conocimiento,  reflexiones  y miradas sobre la ciudad
revista digital - aparece el primer lunes de cada mes

 

año 3- número 15 - enero 2004

Z I R M A
desarrollos urbanos y ambiente sostenible
Proyectos de las ciudades  

Ribera Norte: Concepción llega al río
El difícil camino del urbanismo en Chile.

Por Juan Rodríguez Alvarez


La ciudad de Concepción, capital de la octava región de Chile, se encuentra a unos 525 kilómetros al sur de Santiago. En ella viven y trabajan unas 307.000 personas. La urbe es un importante centro cultural y de servicios y concentra gran parte de la oferta de universidades, centros comerciales, bancos, etc., de la zona centro-sur del país. Junto con otras comunas contiguas, entre las que se destacan Talcahuano, Chiguayante, San Pedro de la Paz y Penco, conforman un área metropolitana densamente poblada.

La ciudad nació originalmente junto al mar, donde hoy se ubica la ciudad de Penco (de ahí el nombre de penquista que se da al habitante de Concepción), pero a raíz del terremoto y maremoto de 1751, sus propios habitantes deciden el traslado hacia el interior, al valle de la Mocha, junto al rio Bío Bío.

Según algunos historiadores (como el profesor Mario Alarcón Berney, de San Pedro de la Paz), el río Bío Bío era entonces un imponente cuerpo de aguas, con un torrentoso ancho de unos dos kilómetros. Sin lugar a dudas una belleza natural única, durante muchos años fue línea limite entre los llamados territorios indígenas y las zonas colonizadas, pero sin embargo la ciudad se fue consolidando de tal modo que generó un limite físico respecto al borde del río. La ocupación de suelos y la estructura urbana que la ciudad cristalizó a lo largo de los años, formó una barrera infranqueable en la relación ciudad-río.

Centro de la ciudad de Concepción, al fondo el río Bío Bío

Campus de la Universidad de Concepción

Es temprana la preocupación de la ciudad de Concepción por mejorar su relación con el río. En 1856, el ingeniero Pascual Binimelis propone un trazado regulador que conecta la ciudad con el río a través de calle Comercio, actual Barros Arana. Sin embargo, esta propuesta se vio alterada por la llegada del trazado ferroviario unos veinte años más tarde. La presencia del trazado férreo y los sucesivos desastres naturales propios de la condición geográfica del país, hicieron que la urbe continuara creciendo de espaldas al río.

La inquietud por tener un mayor contacto y aprovechar las características del paisaje en beneficio de la ciudad siempre estuvo vigente en la sociedad penquista, tanto en la clase política como en sus círculos intelectuales y profesionales. Así, en la década del sesenta, un nuevo plan regulador considera la recuperación de una pieza urbana continua que permitiría a la ciudad tener acceso al borde del río. A este plan se sumaron otros, tanto algunos focalizados en el área, como algunos seccionales y específicos que nunca pudieron concretarse.

Año tras año las prioridades del país no incluían recursos para el proyecto, influyendo en esto en forma importante la centralizada gestión santiaguina (capitalina) que no entendía el problema. Por otra parte, en el ámbito local, algunos impulsores de la idea entendían que en la administración de pobreza es políticamente incorrecto dar licencias para ese tipo de proyecto.

El borde norte del río y el río mismo se fueron deteriorando con los años. El borde se fue llenando de un tejido urbano denso con carácter irregular, y el río, otrora majestuoso, fue sufriendo un lento pero inexorable proceso de embancamiento. Así, su imponente curso de agua se fue transformando en gran parte del año en pequeños canales a veces conectados, a veces separados. Algunos podrían decir que se trata del primer río "caminable" de Chile, una realidad triste para tan fantástico actor natural.

Con el retorno de la democracia al país (1990), el proyecto de recuperación fue adquiriendo fuerza e involucrando actores políticos y técnicos. Tal vez lo más significativo fue la convergencia de recursos y voluntades en torno a un proyecto de vialidad, impulsado por el todopoderoso Ministerio de Obras Públicas (M.O.P.), que permitía la conexión entre un sector de la ciudad, el acaudalado Pedro de Valdivia, y con ello la prolongación viaria hacia la comuna de Chiguayante, más hacia el interior de la cuenca. La convergencia permitió iniciar una serie de estudios que culminan con un Plan Estratégico de Gestión, (lo estratégico tiene en Chile un aura de misterio, y podría pensarse que tras él, había una propuesta de gestión inteligente) que también involucraba un compromiso con una propuesta urbana. Los actores participantes del proyecto en el nivel nacional fueron el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, el Ministerio de Obras Públicas y el Municipio de Concepción.

En lo profesional, la oficina de los arquitectos Rivera, Schiapacasse y Villafañe, aportan su visión como profesionales locales al proyecto. En materia de asesoría externa el proyecto contó con la participación de los urbanistas argentinos Alfredo Garay y Jorge Moscato, quienes muestran, para admiración de sus contrapartes locales, experiencias previas en proyectos similares como Puerto Madero en Buenos Aires.

El proyecto resultó en extremo complejo: la situación de propiedad del suelo, la cuestión de los derechos adquiridos por los habitantes, el financiamiento de las ideas, la situación ferroviaria, los rígidos marcos administrativos chilenos, y otros aspectos técnicos como la calidad del suelo y las defensas necesarias, hicieron de este proyecto algo emblemático en la gestión de proyectos de ciudad. Algunos arquitectos locales no lo podían creer, sabido por todos es que el urbanismo es la gran tarea pendiente en Chile.

De todos los desafíos que el proyecto abordó, sin duda el tema social era el mas espinoso. La decisión política, tomada por el ex presidente Eduardo Frei y sus asesores, de radicar en el mismo lugar y en nuevas viviendas a las 3.000 familias era algo inédito en el tratamiento en este tipo de situación, por cuanto la posibilidad de erradicar era sin duda mas fácil, pero irremediablemente afectaría usos y costumbres de una población ligada por generaciones a su hábitat. La solución provino de la negociación y probablemente de un grado de participación ciudadana mayor a lo acostumbrado. Esta actitud sin duda es parte fundamental de la viabilidad del proyecto, una situación contraria podría haber generado una efervescencia social complicada y tal vez el pase del proyecto a una nueva etapa de espera.



Ribera Norte: "Una imagen de futuro" infografía del arquitecto penquista Francisco Schiappacasse.




El Plan Seccional y las piezas urbanas.

Pero, ¿que es Ribera Norte? Tal como yo lo entiendo es un esfuerzo extraordinario, su objetivo principal es intentar articular el corazón comercial, cultural y de servicios de la ciudad de Concepción con el rio Bío Bío, e implica además mejorar la situación de borde a través de un continuum de espacios públicos para uso y goce del penquista. Comprende además un compromiso por mejorar la calidad de vida del habitante del borde del río, otorgándole una mejor vivienda, espacio público y equipamientos.

El proyecto se articula con una idea antigua: la conexión de un eje peatonal que se inicia en la plaza Perú, una pequeña plazoleta que enfrenta a la Universidad de Concepción, continúa hacia la plaza de los Tribunales para continuar por calle Barros Arana, atravesar el futuro barrio cívico (que concentrará los edificios públicos de la capital regional) y remata finalmente en un parque costanero.

El proyecto se ha desarrollado hasta ahora con bastantes problemas en la gestión. Los rígidos marcos jurídicos, legales y administrativos que caracterizan la administración pública en Chile no han permitido contar con la flexibilidad necesaria para dar un mayor empuje al proyecto. Es probable también que conspire en su contra la falta de experiencia de algunos encargados técnicos, pero sin perjuicio de esto, el proyecto marcha.

Los primeros resultados del diseño urbano de las etapas licitadas y terminadas, y las realizaciones viales que se encuentran en pleno funcionamiento, dejan algunas preocupaciones que permiten pensar que hay factores que no se ajustaron a los objetivos primarios. Hoy no se ven tan claras algunas apuestas de conexión y dialogo entre el río y la ciudad a pesar del enorme esfuerzo que ello ha implicado.

Tal vez lo más complicado sea entender el resultado de la cuestión vial. La vía costanera, razón impulsora y probablemente principio del proyecto, presenta características de vía expresa, es decir que constituye una axialidad de tal importancia que separa toda conexión peatonal entre el borde de río y el resto de la pieza urbana. El diseño del Parque Urbano Ribera Norte (la llamada pieza E, el cherry de la torta de tantos problemas, gestión, movimientos y recursos), presenta características de diseño de concepción antigua, una serie de senditas, juegos de niños, pequeñas porciones de áreas verdes, todo en un collage apretujado en una pequeña franja de tierra que no tiene relación con el discurso detrás del proyecto.

El proyecto Ribera Norte: encuentro del Parque Central con el Parque Costanero y el Teatro Pencopolitano.

En el parque urbano, el futuro Teatro Pencopolitano (otra iniciativa de los penquistas, una imponente obra de arquitectura de unos 18 mil m2 de superficie), aparece "puesto" sobre el parque. No se aprecia una integración, un dialogo con este. Más bien corta la linealidad del parque, pareciera que las concepciones del parque y del teatro no se concertaron.

¿Que faltó en la pieza E? Puede ser presuntuoso y probablemente temerario decirlo, pero al parecer no hay una adecuada conceptualización del espacio público: faltan espacios flexibles de mayor magnitud, capaces de acoger actividades urbanas en contacto con el río; falta perspectiva, mejor manejo de la escala urbana, un mejor dialogo con la ciudad, zurcir el Parque Costanero con el resto del área y así mejorar su relación con la ciudad. La vialidad de diseño de la Avenida Costanera irremediablemente corta y deja una resultante atiborrada de cosas. Tal vez falta una mayor imaginería en la concepción de la magnitud urbana.

Parte de la "pieza E": el parque con las esculturas, el día de la inauguración

Hay que decirlo claramente, el proyecto de Ribera Norte no sólo es la pieza E. La idea en general es loable, los esfuerzos por conseguirla también lo son, hay una evidente voluntad política que muestra cierta madurez en estos temas, y que permite mirar con cierta confianza el futuro del urbanismo en Chile.

Finalmente es de esperar que el proceso de consolidar Ribera Norte para el año 2010, como parte de los proyectos emblemáticos en las festividades del Bicentenario en Chile, (fecha no menos importante, por cuanto algunos esperan que para entonces alcancemos el desarrollo y nos escapemos de América Latina, no sé hacia adonde...), siga su marcha. El país necesita transformaciones urbanas profundas, por cuanto han pasado muchos años en la vieja práctica de hacer más de lo mismo.

JRA

El autor es Arquitecto-Master y profesor universitario.

Sobre las ciudades chilenas, ver en café de las ciudades, por ejemplo, las notas Portal Bicentenario: Santiago y la Reforma Urbana, en el número 3, Sexo y Muerte en Santiago, en el número 4-5, y Lo propio, lo austero, lo contemporáneo, en el número 6.


 

Sumario

Página Principal

Política de las ciudades (I)

"Tendencia no es destino"
Ciudadanía global e innovación en La Ciudad Conquistada, de Jordi Borja.


Borja identifica tres ciudades que co-existen en nuestros territorios contemporáneos. Por un lado, tres ciudades en el imaginario colectivo: la oficial de las jurisdicciones administrativas y las cartografías políticas, la real de la experiencia metropolitana de las transferencias y la flexibilidad productiva, la ideal (en el sentido de virtual o construcción mental) que todos construimos con nuestro deseo y percepción, la ciudad de los mapas mentales. Y entrando de lleno en su interpretación, sobre todo hay tres ciudades que coexisten físicamente.

Tendencias

Ciudades: lugar social o financiero.
Los desafíos para nuestro futuro. Por Zaida Muxí


Las ciudades en el mundo global son el espacio de la sobrecentralidad. Esta caracterización las señala como el espacio de las decisiones productivas, económicas y sociales. Sin embargo, estas ciudades no son un espacio acotado según límites administrativos. Cuando hablamos de ciudad nos referimos, generalmente, a un continuo urbano que engloba diferentes términos municipales. Estas llamadas áreas metropolitanas son espacios de límites confusos, donde faltan los acuerdos, gobiernos y medios legales adecuados a esa escala.

Política de las ciudades (II)

Las 10 boludeces más repetidas sobre los piqueteros y otros personajes, situaciones y escenarios de la crisis argentina.
Con un prólogo sobre la derecha, otro sobre Jauretche, y un epílogo sobre la consigna más idiota de la historia.
Por Carmelo Ricot



Veremos más adelante que sí, que los piqueteros deberían buscar otras formas de protestar, pero entendámonos: una protesta social sin visibilidad y sin consecuencias, que no le moleste a nadie, lamentablemente no es efectiva. ¿Alguien cree que los colonos norteamericanos que arrojaron té a la bahía de Boston, por ejemplo, no querían molestar a nadie? Los desocupados, justamente por no tener trabajo, no tienen nadie a quien hacerle huelga, por eso deben buscar otras formas de expresión que los hagan visibles al resto de la sociedad.

Cultura de las ciudades
Nuestros antepasados (I)

Uno contra todos
El Manantial, un melodrama de la Arquitectura.

Howard Roark (Gary Cooper) es rechazado por todas las instituciones: la academia, la corporación profesional, los estudios, las empresas. Talentoso arquitecto, quizás el mejor de su generación, vive en la miseria por su negativa a contaminar con ordenes clásicos sus proyectos de estricta modernidad. Gail Wynand (Raymod Massey) es el inescrupuloso dueño del Banner, un periódico sensacionalista de New York, y también de un banco que invita Roark a proyectar su rascacielos corporativo.

Mensajes al Café

Las más bonitas postales digitales para el 2004, comentarios sobre Muros de la Vergüenza y los situacionistas, y una generalizada indignación con Juan Carlos De Pablo.

Café Corto

Dos torres
La Torre de la Libertad en New York (Libeskind y Childs, o Childs y Libeskind) y un edificio emblemático para los U2 en los muelles de Dublín.

UN Studio y cómo vivir en los próximos 5 años, al menos en Amsterdam
Una exhibición de técnicas innovativas e investigaciones para las casas y los lugares de trabajo donde habitaremos en el futuro inmediato.

En México DF, autopistas de dos pisos; en Buenos Aires, paradas de omnibus de doble altura...
A mediados de 2005 la ciudad de México tendrá 25 kilómetros de vialidades en segundos pisos.
Mientras tanto, en la autopista Panamericana de Buenos Aires se realiza una curiosa renovación.

Wal-Mart y una oferta mortal
Primera en la fila ante las puertas del Wal-Mart de Orange City, Florida, fue empujada, tirada al suelo y pisoteada por la horda de compradores en busca de la oferta increíble.

"Metafísica del ferrocarril"
En Página 12 del sábado 20 de diciembre, una magnífica nota de Leonardo Moledo.

Cien años de Miami
La intención de las autoridades y los desarrolladores inmobiliarios es convertir a Miami en la capital del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), una vez que esta asociación estratégica quede conformada.

 

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