conocimiento,  reflexiones  y miradas sobre la ciudad
revista digital - aparece el primer lunes de cada mes

 

año 2- número 14 - diciembre 2003

Z I R M A
desarrollos urbanos y ambiente sostenible
La mirada del flanneur  

El placer de vagabundear
"Los extraordinarios encuentros de la calle".

Por Roberto Arlt

Riña en el Mesón del Gallo, 1777, Francisco de Goya y Lucientes

Comienzo por declarar que creo que para vagabundear se necesitan excepcionales condiciones de soñador. Ya lo dijo el ilustre Macedonio Fernández: "No toda es vigilia la de los ojos abiertos".

Digo esto porque hay vagos, y vagos. Entendámonos: entre el "crosta" de botines destartalados, pelambre mugrienta y enjundia con más grasa que un carro de matarife, y el vagabundo bien vestido, soñador y escéptico, hay más distancia que entre la Luna y la Tierra. Salvo que ese vagabundo se llame Máximo Gorki, o Jack London, o Richepin.

Ante todo, para vagabundear hay que estar por completo despojado de prejuicios, y luego ser un poquitín escéptico, escéptico como esos perros que tienen mirada de hambre, y que cuando los llaman menean la cola, pero en vez de acercarse se alejan, poniendo entre su cuerpo y la humanidad una considerable distancia.

Claro está que nuestra ciudad no es de las más apropiadas para el atorrantismo sentimental, pero ¡que se le va a hacer! Para un ciego, de esos ciegos que tienen las orejas y los ojos bien abiertos inútilmente, nada hay para ver en Buenos Aires, pero, en cambio, ¡qué grandes, qué llenas de novedades están las calles de la ciudad para un soñador irónico y un poco despierto! ¡Cuantos dramas escondidos en las siniestras casas de departamentos! ¡Cuántas historias crueles en los semblantes de ciertas mujeres que pasan! ¡Cuánta canallada en otras caras! Porque hay semblantes que son como el mapa del infierno humano. Ojos que parecen pozos. Miradas que hacen pensar en las lluvias de fuego bíblico. Tontos que son un poema de imbecilidad. Granujas que merecerían una estatua por buscavidas. Asaltantes que meditan sus trapacerías detrás del cristal turbio, siempre turbio, de una lechería.

El profeta, ante este espectáculo, se indigna. El sociólogo construye indigestas teorías. El papanatas no ve nada y el vagabundo se regocija. Entendámonos. Se regocija ante la diversidad de tipos humanos. Sobre cada uno se puede construir un mundo. Los que llevan escrito en la frente lo que piensan, como aquellos que son más cerrados que adoquines, muestran su pequeño secreto... el secreto que los mueve a través de la vida como fantoches.

A veces lo inesperado es un hombre que piensa matarse y que lo más gentilmente posible ofrece su suicidio como un espectáculo admirable y en el cual el precio de la entrada es el terror y el compromiso en la comisaría seccional. Otras veces lo inesperado es una señora dándose de cachetadas con su vecina, mientras un coro de mocosos se prende de las polleras de las furias y el zapatero de la mitad de cuadra asoma la cabeza a la puerta de su covacha para no perder el plato.

Los extraordinarios encuentros de la calle. Las cosas que se ven. Las palabras que se escuchan. Las tragedias que se llegan a conocer. Y de pronto, la calle, la calle lisa y que parecía destinada a ser una arteria de tráfico con veredas para los hombres y calzada para las bestias y los carros, se convierte en un escaparate, mejor dicho, en un escenario grotesco y espantoso donde, como en los cartones de Goya, los endemoniados, los ahorcados, los embrujados, los enloquecidos, danzan su zarabunda infernal.

Porque, en realidad, ¿qué fue Goya, sino un pintor de las calles de España? Goya, como pintor de tres aristócratas zampatortas, no interesa. Pero Goya, como animador de la canalla de Moncloa, de las brujas de Sierra Divieso, de los bigardos monstruosos, es un genio. Y un genio que da miedo.

Y todo eso lo vio vagabundeando por las calles.

La ciudad desaparece. Parece mentira, pero la ciudad desaparece para convertirse en un emporio infernal. Las tiendas, los letreros luminosos, las casas quintas, todas esas apariencias bonitas y regaladoras de los sentidos, se desvanecen para dejar flotando en el aire agriado las nervaduras del dolor universal. Y del espectador se ahuyenta el afán de viajar. Más aún: he llegado a la conclusión de que aquel que no encuentra todo el universo encerrado en las calles de su ciudad, no encontrará una calle original en ninguna de las ciudades del mundo. Y no las encontrará, porque el ciego en Buenos Aires es ciego en Madrid o en Calcuta...

Recuerdo perfectamente que los manuales escolares pintan a los señores o caballeritos que callejean como futuros perdularios, pero yo he aprendido que la escuela más útil para el entendimiento es la escuela de la calle, escuela agria, que deja en el paladar un placer agridulce, y que enseña todo aquello que los libros no dicen jamás. Porque, desgraciadamente, los libros los escriben los poetas o los tontos.

Sin embargo, aún pasará mucho tiempo antes que la gente se de cuenta de la utilidad de darse unos baños de multitud y de callejeo. Pero el día que lo aprendan serán más sabios, y más perfectos y más indulgentes, sobre todo. Si, indulgentes. Porque más de una vez he pensado que la magnífica indulgencia que ha hecho eterno a Jesús, derivaba de su continua vida en la calle. Y de su comunión con los hombres buenos y malos, y con las mujeres honestas y también con las que no lo eran.

RA

De Aguafuertes Porteñas, recopilación de los artículos publicados por Roberto Arlt en el diario El Mundo, de Buenos Aires, en las décadas de 1920 y 1930. Hay una edición económica de Editorial Losada, cuya última tirada apareció en agosto de 2001. Se recomienda su lectura completa, pero en especial, por su relación con los temas que recorren café de las ciudades, los aguafuertes Filosofía del hombre que necesita ladrillos (página 30), Grúas abandonadas en la Isla Maciel (p. 33), Los tomadores de sol en el Botánico (p. 57), Casas sin terminar (p. 62), Sillas en la vereda (p. 65), El próximo adoquinado (p. 80) y Persianas metálicas y chapas de doctor (p. 113). Imperdible: el "secreto de la felicidad" en el aguafuerte La terrible sinceridad (p. 138). El aguafuerte reproducido aquí está en la página 92.

Sobre Arlt (1900 - 1942), ver el sitio dedicado a la literatura argentina contemporánea.

Sobre el vagabundeo urbano, ver la nota sobre situacionismo en el número 7 de café de las ciudades.


 

Sumario

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Tendencias

"Muros de la vergüenza"
Berlín, barrios privados, Palestina.



Se nos dice a menudo que vivimos en una época de flujos, de redes, de ambigüedades y continuidades. Si la Caída del Muro (con mayúsculas, sobreentendiendo de que muro se trata) confirma y ejemplifica esta proposición, el muro de Sharon y cada paredón de barrio cerrado se le interponen, literalmente. Ya no se trata de barreras que encauzan y dirigen el movimiento, de bordes en la ruta de los flujos, sino del regreso a una definición primitiva y estanca del territorio: "de aquí para allá, nosotros; ustedes, en cambio, del otro lado".

Proyectos de las ciudades

La forma posible de la metrópolis
Mezcla urbana y espacio productivo en las Superinfrastrutture de Metrogramma para Bolzano.


Superinfrastrutture - insediamenti produttivi ad alta densità es el libro más reciente del estudio italiano Metrogramma (liderado por Andrea Boschetti y Alberto Francini) y presenta otra estimulante investigación sobre el posible desarrollo de la ciudad futura. En Bolzano, en el norte alpino de Italia, Metrogramma desarrolla un metaproyecto de implantaciones productivas contemporáneas de alta densidad, con un contenido fuertemente propositivo y muy vinculado a la experiencia concreta de la ciudad.

Cultura de las ciudades

Un sueño de espacios fluidos
El Arca Rusa muestra el Museo del Hermitage en San Petersburgo.


Re-presentar en la imagen fílmica el espacio, sobre todo el arquitectónico, no es tarea fácil, como lo comprueba en carne propia cualquier videasta aficionado. Una cámara fija, o incluso en paneo o en zoom, no reproduce con exactitud la experiencia del ojo, con sus sutiles gradientes angulares de visión plena y periférica. Esto ya es limitante en la toma de ambientes individuales, donde solo las perspectivas o algunos detalles de volumetría pueden captarse con alguna similitud a la visión directa. Pero el problema se hace más evidente al encarar la sucesión espacial de distintos ambientes.

Política de las ciudades

Stadtluft macht frei
("el aire de la ciudad libera")

Reforma del estado: la ciudad y el municipio.

Por José Ariel Nuñez


El gobierno local se diferencia sustancialmente de los demás. El control popular se ejerce diariamente entre gobernantes y gobernados en las comunidades más reducidas. Por eso es preciso reducir el tamaño de las organizaciones limitándolas a los modelos de municipios de ejido urbano. Allí los funcionarios pierden esa aureola de impersonal representatividad para asumir la de simples vecinos, accesibles a la vuelta de la esquina.

Mensajes al Café

Se presenta Eternautas, hay nuevos enlaces a sitios amigos, y Susana Fernández Quesada cuenta su escape de una urbanización privada.

Café Corto

Máster "La ciudad: políticas, proyectos y gestión"
La 5º Edición se realizará en Barcelona, del 12 de enero de 2004 al 2 de abril de 2004, con la dirección de Jordi Borja. Ver el programa completo del master.

Buenos Aires: comunas sí, pero no de cualquier manera
"El proyecto de ley prevé una división administrativa que separa artificialmente a los barrios porteños, condicionando el futuro de la ciudad por muchos años".

Buena oportunidad para ensayistas jóvenes.
Cuarto concurso internacional del mejor ensayo sobre temas urbanos y regionales.

Objeción de conciencia a la moratoria edilicia en Italia
El arquitecto napolitano Francesco Buonfantino, integrante de GNOSIS architettura s.r.l., propone una respuesta ética a la nueva condonación de construcciones clandestinas en Italia.

El negocio de recalificar el suelo en España, (y sobre todo en Madrid...)
"Esta sorprendente multiplicación del valor ligado a la transmutación del terreno en solar parece algo milagroso, pero, en este caso, el milagro pasa por la alcaldía".

Debate sobre rascacielos en París
El Ayuntamiento de París está elaborando un nuevo Plan Local de Urbanismo (PLU) que permita la construcción de edificios más altos y de rascacielos.

 

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café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión: cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier esquina de cualquier ciudad.

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