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lectores/as enviaron estos mensajes a cartas@cafedelasciudades.com.ar
(los mensajes para
la columna de Mario L. Tercco se envían desde Terquedades)
Accidente
en Once
En
relación al tremendo accidente ocurrido el miércoles 22
de febrero en la estación de Once y protagonizado por
una formación del tren TBA, la Fundación
Metropolitana expresa sus condolencias a los familiares
de las víctimas y su solidaridad para con los heridos.
Sobre el accidente, la Fundación subraya que:
- Es necesario
avanzar con mayor velocidad y cantidad de recursos en
la planificación e implementación de la recuperación de
los trenes de cercanía para toda la metrópolis Buenos
Aires. Entendemos la metrópolis como la gran ciudad formada
por la Ciudad de Buenos Aires y los municipios que la
rodean, sin distinción de oeste, sur o norte. La tragedia
de Once podría haber sucedido en cualquier otro ramal,
dado que TBA opera en varias líneas e incluso conforma
la UGOFE.
- El
tendido de trenes nos distingue en el mundo, no existen
metrópolis que cuenten con la cantidad de kilómetros que
tiene Buenos Aires. Es un activo que hoy sería imposible
desarrollar, por el alto costo de la infraestructura ferroviaria.
- El
camino a seguir para que no se repitan más tragedias y lograr
un servicio de calidad para todos es el de la planificación,
la inversión y la gestión eficiente. Entendemos como gestión
eficiente la que debe ser debidamente controlada por los
organismos creados para tal fin.
- Es
insuficiente la planificación, si sigue pendiente una revisión
profunda del esquema de concesiones de los servicios de
transporte realizado en los noventa. El servicio ferroviario
debe ajustarse a estrictos estándares técnicos y profesionales,
con los debidos controles y la incorporación de nuevas tecnologías.
Parecería que los derechos adquiridos de los concesionarios
estarían por encima de la seguridad de los usuarios.
- La
gestión de la movilidad, del transporte público de personas,
debe funcionar de manera integrada, conformando un sistema
que incluya tanto los modos como los responsables (públicos
y privados). Los tres gobiernos que entienden la metrópolis
-Nación, Provincia y Ciudad-
han sido legitimados para un segundo mandato en
las urnas. Cuentan con la experiencia de gestión que debería
posibilitar la correcta identificación de los problemas
y sus causas, así como las soluciones y decisiones a tomar.
Fundación
Metropolitana, Buenos Aires
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Hacer
ciudad es nuestro gran desafío.
No conocemos su nombre
pero hace pocos meses en algún lugar del mundo nació el
habitante número siete mil millones. “Los próximos dos mil millones de personas
que se agregarán a la población mundial vivirán en ciudades;
en consecuencia, es necesario planificar para ellos desde
ahora” advierte el informe “Estado de la Población
Mundial 2011” de la ONU.
¿Dónde alojar a esos
millones por venir? “El
Triunfo de las Ciudades”, reciente libro del profesor
de Harvard Edward Glaeser, reivindica que ellas -las grandes
ciudades- son la única alternativa a esta temible combinación
de crecimiento demográfico explosivo, calentamiento global,
crisis energética y pobreza endémica: “Seria mucho mejor para el planeta que su población
urbana viviese en ciudades densas levantadas alrededor
del ascensor, en lugar de hacerlo en áreas diseminadas
construidas en torno al automóvil”. Sus estudios
demuestran que la ciudad extendida de baja densidad poblacional
provoca mayor impacto ambiental y social negativo que
las urbes compactas y densas. La casa individual exenta
-mal que nos pese a los arquitectos- ha devenido en el
tipo de vivienda que más energía, tierra y agua consume;
siendo la contra-cara de un modelo territorial inviable
y ecológicamente insustentable. ¿Podemos seguir enseñando,
publicando y premiando estos paradigmáticos ejemplos de
la “alta costura” arquitectónica sin hacer una reflexión
crítica de sus consecuencias?
Aquí el 92% de los
argentinos vivimos en ciudades y sus periferias han crecido
en los últimos años de tres formas: La privada mediante
barrios cerrados y similares; la pública con conjuntos
habitacionales de vivienda social, y la espontánea vía
asentamientos irregulares y villas miseria. Así y por
distintas razones, se ha agrandado la mancha urbana sin
planificación y con muy baja densidad; ocupando gran cantidad
de tierras fértiles o interviniendo imprudentemente frágiles
eco-sistemas de regulación hidrológica como humedales
y otras zonas inundables. Hoy
los barrios cerrados usan 40 mil hectáreas contra las
20 mil de la ciudad de Buenos Aires; duplican su superficie
para albergar menos gente que el barrio de Caballito.
Un verdadero despilfarro del territorio más rico y
productivo del planeta, justo cuando los alimentos son
vitales. Además su dependencia del automóvil conlleva
altos consumos de combustibles fósiles y emisiones de
CO2 que agravan el calentamiento global. Probablemente
por ello Rosario ha sido la primera ciudad del país en debatir públicamente y
prohibir nuevos barrios cerrados en su periferia.
Privilegiar el valor social y estratégico del suelo por
sobre la especulación y la fragmentación son
fundamentos de la flamante Ley. ¿Es sostenible continuar loteando al infinito
la Pampa Húmeda y el Delta?
Desde el sector público,
la vivienda de interés social también ha evitado la densidad
y el tejido urbano compacto, probablemente para alejarse
del fracaso de los barrios tipo “Fuerte Apache” en los
años `70. En su reemplazo este Estado ha optado – casi
siempre- por conjuntos
aislados de casas en las periferias. Sin una reflexión
arquitectónica ni de los materiales y el ambiente que
se proponen; con trazados de calles ensimismados que suplantan
la eficaz “manzana criolla”, estas “soluciones habitacionales”
han sido una nueva oportunidad perdida para convocar a
pensar, diseñar y construir un mejor hábitat para muchos.
Hoy es más importante
hacer ciudad que hacer viviendas. Por eso lo sinérgico
es abrir calles y urbanizar las villas, crear espacio
público de calidad en zonas marginales, mejorar viviendas
existentes, densificar y llevar agua potable y cloacas
allí donde no existen, sanear el Riachuelo y las cuencas
contaminadas del conurbano, fortalecer ciudades intermedias,
e invertir seriamente en los trenes y el transporte público
metropolitano.
Barrios
cerrados, conjuntos habitacionales aislados y asentamientos
irregulares de pobreza extrema son, por opción o por necesidad,
modelos no sostenibles de anti-ciudad.
Hacer
ciudad. ¿Cómo? Compacta e intensa, mezclando gente,
usos, densidades y tipologías edilicias diferentes. Con
espacio público de alta calidad; plazas, calles y parques
de cuidado diseño y mantenimiento. Con actividades comerciales
y productivas compatibles con una vida sana. Con nuevas
viviendas colectivas, cómodas, eficientes energéticamente,
hechas con materiales sustentables y techos verdes. Con
equipamientos culturales, educativos y sanitarios para
todos. Con transporte público extendido, sostenible y
diversificado. Cuidando los barrios, el ambiente y nuestro
patrimonio. Integrando y urbanizando las villas y las
periferias informes. Posibilitando con políticas activas
el acceso a una vivienda digna y urbana.
Una ciudad mejor, más solidaria, donde impere la
ley y donde los distintos podamos convivir sin tener que
recurrir a muros y seguridad privada. Donde cada uno encuentre
su lugar y pueda construir su propio proyecto de felicidad.
Esta podría ser la solución a nuestra actual encrucijada.
¿Estaremos en condiciones, como disciplina y colectivo
profesional, de asumir el desafío?
Martín
Marcos, Buenos Aires
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Chile:
La reconstrucción es gato por liebre
El
Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa, agrupado
en la Federación Nacional de Pobladores, convoca al conjunto
de las actividades nacionales en conmemoración a los dos
años del Terremoto y Tsunami que tiene sin Casa ni Abrigo
a los damnificados de Chile.
Debido
a que el 27 de febrero se conmemoran dos años del terremoto,
diversas organizaciones de Damnificados y Pobladores,
se los días 25,26 y 27 de Febrero en la Ciudad de Dichato
y en diversas comunas del país para denunciar que la Reconstrucción
publicitada por el Gobierno de Sebastián Piñera es una
mentira y que quedan aún “en el aire” miles de chilenos
y chilenas esperando por ella.
El
actual Gobierno se empeña por diversos medios en decir
al País que la reconstrucción es prácticamente un hecho,
que los subsidios fueron entregados y que todo marcha
muy bien. Desde nuestras acciones a lo largo de Chile,
en la unidad de los pobladores, queremos informar al País
que el actual Gobierno MIENTE y, lo que es peor, gasta
nuestros recursos Económicos en Festivales y publicidad
en alimentar una ficción muy alejada de la realidad.
Chile
cuenta con los recursos para una Reconstrucción Justa,
pero su pésima administración y la tendencia a privatizar
nuestras necesidades nos obliga a movilizarnos a nivel
nacional. Cada medida implementada en la falsa reconstrucción
no ha contado con la participación de los damnificados
ni ciudadanos.
A
dos años del terremoto, se ha reconstruido menos del 10%
de las viviendas destruidas, hemos sufrido subsidios miserables,
la carencia de viviendas dignas y nos hemos encontrado,
en respuesta a nuestras demandas, con expropiaciones injustas
que facilitan el negocio de inmobiliarias en las zonas
costeras.
Hacemos
un llamado a cada damnificado, a cada ciudadano y ciudadana
de nuestro País a solidarizarse con los que sufren el
desconcierto y la desesperanza de haberlo perdido todo.
Hacemos un llamado a la ciudadanía a no creer las mentiras
del Gobierno y sumarse a las actividades de denuncia y
conmemoración que convocamos.
Finalmente,
informamos que estamos impulsando una Consulta Ciudadana
que daremos inicio desde nuestras organizaciones para
que todos manifestemos el sentir frente a la Reconstrucción.
Movimiento
Nacional por la Reconstrucción Justa, Chile
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Sobre
la minería a cielo abierto
Anthony —. Moraleja: «Toda
asesina fue una buena chica en sus tiempos.»
Iris se estremeció.
—¡Todo eso por dinero!
—¡So
ingenua!. ¡Por dinero se hacen siempre esas cosas!
(Agatha Christie: "Cianuro
espumoso", novela, 1945)
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Queridos
amigos:
En
los últimos tiempos, numerosas comunidades han expresado
su preocupación ante grandes proyectos mineros, que podrían
afectar sus condiciones sanitarias y ambientales. Las
mayores objeciones van contra la minería a cielo
abierto que utiliza procesos de lixiviación con cianuro.
El
cianuro tiene una merecida mala prensa, y los méritos
suficientes como para ser el malo de la película, como
recordarán los lectores de Agatha Christie, en una de
cuyas novelas a alguien le echan cianuro en el champagne.
Los
especialistas dicen que es posible tenerlo bajo control,
como hacen en muchas otras industrias, que no tienen una
imagen pública tan desfavorable como la gran minería.
Los posibles afectados no les creen y piensan que hay
intereses económicos detrás de esa excesiva confianza.
¿Cómo
pensamos este conflicto?
Tal
vez nos ayude ubicar los problemas en el territorio en
el que ocurren. En Argentina, los grandes proyectos mineros
se localizan en zonas que son, a la vez, semiáridas y
sísmicas.
Zonas
semiáridas: Los grandes proyectos mineros consumen agua
en cantidades difícilmente imaginables. Las leyes vigentes
ordenan que antes de cada proyecto se realicen estudios
que procuran estimar el daño que ese proyecto haría al
ambiente y la forma de evitarlo o paliarlo. Como
siempre, la trampa se hace casi antes que la ley y las
empresas entregan estudios incompletos.
Habitualmente,
los estudios de impacto ambiental que entregan las
empresas mineras no hacen un balance de la disponibilidad
de agua para el conjunto de actividades de la zona. En
nuestras zonas andinas, el agua no sobra. La que hay se
utiliza toda, a punto tal que Mendoza se niega a soltar
agua para las actividades productivas de la Provincia
de La Pampa. Está claro que para hacer gran minería allí
hay que dejar de hacer otra cosa, tal vez dejar secar
los viñedos o abandonar las ciudades. Por eso Mendoza
tiene una ley que prohíbe la gran minería con cianuro
(Ley provincial 7.722). No por extremismo ecológico sino
por simple sentido común.
Agreguemos
que el cambio climático está haciendo que cada vez nieve
menos en la cordillera, en una zona en la que los ríos
son de deshielo. Y que algunos proyectos (como Famatina
y Pascua Lama), no sólo consumirán grandes cantidades
de agua donde es escasa, sino que pueden poner en riesgo
los mismos glaciares de la que surge.
Zonas
sísmicas: Cualquier estudiante de economía podría preguntarse
cómo hacen las mineras para generar grandes ganancias,
teniendo en cuenta el costo de remover y tratar miles
de toneladas de roca para obtener una pequeña cantidad
de los minerales buscados.
La
respuesta es que, a diferencia de otras actividades industriales,
la gran minería no hace una gestión integral de sus residuos
peligrosos: simplemente los acumula. El secreto de la
rentabilidad es ése: dejar los residuos peligrosos sin
tratamiento. Lo que hacen es construir los llamados diques
de colas, que son reservorios de millones de metros cúbicos
de desechos líquidos y barros con cianuro, arsénico, plomo
y demás metales pesados. Estos residuos peligrosos pueden
filtrar al subsuelo y desbordar en los ríos y arroyos.
Una vez terminada la explotación quedan abandonados. Se
supone que la empresa tiene responsabilidad sobre ellos,
pero si es una corporación del exterior, no será sencillo
obligarla a hacerse cargo si hay problemas.
¿Durante
cuánto tiempo permanecen peligrosos esos residuos? Como
son metales pesados, serán peligrosos mientras exista
vida sobre la Tierra.
Las
empresas alegan que se trata de estructuras antisísmicas.
Sin embargo, el reciente terremoto y tsunami de Japón
de mostró que, ante los hechos, no todas las estructuras
calificadas como antisísmicas resisten un terremoto.
De
modo que hay riesgo de dispersión de contaminantes que
afecten la cada vez más escasa agua usada por los valles
cordilleranos, y esos riesgos no desaparecen con el final
de la explotación cuando se agoten los minerales, sino
que permanecen latentes para siempre.
En
algún momento del debate se prometió que las autoridades
nacionales y provinciales controlarán que las empresas
actúen con la misma tecnología y las mismas precauciones
ambientales que en el llamado Primer Mundo. Para ver en
qué consisten esas precauciones, les acerco las fotografías
de dos casos de rotura de diques de colas y extrema negligencia
empresaria, ambos en países europeos:
1
- Rotura de la presa de contención de la mina de Aznalcóllar
(Sevilla), el 25 de abril de 1998, y
2
– Derrame tóxico en una mina de bauxita, en Hungría, el
5 de octubre de 2010.
En
ambos casos, las empresas habían jurado que las instalaciones
eran seguras y las autoridades de ambos países dijeron
lo mismo. Y en ambos casos, las empresas se negaron a
hacerse cargo de su responsabilidad económica en los daños
y la remediación. Los gastos estuvieron a cargo de los
respectivos Estados. Los juicios, por cantidades inimaginables
de millones de euros, continúan.
En
este mensaje ustedes reciben un
informe fotográfico de ambos desastres ambientales,
para que puedan evaluar qué representa la rotura de un
dique de colas para los vecinos afectados.La obra de arte
que acompaño es “Entrada a la mina”, un mural del mexicano
Diego Rivera, pintado en 1923. Pertenece al ciclo "Visión
política del pueblo mexicano", y muestra las condiciones
sociales de esta actividad en ese momento. Noten que algunos
de los trabajadores llevan casco y otros un simple sombrero.
No se ven botas de seguridad y en algunos casos, adivinamos
que calzan huaraches, una especie de alpargata de fabricación
casera.
Un
gran abrazo a todos.
Antonio
Elio Brailovsky, Buenos Aires
N.
de la R.: Ver también las notas
periodísticas sobre este tema, reproducidas en nuestro
café
corto
de este número.
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Brindo con un
espeso café
de las ciudades con
tanta creatividad y continuidad. Felicitaciones a Marcelo
Corti, Laura Corti y por supuesto a Mario L. Tercco,
Artemio
Abba, Buenos Aires
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Quisiera
conocer el procedimiento para consultar los artículos
que se hayan publicado en café
de las ciudades en relación con la renovación
urbana. Gracias.
Cesar Moreno
R:
El buscador de
café
de las ciudades permite
acceder por título, autor o ciudad a todas las notas publicadas
o bien repasar el contenido de cada edición desde nuestro
número 0.
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Agradecemos los mensajes
y el aliento de Juan Miguel
Ainora, Laura Arienza, Jonatan Emanuel Baldiviezo, Natalia
Breitung, Agustin Cano, Diego Ceconato, Caro Cisterna,
Alejandro Cohen, Yamila Crisci, Juan Décima, Martín Dipeco,
IanDutari, Dada San Vicente, Fernando Díaz Terreno, Leonardo
Fernández, Fernando Fraenza, María José García Montaldo,
Guillermo Jajamovich, Daniel Kozak, Martha Lazarte, Miguel
Lucero, Graham Martin, Eduardo Martì, Laura Minati, Antonio
Moya Suárez, FerPajaro, Lucas Períes, Andrea Poli, Pepe
Rubioli, Delfina Ramos, KatterineRicardi, Walter Schmidt.
Matilde Solís, Tomas Spina, Norberto Spirtu, José Ignacio
StangHertel, Edith Strahman,
Jeremías Marcos Vago Vidal, Maria Beatriz Valencia,
Federico Vozza y a todos los suscriptos en los
meses de enero y febero.
Con
especial agradecimiento a Taller
Urbano Radio y Juanito Ramírez Gronda