Bahia Blanca es una ciudad intermedia en el sur de la Provincia de Buenos Aires,
sobre el corredor bioceánico
que une Talcahuano con el Atlántico. Es el único puerto
argentino que permite un calado de 40 pies y junto a
los de Rosario y Quequén conecta
la Pampa
húmeda al mercado mundial. Es cabecera del norte patagónico
y su microregión reúne un
soporte geográfico diversificado que vincula la Ría en el Atlántico con
el sistema orográfico de Ventania.

1- El destino de Bahía Blanca, su “deber ser como ciudad”,
es optimizar
su oferta de servicios educativos, culturales
y recreativos. Para toda su periferia, microregión y región.
2- Estos “servicios educativos, culturales y recreativos”
deben plantearse
articulándolos e incluyéndolos en el concepto más abarcante
de Espacio Publico, esto es, el territorio históricamente
construido y compartido por una comunidad.
Si
contraponemos al concepto de “Espacio Público”
el de “Espacio Privado” encontramos que el primero,
a diferencia del segundo, es doblemente continuo, ya
que lo es en lo espacial (por ser una red) y en lo temporal
(por tender a la permanencia, en el sentido rossiano).
Estas
características fundamentan su rol, nunca neutro, de soporte del desarrollo y evolución del territorio.
Precisamente
la recuperación histórica y social de esta ultima esquiva
cualidad es la obligación
primaria de una construcción colectiva de sentido,
que no puede ser reducida a operaciones de decoración
de exteriores o a la fragmentación a la que la somete su manejo
administrativo.

3- El espacio publico es el contenedor de todas las
modalidades de movilidad que cubren el territorio, movilidades
que al interconectar
para la totalidad de los ciudadanos la diversidad de
equipamientos y edificios públicos, facilitan una
percepción integrada del ser ciudad.
La
matriz genética de la Provincia y Bahía Blanca
articuló fuertemente Arquitectura y Ciudad, Espacio
y Edificio Público, funcional y simbólicamente. Esa
integración se extendía a su vez a sus espacios internos
y a los Halles Públicos de Municipalidades, Tribunales,
Teatros, Bancos, que eran tratados en total continuidad
con sus fachadas externas.
Ejemplarmente,
la Avenida Alem
y el tratamiento externo del Teatro Municipal y el Portal
del Parque de Mayo conforman una unidad perceptiva.
Esta concepción integrada de lo público se ha perdido
y ahora los edificios
públicos suelen mimetizarse en el genérico de la manzana,
siendo indiscernibles de los usos privados.
A
la vez, sus actuales interiores se desconectan de su
imagen pública y generalmente son laberintos, resultado
de la lenta sumatoria de gestiones autistas. Esta privatización
omnipresente e inadvertida del patrimonio común es una
situación cultural que no puede reequilibrarse desde
posturas meramente esteticistas.
La
ruptura conceptual entre las instalaciones públicas
decimonónicas y las actuales instala la urgente necesidad
de desarrollar nuevas
estrategias para religar el espacio y los equipamientos
públicos frente a las demandas de este principio de
siglo.
4-
Esta recuperación
funcional y simbólica de los equipamientos y espacios colectivos (y esta definición cubre la amplísima
gama de edificios e infraestructuras municipales, provinciales
y nacionales) pasa por superar la visión disociada del
espacio y el equipamiento publico, condición necesaria
para la revitalización y regeneración de sus entornos
inmediatos.
El
actual proceso en curso de recuperación y apropiación
publica de áreas deprimidas y/ degradadas, como los
espacios conexos al sistema Ferroviario e hídrico, es
una oportunidad única de coordinar la reformulación
del sistema circulatorio vehicular privado y publico
y peatonal con la reubicación de los equipamientos educacionales
culturales y recreativos que la ciudad y la región
demandan.

Espacio
ferroviario y nuevos frentes urbanos, propuesta del
autor
5-
El eventual atraso de nuestras infraestructuras educacionales
(y en general de nuestro sistema público) conforma paradójicamente
una ventana de oportunidad y una ventaja.
Está
abierta la posibilidad para reformularlas en una doble
dimensión: en primer lugar desde el punto de vista de
la necesaria actualización de Programas para
cada Institución. Y en segundo lugar, la posibilidad
de reproponer los emplazamientos de las diversas instituciones,
los que al funcionar en red podrán conformar atractivos circuitos y recorridos urbanos para
la ciudad y la región.
6- Es el valor
relacional entre los distintos usos públicos configurando recorridos el que hay que enfocar, ya que cada nodo o
hito institucional, al proponer interrelaciones
entre ellos, propician
la generación de nuevas actividades y
demandas que
contribuirán a la esperada consolidación y calificación
de sus entornos inmediatos.

Soportes
para acciones culturales en Parque de Mayo, propuesta
del autor
7- La posibilidad de resolver a futuro los equipamientos
de educación artística de la ciudad ofrece la disyuntiva
de centralizar o descentralizar los mismos.
A la imagen de “ciudad de las artes” como un gran edificio
concentrador de actividades con una puerta única, podemos
oponer el concepto “Bahía Blanca: la ciudad de las artes”
como una ciudad cabecera cultural de la región.
Entendemos
que la concentración puntual del potencial atractor
de los usos públicos no es la mejor estrategia, dados
los consensuados diagnósticos sobre el
alto grado de fragmentación física, social y de sentido
que padece el espacio urbano bahiense,
aún en situaciones de centralidad geográfica.
Inversamente,
la consideración de los distintos equipamientos, el
espacio público y la movilidad en forma integrada permitirán
(al descentralizarse racionalmente) la recuperación plena del potencial de cohesión física y social que tienen
los vacíos conexos a los espacios ferroviarios e hídricos
que encierran el Área Central.
8-
La problemática que plantea la enseñanza artística en
estos comienzos de siglo es estimulante por su complejidad.
Es un conjunto de prácticas en continua experimentación
y cambio, en donde una amplia diversidad de procesos colectivos
requiere de espacios aptos para su libre desarrollo.
En
palabras de Andrés Duprat,
“quizás la condición
mas notoria que constatamos en el actual devenir
del mundo de las artes sea su vertiginosa capacidad de cambio, potenciado por la aparición de nuevos
formatos y medios de multiplicación, difusión y expresión”.
Este
campo en continua variación está marcado, sin embargo,
por una fuerte especificidad en los requerimientos técnicos
necesarios para su mejor desarrollo. Los requerimientos
acústicos de un auditorio no son los del teatro de prosa.
Un espacio teatral apto para desarrollos contemporáneos
requiere a su vez de soportes tecnológicamente flexibles
y diferenciados. Desde este punto de vista,
el tratamiento particularizado de las prácticas permitiría
optimizar la calidad de sus equipamientos, enriqueciendo
de esta manera las practicas de conjunto.
Finalmente,
hay que señalar las nuevas escalas de integración que
proponen las actuales prácticas artísticas visuales
musicales o teatrales, al vincular sociedad y espacio
urbano.
Este
fenómeno creciente no puede ser reducido a consideraciones
parciales, sean estas tecnológicas, sociológicas o disciplinares.
El simple hecho de religar arte, ciudad y sociedad (como
ocurrió, por ejemplo, en el Paseo de las Esculturas)
origina siempre sensibles y positivas consecuencias
emergentes.

Equipamientos
públicos en espacios ferroviarios, propuesta
del autor
9-
Fatalmente, a Bahía Blanca las ideas urbanas arriban con atraso: basta pensar que paradigmas
locales de los ochenta y noventa estaban en lo global
ampliamente superadas por visiones más integradas y
complejas de la realidad urbana. Actualmente,
la idea de un único Centro Cultural, un Pompidou
bahiense, está también asimismo
atrasada, no correspondiéndose al actual estado
de situación.
Aún
considerando solamente el problema de la gestión
es preferible la articulación de diversidad de emprendimientos
flexibles con gran porosidad e interacción local que
la riesgosa concentración puntual en un solo macro organismo.
10-
La idea de la recuperación de los vacíos ferroviarios que encierran el área central
como eje estructurador de
los equipamientos públicos cubre diversas
escalas:
A)
Una escala regional.
Esta escala fue la original: tiene relación con la ubicación de las terminales ferroviarias y
de ómnibus. Con la posibilidad de reformular los
servicios de trenes para servir a la microregión
y la periferia.
B)
Una escala urbana
de circulación publica. Esta escala esta relacionada
a la reformulación de las movilidades motorizadas, tanto
públicas como privadas. La regeneración de dos nuevos
frentes urbanos para la ciudad (continuos desde el Parque
de Mayo hasta el Puerto) y la superación del síndrome
del laberinto entre Villa Mitre, La Falda, Bella Vista
y el Centro.
C)
Una escala urbana y sectorial de itinerarios no motorizados,
tanto longitudinalmente entre Carrindanga y Vialidad
Nacional como transversalmente entre el área central
y el sector Norte.Esta escala es la más necesaria a recrear y debe basarse en la posibilidad
de creación de recorridos
y circuitos atractivos, seguros y continuos, encadenando
secuencialmente los distintos
equipamientos culturales y recreativos.
LEC
El
autor es Arquitecto (UNLP) y docente. Ha obtenido numerosos
premios en concursos nacionales. Es Director del Grupo
Estudios Planeamiento Urbano (UTN).
Sobre
el espacio público en la ciudad, ver también entre otras
notas en café
de las ciudades:
Número
42 | Política de las ciudades (I)
Espacio
público, condición de la ciudad democrática | La
creación de un lugar de intercambio. | Jordi
Borja
Número
42 | Arquitectura de las ciudades
Del
espacio público a lo público en la ciudad escindida | Desplazamientos epistemológicos y conflictos
arquitectónicos. | Julio Arroyo|
Número
50 | Tendencias
Espacio
Público: necesario, pero no suficiente
| La fricción de la ciudad. | Marcelo Corti |
Número
69 | Urbanidad contemporánea
La
mitad de lo urbano | Algunas
proposiciones sobre el espacio público | Marcelo Corti