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AÑO 8 - NUMERO 86 - Diciembre 2009

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Planes de las ciudades

El Plan de Comuna en la Ciudad de Buenos Aires

Un análisis crítico de la legislación argentina (VI) I Por Marcelo Corti

N. de la R.: El texto de esta nota fue la base de la conferencia brindada por el autor al inaugurarse la exposición de los trabajos realizados en el marco del Seminario-Taller “Renovación urbana en la ciudad construida: los barrios peri-centrales de la ciudad de Córdoba”, el pasado jueves 26 de noviembre, en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.

 

El Artículo 15 del Plan Urbano Ambiental (Ley N. 2930) de Buenos Aires establece el Plan de Comuna como uno de los Instrumentos de planificación, “aquellos que permiten profundizar los lineamientos propositivos del Plan a niveles de mayor detalle. Pueden abarcar determinados sectores geográficos de la ciudad o bien aspectos temáticos de la misma. El objetivo de estos instrumentos es la planificación de las intervenciones y la programación en el tiempo con criterios de eficiencia y eficacia”. El texto legal define muy escuetamente al plan de Comuna: “Este Instrumento tiene por objetivo desarrollar, con la participación primaria de las propias Comunas, los aspectos particulares de sus respectivos territorios, debiendo guardar congruencia con los planes de las restantes Comunas y con los lineamientos establecidos por el PUA para la ciudad en su conjunto”.

  

La discusión por la Ley de Comunas, finalmente sancionada como Ley 1.777, ha resultado ser todo un “culebrón” en la Ciudad. La descentralización administrativa y política fue establecida por la Constitución de 1996, pero recién en 2005 fue posible su reglamentación y hasta hoy no se ha logrado realizar la elección de las autoridades comunales, que “ahora dicen” (perdón por el estilo…) se hará en 2011.

Esta demora en cumplir con la Constitución y con las leyes es una de las omisiones institucionales más graves de la democracia argentina, sin embargo, no es percibida como tal por la sociedad. Y en esta demora tiene tanta culpa la actual administración de derechas como sus antecesores “progresistas”: nadie quiso ni nadie quiere ser el primero en ceder poder. Si la demora afectara los intereses de algún grupo multimedios o de alguna cámara empresaria, seguramente sería motivo de algún escándalo mediático y de alguna profecía de “Lilita” Carrió; si el PJ pensara que le puede aportar votos en un distrito adverso o si la izquierda creyera de buen tono reclamar por “formalidades” de la democracia “burguesa”, sería motivo de movilizaciones y piquetes. Nada de eso ocurre.

Pero supuesta la definitiva conformación de las Comunas con sus legítimas autoridades, se abre un camino muy interesante hacia la planificación participativa de los barrios porteños. Un camino que no estará exento de nuevos conflictos y (espero equivocarme) nuevas dilaciones, en este caso relativas a la competencia de las Comunas para abordar el desarrollo urbanístico de sus jurisdicciones. Una interesante nota de Hernán Petrelli publicada hace un tiempo en café de las ciudades aborda la cuestión de las competencias desde un punto de vista jurídico-político; a ella me remito para la consideración de esos aspectos. Lo que me interesa en este caso es analizar las posibilidades que el instrumento Plan de Comuna (un acierto del vilipendiado Plan Urbano Ambiental efectivamente sancionado en 2008) introduce en el proceso de conformación territorial de la Ciudad.

La formación histórica de los barrios porteños es un proceso muy bien analizado en algunos textos clásicos; basta mencionar Buenos Aires - Del centro a los barrios, de James Scobie, y La Grilla y el Parque, de Adrián Gorelik. En ese proceso se verifica la superposición de diversos actores en una especie de raro equilibrio inestable:

- El mercado, con la acción de grandes y pequeños players en los sectores inmobiliario (la transformación de suelos rurales o chacras periurbanas en suelo urbano), transporte y servicios.

- La intervención estatal, a través de la práctica urbanística y las prácticas de institucionalidad, a veces liderando, a veces acompañando, las más de las veces corriendo detrás de un virtual laissez faire territorial.

- Las distintas prácticas sociales: la conformación del vecindario, el asociacionismo, la movilización.

El barrio porteño queda definido en las interacciones de estas tres fuerzas, en un proceso general de movilidad y ascenso social, hegemonía creciente de las clases medias y fuerte identidad cultural. En un contexto político que a partir de 1930 comienza a ser reacio o abiertamente hostil a la convivencia democrática, el barrio resulta sin embargo un espacio marcadamente democrático y tendencialmente igualitario.

En la actualidad, aun en un marco de democracia política como el que vive la Argentina desde hace más de un cuarto de siglo y si bien el barrio sigue siendo una escala válida de comprensión y actuación territorial, la situación social y económica es otra y bien distinta, e incide sobre las posibilidades de planificación y desarrollo urbano. El mercado inmobiliario y de la construcción ya no es un mercado de PyMEs, sino que sufre las consecuencias de la concentración. La intervención del Estado está condicionada por las crisis fiscales y por los nuevos paradigmas de ordenamiento ambiental del territorio y de participación vecinal y ciudadana, e incluso la judicialización del planeamiento urbano (del cual los conflictos sobre el Código de Planeamiento urbano y, en especial, el fallo de la Corte Suprema sobre la Cuenca Matanza Riachuelo son expresiones de enorme relevancia). En cuanto al sector social, el asociacionismo de la primera mitad de siglo XX ha cedido el lugar a un panorama donde confluyen tendencias a la fragmentación y la in-solidaridad, con nuevas formas de asociación de base territorial; tan diversas como los movimientos de defensa del patrimonio urbano (Basta de demoler!), aquellos que se oponen a la mal llamada “densificación” (Caballito Colapsa, Protocomuna de Caballito) o los que defienden el derecho a la vivienda (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos, cooperativas de vivienda, etc.). Por último (but not least…), el barrio ha dejado de ser un espacio de inclusión y de socialización en un marco de movilidad social ascendente para ser el espacio de la lucha (más o menos sorda y con frecuentes ribetes de in-solidaridad, tal como ya ha sido analizado en otras notas de esta revista) por el acceso a las condiciones de la ciudadanía y los derechos básicos sobre el territorio.

 

Sobre el territorio, estas particularidades se expresan en diversas situaciones que caracterizan la urbanidad contemporánea a escala global:

- El efecto “NIMBY” (por la expresión en idioma inglés “Not in my back yard”, no en mi patio trasero) por el cual infraestructuras o desarrollos necesarios para el funcionamiento de la ciudad no pueden instalarse en determinadas áreas por la negativa de los vecinos afectados.

- Los procesos de gentrificación o “ennoblecimiento” de barrios centrales de la ciudad, con la consiguiente expulsión de sectores populares.

- Los impactos ocasionados por la expansión del turismo, muchas veces banalizadores o distorsionadores de la economía urbana.

- La expansión periférica de la “ciudad difusa”, en su versión criolla metropolitana con su patchwork de ghettos ricos y pobres yuxtapuestos sobre la planicie pampeana.

- La emergencia de nuevas centralidades, en la mayoría de los casos ligadas a enclaves comerciales, culturales, recreativos y administrativos diversos al tradicional centro barrial a cielo abierto.

- Los procesos de fragmentación y segmentación urbana.

 

¿Qué se ha hecho en los últimos años (y en particular a partir de la autonomía de la Ciudad, concretada en 1996) en materia de renovación urbana de los barrios porteños? Desde la acción estatal planificada del Gobierno local, muy poco y, en general, vinculado a procesos de desarrollo mixto en los que la acción estatal ha estado en general por detrás de las inversiones privadas. Así ha ocurrido en el caso del Abasto, que según Daniel Kozakes un buen ejemplo de la conjunción entre la aplicación de estrategias urbanas neoliberales y el discurso de la ciudad de fragmentos. El ideal neoliberal está presente en el confinamiento estricto del Estado al rol de facilitador. Las regulaciones que existían fueron flexibilizadas y ajustadas a la medida de los requerimientos del inversor privado siempre que se pudo. El espacio público fue privatizado y orientado hacia el consumo”. En operaciones como las de Auchan - Dott en Saavedra o Carrefour en el predio del ex Albergue Warnes, alguna tímida intencionalidad de generar recuperaciones de espacio público o compensaciones por la concesión de una normativa habilitando las implantaciones de centros comerciales ha estado opacada por la escasa calidad pública de los resultados obtenidos. Recientemente se ha establecido la creación de un Distrito Tecnológico en Parque Patricios, aprovechando la existencia de un stock edilicio industrial obsoleto y desactivado, pero la atracción de empresas tecnológicas se ha encarado desde el otorgamiento de ventajas tributarias más que desde un planteo de oferta urbana.

Otro tipo de acción estatal se ha dado a través de la normativa, como en el caso de algunas Areas de Protección Histórica, y en especial el APH1, San Telmo y Montserrat. Recientemente se han realizado modificaciones en las normativas de Urbanización Especial establecidas en 1980 en el Código de Planeamiento Urbano para las áreas de Palermo y Colegiales (U20( y el Bajo Belgrano (U23). Otra Urbanización Especial, la U28 para Belgrano R, establece un interesante mecanismo de consulta participativa a través de la Sociedad de Fomento del barrio.

Pero, en cambio, han sido más amplias y más fuertes las transformaciones originadas en procesos de renovación barrial operadas por las fuerzas sociales y del mercado, Más allá de los conflictivos casos de “boom” inmobiliario, como los originados en Caballito y Villa Urquiza, el proceso de “boludización” de Palermo descripto por Carmelo Ricot habla de las contradicciones y la energía que en general acompañan esas transformaciones. Otros procesos se dan a través de la formación de enclaves étnicos, como el “Barrio Chino” en el Bajo Belgrano y los barrios de coreanos, bolivianos y paraguayos en el sur de la Ciudad. También se pueden mencionar los procesos de densificación en altura en algunas villas como las de Retiro, Barracas y el Bajo Flores, o la aspiración de los hinchas del Club Atlético San Lorenzo de Almagro por la “vuelta a Boedo”.

Dentro de las posibilidades que abre el Plan de Comuna está implícita la articulación de lo metropolitano (los sistemas de infraestructuras y servicios, la competitividad económica, la equidad territorial, la sostenibilidad ambiental, el tratamiento de los grandes espacios vacíos) y lo barrial (la consolidación del tejido, los usos a escala micro). Cabe entonces definir que es lo que le corresponde a cada escala de intervención, considerando que así como una Comuna no puede tomar decisiones exclusivas sobre, por ejemplo, un sistema de movilidad o el trazado de una infraestructura, es absurdo que la instalación de un bar en Palermo o una escuela en Barracas sea definida por instancias centralizadas de planeamiento.

El Plan de Comuna se presenta en ese sentido como un modelo a desarrollar  en el marco de la formulación de un plan metropolitano más amplio que el Plan Urbano Ambiental. Y, dentro de una aggiornada “cascada de planificación”, cabe señalar que los límites de las Comunas trascienden ampliamente los de los barrios (hay 15 comunas que engloban 48 barrios, en algunos casos tan diversos como la Villa de Retiro y Puerto Madero en la Comuna 1) y que por lo tanto el Plan de Comuna será un instrumento más complejo que los ya existentes (pero casi nunca utilizados) del Plan de Sector y el Plan de Detalle, instrumentos a mitad de camino entre el plan y el proyecto y ya previstos en el Código de Planeamiento Urbano. Será también la oportunidad de articular diferentes realidades: físicas, sociales, económicas, culturales y simbólicas, además de refinar los mecanismos de participación y consulta ciudadana en el desarrollo urbano.

En esencia, el Plan de Comuna debe además servir para el cumplimiento de otro objetivo del Plan Urbano Ambiental, aunque no definido en sus alcances y contenidos: “la transformación de la ciudad real,  tal que dé respuesta acabada al derecho a la Ciudad para todos sus habitantes”. Contrapuesto al paradigma fragmentador de “la ciudad por partes”, pero con posibilidad de utilizar herencias como las del proyecto urbano y la acupuntura urbana. Ocasión, en definitiva, para elevar el nivel del debate y la reflexión sobre la ciudad, que incluya el concepto y la formulación de un desarrollo urbano equitativo para la metrópolis, y la accesibilidad universal a los beneficios de la urbanidad.

MC

 

El análisis crítico de la legislación urbanística y de ordenamiento territorial en la Argentina comenzó en el número 82 con la nota La Ley de Ordenamiento Territorial y Usos del Suelo de Mendoza, por Marcelo Corti. Continuó en el número 83 con la nota Ordenamiento territorial y ordenamiento ambiental, por Hernán Petrelli, en el número 84 con El Plan Urbano Ambiental de Buenos Aires, por Marcelo Corti, y en el número 85 con El Decreto-Ley 8912/77 de Ordenamiento Territorial y Uso del Suelo en la Provincia de Buenos Aires, también por Marcelo Corti.

Esta serie continuará en los  próximos números de café de las ciudades con nuevos análisis del Decreto Ley 8912, de Ordenamiento Territorial y Usos del Suelo de la Provincia de Buenos Aires, y de los proyectos de normativa nacional.

 

Sobre el Plan de Comuna como instrumento de planificación para la Ciudad de Buenos Aires, ver también en café de las ciudades:

Número 46 I Política de las ciudades (I)
El Planeamiento Urbano y las Comunas I Los caminos de la descentralización en Buenos Aires. I Hernán Cesar Petrelli

 

Sobre el desarrollo reciente de los barrios porteños, ver en este número la nota de Marcelo Castillo sobre la vuelta a Boedo y también, entre otras:

Número 28 | Lugares
La preocupante boludización de Palermo Viejo | De la recuperación barrial al snobismo gastronómico. | Carmelo Ricot

Número 70 | Economía y Política de las ciudades
Con el corazón mirando al sur | Un abordaje sociológico a las transformaciones en tres barrios de Buenos Aires | Marcelo Corti

Número 71 I Terquedades
Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Terquedad de los vecinos I Columna a cargo de Mario L. Tercco

Número 83 | Urbanidad contemporánea
El neoliberalismo y “la Ciudad de los Fragmentos” | Entrevista a Daniel Kozak | Marcelo Corti

 

Sobre la renovación urbana de barrios, ver el caso de Los Yoses en este número de café de las ciudades, y en números anteriores:

Número 18 | Planes
New York, barrio por barrio | Un ambicioso y complejo programa de rezonificación urbanística | Marcelo Corti

Número 83 | Cultura de las ciudades (I)
La Perla y todos los barrios, por Calle 13 y Rubén Blades | Sociología urbana en clave de reggaeton | Marcelo Corti

Número 63 | Política de las ciudades
Gente de Nou Barris | La transformación de la periferia en la Barcelona post-franquista | Marcelo Corti

Número 85 I Cultura y Política de las ciudades
El barrio San Vicente en Córdoba, Argentina I Entrevista a Desirée D´Amico I Por Marcelo Corti

 

Y sobre normativa y planeamiento territorial y urbanístico en la Argentina, ver también entre otras notas en café de las ciudades:

Número 72 I Planes de las ciudades (II)
La ausencia de una legislación territorial en la Argentina I El déficit regulatorio y sus consecuencias I Marcelo Corti

Número 66 I Planes y Política de las Ciudades (II)
El Plan Estratégico Territorial y la construcción de la Argentina deseada I La búsqueda de consensos para el despliegue territorial de la inversión pública I Marcelo Corti I

Número 62 I Planes y Política de las ciudades
Normativa urbanística: la articulación entre planeamiento, participación y gestión I Sobre los conflictos alrededor del Código de Planeamiento Urbano de Buenos Aires I Marcelo Corti

Número 60 I Planes de las ciudades (II)
Lineamientos Estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos Aires I Escenarios alternativos, políticas urbanas, instrumentos de gestión I Entrevista a Alfredo Garay

Número 54 I Planes de las ciudades
Normativa urbana, casuística y visión procedimental I Sobre el debate “¿Evaluar impactos o planificar la ciudad?”. I Artemio Pedro Abba

Número 43 I Planes de las ciudades
¿Evaluar impactos o planificar la ciudad? I Apuntes para una normativa urbana (I). I Mario L. Tercco

Número 36 I Política de las ciudades (III)
Por la reforma urbana en Argentina I Declaración en el Día Internacional del Hábitat.

Ambiente y Ciudades
Ciudades y Naturaleza
La articulación entre dos ecologías I Por Saskia Sassen

Existen algunos condicionantes fundacionales que dominan crecientemente nuestra forma de vivir. Uno de ellos es el hecho de que todos los flujos de energía y material en la economía humana vuelven en forma de contaminación y residuos a la biosfera. La ruptura en el fondo de este conjunto de flujos es producida y puede, por ende, ser revertida -y algunas ciudades están trabajando en este propósito. Esta ruptura está presente en casi todos los sectores económicos, urbanos y no urbanos. Pero es en las ciudades donde se manifiestan sus interacciones y efectos acumulativos más complejos. Esto hace que las ciudades sean la fuente de la mayor parte del daño ambiental y de algunas de las condiciones más inextricables que alimentan al daño ambiental. Sin embargo, la complejidad de las ciudades es también parte de la solución.

Fútbol y Ciudades
La vuelta a Boedo
A 30 años del ultimo partido de San Lorenzo en el Gasómetro I Por Marcelo Castillo
Y
Cuestionario a los arquitectos Mario Sabugo, Eduardo Cajide, Sergio Zicovich Wilson y Hugo Montorfano.

La situación actual en las 4 manzanas que ocupara el club en Boedo no es fruto de un proyecto urbano definido y consistente. Más bien, es el resultado de un proceso marcado por ideas vagas de la planificación urbana, ingenuidad e irresponsabilidad de las dirigencias del club, desidia y oportunismo empresarial, con un innegable tufillo a corrupción. San Lorenzo no se fue de Avenida La Plata empujado por las tendencias del mercado inmobiliario. La prueba más evidente de ello es que 30 años después la zona no es demasiado diferente de lo que era cuando estaba el Gasómetro. A una cuadra del predio que hoy ocupa el hipermercado se siguen viendo baldíos, fábricas abandonadas, talleres.

 
Plan de Renovación del Barrio Los Yoses
Un sistema de acupunturas urbanas en San José de Costa Rica I Por Luís Diego Barahona

Como conjunto, el barrio posee un valioso acumulado de viviendas de estilo internacional, una escala de uno o dos niveles, una topografía accidentada con declives hacia el río Ocloro, una “atmósfera” con calles sinuosas y abundante arborización y la Iglesia de Fátima (Arq. Alberto Linner, 1969).  Este sector actualmente se ve fortalecido con la creación del Plan de Renovación Barrio Los Yoses, el cual es liderado por la Asociación de Vecinos del Barrio Los Yoses y planteado por los arquitectos Luis Diego Barahona y Eugenia Solís. Este proyecto urbano se enfoca en el fortalecimiento del espacio público, la consolidación de la identidad del lugar y la vitalización de los valores paisajísticos del barrio. A su vez, contempla de manera prioritaria el usuario, la integración social y el bajo costo de inversión. 

 
La Salada
Una mega centralidad informal en la periferia metropolitana de Buenos Aires I Por Artemio Pedro Abba

Estas cifras de la capacidad de atracción de este atípico “Paseo de Compras” lo posicionan en el tercer lugar en el ranking metropolitano, después de Unicenter y el Abasto (93 y 53 mil visitantes diarios respectivamente). La dimensión del fenómeno asombra cuando se observan los alrededor de 15 mil puestos de ventas (10 mil “formales” bajo cubierta y 5 mil “informales” a cielo abierto en la ribera del Riachuelo), sobre todo cuando se compara con los pocos feriantes que comenzaron a instalarse en la zona allá por los ’90 (luego la feria se potenció en medio de la crisis y el trueque en el 2002). La internación fue un desarrollo de los puestos más rentables, que pagan entre 300 y 500 pesos de alquiler en tres grandes tinglados (Ócean, Urkupiña y Punta Mogotes) quedando afuera los más precarios, que pagan entre 30 y 60 pesos.

 
Buenas y Malas prácticas urbanas 2009
Todas las propuestas: se vota hasta el 30 de diciembre

Un grupo de esculturas distribuidas a lo largo del Parque apunta a generar la reflexión de los visitantes en torno al pasado reciente. Doce de ellas fueron elegidas mediante Concurso Internacional en el que se presentaron más de 600 proyectos, provenientes de 44 países. Este sitio es el primer parque memorial de la Argentina y de la región dedicado a la memoria. Contiene hasta la fecha los nombres de 8.718 personas, colocados por año de desaparición o muerte en orden alfabético, y da testimonio del más oscuro período de la historia argentina. Un recorrido en rampa procesional, lleva al encuentro con los nombres que se asientan sobre estelas de pórfido patagónico, a lo largo de un trayecto que comienza en una de las plazas y termina en la rambla, sobre el río. Creo que se encontró un equilibrio entre el paisaje natural y la presencia de la ciudad.

Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Columna a cargo de Mario L. Tercco.

En este número: Terquedad 2-13-31

 

Thomas Hagedorn y su recuerdo de la Caída del Muro, barreras en La Horqueta, una investigación de Ciudadanía & Democracia.

 

Manifiesto Metropolitano - Concurso estudiantil sobre Vivienda Social, desde Rosario - Barcelona: el archivo del CCCB, abierto a consulta pública - Fórum Urbano Mundial, en Río - Seminario de antropología, ciudad, arquitectura y territorio, en París - Curso de Rehabilitación de los Centros Históricos y Barrios Degradados en La Habana - XI Coloquio Internacional de Geocrítica, en Buenos Aires - Ciudades para todos, en Viena - Bicentenarios en acción - El Bicentenario en Córdoba - RISCO, desde São Paulo - Manual de Derechos Humanos para Organizaciones Sociales - Proyecto de alquiler social en Brasil - “Ganar la calle” no logra una democracia mejor - Las dos caras del turismo, por Fernando Diez - El supermercado: un mundo paralelo para “lelos”.

 

 


 

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Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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