Elena Rosa dedica un pequeño libro a las construcciones "provisorias"
que pueblan las escolleras y acantilados de la costa ligur en el
sector de Savona - Vado, al sur de Génova. Para la autora,
la indagación sobre estas construcciones es una forma de
abordar cuestiones más amplias del territorio y los modos
sociales y antropológicos del habitar. Descarta así
cualquier tentación nostálgica y anecdótica,
y presenta una visión sugestiva de estos episodios habitualmente
despreciados en la literatura urbanística ("son anomalías,
desaparecerán", cita irónicamente en el comienzo
de su texto). Visión que tiene el mérito de presentar
lecturas integrales del territorio y de la cultura urbana, sin recurrir
para ello a las habituales "miradas desde lo alto", globales, donde
los detalles resultan desdibujados y con ellos los modos concretos
de ocupación y transformación territoriales.
Las barracas que Rosa
describe con rigor disciplinario (hay
magníficos mapas de relevamiento y muy bellos planos de detalle
de áreas específicas y construcciones), se implantan
en muelles, áreas portuarias e infraestructurales, barrancas,
playas, endicamientos y defensas costeras a lo largo de la costa
ligur, una estrechísima franja de tierra entre la montaña
y el mar surcada por la Aurelia, una ruta que se origina en la época
del imperio romano.
. 
Como en el poema de Quevedo, "lo
fugitivo permanece y dura".
El tiempo altera la geografía, el mar avanza y retrocede
en lucha con la montaña y el hombre, las guerras y los episodios
históricos dejan su impronta en el paisaje costero. Pero
las pequeñas y anónimas barracas vuelven a aparecer
una y otra vez, siempre expresión de una forma de entender
el territorio como espacio de libertad y particularidad. Se adhieren
a los elementos más duros de la geografía y
el paisaje, casi como parásitos que son tolerados
en tanto no perturben la actividad principal.
Rosa es exhaustiva en la descripción
morfológica de las barracas, pero también en sus apuntes
sociales sobre el encuentro familiar o la búsqueda de la
soledad (literal o compartida) que posibilitan estos episodios construidos.
Son lugares, en su interacción con el medio natural, donde
"se descubren o redescubren las habilidades personales de orientación
y movimiento del cuerpo, y el placer de habitar el espacio".
Identifica episodios similares en otras costas italianas y mediterráneas,
pero a la vez diferencia y precisa los caracteres peculiares de
las barracas ligures, que ella ha estudiado en su doctorado en el
Instituto de Arquitectura de Venecia y en su colaboración
con los planes reguladores portuarios de Génova y Savona.
Con más énfasis aun diferencia
a estas construcciones precarias de las que pueblan las periferias
del tercer mundo y de algunas ciudades desarrolladas. No son favelas,
no son espacios de la pobreza y la marginalidad social, son en cambio
lugares "otros" como los que caracterizan los espacios abiertos
de la ciudad difusa o la campaña urbanizada europea, los
intersticios de la ciudad compacta, o los alrededores de los lugares
del trabajo nómade sobre el territorio. "Una espontaneidad,
solo en apariencia efímera, que encuentra su fuerza
en saber encontrar soluciones inmediatas más que duraderas",
y que contiene "el carácter híbrido propio de los
territorios de borde".
Rosa, que reelabora conceptos y estudios
de intelectuales como Augé, Dorfles y Eco, expresa una visión
disciplinaria que encuentra en la parte y el detalle, aun
el más ínfimo y provisorio, algo que nos orienta sobre
la totalidad del problema: el territorio, la legalidad, la
vida en las ciudades. Lleva a la práctica el consejo de Bernardo
Secchi: estudiar y describir aquello que se ve, que se toca, que
se escucha. Al decir de Stefano Boeri en la presentación
del libro, esta aproximación táctil, indiciaria, permite
indagar sobre "fragmentos, pedazos y filamentos del territorio
que nos descubren la potencia de algunos modos de vida contemporáneos,
que quizás por demasiado recientes o demasiado móviles,
todavía no consiguen dejar signos fuertes y permanentes sobre
el espacio".
Baracche marine ai
margini di un porto es un libro de la arquitecta Elena Rosa,
publicado en 2002 por neos.e, editora con sede en Genova. Con 84
páginas, prefacio de Stefano Boeri, y numerosos gráficos
y fotografías sobre el tema del libro. Contactos: la casa
editora, neos.e,www.neos.ne,
info@neos.net;
Elena Rosa, elenaro@libero.it.
presentación
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