N. de la R.: El
texto de esta nota reproduce la base del comentario de la autora en la
presentación de La Ciudad Posible en Buenos
Aires, realizada el pasado 1º de diciembre en el CPAU.

La
Ciudad Posible es un gran libro y estoy agradecida a Marcelo Corti por la
invitación a presentarlo. Con Marcelo nos conocimos en el PROPUR (UBA) a mediados de los noventa y luego por
nuestro paso común –aunque en años diferentes– por el Máster “La ciudad:
políticas, proyectos y gestión”, dirigido por Jordi Borja. Marcelo ha sido sin
dudas una de las personas que más ha hecho por la difusión de los temas del
urbanismo y la planificación a partir de su magnífica revista café de las ciudades.
Cuando me invitó no dudé en aceptar la invitación por varias razones; siempre
me interesaron sus columnas en la revista, así que el libro también sería de
lectura interesante y, además, es una persona muy generosa que a través de su
revista ha dado visibilidad al trabajo de muchas personas, como en mi caso.
No
leí el índice de entrada, preferí que el texto y la estructura expositiva me
fuera llevando. Quería desentrañar la propuesta del autor y no me defraudó en
absoluto. La literatura urbanística
existente exige reconstruir por fragmentos los temas que aquí se presentan de
manera integral.
Apenas
al comenzar el libro promete recopilar, describir y sintetizar
…diversos conocimientos y recursos necesarios para el abordaje y la
actuación en la ciudad, considerada como un fenómeno físico que alberga y
expresa fenómenos sociales, culturales, económicos y políticos. De esta forma
puede interesar a estudiantes, profesionales, agentes públicos y sociales, y
en general a todas aquellas personas interesadas y/o
involucradas en las cuestiones urbanas, que pueden usarlo como ayuda para
conformar su propio método de interpretación e intervención.
Y no defrauda en absoluto.
No puedo otra cosa que coincidir con Jordi Borja, cuando expresa
en el prólogo que este libro condensa
varios y valiosos aportes sobre los temas de la ciudad. Definiciones de
la “Ciudad Posible” (CP), para comenzar: “La llamamos
ciudad posible porque es la ciudad que podemos construir con los recursos
disponibles y con la voluntad de quienes la habitamos. Y también porque es la
ciudad que queremos, hecha posible a través del conocimiento y la creación”.
La
formulación de la CP aparece como un concepto “horizonte” de la propuesta del
autor, que reafirma el carácter dinámico de lo urbano en la actual fase del
capitalismo global y periférico, y con ello la necesidad de un urbanismo honesto que reconozca las condiciones en
que se desempeña y las utilice a favor. Y hacia esta idea conducen los doce
principios que a juicio del autor aportan a la propuesta de la ciudad posible,
en términos de legibilidad, adaptación al entorno, integración a su territorio
y al mundo, de diversidad, de estímulo, de su carácter educativo, de apertura,
accesibilidad, seguridad, belleza, eficiencia y justicia.
Es un texto sensible y casi siempre crítico
de las modas. Esto es bastante sugestivo, en un clima de época en la que el
urbanismo es complaciente de las tendencias en boga (instrumentos,
metodologías, recursos discursivos, etc.). De esto da cuenta la crítica a los
apelativos de circunstancia a la ciudad: inteligente, creativa, etc.
Presenta una mirada con énfasis en el papel de lo
público en el proceso de planificación pero que no abomina ni niega la participación
privada en estos procesos. Y el autor sienta en varios sentidos posición
acerca de su enfoque sobre la CP: los apartados que se van desgranado en la
introducción en relación al contexto político, los debates sobre el derecho a
la ciudad, el desmontaje de los principales mitos urbanos (que decididamente
comparto), la crítica a los modelos de ciudad en boga y también los
reduccionismos, etc.

Federation Square, Melbourne. Ilustraciones:
Pablo Ochoa.
Me
parece interesante, a modo de advertencia, lo que plantea como condiciones para la realización de la CP:
la democracia política, la justicia social y la economía mixta, en la que
el Estado guía o comanda la acción del mercado, pero claramente no prescinde de
él.
Luego
de esta exposición de principios el libro se concibe en dos grandes partes que
le permiten plantear una cosmovisión sobre lo urbano y la ciudad a partir de un
esquema epistemológico amplio. El debate teórico –si bien está muy presente– no
es el eje que estructura la exposición de los temas; la teoría sirve para
sostener ciertos puntos de vista en algunos casos, para confrontarlos en otros.
Pero siempre a disposición de las dimensiones o tópicos que se abordan.
En
la primera parte, llamada “Los componentes de la ciudad”, analiza bajo las categorías clásicas de Urbs, Polis y Civitas los
componentes físicos, territoriales, económicos, sociales, políticos y
culturales. Este es un buen artilugio
metodológico para analizar el paquete de “temas” de la ciudad. Por un lado,
los temas duros de la planificación como la estructura urbana, la trama, el
tejido, las densidades, el espacio público, las infraestructuras, la movilidad,
el ambiente, la vivienda y el hábitat, el paisaje urbano; por otro, los temas
blandos, aunque tal vez más complejos ya que responden a la naturaleza de los
procesos sociales, como las economías urbanas, las cuestiones sociales que
prefiguran las opciones o decisiones en la ciudad, la cuestión del gobierno y
las políticas –y opciones– de la
descentralización, la participación ciudadana, los tiempos de la gestión y la
cultura.
La
segunda parte está dedicada a “La actuación urbana” y responde fielmente al propósito
del libro, es una verdadera guía para la actuación. Comprende un buen repaso de
las claves del urbanismo desde sus comienzos, del plan como trazado del
urbanismo decimonónico al plan como previsión integral, y recala luego en los
instrumentos de la planificación. Esta es una parte particularmente fecunda del
libro, en la que Marcelo hace gala de su vastísimo conocimiento y experiencia
en infinidad de propuestas de planificación integral y sectorial a lo largo del
país.
Tal
vez sin planteárselo como objetivo, el
libro realiza una crítica a las metodologías clásicas de la planificación (me
refiero a la planificación racional normativa y a sus recursos instrumentales,
o la planificación estratégica y su “carta a los reyes magos”) tanto por sus
anteojeras ideológicas como por las desmedidas pretensiones del método en
relación a sus posibilidades reales. La claudicación de las certezas en que nos
había sumergido la modernidad lleva a constatar la importancia de lidiar con la
incertidumbre de lo complejo.
Las
limitaciones de la planificación tradicional para abordar la complejidad aparecen
como una preocupación metodológica del autor al final del libro, como última
reflexión, cuando refiere a los sistemas complejos o la teoría de los sistemas,
y a la idea de una visión integral e
integradora de la actuación en la ciudad.

El Plan Director de Eduardo Sarrailh y Odilia Suárez para Buenos Aires.
Ilustraciones:
Pablo Ochoa.
Algunos
de los muchísimos hallazgos del libro:
La escritura: es un libro
muy bien escrito, cosa que se agradece; el vocabulario es rico y plagado de
imágenes sensoriales que hacen la lectura muy llevadera. Las referencias al
cine y la literatura son abundantes y le dan un ritmo vigoroso a la descripción
de los innumerables proyectos urbanísticos y/o arquitectónicos que se presentan.
También
sobre su escritura, en muchos pasajes del libro aparece la mirada del flâneur que tanto le gusta a Marcelo Corti y que
sin dudas ejerce en primera persona, por caso, bellamente retratada en el análisis del proyecto Fórum de las culturas de BCN (pgs.
427 y 428):
El carácter forzado
de este nuevo Fórum (una especie de celebración de la corrección política) se
reflejó en su concreción física sobre el territorio, una gran y descorazonadora
colección de explanadas de cemento expuestas al sol y las inclemencias del
tiempo. La experiencia de su re-corrido es similar a la de acercarse a un
estadio por entre avenidas y parkings, solo que en este caso el caminante ya
está “adentro”. En algún borde se descubre una panorámica atractiva, con
playas, o chimeneas, o algún edificio interesante; pero todo está tan lejos que
la sola idea de llegar y tener que emprender nuevamente la caminata (¡y además,
cuesta arriba!) disuade de seguir caminando. Un aire general de parque de diversiones
mal resuelto acompaña todo el recorrido por lo que en su momento
fue la segunda plaza más grande del mundo, luego de la de Tiannamen en Beijing, ¿aunque… a quien le importa este dato estadístico? ¿Qué le agrega
de bueno a Barcelona? Parece una frase de tour de compras en un mall de los Estados Unidos, pero no
un orgullo barcelonés... La Barcelona que atrae al mundo tiene plazas, placitas
que a duras penas pueden registrarse en un mapa, pero donde toda la complejidad
de la vida urbana es posible, donde puede uno quedarse diez minutos o toda una
tarde. En el ámbito del Fórum, en cambio, se han perdido las reglas del arte
urbano, los secretos compositivos del espacio público. En el Ensanche, en
Gracia, en los mejores espacios recuperados de la Ciudad Vieja, en las Ramblas,
en la misma Villa Olímpica, cada espacio es una certeza de haber llegado y una
invitación a seguir paseando. El paseante se pierde gustoso en su recorrido con
la seguridad de una ciudad legible, donde en realidad nunca se pierde, porque
cada barrio tiene su secreto y su identidad, y en todo caso siempre quedará
buscar la pendiente de las calles para saber cuál llega al mar, o guiarse por
las cumbres de las montañas. Cada lugar es un lugar para quedarse y un lugar
para seguir.
En cambio, en el
Fórum, todo está demasiado lejos y cansa antes de partir. No hay etapas, no hay
sorpresas, no hay recorridos: hay llenos demasiado llenos y vacíos demasiado vacíos;
no hay historia (lógico, porque el lugar es nuevo) pero parece que nunca la
habrá, que todo es efímero y será desmontado el lunes que viene, con lo cual
tampoco hay futuro. El tiempo en el Fórum es solamente efímero, el espacio es
solamente vasto; la ciudad, en cambio, y Barcelona en especial, es a la vez
efímera y eterna, amplia y reducida, amable y perturbadora.
En
cuanto al uso del libro: a lo largo
del texto hay continuas referencias a los temas tratados y se sugiere dónde
encontrar el desarrollo de los mismos (con número de páginas indicados).
Sobre
los propósitos del libro: de la
lectura surge que el propósito no es marcar la “teleología del método” como
suele pasar en la literatura sobre este tema; por el contrario, se aboga por
evitar las rigideces de las prácticas aceptadas, enfatizando en la necesidad de
adaptación a las circunstancias. La CP no es un estereotipo sino un modelo para
armar atravesado por las singularidades del contexto, una forma de operar sobre “la
ciudad realmente existente”. Adicionalmente, repasa los principales errores
de las actuaciones que se analizan. La idea no es retratar solamente “buenas
prácticas” a las cuales critica como tales, ya que como dice Raúl Fernández
Wagner muchas veces se aprende mucho más de las prácticas fallidas.
La función didáctica del libro: de
nuevo el amplio abanico de temas y problemas que se abordan, así como la forma
en que están escritos y fundamentados da cuenta de una gran capacidad didáctica
del autor.
Sin
dejar nada al azar al comienzo y al final el libro aporta un par de perlas muy
interesantes: un glosario de términos de
urbanismo y un aparato crítico amplio que incluye desde los orígenes del
urbanismo con Ildefons Cerdá hasta las referencias a la ciudad global de Saskia Sassen, a las principales revistas digitales y en papel y a
las tecnologías 2.0.

Proyecto Urbano Integral Parque España, Medellín.
Ilustraciones:
Pablo Ochoa.
Quedan
como temas pendientes para futuras ediciones (que seguramente las habrá):
-
el urbanismo que fue posible por la aplicación del Decreto Ley 8.912 en la
provincia de Buenos Aires y con la reciente Ley 14.449 de acceso justo al
hábitat.
-
un análisis sobre cómo funciona el régimen de la propiedad del suelo en
Argentina, las posibilidades que abre la función social de la propiedad (instituida
en Brasil y Colombia) y el enfoque excesivamente patrimonialista del suelo que
complejiza su gestión.
-
la consideración sobre las formas de
articulación entre el estado y el mercado; me refiero a la capacidad de lobby de quienes son los actores más
dinámicos en la gestión de la ciudad. Las decisiones que se toman en el
territorio suelen estar atravesadas por condicionamientos, presiones y otras
conductas propias de la “arena de disputa del poder local”. Muchas veces no se
planifica, porque planificar impone límites a la discrecionalidad de las
decisiones territoriales.
Ya
prometí un ejemplar para las cátedras de Planeamiento Físico y Teorías
Territoriales de la carrera de Arquitectura en la UNLP. Recomiendo
fervientemente su lectura. Este es un libro de consulta para docentes universitarios
de grado y posgrado; sin dudas pasará a formar parte de la bibliografía de las
materias de urbanismo y planeamiento.
PP
La autora es Geógrafa (Departamento de Geografía de
la Universidad Nacional de la Plata). Investigadora del Centro de Investigaciones
Geográficas (CIG), Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias
Sociales (sede CONICET) de la UNLP. Es coautora, junto a Patricio Narodowski, del libro La privatopía sacrílega. Efectos del urbanismo privado
en la cuenca baja del río.
La Ciudad Posible. Guía para la actuación urbana. Marcelo Corti.
1ª edición, Buenos Aires: Café de las Ciudades, 2015. 360 p.; 20 x 14 cm. ISBN
978-987-3627-13-2
Prologo:
Jordi Borja
Revisión de texto: Emilio Jurado
Diseño gráfico: Laura Corti
Imagen de tapa: La
Ciudad Posible, por Santiago Canen
Ilustraciones interiores: Pablo Ochoa
Disponible en editorial café de las
ciudades, CP67, Concentra, De La
Mancha, Amerindia (Córdoba) y las principales librerías de la Argentina.
Pedidos desde el exterior de Argentina:editorial café de las
ciudades y
Librería LGC.