conocimiento,  reflexiones  y miradas sobre la ciudad
revista digital - aparece el primer lunes de cada mes

 

año 5 - número 43 - Mayo 2006

Z    I   R    M   A
desarrollos urbanos y ambiente sostenible
Proyecto Mitzuoda  

Una ficción metropolitana contemporánea (por entregas).

De Carmelo Ricot, con Verónicka Ruiz

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Entrega 22: ¿Qué pasa, General?

Pequeño apartamento en Las Condes - Aeropuerto ´73 - Balada del mochilero - Dos puntas tiene el camino - El trabajo ya está hecho - Reciclaje y redención

El edificio era uno de los primeros de vivienda colectiva en Las Condes. Discreto, poco habitado, con cocheras subterráneas, era ideal para su propósito. Rentó un apartamento en el contrafrente, sin avales ni contrato, pagando 6 meses por adelantado; el propietario aceptó y le advirtió que si pretendía extender su permanencia deberían formalizar el alquiler. "Nadie sabe muy bien que es lo que se viene", le dijo con tono de conocer algo de lo que no quería hablar. Jean Luc hizo algunas preguntas banales para mantener el verosímil de francés despistado que venía a hacer negocios al fin del mundo sin saber donde se metía.

El 10 de septiembre al mediodía los trajo a su casa. Ellos estaban citados para una reunión en la sede del Partido, pero de algún modo logró convencerlos de su propuesta: "unos cabros de la embajada" le habían pedido que avisara a todo aquel que pudiera ser salvado. Había unos pesados de la Inteligencia francesa trabajando junto con los golpistas y la información se había filtrado a las otras agregadurías. Le llevó un buen rato convencerlos, finalmente acordaron que Las Condes sería una segunda residencia oculta desde donde continuar la militancia con otros recaudos. Los llevó en dos viajes, cada uno en el baúl; cuando regresó del primero temblaba pensando que Fernando pudiera haber cambiado de opinión y haberse ido; Gabriela ya estaba atada y amordazada en Las Condes. Suspiró de alivio cuando lo encontró escuchando ansioso la radio. Los alojó separados, uno en cada una de las dos habitaciones del apartamento. Solo los desataba y les quitaba la mordaza para alimentarlos, de a uno por vez. Se llevaba las llaves de las habitaciones cuando debía salir porque lo requerían de la embajada y de su contacto local.

Ya el 11 a la mañana le avisó al contacto local que no podía encontrarlos por ningún lado, que posiblemente estuvieran escondidos o ya hubieran escapado. Trató de ser frío y burocrático en sus informes, sugirió que se comunicaran con la comandancia de Concepción, donde Gabriela tenía parientes. Ya habían tomado el apartamento donde vivían y todo sugería que habían escapado muy de improviso, porque los secuestradores lograron rescatar papeles de cierta importancia. Se tranquilizó cuando el contacto hizo una broma sobre "lo cagados que estarían para escaparse así", y trató de mostrar desprecio.

El sábado ordenó a Fernando que se afeitara, controlando cada uno de sus movimientos. Semanas atrás ya le había comprado un traje que resultó perfectamente ajustado a su talla; le esparció unas gotas de perfume, le permitió despedirse de Gabriela, sin mirarlos, y lo llevó a la cochera, donde volvió a cargarlo en el baúl. Salieron, y en una esquina despoblada lo hizo subir al asiento del acompañante. En el aeropuerto le dio discretamente el pasaporte francés y lo acompaño hasta Migraciones, donde le entregó una valija con algunas ropas y libros técnicos. Fernando estaba bien instruido, pero no le hicieron preguntas; pasó los controles y desapareció en la manga. Al rato entraron unos carabineros corriendo y Jean Luc estuvo a punto de derrumbarse; tras unos minutos, salieron arrastrando una mujer que los insultaba. Pero el Depredador solo quedó tranquilo cuando el avión con rumbo a Caracas despegó de la pista principal.

Se despidió de sus contactos, el local y los de la embajada, diciendo, sin mentir, que pasaba a la Argentina. Preguntó al local por Fernando y Gabriela: nunca supo si el tipo creía estar mintiéndole o si realmente le habían dicho que estaban refugiados en la embajada sueca. Al regresar a Las Condes, llevaba unos calmantes para tranquilizar a Gabriela, pero no fueron necesarios. Ella estaba deprimida y ni siquiera lo interrogó ni lo insultó. Le pidió darse una ducha y el aceptó.

Partieron el jueves, tras que el mismo le cortara el pelo y la tiñera de un rojo suave, casi un naranja. Había robado unas ropas de una secretaria de la embajada, todas ellas de confección popular francesa, incluyendo los interiores. Solo un par de franceses despistados podían andar por Chile en esos días con aspecto de mochileros, ese fue su salvoconducto más eficiente. No permitió que Gabriela llevara sus anteojos; la imposibilidad de leer la hacía aun más vulnerable. Tal como preveía, al llegar a la frontera hicieron bajar a todos del ómnibus y los revisaron, en sendos grupos. La mujer que hizo desvestir a Gabriela quedó admirada por el brassier; ella estuvo a punto de quitárselo y regalárselo, pero en el instante previo comprendió que eso sería sospechoso; una sonrisa fría fue la mejor respuesta, y un gesto de no comprender cuando la mujer ironizó sobre la oportunidad de sus viajes. En la mochila encontraron lo que Jean Luc le dijo y ella repitió: ropas informales, unas botellas de pisco, libros de viaje, diarios franceses de dos meses atrás, una radio a transistores, bolsa de dormir, cacharros, perfumes. Le dejó a la guardia el frasco a medio terminar.

Pasada la frontera, se durmió sobre el brazo de Jean Luc. El Depredador la despertó al llegar a Mendoza, donde tomaron un cuarto en un hotel de mala muerte frente a la terminal de ómnibus. Gabriela lloró durante horas, y en algún momento lo insultó, él quiso callarla y la sostuvo con cierta violencia, ella calló y el avanzó sobre sus ropas. Luego del coito, quedaron abrazados un largo rato. Al levantarse, el le dio unos consejos acerca de cómo gestionar asilo y nuevos documentos. Esperó a que volviera a dormir, dejó 400 dólares sobre la mesa de luz, la besó y se fue. El vuelo a Buenos Aires salía en menos de una hora, justo a tiempo para llegar al aeropuerto y conseguir un pasaje.

Durante el viaje hizo un relevamiento mental de los grados de separación entre su persona y M. Cassaneau, suponiendo que fuera él quien siguiera dirigiendo la Unidad. La conclusión fue que podía forzar su alejamiento, llegando incluso a la deserción de ser necesario, con la experiencia adquirida en el transcurso de los años. Pero también (y esa fue la decisión que tomó en el camino entre el avión y la oficina de Migraciones) era posible despegarse casi naturalmente, dejando que la acumulación de secretos lo fuera llevando a un punto de virtual inexistencia donde comenzar una nueva vida, apenas en estado latente para el Servicio y, en la práctica, libre para vivir como pudiera y quisiera.

Estaba destinado a una comandancia militar en el interior del país; su misión era completar la formación de los suboficiales locales en represión antiinsurgente. Ya estaban adecuadamente preparados en cuanto a la detección de células y aplicación de tortura localizada para obtener información, su tarea era introducirlos a la infiltración propiamente dicha. Sin embargo, pronto llegó a la conclusión de que (como le dijo en un rapto de sinceridad a su referente de la Unidad) "el trabajo ya estaba hecho": la principal de las organizaciones enemigas era, en la práctica, un ejercito comandado por quintacolumnistas. Tardó en entender los modos de la operación, pero pronto llegó a dominar los secretos mejor que nadie, incluyendo a los propios oficiales locales a los que encontraba, por un lado, demasiado esquemáticos para entender las complejidades de la política en curso y, por otro, fanatizados en la espera de su misión.

Evitó volver a involucrarse en infiltraciones; se concentró en el adiestramiento de cuadros y en discretas tareas de espionaje. Pronto fue destinado a Buenos Aires y apenas establecido sintió que era la ciudad ideal para perderse, como había imaginado al bajar del avión. Tiempo después leyó algunos libros que solían usar los del lugar para confirmarse y divulgar ese supuesto leadership cultural de la que todos, a su manera, se vanagloriaban: en uno de ellos se decía algo similar respecto a Londres. No era supersticioso y, a esta altura, casi no creía en nada, pero tomo esa coincidencia como un buen augurio.

El nihilismo y el desprejuicio que iba consolidando lo hacían especialmente adecuado para interpretar la política local. En poco tiempo pudo abandonar los adiestramientos y concentrarse en la elaboración de informes; algunas frases que había intercalado en alguno de ellos fueron citadas en un artículo de un diario local (seguramente, la filtración de algún ejecutivo de Reanult u otro personaje de la influyente colectividad francesa). Sintió algo de orgullo profesional al respecto, y simultáneamente la autoindulgencia sobre esa vanidad.

Vivía en un piso bien ubicado en el Barrio Norte de la ciudad. Pronto se hizo amante de una mujer separada, una señora elegante que alquilaba un departamento en el mismo edificio. Una tarde, miraron por televisión en el dormitorio de ella la manifestación convocada por el líder de todas las facciones. Reconoció el cántico de un sector de la multitud ("¿Qué pasa, que pasa, que pasa, General...?") y le explicó a su compañera el modo en que seguirían las cosas. Fue exacto en todo, incluyendo la inminente muerte del líder y los entuertos en que entraría el otro sector, el que respondía "Conformes, General".

Su relación con Mercedes, la señora en cuestión, terminaría amistosamente. Cuando años más tarde regresara a Buenos Aires desde su última misión en Guatemala, ella (ahora en pareja con un militar retirado) lo pondría en contacto con ciertos patanes que estaban organizando una empresa fantasma. El objetivo era encubrir el vaciamiento de un club de fútbol del sur de la ciudad. La parte del negocio que le correspondió a Jean Luc fue contactar a un grupo empresario francés para cerrar el aspecto inmobiliario de la cuestión. Recibió por sus servicios una suma considerable; con ella compró una casa para remodelar en un barrio no demasiado alejado del Centro, y montó una consultoría empresaria. Poco tiempo después conoció a Claudio por motivos de trabajo y comenzó su amistad.

Pero esto sería algunos años después, ahora estaba enredado con Mercedes en una tarde de otoño, en un departamento del Barrio Norte, mirando la Historia por televisión mientras en el tocadiscos aun suena El lado oscuro de la Luna. Recordó, mientras escuchaba el veredicto del Líder, aquella otra frase del escritor que había confirmado su teoría sobre las grandes ciudades: "para un verdadero intelectual, la actualidad es un anacronismo". Volvería a recordarla unos meses después, cuando filtraba las escuchas telefónicas de un comando. Los líderes de dos de las organizaciones insurgentes habían acordado encontrarse; tal como el Depredador sospechaba, uno de los dos era en realidad traidor. El otro acudió a la cita, en las afueras de la ciudad, cerca de una autopista por la que horas después los militares llevarían su cadáver a un edificio del ejército, para exhibirlo en triunfo. Al día siguiente Jean Luc tomó el vuelo de Aerolíneas Argentinas hacia México.

CR c/VR

Próxima entrega (23): Suite Mediterránea

Mujer en el balcón- Vernissage - Lo útil y lo agradable - La entropía de un matrimonio feliz - Animales - Los caminos del arte contemporáneo – Hipertexto y collage

Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a la producción del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política.

Verónicka Ruiz es guionista de cine y vive en Los Angeles. Nació en México, estudió geografía en Amsterdam y psicología en Copenhague.



En entregas anteriores

1: SOJAZO!
Un gobierno acorralado, una medida impopular. Siembran con soja la Plaza de Mayo; Buenos Aires arde. Y a pocas cuadras, un artista del Lejano Oriente deslumbra a críticos y snobs.

2: El "Manifesto"
Desde Siena, un extraño documento propone caminos y utopías para el arte contemporáneo. ¿Marketing, genio, compromiso, palabrerío? ¿La ciudad como arte...?

3: Miranda y tres tipos de hombres
Lectura dispersa en un bar. Los planes eróticos de una muchacha, y su éxito en cumplirlos. Toni Negri, Althuser, Gustavo y Javier.

4: La de las largas crenchas
Miranda hace un balance de su vida y sale de compras. Un llamado despierta la ira de una diosa.
El narrador es un voyeur. Bienvenida al tren.

5: El Depredador
Conferencia a sala llena, salvo dos lugares vacíos. Antecedentes en Moreno.
Extraño acuerdo de pago. Un avión a Sao Paulo.

6: Strip tease
Ventajas del amor en formación. Encuentro de dos personas que no pueden vivir juntas pero tampoco separadas. Miranda prepara (y ejecuta con maestría) la recepción a Jean Luc.

 7: Nada más artificial
Extraño diálogo amoroso. Claudio parece envidiar a Jean Luc, pero sí que ama a Carmen.
Virtudes de un empresario, razones de una amistad.

8: Empresaria cultural
Carmen: paciencia, contactos y esos ojos tristes. Monologo interior ante un paso a nivel.
Paneo por Buenos Aires, 4 AM.

9: La elección del artista
Bullshit, así, sin énfasis. Cómo decir que no sin herir a los consultores.
La ilusión de una experiencia arquitectónica. Ventajas de la diferencia horaria.

10: Simulacro en Milán
La extraña corte de Mitzuoda. Estrategias de simulación. Las afinidades selectivas. Una oferta y una cena. La Pietà Rondanini. Juegos de seducción.

11: Más que el viento, el amor
Al Tigre, desde el Sudeste. El sello del Depredador. Jean Luc recuerda la rive gauche, Miranda espera detalles. La isla y el recreo. Secretos de mujeres. El sentido de la historia.

12: El deseo los lleva
La mirada del Depredador. Amores raros. Grupo de pertenencia. Coincidencias florales. Influida y perfeccionada. Un mundo de sensaciones. Abusado por el sol.

13: Acuerdan extrañarse
Despojado de sofisticación. Las víboras enroscadas. Adaptación al medio. Discurso de Miranda. Amanecer. Llamados y visitas. ¿Despedida final? Un verano con Mónica.

14: No podrías pagarlo
Refugio para el amor. Viscosas motivaciones. Venustas, firmitas, utilitas. Una obra esencialmente ambigua. La raíz de su deseo. Brindis en busca del equilibrio.

15: La carta infame
Estudios de gestión, y una angustia prolongada. Demora inexplicable.
La franja entre el deseo y la moral. Lectura en diagonal a la plaza. Sensiblería y procacidad.

Entrega 16: En la parrilla de Lalo
Paisaje periférico. Estudio de mercado. Sonrisa melancólica, proporciones perfectas.
Un patrón apenas cortés. Elogio del elegante. Suite Imperial. Desnudez y democracia.

Entrega (17): La investigación aplicada
Más de lo que quisiera. Temas de conversación. La insidiosa duda.
Estrategia del celoso. Peligros. La casa del pecado. Suposiciones y conjeturas.

Entremés - Solo por excepción (I) / La drástica decisión.

Entremés - Solo por excepción (II) / Los trabajos y los días

Entremés - Solo por excepción (III y última del entremés) / El experimento Rochester.

18: La afirmación positiva
Una visión panóptica. La eficacia de las caricias. No lejos de la fábrica.
Los motivos de su conducta. Hipótesis oportunista. Certero impacto del Artista Pop.

19: El amor asoma su sucia cabeza
Hipótesis de conflicto - El perseguidor - Preguntas capciosas - Efectos colaterales -
Sólo en Buenos Aires – La tristeza de un jueves a la tarde

20: La forja de un rebelde 
Propuesta del superior – Llegar tarde a todo – Disciplina y cinismo – La luz y el aire del Sur –
Adiestramiento de un servicio – Los pruritos morales – Doble agente

21: Al servicio de la República
La llegada a América y las primeras misiones - Jean Luc seduce a propios y extraños -
Por la razón o por la fuerza - Foja de servicios – El hombre justo en el lugar equivocado

 

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Master en Gestión de la
Ciudad en el siglo XXI

Posgrado on-line para profesionales,
una colaboración entre la UOC
y café de las ciudades.


 

Sumario

Página Principal

Ambiente y Economía de las ciudades

¿Puede ser bueno el sprawl?
Los supuestos beneficios de la dispersión urbana.
Por Wayne A. Lemmon

Esto no quiere decir que los activistas contrarios al crecimiento suburbano estén equivocados. Todos estos males atribuidos a la expansión suburbana pueden encontrarse tal como se la practica e implementa frecuentemente, y en verdad ocurren. Solo estoy sugiriendo que estas desafortunadas consecuencias no siempre ocurren y que, con buena planificación y con apropiadas políticas tributarias y de uso del suelo, no tienen por que ocurrir.

Planes de las ciudades

¿Evaluar impactos o planificar la ciudad?
Apuntes para una normativa urbana (I).
Por Mario L. Tercco

Códigos y normativas urbanas obsoletas e inadecuadas a la realidad de las ciudades, procedimientos para estudios particulares aun no decantados ni optimizados, y que con frecuencia se postulan para la resolución de casos generalizables, ausencia de planes urbanos en la mayoría de los municipios, y de coordinación interjurisdiccional en áreas metropolitanas. La calidad urbana y ambiental de nuestras ciudades requiere una urgente y pertinente mejora en la calidad de los procesos de planificación y gestión.

Lugares

La Ciudad Feliz
Mar del Plata, referencia de la clase media argentina.
Por Marcelo Robutti

Semejante riqueza en términos de estructura del territorio no ha estado exenta de banalidades, imprevisiones y avaricias. Pocos años atrás se realizó una positiva recuperación de las arenas de las playas, volcando el producido de dragados en el puerto sobre las costas, ganando mucha superficie, lo cual mejoraba notablemente la cantidad y calidad de las mismas. Sin embargo, no debe haber habido un entendimiento serio del comportamiento hidrodinámico del mar, las mareas, las corrientes, y sobre todo las tormentas.

Cultura de las ciudades (I)

Cinco ciudades continuas
“Solo cambia el nombre del aeropuerto”.
Por Italo Calvino

Tu imaginas, claro, que ves alzarse de la llanura polvorienta un cerco de murallas, que te aproximas paso a paso a la puerta, vigilada por aduaneros que echan miradas desconfiadas y torcidas a tus bártulos. Hasta que no has llegado estas afuera; pasas debajo de una arquivolta y te encuentras dentro de la ciudad; su espesor compacto te circunda; tallado en su piedra hay un dibujo que se te revelaría si sigues su trazado todo en espigas. Si crees esto, te equivocas: en Pentesilea es distinto. Hace horas que avanzas y no ves claro si estas ya en medio de la ciudad o todavía afuera.

Cultura de las ciudades (II) 

El espacio del Custodio
La mirada del que está solo y protege.

Un tipo de plano repetido en numerosas escenas de la película es el de un rectángulo vertical, iluminado, en donde aparece el mundo exterior, cortando el espacio neutro donde habita Rubén. A diferencia del excluido típico de la sociedad contemporánea, Rubén tiene lugar en este mundo: su lugar es el vestíbulo, el corredor, el auto que espera en la calle, el patio de entrada. Rubén no tiene entrada al paraíso del espacio donde suceden las cosas, así como no ha entrado nunca en el mar. Pero su lugar no es exactamente el infierno sino el limbo de una rara espera sin esperanzas.

La mirada del flânneur
     (Fútbol y Ciudad IV)

Eric Cantona: ¿vocero de la globalización neoliberal o vulgar "hijo de puta"?
Nike y la alegría de los niños.
Por Carmelo Ricot

En el colmo de la hipocresía y la confusión de discursos, hay hasta algunos que, al volver de las tandas publicitarias, elogian la "propuesta" de Cantona como si se tratara del propio Mahatma Gandhi llevando al mundo el mensaje de la no violencia, o Picasso difundiendo la belleza entre los mortales. Es la suprema perversión de la publicidad postmoderna.

Mensajes al Café

Una radio independiente que coincide con Ricot, la ardua tarea de estudiar la ciudad y una opinión susceptible sobre los espacios acaramelados.

Café Corto

Llamado para ponencias en el Foro Holcim, en Shanghai - Llamado a ponencias para el Seminario sobre Asentamientos Informales - Encuentro sobre historia de la ciudad, en Mar del Plata - Arquitectura de autor vs. Modelos de ciudad, en Barcelona - Eco- Imagine, en Cork, Irlanda - Ciudades globales, en Liverpool - La Venecia Barroca - Seminario Docomomo Sur, en Porto Alegre - Congreso de la Asociación Internacional de Urbanismo - Ciudad y Territorio Virtual, en Bilbao - Convención Científica de Ingeniería y Arquitectura, en La Habana - Dott, innovación social y diseño - Montfermeil: prohibido pasear con amigos - ¿La clase media va a al paraíso - El Derecho a la Vivienda y a la Ciudad en Buenos Aires.

 

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café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión: cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier esquina de cualquier ciudad.

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Diseño:
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Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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