Estructura,
ecología, economía, ética, estética,
erótica
Seis proposiciones
encadenadas para una teoría unificada de la ciudad.
Por
Mario L. Tercco
N.
de la R.: Quizás hastiado por las incidencias del juicio
político en curso, nuestro corresponsal en Buenos Aires ha
interrumpido momentáneamente el envío de crónicas
desde la "Reina del Plata" y se ha dedicado a la meditación
descomprometida sobre una cierta "teoría unificada de
la ciudad", de la cual solo da unas someras pistas en algunos
escritos que nos ha hecho llegar. De entre ellos, y por respeto
a su trayectoria en cdlc,
publicamos en este número uno de los más inteligibles.

1. Estructura de la ciudad
"Hay
dos modos de conciencia, una es luz y otra es paciencia; una estriba
en alumbrar un poquito el ancho mar, otra en hacer penitencia con
caña y red y esperar el pez como pescador. Dime tú
cual es mejor: ¿conciencia de visionario que busca en el hondo acuario
peces vivos, fugitivos, que no se pueden pescar o esa maldita faena
de ir arrojando a la arena, muertos, los peces del mar?"
Antonio
Machado
La estructura
general de la ciudad es la superposición e interacción
de las distintas estructuras, físicas o sectoriales, que
ordenan por ejemplo la trama y el tejido urbanos, el transporte,
los espacios públicos y privados, los fluidos, las representaciones,
las normativas, la producción, el paisaje, las secuencias
espaciales y temporales.
Las visiones
propias de las disciplinas parcelarias pueden explicar aspectos
específicos de la ciudad y ser útiles en la medida
que se acepte su carácter parcial. Para ciertas acciones
específicas, es conveniente la utilización instrumental
de estructuras parciales que separan momentáneamente determinados
aspectos de la realidad urbana para tratarlos con autonomía
relativa.
Pero a partir
de las visiones parciales, de las teorías fragmentarias,
es preciso procurar la formación de una teoría unificada
de la ciudad. Así comprenderíamos una estructura urbana
que explicara desde las grandes infraestructuras y tendencias socioeconómicas
hasta la anécdota de una esquina, la lógica de
un encuentro inesperado en una placita.
Esa estructura
contendría, por ejemplo, a la ecología, la economía,
la ética y la estética urbanas.

2. Ecología de la ciudad
Una visión
sostenible de los asentamientos humanos implica el reconocimiento
de la ciudad como ambiente propio del hombre. La ciudad soluciona
los problemas ambientales que genera la anticiudad.
Se pueden reconocer
dos actitudes básicas del hombre hacia la naturaleza, a lo
largo de la civilización:
- La pretensión
de dominio, expresada en la utilización discrecional
de recursos, la alteración y contaminación, la indiferencia
por la renovación y preservación, la prevalencia
de manejos territoriales y paisajísticos "duros".
- Una relación
"contractual", con estrategias de cuidado del recurso
y su calidad, el respeto por los contextos originales, la convivencia
con los ciclos naturales (inundaciones periódicas, crecientes,
bajantes, etc.) y los manejos territoriales y paisajísticos
"blandos".
Se habla de
la "huella ecológica" de las ciudades, es decir,
de la cantidad de territorio afectado a la provisión de recursos
para el desarrollo urbano, superficie que es mayor cuanto más
alto es el nivel de vida de la población. Pero esto no debería
alentar los prejuicios antiurbanos de cierta ideología ecologista.
Por el contrario, el desafío consiste en desarrollar ciudades
que reviertan estas tendencias y consigan standards adecuados de
calidad de vida sin destrucción de recursos, sin contaminación
y sin afectar la diversidad biológica. Por ejemplo: la reducción,
reciclaje y reutilización de los desechos domésticos,
la utilización de fuentes de energía limpias y renovables
y la reducción del consumo energético, la reducción
de viajes innecesarios y la utilización de medios de transporte
con tecnologías limpias y de uso racional, el procesamiento
de las aguas servidas, el respeto por los soportes territoriales
naturales, etc.
La combinación
de las ideas de globalización, marketing urbano y competencia
de ciudades genera una serie de amenazas hacia el desarrollo urbano
sustentable: darwinismo urbano, insolidaridad; gentrificación;
segmentación y segregación urbana y social, generando
metrópolis globalmente heterogéneas pero localmente
hiper-homogéneas; banalización de los contenidos y
significados culturales históricos de la ciudad; procesos
de dispersión metropolitana con elevado consumo de
suelo, altos costos de movilidad, elevado consumo de energía
y fuerte segmentación social (el paso de la ciudad concéntrica
a la ciudad patchwork).
La ecología,
como administración eficiente de los recursos, es también
otra forma de la economía.

3. Economía de la ciudad
Los economistas
suelen ignorar la dimensión territorial de la economía:
no pocos de sus errores parten de esta omisión. Hay una muy
estrecha relación entre las ciudades y la economía.
No solamente porque hay actividades y procesos económicos
fundamentales que se desarrollan en las ciudades, sino porque
hay una gran parte de la economía que es propia y específica
de las ciudades. Las ciudades tienen 3 grandes aspectos económicos
a considerar:
- la influencia
que tienen sobre el desarrollo de los mercados privados,
en tanto son lugares de producción y consumo de bienes
y servicios.
- la influencia
sobre la economía del sector público, especialmente
en los aspectos tributarios, en el financiamiento de obras y servicios
públicos: redes de infraestructura, educación y
salud pública, etc.
- la renta
del suelo urbano en sus distintas formas (comercial, residencial,
industrial, etc.).
No hay economía
sostenible sin una ética social.

4. Etica de la ciudad
Con el concepto
de ética urbana quiero referirme al conjunto de las practicas
y conductas, públicas y privadas, que constituyen instancias
de decisión con una posible derivación ética
o moral, y que pueden estar regidos por códigos o criterios
formulados o tácitos. Este código de ética
urbana no existe en la practica, pero es posible formular algunos
aspectos y precisiones que debería incluir:
- Garantizar
los beneficios de la urbanidad a todos sus habitantes.
La ciudad por si sola no soluciona las injusticias, pero tampoco
debe profundizarlas ni generarlas.
- La ciudad
como instrumento de redistribución: las intervenciones
sobre la ciudad tienen un enorme potencial de incidencia sobre
la distribución de la riqueza socialmente creada. El proyecto
y la gestión de los hechos urbanos debería contribuir
a atenuar las inequidades del mercado.
- La generación
de espacio público como criterio de evaluación de
las políticas y los planes, programas y proyectos urbanos.
- Las políticas
y acciones sobre la ciudad deben contribuir al cumplimiento de
los objetivos del desarrollo sustentable.
- Civismo y
Urbanidad: la construcción de la ciudad es también
construcción de ciudadanía, y de los espacios
colectivos donde esta se expresa y desarrolla.
- Respeto por
la historia de la ciudad y de sus colectivos sociales, étnicos,
etarios, etc., en la generación de políticas, planes,
programas y proyectos.
- Construcción
de consensos colectivos en la generación e implementación
de políticas urbanas, como resguardo a la imposición
de políticas por grupos de poder públicos o privados:
una auténtica participación ciudadana que eluda
el asambleísmo y la cooptación.
- Consolidación
y renovación de la identidad urbana.
- La idea general
del "derecho a la ciudad", que implica la consolidación
y extensión de los derechos de ciudadanía.
- Respetar
el ayer, solucionar el hoy, actuar para un mañana mejor.
La ética
es, en cierta manera, una estética de las conductas, así
como la estética es una ética de las formas.

5. Estética de la ciudad
Dentro de la
estética urbana, distinguimos al paisaje urbano, expresión
que se refiere a la visualización directa e inmediata de
la ciudad, de la morfología urbana, que tiene más
relación con los conceptos de estructura urbana, tejido,
trama y tipologías. Abusando de la terminología kantiana,
podríamos caracterizar a la morfología urbana como
la cosa en sí y al paisaje urbano como su expresión
fenomenológica. Entender el paisaje urbano como una resultante
de la estructura de la ciudad es superador de la concepción
meramente escenográfica de la ciudad (las avenidas "a
lo Potenkim").
Constituyen
el paisaje urbano tanto los edificios, su volumetría y fachada,
como los elementos constitutivos estructurales y accesorios del
espacio público: pavimentos, árboles, mobiliario (asientos,
faroles, canteros, semáforos, señalizaciones, cestos,
etc.), publicidades, tanques de agua, vehículos, ómnibus,
e incluso su propia gente, sus vestimentas, etc.
El paisaje natural
y la naturaleza reconstituida artificialmente constituyen parte
esencial del paisaje urbano, pero son solo una parte de éste.
Debe tenerse entonces especial cuidado en no confundir ambos términos,
porque reduciríamos el paisaje de la ciudad a una mínima
parte de sus componentes. Claro que uno de los aspectos más
definitorios del paisaje urbano es la forma en que la ciudad construida
se integra con su soporte natural: Río de Janeiro, Salvador,
Lisboa, Caracas, La Paz, Venecia, etc.
Además
de su efecto visual y sensorial, el paisaje urbano tiene un rol
fundamental en la construcción de la legibilidad de la
ciudad, de la forma en que los habitantes y visitantes de la
ciudad comprenden su forma y estructura y logran ubicarse en ella,
y establecer sus recorridos, y en definitiva su identidad como habitantes
de una ciudad. Como ha estudiado Kevin Lynch, existe una imagen
mental de la ciudad que forma parte constitutiva de la identidad
ciudadana de sus residentes. Son estos elementos del paisaje los
que permiten diferenciar las distintas áreas y sectores de
la ciudad y permiten ubicarse en ella y reconocer las partes que
la componen. Esta dimensión identitaria del paisaje urbano
es un factor a tener en cuenta al realizar transformaciones de la
ciudad.
La estética
es objetiva y estructural. Su efecto sobre las sensaciones humanas
es el origen de la erótica urbana.

6. Erótica de la ciudad
Placer
del texto. Clásicos, cultura (cuanto más cultura,
más grande y diverso será el placer). Inteligencia,
ironía, Delicadeza. Euforia. Maestría. Seguridad:
arte de vivir. (...) Este placer puede ser dicho: de aquí
proviene la crítica.
Textos
de goce. El placer en pedazos; la lengua en pedazos; la cultura
en pedazos. Los textos de goce son perversos en tanto están
fuera de toda finalidad imaginable, incluso la finalidad del placer
(el goce no obliga necesariamente al placer, incluso puede aparentemente
aburrir).
Roland
Barthes, El placer del texto
La dimensión
erótica de la ciudad es, en esencia, resultado del encuentro
entre la estructura urbana general (y sus componentes, por ejemplo,
ecológicos, económicos, éticos y estéticos)
con las percepciones y elaboraciones del individuo. También,
el encuentro del espacio con la historia o con el instante, la liberación
o encauzamiento de determinadas energías del territorio o
del cuerpo.
Es una dimensión
donde predomina lo intelectual, el recuerdo, la asociación,
la vaga promesa de algo infinito. Es el disfrute secreto, la liberación
y sensualidad; engendra la costumbre y el arte.
No hay erótica
de la ciudad sin una estructura que la sostenga.

MLT
Ver
la nota La
ciudad vencerá - Diez apuntes sobre el espacio contemporáneo,
de Carmelo Ricot, que parece anticipar algunas de las cuestiones
aquí consideradas por Tercco, en el número 29 de café
de las ciudades.
En
el índice
de café
de las ciudades pueden encontrarse las notas que la revista
ha dedicado a la economía, el ambiente y la estética
de las ciudades, y también las anteriores notas escritas
por Mario L. Tercco.
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