El prestigioso urbanista
inglés Sir Peter Hall estuvo en Buenos Aires invitado
por el Instituto
para la Ciudad en Movimiento, la Universitat Oberta de Catalunya
(UOC)
y café
de las ciudades, con la colaboración
de la Embajada Británica y el British
Council de Argentina y, muy especialmente, el Instituto
de Estudios Urbanos de la Universidad Católica
de Chile. Hall, reconocido internacionalmente por
sus investigaciones sobre ciudades y su gran influencia
en la práctica del planeamiento urbano, es en la actualidad
Presidente de la Town and Country Planning Association
y se desempeña como Profesor Bartlett de Planeamiento
y Regeneración en el University College London. Es en
particular un gran estudioso y activo difusor del movimiento
de la Ciudad Jardín y en este momento trabaja como asesor
especial de cuestiones estratégicas en temas de planificación
urbana en diversas ciudades alrededor del mundo. Recientemente
ha jugado un rol fundamental en la programación urbanística
de las Olimpiadas de Londres 2012 y en el desarrollo
de la estrategia de renovación urbana para el Thames
Gateway (región a ambas márgenes del río Támesis, en
la zona este de Londres). Como el urbanista más destacado
de su generación, hoy en día promueve la búsqueda
del desarrollo sustentable, la innovación en la ciudad
y un regreso hacia los orígenes sociales del urbanismo.
Durante su estadía
porteña, el profesor Hall brindó en el auditorio del
Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU)
una conferencia acerca del planeamiento urbano y los
factores esenciales para concebir un futuro exitoso
para las ciudades. Hall realizó esta presentación en
el marco del Curso
de Gestión de Ciudad organizado por UOC,
CPAU, la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y
café
de las ciudades. Posteriormente, el
equipo de cdlc
acompañó al invitado a una recorrida por la ciudad,
durante la cual conversamos con él sobre sus perspectivas
sobre el futuro del planeamiento urbano y, en particular,
la gobernabilidad en áreas metropolitanas, el modelo
de ciudad jardín, las discusiones sobre la densidad
apropiada para las ciudades y los desafíos planteados
por los requisitos de creatividad y sustentabilidad
ambiental, social y económica.


Según Hall, el planeamiento
urbano es un movimiento que maduró hace poco más de
100 años en diversas ciudades alrededor del mundo, desde
Londres hasta Nueva York, en gran parte como respuesta
a las condiciones deplorables de la vivienda. Este fue
el caso en las grandes ciudades de inmigrantes, como
Nueva York y Buenos Aires, donde la gente buscaba nuevas
soluciones para vivir y trabajar en la ciudad industrial.
En este contexto se forjaron los orígenes sociales de
la planificación urbana y nació el movimiento de la
Ciudad Jardín en Londres. El entrevistado sugiere que
“fue justamente cuando los países se enriquecieron
y las condiciones de la vivienda mejoraron que el resorte
principal que empujaba al movimiento de la planificación
se ha debilitado” y sólo sobrevive como un mecanismo
regulatorio. Sin embargo, encuentra en Buenos Aires
características comunes con otras ciudades del tercer
mundo, con un gran número de personas empobrecidas y
con necesidades básicas insatisfechas, por lo que todavía
representa “un
caso abordable para el tipo de urbanismo visionario
que se inventó en Europa hace 110 años”
En el año 1898 Sir
Ebenezer Howard presentó por
primera vez su propuesta para La Ciudad Social; una
red metropolitana de comunidades-ciudades jardín, cada
una autosuficiente pero interconectadas entre ellas
y a una ciudad central por un servicio de tren municipal.
Hall ha reafirmado la relevancia actual de este modelo
para generar soluciones practicables con el objetivo
de enfrentar los desafíos de las metrópolis de hoy,
entre las cuales destaca cuatro cuestiones principales.
En primer lugar, existe un desafío económico de adaptación
de una economía industrial a una nueva basada en servicios;
en segundo término, un desafío ambiental, particularmente
el cambio climático. El tercer asunto incumbe a la calidad
de vida urbana y la última cuestión es “¿qué
es lo que hace a una ciudad innovadora?
”.
Con respecto a las
cuestiones principales de las ciudades, Hall plantea
una paradoja: los lugares más innovadores de las
ciudades no son los que brindan la mayor calidad de
vida ni los que cuentan con las mejores condiciones
medioambientales. En cambio, las localizaciones innovadoras
tienden a surgir en áreas antiguas y degradadas. Sin
embargo, y en la búsqueda de una aproximación equilibrada
al desarrollo, Hall nos anima a considerar casos en
los que las ciudades adoptaron una estrategia deliberada
para alcanzar la sostenibilidad medioambiental y generar
las condiciones necesarias para fomentar la innovación,
así como adoptar un enfoque que responda a las circunstancias
cambiantes de la economía, como en Estocolmo, Suecia,
o en Friburgo, Alemania. Hall encuentra como tema principal
-aunque desafortunadamente pareciera ser de escasa relevancia
en la agenda política de Buenos Aires- la necesidad
de contar con un sistema regional de transporte integrado
para generar un marco para el desarrollo que dirija
la localización de los nuevos barrios, los cuales podrían
desarrollarse de varias maneras, incluyendo iniciativas
públicas, privadas y mixtas e incluso usando el modelo
de ciudad jardín.
cdlc: ¿Cree usted que existe
la posibilidad de concebir una especie de modelo de
ciudad-jardín efectivo para América Latina, como lo
fue una vez en Europa?
Peter Hall: Sí, creo
que todavía existen argumentos para una solución urbana
como la ciudad jardín. Pienso que hay motivos sólidos
para reinventarlas y también para recordar sus orígenes
sociales. Cuando Ebenezer
Howard escribió su libro Garden Cities of
Tomorrow, quiso promover no sólo la creación de una nueva
forma física, la ciudad jardín -que debía ser un lugar
particular con aproximadamente 30.000 personas, con
industrias propias y conectado a un sistema mayor de
ciudades jardín al que llamó la Ciudad Social- sino
también que estas fueran construidas de una manera totalmente
diferente, como emprendimientos cooperativos
por la población que las habitaría. Lamentablemente,
esta parte de la visión de Howard nunca funcionó bien,
porque en el principio no fue muy exitosa. Él no pudo
hacer lo que planeaba, que era aprovechar del aumento
de la renta para desarrollar una fuerte estructura de
servicios sociales, una especie de Estado de Bienestar
local. La pérdida de esta visión no fue solamente
muy triste, sino también bastante trágica. Creo que
todavía existe la posibilidad de re-examinar la visión
original de Howard para ver cómo podríamos generar ciudades
jardín en todo el mundo.
Para Hall, la visión
de Howard era esencialmente cooperativa. “Existe ese
diagrama famoso llamado el Esquema de Tres Imanes, donde
tiene la ciudad, el campo y la ciudad-campo, la cual
representa la ciudad jardín y debajo de la imagen se
encuentra las palabras “libertad y cooperación”.
Se podría decir que eso fue solamente un eslogan, pero
su intención fue que fuera mucho más: la libertad y
la cooperación fueron las claves verdaderas para crear
estos nuevos lugares. Eso representa el modelo puro
de Howard, pero después vendría lo que muchos consideramos
una perversión de la idea original. Después de
que escribió su libro, los desarrolladores comerciales
empezaron a construir “ciudades jardines” en todo el
mundo, en Inglaterra, Francia, Alemania, Japón, y también
acá en Buenos Aires. En esencia, estas comunidades comprenden
asentamientos aburguesados de commuters y eso nos lleva a pensar si las ciudades
jardines deben y pueden ser autosuficientes o si siempre
tenderán a ser barrios-dormitorio. El tercer modelo
es el del Estado; por ejemplo, lo que veíamos en Inglaterra
después de la Segunda Guerra Mundial, en los pueblos
satélites de los alrededores de Estocolmo en los ´50
y ´60 y más reciente en los “poblados fénix” de Holanda,
donde el Estado y los privados ambos han llevado a cabo
estos desarrollos durante los últimos 15 años.
Sin embargo, es
más fácil utilizar estos modelos en los países igualitarios.
No es accidental que a los suecos les resultara fácil
implementar estos proyectos hace 60 años, cuando era
probablemente la sociedad más igualitaria que jamás
haya existido. Los países y las ciudades latinoamericanos
siempre han sido ejemplos extremos de desigualdad de
ingresos y Buenos Aires no es en este aspecto muy diferente
a Lima, San Pablo o el Distrito Federal de México, donde
existe una yuxtaposición de barrios cerrados muy ricos
rodeados por paredes muy altas al lado de asentamientos
informales. Estos barrios están totalmente segregados
entre sí, excepto por ser vecinos; es claramente una
situación no satisfactoria. Creo que siempre existen
maneras y medios para alentar que los pobres y los ricos
vivan en proximidad; aunque no compartan la misma torre
de departamentos, se puede, por ejemplo, intentar asegurar
que sus hijos vayan a la misma escuela, aunque eso también
se complica cada vez más con el crecimiento de la educación
privada en muchos países. Va a ser muy difícil alcanzar
estos ideales, pero no es imposible en absoluto
y tenemos que encontrar el camino para realizarlos.
Pienso que en general
el modelo es fomentar las acciones cooperativas voluntarias,
quizás a través de ventajas financieras o tributarias
a las organizaciones de asistencia mutua, participativas,
sin fines de lucro -o quizás con ganancias reducidas-
que específicamente estarán a cargo de construir nuevas
comunidades, como en Suecia en los ´50 y los ´60 o el
Movimiento de Inquilinos Asociados (Co-partnership Tenant’s Movement) en Londres hace cien años. Este movimiento fue desplazado
en Inglaterra después del Primer Guerra Mundial y fue
reemplazado por acciones del Estado, esencialmente vivienda
social. Deberíamos mirar hacia atrás a estos proyectos
para entender cómo funcionaban y porque dejaron de existir
-creo que frecuentemente fue por algo extraño, por circunstancias
arbitrarias y desafortunadas- para ver que podemos aprender”.

cdlc: Una de las características
de Buenos Aires que podría llegar a ser distinta en
una ciudad europea es el ritmo al que se desarrolla.
Dado este contexto de crecimiento, ¿qué modelo de gobernabilidad
o patrón de desarrollo como ciudad jardín podría imaginar
para esta ciudad?
Peter
Hall: Nunca hemos manejado áreas urbanas del tamaño
de Buenos Aires, ni de México DF o San Pablo, Brasil.
Londres tenía solamente 5 millones de habitantes cuando
Howard escribió su libro, lo que en ese momento era
una ciudad muy grande. Es la combinación de tamaño y
de ritmo de crecimiento. Es como un monstruo metropolitano
muy vasto, que siempre se expande y se expande hacia
la periferia. ¡Es casi como si tuvieras que correr para
seguirle el paso! Entonces, yo alentaría el establecimiento
de una comisión metropolitana para la gobernabilidad,
que sea más bien flexible. Entiendo las dificultades
políticas, pero usaría el mecanismo de la movilidad,
que parecería funcionar bien en otras ciudades del mundo,
especialmente en Europa y en varias ciudades norteamericanas.
La gente ve con frecuencia que algo no está bien con
el sistema de transporte, lo que puede estimular la
cooperación de una manera que no funcionaría tratándose
de otros temas, particularmente si se logra alcanzar
niveles altos (por ejemplo el gobierno nacional) para
conseguir fondos para la iniciativa. El dinero implica
cierto grado de poder. Es una combinación de estos factores
lo que permitiría augurar un sistema regional de
transporte urbano, que proveería un marco para la localización
de nuevos lugares. Quizás los nuevos lugares podrían
ser desarrollados de una variedad de maneras con operaciones
también distintas, incluyendo, espero, cooperativas.

A pesar de su interés
en la Ciudad Jardín, Hall es partidario de la diversidad
de modelos de desarrollo urbano: “Existen
diferentes maneras de medir densidad. Sin embargo, hubo
un acuerdo hace más o menos 10 años en el Reino Unido
por el Urban Taskforce para que todos los
nuevos desarrollos tuvieran densidades mínimas de 30
unidades por hectárea. Es posible que no parezca muy
alto, pero iba a ser un mínimo, que podría ser aumentado
y mucho más en localidades con buena accesibilidad;
por ejemplo, alrededor de estaciones de subte u otros
nodos de intercambio de transporte. Deberíamos tener
densidades variables que provean el estilo de vida que
las personas quieren, reconociendo que existen diferentes
estilos de vida y, en particular, diferentes estilos
de vida relacionados a las distintas edades. La tendencia
es que los hijos se van de la casa y buscan vivir en
alta densidad, especialmente cerca del centro de las
ciudades, porque les gusta ese estilo de vida, la interacción.
A su vez, cuando ellos tienen hijos, quizás cuando tienen
30 años o más, van a moverse de nuevo a un lugar de
baja densidad donde encuentran mejores condiciones para
criar a sus hijos. Y, cuando se encuentran solos en
casa de nuevo, es probable que vuelvan a la ciudad porque
valoran los servicios urbanos en oferta en el centro.
Claro que no es un patrón fijo y estoy consciente que
existen algunas culturas que sostienen densidades más
altas, incluso para las familias. En Friburgo, en barrios
como Vauban, han construido comunidades de densidades
mixtas durante los últimos 10 años. Existen densidades
medianas, típicamente de 4 o 5 pisos y además tienen
viviendas uni-familiares y
algunos edificios de departamentos alrededor de espacios
verdes, jardines y grandes huertas comunitarias. Las
personas que visitan estos lugares encuentran un mundo
maravilloso, particularmente para los niños. Existen
grupos, los Baugruppen, donde los habitantes se juntan con
un arquitecto o un paisajista y diseñan los lugares
para ellos y sus propios niños. Funcionan extremamente
bien. No hay entonces un modelo universal y me parece
que podemos aprender mucho de los mejores casos".

cdlc: En su conferencia
sostuvo que no solamente es importante la cuestión del
ritmo del crecimiento en las megaciudades sino también la escala. ¿Piensa que el tamaño
real es un problema en sí mismo y que deberíamos fomentar
la regionalización o implementar políticas de decrecimiento
para confrontar el sprawl
urbano?
Peter Hall: Me gustaría
pensar que no es un problema o que no debería ser un
problema, aunque es probable que lo sea (ríe). ¿Por
qué digo eso? Porque creo que el proceso de expansión
y descentralización de la ciudad no solamente afecta
a donde vive la gente y a donde van sus hijos para educarse,
sino también a la cuestión del empleo. La desconcentración
del empleo es más lenta, por lo tanto, comienza un proceso
donde volúmenes muy altos de personas viajan a la ciudad
todos los días, como ocurre en Buenos Aires. Sin embargo,
la evidencia mundial nos muestra que después los
trabajos siguen a la gente, en parte porque se genera
una economía local basada en las demandas de la población
residencial (las tiendas, las escuelas) y también porque
otros tipos de empleo acompañan el desarrollo local.
El traslado de las actividades se convierte en algo
lógico, en lugar de tenerlas en la ciudad central, como
en Londres o Buenos Aires.
La evidencia parece
ser que se puede alcanzar un nivel bastante alto
de autosuficiencia si una comunidad se localiza aproximadamente
a 100 km. del centro de una ciudad grande. En este
escenario, el 80% o más de la población residencial
encuentra empleo localmente,
aunque existe una proporción que viaja largas distancias
para ir al trabajo. De esta manera, se logra materializar
algo que planteó Ebenezer Howard, casi a través de las fuerzas del mercado.
Pero no es fácil y lo más probable es que ocurra
si existen fuertes controles de ordenamiento territorial,
con elementos como un cinturón verde (greenbelt).
cdlc: ¿Es
posible anticipar cuál será
el rol de los planificadores urbanos en el futuro?
PH:
Imagino a los planificadores desarrollando una variedad
de trabajos. Siempre existirá una necesidad básica de regulación, de planificación
basada en la regulación de los usos del suelo y en evitar
que la gente haga lo que realmente desearía hacer en
un mercado abierto, cuando esto pueda tener efectos
negativos. Pero más allá de eso, creo que los planificadores
tienen la tarea de ser mucho más imaginativos y, considerando
la relevancia de los cambios en el espacio geográfico,
aprender a preverlos e incluso prever cuáles ocurrirán
con mayor rapidez. Durante los últimos 30 años, las
ciudades experimentaron cambios notablemente rápidos,
incluso en ciudades que previamente no evolucionaban
a ese ritmo, como por ejemplo Londres. Esta dinámica
está siendo impulsada por fuerzas económicas, en particular
la desindustrialización de estas ciudades, lo que implica
profundos cambios sociales y económicos. Esto crea nuevos
problemas pero también nuevas oportunidades para los planificadores,
ya que sectores completos de la ciudad que eran prósperos
bajo la vieja economía pueden dejar de funcionar con
mucha rapidez.
Un ejemplo de esto
son las Olimpíadas
de Londres, que se van a realizar porque
hace 30 años las industrias de la zona este de Londres
comenzaron a cerrar. Luego de que el puerto cerrara,
los tomadores de decisiones tuvieron que considerar
cómo reciclar enormes áreas de suelo para crear nuevos
puestos laborales, en cierto sentido para reemplazar
los trabajos que se habían perdido. Claro que en general
la gente que tomó los nuevos trabajos no era la gente que había perdido
los antiguos, lo que fue un problema, pero por lo
menos la economía siguió en movimiento.
MC,
HH y DR
Agradecemos
la cooperación y los aportes de Andrés Borthagaray,
el Instituto para la Ciudad en Movimiento, la Embajada
Británica y el British
Council de Argentina y el Instituto
de Estudios Urbanos de la Universidad Católica
de Chile.
Ver
el sitio del Instituto
para la Ciudad en Movimiento en la Web.
Sobre
modelos de ciudad, ver también en café
de las ciudades:
Número 43 | Ambiente y Economía de
las ciudades
¿Puede
ser bueno el sprawl? | Los
supuestos beneficios de la dispersión urbana. | Wayne
A. Lemmon
Número
63 | Planes
de las ciudades (I)
El
derecho a la movilidad y la adaptación del espacio público | De
los modelos tradicionales de demanda a la planificación
integrada del transporte
| Manuel Herce Vallejo |
Número
65 | Arquitectura
y Planes de las ciudades
Método
y modelo de Barcelona | Entrevista a Oriol Bohigas:
la arquitectura debe asegurar la continuidad legible
de la ciudad | Marcelo Corti |
Número
67 |
Urbanidad contemporánea
Curitiba,
"do modelo à modelagem" | La
construcción y los usos de una imagen urbana
| Marcelo Corti
Sobre
las Olimpíadas de Londres 2012, ver la información
de la embajada británica en la Argentina y
el documental producido por el Ministerio de Relaciones
Exteriores Británico sobre la regeneración
de suelos y reacondicionamiento en la zona del Parque
Olímpico.