana, son las que aquí
llamamos Ciudades Globales.
En la
distinción de estos tres conceptos, la figura de la
red es importante por la adaptabilidad de su funcionamiento
y, sobretodo, por el hecho de ser construida de relaciones,
y no de características aisladas a cada una de las
ciudades. Así, vale más una posición
en la red que las características locales. Tal red
es constituida por flujos de gente, finanzas y signos que
deben circular en escala global. Los nodos son los
puntos donde existe concentración de los recursos
que potencian estos flujos. Si uno de estos nodos deja
de existir, la red es capaz de encontrar, con más o
menos esfuerzo, otro que satisfaga su función. Un mayor
o menor esfuerzo para que un nodo sea sustituible determina
si la ciudad es considerada una ciudad globalizada o una ciudad
global.
Las ciudades
globales son también las que concentran recursos importantes
de los flujos responsables por el funcionamiento económico
contemporáneo. Son así capaces de controlar
la suerte de un grupo secundario de ciudades, que por su parte
controlan otras.
John Friedman
y Saskia Sassen
son los autores que han consolidado la perspectiva de que
el análisis de la socioeconomía urbana contemporánea
depende de las redes financieras globales, que se condensan
en un grupo pequeño de ciudades. Friedman (1986), el
pionero, lanzó la hipótesis de que algunas ciudades
servían como espejos de las relaciones contradictorias
que emergieron entre la producción económica
con intereses y planeamientos en escala global, y la determinación
de la política de intereses nacionales. Para este autor
algunas ciudades ocuparían una posición en la
articulación de la economía global más
fuerte que sus relaciones con las respectivas economías
nacionales. Sassen (1991) va más allá del
planteo de Friedman, al decir que más que la importancia
en el comercio y el flujo financiero internacional, las ciudades
globales tendrían como característica el hecho
de concentrar posiciones de comando de organizaciones globales,
infraestructura de telecomunicaciones, empresas especializadas
en servicios de soporte a las grandes firmas globales (como
agencias de publicidad, abogados, etc.), importantes centros
financieros, actores influyentes en la política de
los gobiernos, industrias innovadoras en procesos pos-fordistas
y mercado para todos esos bienes y servicios.
Saber
cuáles son las ciudades globales y cómo medir
si una ciudad es o no global era el desafío metodológico
que siguió a los conceptos anunciados por estos autores.
Este artículo no discutirá esas metodologías,
ya que nuestro interés es discutir su clasificación,
permanencias y muestras de oportunidad dentro de las jerarquías
de este fenómeno.
Desde
el lanzamiento de la hipótesis de Friedman hasta cualquier
otro trabajo reciente sobre las ciudades globales, el grupo
así clasificado es recurrente: Londres, Nueva York
y Tokio, con las extensiones de París y Francfort.
En la
primera proposición de Friedman, Londres, Nueva York,
Los Ángeles y Tokio eran las 4 ciudades globales de
los países centrales, seguidas por París y Chicago,
y, en una escala más baja pero aún en el grupo
principal, Rótterdam, Francfort y Zurich. Diez años
más tarde (1995), el mismo autor refinó los
parámetros del análisis, pero conservó
Londres, Nueva York y Tokio como los principales nodos
globales. Las mismas ciudades habían sido utilizadas
para Sassen, en 1991, para defender su tesis de las ciudades
globales -ciudades que la autora mantuvo en análisis
realizados diez años más tarde (Sassen, 2002).
El primer
punto de interés es que no importan los parámetros
de análisis -si la presencia de las jefaturas de los
bancos mundiales más grandes, el flujo de los aeropuertos,
la presencia de las grandes compañías de consultoría,
etc.-, estas tres ciudades están siempre entre las
principales. El segundo punto a destacar en este grupo es
que, independientemente de crisis nacionales, como la japonesa,
extendida desde el lanzamiento del concepto de ciudad global,
estas ciudades permanecen como los principales puntos nodales
de las redes económicas globales.
A pesar
de todos los riesgos de opción por algunos parámetros
en detrimento de otros, así como las jerarquías
de qué ciudades serían más globales que
otras, el resultado de estos estudios es la confirmación
de que la globalización no es homogénea;
al contrario, se estructura en un sistema de flujos y de
relaciones, de dependencias y de lugares centrales. Como
observó Roberto Fossaert (2001), por más discutible
que sean los parámetros y jerarquías, estos
tienen la ventaja de retirar del sistema global su aspecto
monstruoso, una vez que se establece de manera clara la red
de ciudades globales.
Los parámetros
usados por los principales analistas de las ciudades globales
son: la presencia de los principales bancos internacionales,
las compañías de servicios financieros, las
compañías de publicidad, y las jefaturas de
corporaciones internacionales. Estos cuatro parámetros
parecen buscar en realidad un dato mucho más difícil
de obtener, que es el volumen financiero del mercado global
que circula entre las ciudades. Pero, por otra parte, nos
parecen más ricos de lo que reflejarían los
datos comunes del flujo financiero, ya que ellos tratan
de una dinámica socioeconómica urbana más
amplia, implicando diversas áreas del funcionamiento
del mercado global.

Jerarquía
Global basada en la presencia de los 100 principales bancos
internacionales, las compañías de servicios
financieros, las compañías de publicidad, y
las jefaturas de corporaciones internacionales. GaWC, 2005.
De cualquier manera, la importancia de las ciudades para la
economía global dio oportunidad a discusiones conceptuales,
a la determinación de parámetros y a formalizaciones
de jerarquías de ciudades globales. En los trabajos
de 1986 y 1995, Friedman propone jerarquías que dividen
a las ciudades globales según las condicionantes de
los respectivos estados nacionales (serían los países
semi-periféricos o centrales, en su primer trabajo),
o por articulaciones globales o nacionales (como en el trabajo
posterior). Tal contradicción entre hablar de ciudades
globales aprisionadas por cuestiones de orden de estados-nacionales
sería eliminada en el trabajo del Grupo de Investigación
sobre la Globalización y las ciudades mundiales (Taylor,
Walker y Beaverstock, 2002), donde los autores reúnen
a las ciudades globales en solamente cuatro grandes grupos:
Alfa, Beta, Gamma y el que denominan "Evidencia de formación
de la ciudad global".
Algunos
investigadores vienen adoptando recientemente parámetros
que no sólo permitan decir si una ciudad es global,
sino también cuál es su importancia en el funcionamiento
de la economía global. Una vez más, se utiliza
información indirecta, como la infraestructura
de telecomunicaciones o del flujo de pasajeros y carga en
los aeropuertos.
Las telecomunicaciones
son la base para las relaciones inter-empresariales e inter-ciudades
en escala global, y por eso mismo son una excelente medida
para determinar el grado de globalización de las ciudades
(Salomon, 1996; Graham, 2002). La Corporación de Londres,
agencia establecida para promover la economía de la
capital inglesa, apunta que la liberalización del mercado
para la instalación de la infraestructura y la venta
de servicios es un factor importante para mantener la ciudad
entre los principales centros de la economía global
(Londres, 2005). Entre los parámetros que establecen
la jerarquía de las ciudades con una mejor oferta de
telecomunicaciones para su inserción en la economía
global se consideran la oferta de servicios, las posibilidades
de opción entre las diversas técnicas de redes
y la oferta de tarifas competitivas. En esta jerarquía
de ciudades globales, es posible ver algunos cambios significativos
-Nueva York encabeza la lista, seguida por otras 5 ciudades
de los Estados Unidos, solamente después aparece Londres
en la séptima posición. Estos levantamientos
de datos son recientes, y todavía siguen el ritmo de
las liberalizaciones de los mercados -o sea, muchos cambios
serán percibidos en los próximos años.

El otro
parámetro del movimiento global, que solo recientemente
está recibiendo tratamientos estadísticos sólidos
para atarlos a la economía global es el transporte
aéreo internacional. Un primer abordaje en el uso
de estos datos considera el número de pasajeros en
cada aeropuerto, deduciendo de eso la importancia de la ciudad
para la dinámica de los flujos globales. Es lo que
han hecho David Smith y Michael Timberlake (2001) en una serie
histórica de 1977 a 1997, con 100 de los aeropuertos
más importantes del mundo. Este tipo de análisis
fue desarrollado recientemente, considerando no sólo
la cantidad de pasajeros en cada aeropuerto, sino también
su grado de centralidad en la red mundial de vuelos. Con esto,
se demuestra la importancia de un aeropuerto x, ya
que el flujo del punto 1 para cualquier punto n
tiene que pasar por él (x), siendo que lo que determina
su centralidad en la red es que el paso esté hecho
con poco número de escalas. Guimerà y otros
(2005) han analizado más de 500 mil vuelos entre casi
4 mil ciudades, y han percibido que existen ciudades que son
más centrales para la red de vuelos internacionales
a pesar que sean menos conectadas (con menos vuelos) que otras.

Aeropuertos
Hubs por tráfago de conexión -no son aeropuertos
importantes como origen o destinación, pero sí
como conectores. Derudder, Devriendt and Witlox, "Flying
where you dont want to go", 2005.
Así, aunque diversas ciudades en Europa Occidental
sean más conectadas (al tener un gran número
de vuelos para otras ciudades) que ciudades como Sao Paulo
o Anchorage, éstas tienen mayor importancia en la distribución
de flujos, ya que se tornan nodos para América Latina
y Alaska, respectivamente.
3.
Las inflexiones jerárquicas
Nuestro
objetivo en este artículo no es, por supuesto, considerar
otra forma de analizar a las ciudades globales, sino identificar
a las agrupaciones de ciudades consideradas globales según
diversos parámetros que sean más o menos consolidados
-o que tengan variaciones temporales que indiquen inflexiones
urbanas de carácter jerárquico.
Sin embargo
para no tomar solamente una jerarquía, proponemos una
consolidación de los parámetros utilizados por
10 jerarquías distintas de ciudades globales, a saber:
· Friedman,
1986 y 1995: utilizamos dos jerarquías de las propuestas
de ciudades globales de John Friedman, pionero en la discusión
del tema, en base a dos escritos con una diferencia de 10
años entre ellos.
· GaWC:
el grupo de investigación en ciudades globales, basado
en la Universidad de Loughborough, es fuente de dos jerarquías
de ciudades. La primera se basa en el trabajo de Derudder
y otros (2003), que considera la concentración de las
100 principales firmas de finanzas y de negocios en 234 ciudades;
y la segunda es el inventario de ciudades globales del GaWC
que las clasifica en alfa, beta, gamma y "Evidencia...".
· Finnie,
1998: "Wired cities". Communications Week
International, May 18: 19-22. Finnie busca determinar los
principales nodos de la telecomunicación en el mundo,
considerando las facilidades y los servicios técnicos,
la posibilidad de opción entre las diversas redes y
la oferta de servicios, etc.
· GaWC:
Centros de comando, entre los cuales identifican cuatro jerarquías
de ciudades: donde están los principales centros de
comando de las corporaciones globales, de bancos, de compañías
de publicidad y de las bolsas de valores.
· Witlox,
Vereecken, Derudder, 2004: Flujo aéreo de pasajeros,
destacando los principales aeropuertos.
Con estos
criterios, consolidamos una lista de 180 ciudades, consideradas
con cierto grado de importancia en la dinámica global
por algunos parámetros exhibidos (a pesar de que algunas
ciudades hayan surgido con un único elemento de destaque,
como Wellington en Nueva Zelanda, ciudad clasificada en la
categoría 11ª de la jerarquía del GaWC; o Tijuana
en México, y Turín en Italia, ambas también
referentes a la categoría 11ª de la jerarquía
de ciudades globales del GaWC e, igualmente, los aeropuertos
considerados nodos de 11ª importancia en la escala global).
El cuadro
1 muestra una jerarquía consolidada de las principales
ciudades globales. Para medir la consolidación de cada
ciudad según criterios diversos, consideramos su posición
en 10 diferentes jerarquías de ciudades globales presentadas
arriba. Consideramos entonces que, cuanto menor es la variación
de posición de la ciudad en cada jerarquía,
mayor es su consolidación como ciudad global: resulta
de la suma de los 10 puntos posibles (para el uso de 10 jerarquías),
menos la línea del desvío estándar que
cada ciudad presenta entre las jerarquías. Las ciudades
listadas son aquellas con más de 3 puntos (entre 10
posibles) en la jerarquía consolidada de las ciudades
globales.

Cuadro
1: Jerarquías de las Ciudades Globales
Fuente:
elaboración propia, sobre autores con datos citados.
En esta
jerarquía consolidada tendríamos sólo
a las ciudades de Londres (9,5), Nueva York (9,5) y Tokio
(7,9) con 7 puntos o más. La tríada de las ciudades
globales es seguida solamente por Francfort, Los Ángeles,
Chicago, París y Amsterdam con más de 5 puntos.
Y en Sudamérica, solamente São Paulo está
sobre la línea de corte de 3 puntos.
Este índice
demostró que, de hecho, la distribución de las
ciudades del grupo ubicado lo más arriba posible en
la jerarquía es más regular que la distribución
de las ubicadas más abajo, en donde a veces cuenta
la prominencia en sólo uno u otro aspecto.
Para la
discusión propuesta en este artículo, sobre
las alteraciones jerárquicas de las ciudades en nivel
global -o sea, inflexiones de comando y de dependencia, es
importante destacar lo siguiente:
- Las
ciudades que tienen importancia en la economía global,
por distintos factores, son elásticas, haciendo
que la crisis en un sector sea compensada por la fuerza de
otros existentes y también importantes en la ciudad;
y
- Las
inflexiones puntuales en un sector pueden llevar a una ciudad
al selecto grupo de ciudades globales con prominencia en aspectos
específicos; pero la inflexión para los grupos
consolidados depende más de un sistema de fortalecimientos.
La autonomía de las ciudades para ponerlo en ejecución
disminuye cuanto más consolidado sea el grupo.
Tales
hechos indican que una ciudad tiene fuerzas propias para buscar
instalarse en la escena global dentro de un grupo más
selecto, pero jamás entre las ciudades de un grupo
superior. Es el sistema económico apropiado el que
posiciona o mantiene a las ciudades en estos grupos superiores,
y como vimos en el caso de Tokio, siendo esto a veces independientemente
de las condiciones nacionales.
Para investigar
la hipótesis de las inflexiones al interior y entre
los grupos de ciudades globales buscamos verificar si han
tenido variaciones dentro de los grupos jerárquicos
a través del tiempo.
Primero,
por una disponibilidad de serie histórica, utilizamos
la clasificación de David Smith y de Michael Timberlake
(2001), basada en el flujo aéreo de pasajeros entre
las grandes ciudades en el período entre 1977 y 1997.
Smith y Timberlake habían organizado los datos de la
Organización Internacional Civil de la Aviación
con los vuelos entre 100 ciudades en el período de
1977 y 1997. Londres es el principal nodo, ya sea debido al
número de despegues y aterrizajes, o por la diversidad
de los destinos a las cuales está ligada. Aunque existan
algunas deficiencias en el logro de los datos, como la ausencia
de Shangai, el movimiento jerárquico de las ciudades
durante estos 20 años apunta hacia variaciones significativas
en la geografía de las ciudades globales, no obstante
siempre en los grupos inferiores de la jerarquía -lo
que confirma la hipótesis de este artículo.
Una vez
más, en el grupo de las 5 ciudades principales existen
oscilaciones ligeras que no las quitan del grupo superior,
como vemos en Cuadro 2.

Cuadro
2: Flujo Aéreo de Pasajeros, 1977-1997
Fuente: Smith and Timberlake, 2001
En el
grupo de las ciudades donde están los 6º y 10º principales
aeropuertos existe una oscilación ligera, pero significativa,
cuando Tokio empieza a dividir su centralidad en Asia con
Singapur y Hong Kong. Los cambios más grandes entre
las 20 ciudades principales se notan exactamente dentro del
último grupo, con cambios significativos percibidos
con Copenhague y Atenas perdiendo importancia, y con la ascendencia
de posiciones de Los Ángeles y, principalmente, de
Miami.
En los
grupos con menos movimientos totales de pasajeros, algunas
alteraciones son expresivas y algunas están ligadas
a importantes asuntos de orden geopolítico internacional.
Es el caso de la Ciudad de Kuwait, presente entre los 20 principales
aeropuertos en los documentos de 1977 y 1982 (época
de crisis y pos-crisis del petróleo) y su ausencia
desde entonces. O las ciudades de América Latina, como
Río de Janeiro y Buenos Aires, presentes entre los
principales aeropuertos hasta 1982, y, desde ese punto en
adelante, careciendo de importancia. Es posible relacionar
con esto el aumento de la importancia de Miami exactamente
en el mismo período, con lo que se puede reiterar la
teoría defendida por algunos autores de que ésta
sería actualmente la ciudad global de América
Latina.
Aún
en el grupo con menor importancia en movimiento de vuelos,
vemos la emergencia de Dubai, en ascenso desde principios
de los años 90, y la caída de aeropuertos
del Este Europeo en el mismo período. Como analizan
Smith y Timberlake, los flujos entre sus aeropuertos hicieron
que Budapest y Praga formaran un hub para determinadas
pregiones; y Varsovia y Moscú, otro. En el período
de abertura de Polonia y de la disolución posterior
de la Unión Soviética, Varsovia se distancia
de Moscú y se acerca a Budapest y a Praga. Algunos
años más adelante, la ausencia de Budapest entre
los principales aeropuertos es definitiva, así como
también lo es el aislamiento de Moscú en lo
referente a otras ciudades de su anterior zona de influencia.
Si este movimiento regional indica alteraciones geopolíticas
globales, en Asia, Seúl y Beijing tienen un movimiento
ascendentemente acentuado -y a la par estarían ciertamente
otras ciudades de Asia, para las cuales no hay datos disponibles-,
lo que puede demostrar la importancia económica global
reciente de esta región.
Estos
análisis han tenido el objetivo de demostrar que el
sistema económico global de ciudades tiene, en los
últimos 30 años, una fuerte estabilidad en
términos de relación entre el comando y la sumisión
urbana. Tal hecho indica que las inflexiones urbanas pueden
llevar a una ciudad a una posición de prominencia en
la escena global y a tener estabilidad en esa posición,
pero esos son hechos logrados por pocas ciudades. Para las
ciudades consolidadas en la parte superior de las jerarquías
globales, es el propio sistema (capitalista) lo que asegura
su mantenimiento. En el otro extremo, en las escalas menos
importantes de la jerarquía global, las variaciones
están más presentes. En estos casos, los
esfuerzos atentos de algunas ciudades permiten una inflexión
urbana que las reposiciona, aunque con mucha volatilidad.
4. Muestras
de oportunidad de la globalización
Como discutimos
anteriormente, a pesar de las variaciones a través
del tiempo de las ciudades con importancia nodal en la escena
económica global, estas variaciones ocurren más
en la periferia y relacionadas a decisiones de carácter
local (en nivel de región o de país). En esta
parte del artículo intentaremos discutir los cambios
en la parte superior de la jerarquía de ciudades en
el mundo. Los cambios en esta parte, cuando existen, ocurren
en la misma escena global que crea las oportunidades que colocan
a ciudades de poca significación en la red internacional
en una posición de prominencia global (no obstante,
por períodos de tiempo limitados). Tales ocasiones
ocurren por razones diversas, mezclando esfuerzos internos
a las ciudades pero, sobre todo, a partir de intereses globales.
A nivel teórico, lo que nos interesa saber es si la
inserción fugaz de una ciudad como muestra de oportunidad
global constituiría una inflexión urbana verdadera,
capaz de dividir su historia incorporando el antes y el después
de tal inserción.
La muestra
de oportunidad que aquí se discute es aquella ocurrida
en función de acontecimientos de interés global,
como los deportivos, por ejemplo. La hipótesis que
se plantea es que, en estos casos, la mayoría de las
veces, después del período de evidencia, la
ciudad retorna a su posición original en la red urbana
de la jerarquía internacional. No obstante este carácter
efímero, algunas de esas muestras de oportunidad
son utilizadas por las ciudades para estimular transformaciones
urbanas que las caracterizarán para las décadas
futuras.
El concepto
de muestra de oportunidad aún no está establecido,
y sería difícil reconocer con claridad cuáles
serían las más importantes o cómo se
materializan estas oportunidades. Lo que especulamos aquí
es que, en caso de que estas transformaciones sean sostenibles,
es decir, en caso de que persistan los impactos generados
durante el período de oportunidad a nivel de la historia
local, la inflexión urbana ocurriría.
Para analizar
estas muestras de oportunidad de ciudades en la escena internacional,
elegimos como parámetro el número de citaciones
que consiguió cada una de ellas en la revista semanal
norteamericana Time, durante un período histórico
seleccionado. La revista Time fue elegida por ser la
revista con mayor circulación del mundo (más
de 4 millones de ejemplares vendidos semanalmente), publicada
desde 1923 y con ediciones especiales para Europa, América
Latina y Asia.
Analizamos
adicionalmente las muestras de oportunidad debido a acontecimientos
culturales y deportivos de ciudades en la escena global,
con escala e impacto internacional, que tienen regularidad,
que son manejados por agencias internacionales, y para los
cuales las ciudades (y no los países) son candidatas
-como las Exposiciones Universales y los Juegos Olímpicos.
4.1 Ciudades en las carátulas de Time
La revista
Time tiene regularidad semanal desde 1923 y la circulación
más expresiva a nivel mundial. Para nuestro tema, determinamos
el periodo histórico entre 1951 y 2005. Buscamos el
número de veces que cada ciudad había sido abordada
en los artículos de la revista por quinquenio, desde
el primer período (1951 el 1955), hasta el último
(2001 el 2005).
La investigación
en la revista Time tuvo dos objetivos:
el primero era cubrir las carátulas de la revista desde
1951, con una atención especial para las ciudades y
los temas que habían sido destacados;
el segundo era una búsqueda de las 82 ciudades en destaque
en la jerarquía de la red internacional de ciudades,
con atención a todas las que fueron sedes de Juegos
Olímpicos y Exposiciones universales.
Entre
1951 y 2005, hubo 584 temas de carátula de la revista.
En cuanto a los temas generales, es posible notar la emergencia
de algunos temas en las últimas décadas, como
es el caso de la medicina y salud, y de la ciencia y tecnología,
que presentan un crecimiento vertiginoso desde principios
de los años 90 como tema de artículos
en la Time.
Las Olimpíadas
como muestra de oportunidad se reflejan en la carátula
de Time como el único gran acontecimiento con
presencia frecuente. Más allá de los juegos
como tales, este acontecimiento introduce en escena otros
temas (no obstante, siempre atados al nombre de la ciudad
que los recibe). Esto fue observado particularmente entre
1976 y 1985, en los preparativos para los juegos de Moscú
(el año 1980) y de Los Ángeles (1984), que fueron
razón de conflictos geopolíticos, donde cada
uno de los juegos fue boicoteado por enemigos políticos.
Otros
temas provocan inserciones singulares en momentos precisos.
Este es el caso de los temas ambientales, con un crecimiento
que va hasta 1985, y con un pico en los años preparativos
y en el año de la realización de la conferencia
Eco-92 en Río de Janeiro. En seguida, sin embargo,
el tema vuelve a tener la misma evidencia que tenía
hasta 1970 -y con una ausencia cada vez mayor de la ciudad
brasileña cuando se vuelve sobre el tema. Un ejemplo
de evidencia fugaz.

Gráfico
1: temas ambientales en las carátulas de Time
Fuente: Time
Si la
ciudad de Río de Janeiro experimentó una oportunidad
solamente en el año de la realización de la
Conferencia Eco-92, otras ciudades parecen haber utilizado
mejor la ventaja de la oportunidad del tema del medio ambiente,
y empezaron iniciativas que les garantizaron una presencia
-aunque no tengan garantizado la entrada al grupo de ciudades
globales, lo que no nos parece haber sido su intención.
Sin embargo, en estos casos, las inflexiones urbanas parecen
haber sido puestas en ejecución después de haber
producido importantes cambios locales. Algunos casos son Curitiba
en Brasil, Kitakyushu en Japón, Seattle en los Estados
Unidos, y Córdoba en Argentina. No discutimos aquí
el éxito verdadero de los programas ambientales específicos
de cada una de esas ciudades; lo que afirmamos es que la
adopción de prácticas ambientales en innumerables
ciudades a partir de los años 90 les garantizó
una posición de prominencia en la escena internacional,
superior a la posición de otras ciudades que recibieron
otros acontecimientos globales. Evidentemente, para las ciudades
que se lanzaron más temprano en este esfuerzo de prácticas
ambientales, las muestras de oportunidad han sido mayores.
El caso de Curitiba, que tuvo inicio a fines de los
años 80, es emblemático, sobre todo por
el hecho de estar en un país considerado periférico
en el sistema económico global.
Durante
el período analizado, diez ciudades han sido tema de
carátula de la revista. De éstas, sólo
Jerusalén no es norteamericana. Nueva York es aquella
que presenta la mayor incidencia, con 40 carátulas.
La segunda incidencia más grande le cabe a Washington,
con 7 carátulas, en su mayoría relacionadas
a temas sobre la política norteamericana y/o la diplomacia
de este país.
Un hecho
que llama la atención es que Nueva York, hasta 1960,
aparece sólo como referencia de equipos locales de
béisbol o de políticos, confirmando quizás
la pequeña importancia de las ciudades como agentes
socioeconómicos de interés nacional o mundial.
En la edición del 18 de enero de 1960, finalmente,
la ciudad es propiamente el tema de la carátula, cuya
materia discute el problema del aumento del tráfico
y congestionamientos recurrentes del "gran éxodo
de la posguerra a los suburbios" en las grandes ciudades
americanas.

Time,
11/1/1960
Nueva
York vuelve a ser carátula en junio de 1964, cuando
se realizó la Exposición Internacional que celebró
25 años de avances científicos: "Emerging
from subway, train or even hydrofoil, the visitor to the New
York World's Fair feels that he is in a special world, full
of runaway pylons, impossible cantilevers, and buildings that
look like flowers or accidents of flowing lava".
En seguida,
dos temas específicos sobre la ciudad vuelven a algunas
carátulas: la crisis intra-urbana, con la bancarrota
de la infraestructura (3 carátulas de apagones en la
ciudad) y la falta de seguridad urbana (3 carátulas
sobre inseguridad y su recuperación), y la posición
global de la ciudad frente al tema que inició el siglo
XXI, el terrorismo, que tiene como objetivo los símbolos
internacionales, como los ataques al World Trade Center en
1993 y 2001. Desde este punto de vista, los temas intra-urbanos
pierden valor para la ciudad global por excelencia, la
ciudad-símbolo. En la carátula del 1 de enero
de 2000, la revista eligió al Times Square para abrir
el siglo 21, en una imagen donde la ciudad se compone de luces
de las imágenes de la publicidad y la explosión
de fuegos artificiales, exactamente en la región que
20 años antes era el símbolo de la bancarrota
urbana de Nueva York; en la carátula de septiembre
de 2001, aparecen las torres gemelas en explosión luego
del ataque terrorista.

Time,
1/1/2000 y 14/9/2000
4.2 Ciudades en los artículos de Time
Más
específicamente para el interés de este artículo,
seleccionamos a las ciudades que aparecen con una prominencia
mayor en la jerarquía general de las ciudades globales,
sumando a las que han sido sede de Exposiciones Universales
y Juegos Olímpicos. Con las coincidencias (por ejemplo,
Los Ángeles recibió a los juegos Olímpicos
de 1984 y ocupa la posición 5ª en la jerarquía
consolidada de las ciudades globales), se llega a un total
de 82 ciudades.
Del mismo
modo que en el análisis de las carátulas, dividimos
entonces el período total de la investigación
(de 1951 al 2005) en quinquenios, y buscamos el número
de veces que la ciudad fue tema o estuvo presente en artículos
de la revista, independientemente del tema.
Londres,
por ejemplo, tercero en presencia, tenía un promedio
de 283 referencias anuales en este período, con picos
de 451 (entre 1951 y 1955) y mínimo de 150 por año
(entre 1996 y 2000), seguido de Chicago, con un promedio anual
de 291 referencias y de Nueva York, con 737 promedios anuales
-otra vez la ciudad con la mayor inserción periodística.
Cuando
ponemos las referencias a las ciudades distribuidas en el
tiempo (Cuadro 3), observamos algunos aspectos que reflejen
el grado de exposición y las oscilaciones de la ciudad
en la escena internacional. Destacamos:
las agrupaciones posibles de ciudades de acuerdo al
grado de exposición en la escena internacional, relacionándolas
con la jerarquía de las ciudades globales;
las oscilaciones entre las ciudades dentro cada una
de las agrupaciones;
las ciudades que habían presentado las mayores oscilaciones
positivas y negativas, relacionándolas con el momento
histórico de estas alteraciones; y
entre las ciudades que habían tenido muestras de oportunidad,
si ellas mantuvieron su posición en el agrupamiento
superior al que habían pasado durante el período
del acontecimiento que les dio la oportunidad de ser mostradas.

Cuadro
3: Ciudades en la Time - 1951 el 2005.
Fuente: elaboración propia, con base en las carátulas
de Time.
En color negro están las ciudades con un promedio de
por lo menos 20 veces en las referencias de la Time;
en gris oscuro, con un promedio de por lo menos 10 veces;
y en gris claro, 5 veces. Para el cálculo del promedio,
excluimos a Nueva York, ya que esta ciudad tuvo 2.5 veces
más que el número de citaciones de la segunda
ciudad más citada, que sería Chicago.
Podemos
notar, también, que entre las 5 ciudades más
referenciadas en los artículos de la revista, tenemos
poca variación -todas han sido citadas siempre por
lo menos 10 veces más que el promedio. Sin embargo,
han ocurrido algunas alteraciones significativas. A partir
de los años 80, las referencias a Londres
han decaído. Lo mismo ocurre con París,
que fue la caída más acentuada y observada desde
principios de los años 70. Por otra parte, Los
Ángeles se consolida a partir de los años 80
como una de las ciudades con un número más expresivo
de referencias en la revista.
En un
grupo inferior en número de referencias, Moscú
tiene destaque por su disminución acentuada. Estabilizada
en el 2º grupo por la cantidad de referencias hasta la mitad
de los años 80, presenció un repunte entre
1986 y 2000, época de la Perestroika, de la abertura
política y de la posterior disolución de la
Unión Soviética, cuando pasó al 1º grupo
con un gran número de referencias en la revista. Desde
este punto en adelante entra al movimiento descendente continuo,
al punto de entrar en el período más reciente,
entre 2001 y 2005, al grupo de baja importancia de la revista.
En el
3º grupo de las ciudades más citadas en la revista,
las prominencias van para Atlanta y Houston, que presentan
una estabilización a partir de la mitad de los años
60. Berlín, símbolo de transformaciones
geopolíticas importantes en el siglo 20, es la 13ª
ciudad más citada en los últimos 50 años
en la Time, pero con oscilaciones considerables. Si
en el período de 1961-1965 tenía más
prominencia (época de la construcción del Muro
de Berlín), permanece desde entonces entre las ciudades
del 3º grupo en número de citaciones, o mejor dicho
entre las ciudades con más bajo número de incidencias,
sólo con una ascensión rápida en el período
1986-1990 (la destrucción del Muro), para luego
retornar a la categoría con una relativa baja presencia
en la revista.
4.3
Muestras de oportunidad de las Exposiciones Universales
Avanzando
en el análisis del número de referencias de
una determinada ciudad (también en la revista Time)
y en vista de ser esto un parámetro de muestra de oportunidad,
analizamos las ciudades que habían sido sede de las
Exposiciones Universales. La intención en este caso
era menos saber la posición general de cada ciudad
en relación a las otras, y más analizar si tuvo
una oscilación positiva en el número de referencias
en las siguientes situaciones: 1, en el período de
la realización del acontecimiento; 2, en relación
al período anterior; y 3, si esta oscilación
positiva fue mantenida.
Con raras
excepciones, las exposiciones universales no se han materializado
como muestras de oportunidades significativas en la escena
mundial para las ciudades que las abrigaron.
La sorpresa
del análisis está exactamente en el punto contrario
al de la hipótesis inicial. De hecho, el 30% de las
ciudades que habían recibido a las exposiciones universales
habían tenido aún menos referencias en Time
durante el quinquenio en el cual la exposición
ha sido realizada de lo que en períodos anteriores
o subsecuentes. Es el caso de Okinawa, en Japón, sede
de la exposición universal de 1975. Entre 1951 y 1970
la ciudad tenía un promedio de 12 referencias anuales
en Time. En el quinquenio donde la Expo fue realizada,
este promedio bajó a 7, estabilizándose, desde
entonces, en 2.5 referencias anuales.
Budapest
es un caso aún más especial. Un centro económico
importante a principios de la guerra fría y en la formación
del bloque soviético, en el quinquenio donde recibió
la Expo de 1971 contó con un promedio de 8 referencias
anuales en Time. Aunque relativamente expresivo, este
número está lejos del promedio de 24 referencias
anuales entre 1951 y 1970. A partir de la Expo-71, el promedio
continúa con 8 referencias anuales hasta el quinquenio
1986-1990, época de la disolución del bloque
comunista, cuando la ciudad estuvo presente 13 veces por año,
en promedio. Desde ese momento en adelante la incidencia de
la ciudad en la revista pasa a menos de 3 referencias por
año.
Para el
43% de las ciudades que habían sido sede de las exposiciones
universales, esto, de hecho, no significó nada en términos
de proyección en los medios internacionales de comunicación
-y por lo tanto, no se ha convertido en una muestra de oportunidad.
Bruselas es un caso emblemático: entre 1951
y 1975 tenía un promedio de 32 referencias anuales
en Time, número que en el quinquenio en que
organizó la Expo ascendió solamente a 36.
Otro ejemplo
que merece una atención especial es Lisboa,
sede de la Expo de 1998. Entre 1951 y 1970, Lisboa fue referenciada
11 veces por año. En el quinquenio 1971-1975, época
de la Revolución de los Claveles, la ciudad fue tema
en 20 artículos por año. Desde entonces, inicia
un movimiento descendente de inserción en los medios
globales, y pasa de 8 referencias anuales inmediatamente después
de la caída de la dictadura a ser citada solamente
en 2 artículos por año desde principios de los
años 1990. La Exposición Universal de 1998 ha
sido un espasmo de muestra de oportunidad, levantando el número
anual de citaciones de la ciudad en Time a 4, seguido
inmediatamente de su desaparición, con 1 referencia
por año entre el 2001 y el 2005.
Un número
sorprendentemente bajo de ciudades que realizaron las Expo
obtuvieron en ello una razón de proyección en
los medios globales. Solamente para el 26% de esas ciudades
el acontecimiento trajo un aumento en el número de
citaciones en Time, y en ninguno de los casos este
número se mantuvo o no fue seguido igualmente al promedio
anterior. Es el caso de Montreal, que de un promedio de 36
citaciones anuales en artículos tuvo un aumento rápido
a 38 en el quinquenio 1966-1970, durante la Expo, para regresar
al promedio anterior hasta entrar en el movimiento descendente
a principios de los años 80, cerrando los últimos
10 años con 14 citaciones anuales. Con esto Montreal
pierde evidencia frente a su competidor nacional, Toronto,
que mantuvo 30 citaciones entre 1996 y 2005, un promedio próximo
al de los últimos 50 años.
Es innegable
que la realización de las exposiciones universales
en las ciudades pone en movimiento millones de dólares
en mejoras urbanas. Si tomamos como base a las exposiciones
internacionales pasadas (Sevilla, en 1992; Lisboa, en 1998,
Hannover, en 2000, y Aichi, en 2005), es recurrente el uso
del área del acontecimiento para actividades urbanas,
sobretodo la instalación de compañías
y de áreas de ocio. Si tal hecho causara una inflexión
intra-urbana, es tema para otra ocasión, por lo
tanto necesitaría otras fuentes de información.
Sin embargo, el análisis que aquí se presentó
intenta provocar una discusión sobre si la suma financiera
invertida para la realización de estas exposiciones,
y si la eventual muestra de oportunidad ligada a las Expo
les garantiza alguna sostenibilidad en el círculo de
las ciudades globales. Hemos visto que pocos han sido los
casos donde tales exposiciones han significado un momento
especial en la historia de las ciudades que las abrigaron,
lo que podría indicar una inflexión urbana.
Si tomamos para el análisis solamente las muestras
de oportunidad, es posible decir que las inversiones para
la realización de las Expo han tenido una baja compensación.

Expo
Sevilla, 1992 / Expo Lisboa, 1998
En la
búsqueda de una justificación para tal hecho,
vale la pena recordar que los medios viven de la novedad;
así, las ciudades sede de las Expo tendrían
una muestra de oportunidad que, por supuesto, les daría
actualidad en los medios mundiales y, con algunas pocas excepciones,
regresarían a los estándares anteriores. Lo
que vimos ha sido que apenas un pequeño grupo de ciudades
ha tenido cierta muestra de oportunidad consolidada a partir
de las Expo. Este fenómeno no sólo merece más
discusiones para entender las inversiones perdidas, sino sobretodo
para entender las excepciones: de las ciudades que
han utilizado la muestra de oportunidad para cambiar de nivel
en la escena urbana internacional -lo que sólo ha ocurrido
en el 26% de los casos.
4.4
Muestras de oportunidad de los Juegos Olímpicos
En la
edición de agosto del 2004 el periódico Le
Monde Diplomatique anunció en tono crítico
que "...los Juegos Olímpicos de Atenas van
a recibir una cobertura de los medios comparables a aquellos
de acontecimientos mucho más decisivos, como la guerra
de Irak" (Boniface, 2004: 3).
Más
que un acontecimiento deportivo, las Olimpíadas tienen
una importancia económica y geopolítica que
las coloca como el principal acontecimiento en la escala internacional.
En los juegos de Atenas, la Organización del Tratado
del Atlántico Norte fue movilizada para la seguridad,
bajo la sospecha de un ataque terrorista como los que ocurrieron
en Munich en 1972. De una manera similar, el boicot recíproco
de la Unión Soviética anterior a las Olimpíadas
de Los Ángeles en 1984 y de los Estados Unidos a los
juegos de Moscú en 1980 marcó la guerra fría;
más allá de la antológica imagen de Adolf
Hitler en 1936 que tuvo que aplaudir las victorias de Jesse
Owens, un negro norteamericano, echando por tierra la pretendida
superioridad aria.

Juegos
Olímpicos de Moscú, 1980 / Juegos Olímpicos
de Los Angeles, 1984
Más
recientemente, algunos aspectos económicos han tomado
un primer plano, como la frustración de China de no
haber sido escogida como sede de los juegos del 2000 en Beijing,
una señal de que su condición de potencia mundial
todavía no había sido reconocida. Sin embargo,
la opción de Beijing para el 2008, ha demostrado la
fuerza política de China y del empalme de los agentes
del mercado privado, que saben que los juegos son una excelente
ocasión de entrada para el inmenso mercado chino -lo
que les hizo hacer presión sobre el COI para la opción
de la ciudad.
El papel
de los agentes privados en los Juegos Olímpicos, principalmente
el de las corporaciones globales, tuvo una gran importancia
en Los Ángeles, en 1984, con la presencia de 34 grandes
corporaciones como patrocinadores, con inversiones entre U$
4 millones y U$ 15 millones cada uno. Por supuesto, antes
de 1984 los publicistas y los patrocinadores ya existían,
pero no representaban más que el 10% del total de los
beneficios. En Los Ángeles habían excedido el
20%, en Atlanta, el 30%. La sofisticación y los
altos valores implicados en la publicidad y la organización
apropiada de los Juegos Olímpicos condujeron a una
elección de grandes compañías que las
financiasen. Así, la concentración de empresas
patrocinadoras aumentó: en Montreal, en 1972, había
742 compañías con publicidad y apoyo financiero;
en Sidney, en el 2000, ellas eran menos de 100. Los juegos
Olímpicos de Beijing, en el 2008, por su parte, representarán
el punto culminante de la fuerza de las corporaciones globales
en la opción de una ciudad, como escribió
John Short (2004).
La importancia
de los Juegos Olímpicos para la economía de
las ciudades se refleja en el número de candidaturas
para recibirlas. Hasta los años 60, el número
de ciudades candidatas para recibir a los juegos Olímpicos
era tan grande que, por ejemplo, en los Estados Unidos varias
ciudades se presentaban como candidatas. Para Melbourne, en
1956, de un total de 9 que eran candidatas, 6 ciudades eran
de los Estados Unidos. De 1952 al 2008, 30 ciudades de Europa
presentaron su candidatura para convertirse en la sede de
las Olimpíadas y solamente en los Estados Unidos
este número llegó a 20. Detroit, sola, ha sido
candidata 6 veces pero nunca se concretó como
sede; Los Ángeles fue candidata 5 veces, y solamente
recibió a los juegos en 1984.
El número
de candidatos se estabilizó en 4 ciudades entre los
juegos de 1964 y 1972, decayendo a un único candidato
en las Olimpíadas de 1984. Este desinterés puede
tener sentido al analizar las ciudades de los Estados Unidos:
si para los juegos de 1952 y 1956 existían 5 y 6 ciudades
de este país como candidatas; entre 1960 y 1972 solamente
Detroit presentó su candidatura entre las ciudades
de los Estados Unidos; entre 1976 y 1984, solamente Los Angeles;
y entre 1988 y 1992, ninguna ciudad de los Estados Unidos
se presentó como candidata.
Pero las
consecuencias económicas de los Juegos Olímpicos
de 1984 en Los Ángeles ya fue sentida en la candidatura
para las Olimpíadas de 1992, en Barcelona - recordando
que las sedes de la Olimpíada consecutiva están
determinadas después de la realización de un
acontecimiento, es decir, en 1984 ya era sabido que Seúl
sería la sede de los juegos de 1988. En 1992, el número
de las candidaturas era ya otra vez significativo: seis. Barcelona
fue escogida para ser la sede y confirmó el éxito
económico que las Olimpíadas pueden traer para
una ciudad, tanto para su transformación interna como
para su imagen externa: una muestra de oportunidad para
una posible inflexión urbana.
Este movimiento
también está reflejado en la proyección
de las ciudades-sede de los juegos en los medios internacionales.
Helsinki (1952) y Melbourne (1956) tuvieron un aumento en
las referencias en Time en el quinquenio que habían
recibido los juegos. Siguiendo las próximas sedes,
Roma (1960), Tokio (1964) y Ciudad de México (1968),
habían tenido hasta menos referencias en la revista
de lo que en períodos inmediatamente precedentes -número
de referencias que continuaron declinando para las tres ciudades.
Para Roma, el número de inserciones anuales en Time
pasó de 153 en el quinquenio de los juegos, descendiendo
a 88 a principios de los años 80, hasta caer
a 38 en el quinquenio 2001-2005. Las Olimpíadas posteriores,
de Munich (1972) y de Montreal (1976), representaron un incremento
de 25% en las inserciones de las ciudades en Time.
En Los
Ángeles el aumento en el número de inserciones
en Time también estaba en este porcentaje. Pero
el éxito de estos Juegos Olímpicos como ocasión
de la proyección mediática se refleja en la
proyección de los juegos siguientes: en Seúl,
en 1988, el número de inserciones en Time fue
casi 4 veces más de la que la ciudad tuvo en los quinquenios
precedentes y subsecuentes; en Atenas, en el 2004, el incremento
fue de 2 veces. Barcelona, en 1992, también tuvo un
incremento de 2 veces en el número de inserciones en
Time en el quinquenio de la realización de los
juegos, teniendo sin embargo una característica especial
por haber mantenido una mayor inserción en el quinquenio
siguiente -un fenómeno todavía más acentuado
en Sydney, que llegó a 5 veces más el número
de inserciones promedias anuales en Time en el quinquenio
1996 - 2000, teniendo un número de inserciones mucho
más bajo en el quinquenio siguiente, pero aún
dos veces superior que el del quinquenio anterior. Para estas
dos ciudades vemos que los Juegos Olímpicos fueron
unos estimulantes de la proyección de la ciudad en
la escena internacional y una oportunidad de mantenimiento
posterior.
Sobre
las ventajas económicas que se pueden generar de los
Juegos Olímpicos, algunos estudios destacan su importancia;
otros, por el contrario, se arriesgan a decir que existe una
baja apropiación de sus beneficios para la mayoría
de la población. La consultora inmobiliaria internacional
Jones Lang LaSalle (2001) estima que el impacto económico
de los juegos es de la orden de los U$5 mil millones. Barcelona
es la gran excepción, con un impacto de U$17 mil millones,
o el 3% del total del PBI español en 1992. Y como escribió
John Short (2004) "recibir los juegos es una excelente
oportunidad de re-contextualizar a las ciudades conectándolas
a un espacio global de flujos y reconstituyéndolas
internamente"; y Melinda McKay afirma que "mientras
los juegos generan beneficios económicos inmediatos,
tales como más trabajos y renta, otros efectos indirectos
(tal como los cambios en la forma urbana y la governanza en
las ciudades-sede) tienen un mayor alcance y duración".
Las 5
principales ventajas serían:
regeneración urbana, cuando las áreas degradadas
reciben grandes inversiones para su reconversión
y reintegración en la dinámica socioeconómica
urbana;
los barrios olímpicos, donde se albergan los
atletas, que después de los juegos sirven de impulso
para regiones de la ciudad, lo que ha ocurrido en Seúl
y en Barcelona;
las mejoras en la infraestructura, inicialmente para
recibir a los millares de visitantes, pero que serán
apropiados como beneficios por los habitantes;
promoción del turismo y de los negocios del ocio,
teniendo como ejemplo Sydney, donde la Comisión Australiana
del turismo estima que U$ 2,4 mil millones han sido invertidos
en la publicidad relacionada a los juegos -y por lo tanto,
a la ciudad- entre 1997 y 2000, mientras que el número
de acontecimientos en la ciudad aumentó del 34% desde
que Sydney fue elegida para recibir las Olimpíadas;
y
la inclusión del tema ambiental en la ciudad,
que desde 1994 se considera el tercer principio de las Olimpíadas
por el Comité Olímpico Internacional, junto
con el deporte y la cultura; si Sydney tuvo a la calidad ambiental
a su favor, Beijing tuvo que presentar un plan detallado
de recuperación ambiental para ser aprobada como
sede de los juegos de 2008.
5. Conclusión
Este artículo
inicia la discusión de lo que llamamos las inflexiones
urbanas: situaciones o momentos que llevarían a una
ciudad a reposicionarse en la red global de ciudades. Para
el análisis tomamos informaciones disponibles en medios
internacionales de gran circulación como indicativo
de cambios eventuales. Tres grandes conclusiones pueden ahora
ser anunciadas.
- La
primera es que el reposicionamiento deseado en la jerarquía
de las relaciones internacionales, de las cuales las ciudades
son nodos importantes, es más difícil en los
niveles más superiores. Así, el estudio casi
concluye en la inmutabilidad del grupo de ciudades realmente
globales.
- La
segunda conclusión es que el reposicionamiento entre
las ciudades de la parte más baja de la jerarquía
parece ser más recurrente, pero las inserciones
son fugaces. Las llamadas muestras de oportunidad garantizadas
a algunas ciudades debido al hecho de ser sedes de los Juegos
Olímpicos o de las Exposiciones Universales, por
ejemplo, difícilmente garantizan la continuidad de
la prominencia internacional y de los beneficios que tal
hecho puede permitir.
- La
tercera conclusión es que las muestras de oportunidad
pueden, eventualmente, generar una inflexión urbana,
demarcando períodos en la historia de una ciudad.
Sin embargo, los límites de la inflexión
están en la vida cotidiana de sus habitantes,
sin implicar una nueva posición jerárquica
internacional.
La continuidad
de nuestras investigaciones podrá decir si el uso de
otros parámetros no contemplados, como el capital,
las comunicaciones y la tecnología, implicarían
una nueva forma de considerar la red jerárquica de
ciudades en el mundo. Podrían también ayudar
a entender si es posible revalorizar las experiencias aquí
descritas como las inflexiones urbanas más significativas
por los cambios internos que produjeron en las muestras de
oportunidad globales.
FD
y CV
Los
autores son Profesores Investigadores de la Maestría
en Gestión Urbana de la Pontificia Universidad Católica,
en Curitiba, Brasil. Fábio Duarte es autor de Crise
das matrizes espaciais (Perspectiva, 2002)
y de O tempo das redes (Perspectiva, 2007).
Clovis
Ultramari. es autor de Fim das utopias urbanas (Nobel,
2006).
De
Fábio Duarte y su obra, ver también en café
de las ciudades:
Número
39 I Arquitectura de las ciudades (I)
Las
trampas lógicas de Emmanuel Pimenta I
Todavía no vivimos en un mundo de libertad. I Fábio
Duarte
Número
28 I Arquitectura de las ciudades
Crisis
de las matrices espaciales I Reflexiones a
partir de un libro de Fábio Duarte. I Marcelo Corti
Número
23 I Cultura
La
ciudad infiltrada I 10_dencies/São Paulo
y los desafíos de la cultura tecnológica. I
Fábio Duarte
Sobre
ciudades globales, ver también en café
de las ciudades:
Número
10 I Tendencias
Saskia
Sassen: una visita guiada a la Ciudad Global I
Dispersión, centralidad, nuevos movimientos políticos,
culturas alternativas, y una pregunta: ¿de quien es la ciudad?
I Saskia Sassen
Número
36 I Política de las ciudades (I)
Ciudadanía,
democracia informal y disputas territoriales I
Saskia Sassen y la presencia de lo local en lo global. I Federico
Lisica
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