Tres versiones
de Buenos Aires
(Que son cuatro).
Por
Mario L. Tercco
La pluralidad de significados y representaciones posibles de
una ciudad es un indicador de su riqueza cultural. Incluso,
cuando estas representaciones no son las más prestigiosas
o las más "correctas", hablan de un patrimonio
verificable y, ¿por qué no?, promisorio. Selecciono aquí
tres imágenes distintas de Buenos Aires de entre tantas que
surcan los discursos mediáticos; sobre el final veremos otra
imagen, en este caso construida desde lo político.

Manzanares, Manzanares...
Los realizadores
de la versión local de Desperate Housewives no escatiman
esfuerzos para obtener un producto televisivo de calidad inusual.
Una de las apuestas más altas es la construcción de
un paisaje urbano y unas casas completas para el desarrollo de la
telenovela; esta decisión implica también la aparición
más fuerte de las nuevas urbanizaciones privadas surgidas
en los ´90 en el imaginario de la televisión argentina. El
área elegida no podía ser otra que Pilar, en este
caso su zona de encuentro entre la residencia y lo rural, Manzanares
(que también será el nombre del barrio en la ficción).
En alusión al nombre de la serie (que curiosamente respetará
el nombre original y se llamará Amas de casa desesperadas)
Clarín
titula su presentación de estas casas (el pasado 12 de junio)
como "El barrio de la desesperación", un
slogan que seguramente no elegirían los especialistas de
marketing para una urbanización de este tipo... Según
Silvina Lamazares, autora de la nota, "una clásica
teoría de la arquitectura sostiene que la casa -y no únicamente
el hogar- suele dar cuenta de quién la habita. Que lo que
se ve no sólo responde a lo que se quiere mostrar, sino también
a lo que se busca esconder. De eso saben quienes están construyendo
Manzanares (...) Un barrio de sólidas viviendas reales, en
la zona de Pilar, con sus veredas, sus fachadas, su universo de
complejas criaturas, que obliga al trabajo diario de 70 obreros
que destierran aquel viejo concepto de que los decorados de TV son
sólo de cartón pintado". La nota refiere
la primera visita que las actrices que protagonizarán la
serie realizaron a "la vieja quinta Los Galgos, donde Manzanares
está dejando de ser un plano dibujado para convertirse en
un puñado de viviendas en las que las chicas vivirán
sus propias vidas y llorarán la muerte ajena: en el primer
capítulo, una de las vecinas se suicida y ese disparador
patea el tablero vincular que parecía tan ordenado".
El barrio tendrá
nueve viviendas y un club house. Paradójicamente,
"la cámara no mostrará los seis dúplex
que se hicieron en 2001, cuando la crisis aniquiló el sueño
de ver esta quinta transformada en barrio privado: esos módulos
de ladrillo estarán destinados para la dirección,
el vestuario, el maquillaje y los camarines". Las nuevas
casas se erigen con un sistema industrializado, tanto por la rapidez
necesaria para su armado como (probablemente) por la posibilidad
de canjear la construcción por publicidad para la empresa
constructora. ¿Cuánto valdrán, además, estas
casas una vez terminada la serie, ya prestigiadas por su masividad
televisiva? (aunque antes se grabarán las versiones de la
serie para Brasil, Colombia y Ecuador). Las veredas estarán
sintonizadas a la era informática: por debajo de ellas correrá
el cableado de cámaras e iluminación y el soporte
técnico del set de grabación.
Para la arquitecta
Verónica Ormeño, "la consigna fue no variar
los tipos de viviendas de la serie original ni la cercanía
entre ellas, porque las distancias inciden en las relaciones entre
los personajes". Su colega Enrique Fernández dice
a su vez que "una de las mejores cosas del lugar es la forestación,
con un 80 por ciento de eucaliptus. Ahora estamos plantando fresnos
y álamos".
Por lo que se
ve en las imágenes que ilustran la nota, las casas de las
"desesperadas" responderán al habitual repertorio
country: chalets de dudosa estirpe estilística,
tejas, lucarnas, bow windows y vidrios repartidos. Sin embargo,
lo que en otro caso podría tomarse como estereotipo es aquí
un contundente reflejo de las historias que desarrollará
la serie. Las actrices encuentran en sus respectivos hogares de
ficción un paralelo con lo que ocurrirá a lo largo
de sus episodios: Mercedes Morán, por ejemplo, interpreta
a una ejecutiva que toma la decisión de dejar su carrera
para hacer la experiencia de criar a sus cuatro hijos "en
una casa amplia, más cómoda que lujosa, práctica.
(...) En la pretendida búsqueda de la seguridad, eligió
un barrio aparentemente tranquilo, pero la apariencia de
calma esconde, detrás de cada fachada, vidas tumultuosas.
Hay mucha cosa escondida debajo del felpudo. El lugar es toda una
metáfora de lo que habla el programa". La casa de
Araceli González y su marido de ficción es "típica
de nuevos ricos, que les permite a los dos ostentar, mostrar, lucirse
en el barrio. Son dos pretenciosos que eligen el estilo recargado
para reflejar su situación y eso se nota mucho en la fachada
y en el interior de la casa". En cambio, el personaje
de Gabriela Toscano es una mujer separada que "vive
sola con su hija, de 14 años, en un casa sencilla, donde
se impone la estética de la armonía. (...) El ambiente
que más le gusta es la cocina, desde donde puede pasar horas
mirando el afuera a través de la ventana". Por último,
Carola Reyna interpreta a una mujer de "familia
aristocrática" y "su casa es clásica, bastante
formal, de materiales nobles. Según su manual de estilo,
lo importante es lo que perdura y lo que dé imagen de orden
y prolijidad. Y entonces controla todo: aquello que perturbe su
orden, debe desaparecer de inmediato, porque en el orden encuentra
tranquilidad. Pero lo cierto es que camina sobre una cornisa".

La fundación inmobiliaria de Buenos Aires
La nota de Password
(revista de negocios del diario INFOBAE)
de abril es la más explícita hasta el momento, pero
sintoniza con toda la imaginería que los protagonistas del
"boom inmobiliario porteño" gustan cultivar
sobre si mismos en sus apariciones mediáticas. Un señor
vestido como los cuadros de época pintan a Juan de Garay
en el momento de fundar Buenos Aires empuña su espada sobre
un dique de Puerto
Madero,
con el Puente de la Mujer y unas torres en construcción de
fondo a su desafío.
Curiosamente,
el título de tapa no alude tanto a la epopeya de fundar ciudades
como a los atributos bélicos de estos "nuevos conquistadores"...
Y la columna editorial no deja lugar a ambigüedades: "Cambiaron
las carabelas –sostienen el Director y el Jefe de Redacción-
y la armadura por trajes caros y autos de lujo. Y se pusieron
al frente de lo que se podría bautizar como la segunda
refundación de la Ciudad de Buenos Aires". "Estos
desarrolladores son hoy el motor fundamental de un circuito de lujo
que no deja de crecer y generar nuevos negocios, que ofrece un atractivo
nivel de rentabilidad y la posibilidad de perpetuarse a través
de una obra de arquitectura que trascenderá por los siglos",
se entusiasman en un rapto de futurología al final del texto.
El tono general
de la nota apunta a seguir construyendo la idea de una Buenos
Aires sin historia, a la que los "conquistadores"
agregarían sabiduría inmobiliaria, arrojo comercial,
y hasta un toque de glamour, como en el caso de Alan Faena. De la
lectura de las opiniones se desprendería que, por ejemplo,
ellos fueron los creadores de Puerto Madero. "Cada uno de
ellos se autodefine como fundador y conquistador del mercado, creador
de zonas nuevas, antes inexploradas. Territorios que antes de su
fundación y posterior éxito comercial eran áreas
desérticas, o sin calidad". De un empresario
se dice que "tuvo mucha capacidad para comprar terrenos
en Puerto Madero cuando solo era un desierto, y después volver
a venderlos; en eso es un visionario". Otro "le
uso el pecho a la crisis y apostó por un emprendimiento a
largo plazo, en una zona que era un vacío absoluto".
Un entrevistado sostiene que su padre arribó a Puerto Madero
"cuando la ribera era un gran pastizal. Por eso dicen que
somos los pioneros en el lugar, porque solo había una iglesia
y calles de tierra". "¿Inmortales o empresarios?",
pregunta el redactor desde uno de los subtítulos, sintetizando
el espíritu de la nota.
El toque destellante
del final es la columna con los "consejos de los sabios"
(sic), donde los brokers dan consejos a los pequeños
inversores que compran un departamento como bien de uso o de renta.
¡Todos los consejos apuntan a que estos inversores compren a los
mismos "sabios consejeros"! Analizar la trayectoria y
seriedad de la empresa desarrolladora del proyecto, conocer sus
antecedentes en el mercado local e internacional, buscar las zonas
más rentables, consultar a las inmobiliarias más reconocidas
del mercado, evitar las sorpresas futuras, serían las
claves del éxito para estos hipotéticos inversores.
Lejos del espíritu épico y fundacional, para vender
sus productos los "nuevos conquistadores" desalientan
la innovación y el riesgo. En un mes de homenajes a Borges,
no es difícil recordar la ironía anti-publicitaria
dedicada a "quienes creen que un producto es bueno porque se
los dice su fabricante"...

La música de los barrios
No es muy conocido,
como tampoco el grupo que interpreta el tema, pero el videoclip
de Natty Combo puede verse en estos días en algunos canales
de música. Se llama Barrio Chino y es una pieza puramente
instrumental e incidental, con alguna resonancia jamaiquina (cercana
al beguine, más que al reggae). El video muestra a una mujer
joven saliendo de una casa suburbana, del tipo cajón, como
todas las casas vecinas. La muchacha sube a su bicicleta y pasea
por su barrio, atravesando una enorme plaza con arcos de fútbol
y hamacas hechas con tambores de aceite. Su destino es el río,
un inconfundible Río de la Plata marrón y panorámico,
donde sigue su ruta por entre un bosque de sauces y en un momento
atraviesa el puente que une los parques costeros de Núñez
y Vicente López. Termina entre botes y casas palafíticas,
en lo que seguramente es un homenaje al ambiente aldeano del viejo
caserío costero de Olivos, citado por Haroldo Conti en su
Sudeste y hoy peleando por su supervivencia entre mansiones
de nuevos ricos y planes de expansión inmobiliaria. En el
camino, cada imagen es para la joven la ocasión de sucesivos
flashbacks a un video casero que la muestra de niña,
jugando, nadando en su pileta Pelopincho, tomando un helado. Finalmente
llega a una playa, donde se quita su solero floreado para quedar
en bikini y entrar al agua.
Lejos del country,
lejos de Puerto Madero, la pieza rescata una sencilla iconografía
barrial sin las habituales ampulosidades y demagogias del rock
argentino. Tampoco aparece el sentimentalismo idealizado de una
"edad de oro" en el barrio. Las casitas modestas y orgullosas,
los árboles en flor, los senderos amables, se representan
sin mayores pretensiones que las de un paseo de una tarde de verano,
con el disfrute y la tranquilidad como únicos objetivos.
Evasión o programa cuasi-político, según se
mire; una reivindicación amigable del suburbio de
clase media, o también una mirada irónica sobre un
área en transición desordenada.

La Ciudad Bicentenaria
El prestigio
del sistema decimal, diría Borges... El Bicentenario de la
Revolución de Mayo, en un 2010 cada vez más cercano,
genera planes y proyectos de diversa índole. Algunos hablan
de fabulosos rascacielos en el río o en diversas ubicaciones
del centro; se los menciona en esta nota por simple referencia y
con más vergüenza ajena que indignación. Desde
el estado, en cambio, surgen propuestas de otro tipo. El Jefe de
Gobierno Jorge Telerman auspicia un ambicioso programa de obras
que incluye la finalización de la autopista ribereña,
la urbanización de la Villa 31 en Retiro, la peatonalización
de Plaza de Mayo, etc.
Telerman ha
generado un cierto revuelo político con el desafío
que parece haber lanzado al Presidente Kirchmer o, al menos, a sus
representantes locales. Esta jugada y su atrevida exposición
mediática, con ademanes de culto a la imagen y una simpática
excentricidad, puede asociarse también a la llamativa
ausencia de liderazgo que la Ciudad atravesó en estos
diez años de autonomía. A favor de Telerman en su
apuesta juegan la buena situación económica que dejó
Anibal Ibarra a pesar de su destitución, la posibilidad de
galvanizar en algún sentido una cierta condescendencia en
la Legislatura, fragmentada en un sinnúmero de bloques (son
llamativos, en ese sentido, los guiños hacia el macrismo),
y un poco más de un año para mostrar una buena
gestión. ¿Alcanzará para sustentar su desafío?
Entre tanto
la Corte Suprema de Justicia acaba de intimar a la Nación,
la Provincia y la Ciudad para que presenten en 30 días un
plan de limpieza integral del Riachuelo.
La efervescencia ambientalista que despertó el caso de las
papeleras frente a Gualeguaychú da pie a un reclamo que es
de absoluta justicia. Seguramente, el mayor desafío urbano
y político de Buenos Aires. Y más factible de lo que
se piensa en general. Si la pluralidad de representaciones es una
riqueza cultural (empezamos esta nota pretendiendo demostrarlo),
la imagen de un Riachuelo limpio y estructurador de una ciudad más
justa es la motivación política más sensata,
más noble y más necesaria que aparece en esta Buenos
Aires pre-Centenaria.
MLT
Sobre
Puerto Madero, ver la nota El
impacto metropolitano de los grandes proyectos urbanos,
de Norberto Iglesias, en el número 26 de café
de las ciudades.
Sobre
el Riachuelo, ver la nota El
Riachuelo recobrado
en el número 32 de café
de las ciudades. Ver también el libro de Graciela
Silvestri El color del río - Historia cultural del paisaje
del Riachuelo, de la colección Las Ciudades y las Ideas,
que editan la Universidad Nacional de Quilmes y Prometeo 3010 con
la dirección de Adrián Gorelik.
Sobre
las imágenes inmobiliarias en boga en Buenos Aires, ver la
nota Los
deseos imaginarios del comprador de Torre Country,
también de Mario L. Tercco, en el número 33 de café
de las ciudades.
Sobre
la realidad política de Buenos Aires, ver también
de Mario L. Tercco las notas Buenos
Aires, 2005 - La "dulce" espera,
Misteriosa
Buenos Aires
y Buenos
Aires `06: conflictos y armonías,
en los números 37, 41 y 42, respectivamente, de café
de las ciudades.
|