AÑO 8 - NUMERO 85 - Noviembre 2009

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Mensajes al café


Los lectores/as enviaron estos mensajes a cartas@cafedelasciudades.com.ar

(los mensajes para la columna de Mario L. Tercco se envían desde Terquedades)

 

Acabo de leer vuestra reseña sobre el Taller Internacional Revistas Urbano Regionales en América Latina, en la presentación del número 84. Comparto plenamente las reflexiones sobre los desafíos que tenemos las publicaciones hechas a pulso desde nuestra América. Les agradezco por las referencias a ur(b}es y al suscripto. Espero que podamos vernos pronto para conversar con más tiempo sobre nuestros proyectos editoriales, y que podamos hacer algo entre Lima y Buenos Aires. Un fuerte abrazo;

Wiley
Ludeña Urquiza, Lima

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Estimados amigos y colegas: quiero compartir con todos ustedes esta distinción recibida: El Zanjón de Granados; premio Gubbio 2009. Un saludo cordial,

Alejandro Vaca Bononato, Buenos Aires 

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Estuve dando unas vueltas por café de las ciudades y me resultó muy interesante la variedad de notas y todo el material. Me gustó mucho la nota sobre la Fiesta de la Vincha en Casabindo y la del festejo anual de la Pachamama en Florencio Varela; yo soy de la zona de Quilmes y desconocía que esto se hacía en el museo Hudson todos los años. Lamento no haberlo sabido antes, pero lo voy a tener en cuenta para los próximos festejos.

Algunos links en las notas me fueron llevando a otros materiales, y me generó bastante inquietud el libro de Guy Debord que se menciona en la nota del número 7 sobre los situacionistas, “La sociedad del espectáculo”. Saludos,

Anahí Codesal, Buenos Aires

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La ciudad, para el que la hace

5 de Octubre 2009- Día Internacional del Hábitat

Los vecinos de los barrios de la periferia son, entre los productores de ciudad, los más activos y, al mismo tiempo, los menos favorecidos en el reparto de ventajas, rentas y facilidades.

Aunque generalmente se atribuye la autoría de la ciudad a los propietarios de suelo urbano y a las empresas, sobre todo de construcción, la historia de los barrios muestra al principal protagonista: los vecinos autoconstructores y las organizaciones comunitarias.

El otro gran productor de ciudad -el Estado- aparece como tal cada vez que recupera su función reguladora, impulsora del bien común. En períodos dictatoriales fue constructor ocasional de viviendas y barrios, pero negándoles su condición principal, que es constituirse en sedes de protagonismo, participación y poder popular. Si la organización popular es un desaparecido más, construir viviendas y barrios es reproducir encierro individualista. Es producción de ciudad solamente en sentido edilicio, pero no en cuanto construcción comunitaria.

En otros casos, el Estado, reducido a mínimos roles administrativo y represivo, cedió la producción de ciudad a las empresas, beneficiándolas con la abundante renta proveniente del trabajo del propio Estado y de los barrios. Así se ha visto ganar como nadie al que menos produce, amparado en una concepción de la propiedad totalmente desligada de la función social.

Hoy el Estado vuelve a acercarse al productor más importante de hábitat, que es la comunidad barrial y sus articulaciones interbarriales. Nuevas políticas, acompañadas de partidas presupuestarias, han admitido la presencia de organizaciones populares y se han mostrado permeables a sus opiniones y necesidades. Por este camino, se puede esperar que la renta urbana deje de ser presa del especulador para tornarse en recurso aplicable al mejoramiento del hábitat popular. Así la distribución de la tierra será una realidad.

Asociación Civil Madre Tierra, Buenos Aires

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Agradecemos los mensajes y el aliento de María Verónica D'Inca y Ana María Ferrari y a todos los suscriptos en el mes de octubre.

Con especial agradecimiento a Carola Inés Posic.