Los lectores/as enviaron estos mensajes a cartas@cafedelasciudades.com.ar
(los
mensajes para la columna de Mario L. Tercco
se envían desde Terquedades)
Acabo
de leer vuestra reseña sobre el Taller Internacional Revistas
Urbano Regionales en América Latina, en la presentación del número 84.
Comparto plenamente las reflexiones sobre los desafíos que tenemos
las publicaciones hechas a pulso desde nuestra América. Les agradezco
por las referencias a ur(b}es
y al suscripto. Espero que podamos vernos pronto para conversar
con más tiempo sobre nuestros proyectos editoriales, y que podamos
hacer algo entre Lima y Buenos Aires. Un fuerte abrazo;
Wiley Ludeña Urquiza, Lima
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Estimados
amigos y colegas: quiero compartir con todos ustedes esta
distinción recibida: El Zanjón de Granados; premio
Gubbio 2009. Un saludo cordial,
Alejandro
Vaca Bononato, Buenos Aires
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Estuve
dando unas vueltas por café
de las ciudades y me resultó muy interesante
la variedad de notas y todo el material. Me gustó mucho la nota
sobre la Fiesta de la
Vincha en Casabindo y la del festejo
anual de la Pachamama en Florencio
Varela; yo soy de la zona de Quilmes
y desconocía que esto se hacía en el museo Hudson
todos los años. Lamento no haberlo sabido antes, pero lo voy a
tener en cuenta para los próximos festejos.
Algunos
links en las notas me fueron llevando a otros materiales, y me
generó bastante inquietud el libro de Guy Debord que se menciona en la
nota
del número 7 sobre los situacionistas,
“La sociedad del espectáculo”. Saludos,
Anahí Codesal, Buenos Aires
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La
ciudad, para el que la hace
5
de Octubre 2009- Día Internacional del Hábitat
Los
vecinos de los barrios de la periferia son, entre los productores
de ciudad, los más activos y, al mismo tiempo, los menos favorecidos
en el reparto de ventajas, rentas y facilidades.
Aunque
generalmente se atribuye la autoría de la ciudad a los propietarios
de suelo urbano y a las empresas, sobre todo de construcción,
la historia de los barrios muestra al principal protagonista:
los vecinos autoconstructores y las
organizaciones comunitarias.
El
otro gran productor de ciudad -el Estado- aparece como tal cada
vez que recupera su función reguladora, impulsora del bien común.
En períodos dictatoriales fue constructor ocasional de viviendas
y barrios, pero negándoles su condición principal, que es constituirse
en sedes de protagonismo, participación y poder popular. Si la
organización popular es un desaparecido más, construir viviendas
y barrios es reproducir encierro individualista. Es producción
de ciudad solamente en sentido edilicio, pero no en cuanto
construcción comunitaria.
En
otros casos, el Estado, reducido a mínimos roles administrativo
y represivo, cedió la producción de ciudad a las empresas, beneficiándolas
con la abundante renta proveniente del trabajo del propio Estado
y de los barrios. Así se ha visto ganar como nadie al que menos
produce, amparado en una concepción de la propiedad totalmente
desligada de la función social.
Hoy
el Estado vuelve a acercarse al productor más importante de hábitat,
que es la comunidad barrial y sus articulaciones interbarriales.
Nuevas políticas, acompañadas de partidas presupuestarias, han
admitido la presencia de organizaciones populares y se han mostrado
permeables a sus opiniones y necesidades. Por este camino, se
puede esperar que la renta urbana deje de ser presa del especulador
para tornarse en recurso aplicable al mejoramiento del hábitat
popular. Así la distribución de la tierra será una realidad.
Asociación
Civil Madre Tierra, Buenos Aires
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Agradecemos
los mensajes y el aliento de María Verónica D'Inca
y Ana María Ferrari y a todos los suscriptos en el mes de octubre.
Con
especial agradecimiento a Carola Inés Posic.