La
burbuja y el kitsch
La urbanización
hipercapitalista.
Dos notas periodísticas
y un texto crítico recientes aportan, al mirarlos en conjunto,
algunas pautas para la comprensión de ciertos procesos territoriales
en curso. Especialmente, aquellos que se producen en las regiones
más ricas o en los enclaves de riqueza dentro del subdesarrollo.
En el Wall
Street Journal,
Steve LeVine y Christine Haughney cuentan la manera en que "la
fiebre inmobiliaria llega a los mercados emergentes". El
truco es que, según la nota, a medida que las naciones estabilizan
y modernizan sus economías, se convierten en lugares más
seguros para invertir y con precios inmobiliarios que continuarán
al alza. Esto implica, obviamente, que los precios de los alquileres
aumentarán, lo cual es muy bueno para los brokers inmobiliarios,
aunque no parezca serlo para los inquilinos.
La
Nación
del 27 de febrero reproduce en castellano la nota anterior y, en
otra sección, informa sobre Ave
María,
la ciudad católica que Tom Monaghan, el fundador de
Domino´s Pizza, está construyendo en Florida.
Y en Arch´it,
Marco Vanucci (arquitecto del estudio de Zaha Hadid) publica el
13 de febrero su nota Dreaming
Dubai,
donde presenta a la ciudad del emirato como la ruptura del último
tabú, "el muestrario residual de todo aquello que
hubiera ya podido ser pero que la técnica todavía
no estaba en condiciones de realizar".
Un fenómeno
económico-financiero, como la burbuja inmobiliaria; una típica
urbanización privada norteamericana con la particularidad
de su componente religioso; un paraíso turístico
escenográfico y temático. Contexto y productos,
respectivamente, de una forma de desarrollo territorial que tiene
muy poca relación con la idea humanista de una ciudad compleja,
heterogénea y mixturada; con la idea, en fin, de una ciudad
democrática.

Los procesos
descriptos en la nota del Wall Street Journal tienen un patrón
común, en todos los casos. La historia del empresario David
Mitzner, emigrado polaco que llegó a Texas tras la Segunda
Guerra Mundial, lo explica muy bien. Mitzner volvió a Polonia
a fines de los años ´80 y "se encontró con
el sueño de todo empresario de bienes raíces: un tablero
de ajedrez compuesto por terrenos vacíos y oficinas poco
usadas, bodegas y fábricas, y escasa competencia por
parte de otros inversionistas. Pero al buscar financiamiento en
Estados Unidos, se sintió como si estuviera promocionando
inmuebles ´en la luna´, relata.
Hoy, el
mercado polaco de bienes raíces tiene tanto capital extranjero
que a Mitzner le cuesta obtener retornos altos. Según Cushman
& Wakefield Inc., una firma de propiedades de Nueva York, el
año pasado la inversión extranjera en el mercado inmobiliario
polaco llegó a los US$ 3500 millones, el doble que en 2004.
Los nuevos inversionistas se tienen que conformar con retornos anuales
por debajo de 7%, no mucho mejor que la rentabilidad en los mercados
occidentales, y muy inferiores a los retornos de dos dígitos
que Mitzner cosechaba al principio. ´Ya no hay nada que comprar
en Polonia a precios razonables, se lamenta Mitzner´de modo que
ahora ha empezado a examinar los mercados de Rusia, Rumania y Ucrania
en busca de negocios más lucrativos".
La nota explica
este proceso con datos bien conocidos: en los ´90, los inversionistas
globales a la caza de altos retornos se dedicaron a los mercados
bursátiles; "cuando estos mercados se hundieron,
el capital se volcó hacia los inmuebles comerciales, elevando
los precios y reduciendo los retornos en los principales mercados
de Estados Unidos y Europa Occidental". Así que
una vez saturados los mercados más seguros, una nueva ola
de capitales, provistos por fondos privados y de pensiones, fluye
hacia mercados hasta hace poco marginales: Polonia, la República
Checa, México, China. "Y a medida que los precios
en estos mercados suben, los inversionistas, hambrientos por mayores
tasas de retorno, han comenzado a moverse a mercados aún
menos previsibles", como Rusia, Bosnia e incluso América
Latina.
Según
la nota, el fondo de pensión de los empleados públicos
de California ha realizado inversiones en Brasil y México,
a través de operadores locales. Se espera que estos emprendimientos
produzcan retornos por encima del 15% anual. Sin embargo, sostienen
LeVine y Haughney, "la historia del mercado inmobiliario
está plagada de ciclos altos y bajos, y muchos inversionistas
y analistas del sector creen que el ritmo actual de aumento de precios
no puede sostenerse por mucho tiempo. ´Todos sabemos que habrá
una corrección a la baja en los próximos cinco años,
pero no podemos saber cuándo´, dice Richard Barkham, director
de estudios de Grosvenor Group, una administradora de propiedades
con sede en Londres". A manera de ejemplo, Quinlan Private,
un fondo de inversión irlandés, sólo compitió
contra un par de firmas cuando adquirió dos edificios de
oficinas en Varsovia en 2001, pero recientemente tuvo que competir
con más de una docena de inversionistas para comprar el 50%
de un centro comercial en Cracovia por US$ 83 millones. "La
primera operación dio un retorno de 9%; la segunda, de 7%".
Los autores
no mencionan en ningún momento la expresión "burbuja
inmobiliaria", aunque la ominosa sensación de su existencia
recorre la totalidad de la nota. Si la burbuja estalla, habrá
mucha gente que pasará su vejez con más privaciones
de las que pensaron al invertir en fondos de pensión... En
cambio, mientras el mercado se mantenga en expansión, vivir
o continuar viviendo en el centro de las ciudades será imposible
para la mayoría de sus ciudadanos, aun para sectores que
históricamente habitaron en ellos. Esto hará muy fuerte
la presión para expandir la ciudad hacia la periferia, potenciando
otra forma de renta urbana (la transformación del suelo no
urbano en urbano) que la nota tampoco menciona. Y continuará
la paradoja de que excelentes indicadores económicos coexistan
con la cada vez mayor dificultad para el acceso a la vivienda
(y ni que hablar del derecho a la ciudad...).

El sitio oficial
de Ave
María
en la Web no se diferencia demasiado de la presentación de
otras urbanizaciones privadas. Imágenes de la "ciudad"
proyectada, con profusión de estéticas kitsch
(historicistas en general, aunque también hay ciertos guiños
a la arquitectura de Frank Lloyd Wright, a la difusión de
cuya obra Monaghan dedicó buena parte de las operaciones
de la Fundación Domino´s), datos de interés para inversores
en lotes residenciales y comerciales, cronogramas de construcción
y habilitación y hasta un link a la constructora Pulte Homes.
La localización del emprendimiento, ocupando 20 km2 de áreas
naturales, en las inmediaciones de un humedal, coincide con el patrón
territorial típico de estos desarrollos. Pero Ave María
no es una urbanización privada más: es el sueño
de un empresario católico que desconfía de los valores
espirituales que transmite la enseñanza en Estados Unidos
y quiere contestar a la amenaza del fundamentalismo religioso musulmán
con un bastión de la fe cristiana, una "comunidad
visionaria", al decir de su creador.
Ave María
incluirá como componente esencial una universidad católica,
la primera que se funda en Estados Unidos en 40 años, y el
diseño de su centro principal tendrá como foco una
iglesia donde se celebrará una misa por hora todos los días
de la semana. Los estudiantes de la nueva universidad "serán
instados a convertirse en curas o monjas; un cuarto de las clases
serán dictadas por sacerdotes completamente ortodoxos".
En la urbanización no se venderán anticonceptivos
ni se practicarán abortos; la televisión no incluirá
programación considerada pornográfica. Entre las protestas
y reclamos que ha provocado Ave María figuran los de los
ambientalistas que cuestionan la localización del emprendimiento,
pero especialmente las de activistas de los derechos civiles que
no acuerdan con el derecho de Monaghan a establecer sus propias
leyes en un sector diferenciado del territorio estadounidense.
De todos modos,
las discusiones acerca del modo de vida en estas urbanizaciones
no son nuevas. Jeremy
Rifkin
refiere en La era del acceso la historia de algunas comunidades
donde se prohíbe tener perros de más de 15 kilos de
peso o, aun más curioso, cónyuges menores de 45 años...
La pregunta es, en todo caso, si la segregación es una
muestra de poder de quienes deciden segregarse, o si en cambio
solo expresa debilidad y resignación ¿Un nuevo Arca
de Noé para salvar las buenas almas, o el bastión
desde el que saldrá el embate final contra Sodoma y Gomorra?

Un merito de
Syriana, película reciente donde actúan entre
otros George Clooney y Matt Damon, es presentar una visión
distinta de Dubai, desde el desierto, con los rascacielos a modo
de espejismos tras la arena y los pozos petroleros. Es la
visión de los trabajadores que habitan los trailers de los
campos petroleros, bien distinta a la de los hoteles 5 estrellas,
las marinas y los centros de convenciones sobre el frente costero.
En su nota de Arch´it, Vanucci relaciona ambos frentes territoriales
con su correlato económico: previendo el agotamiento de las
reservas petroleras, el emirato transforma por completo su economía
hacia el sector terciario basado en los servicios. Estos incluyen
las finanzas y la investigación científica, pero especialmente
el turismo de lujo; sagazmente, Vanucci incluye en el campo
de los servicios terciarios a los proyectos arquitectónicos
de vanguardia.
Claro que esta
vanguardia es más bien una vanguardia kitsch, a juzgar por
los proyectos en curso, que incluyen una
marina en forma de mapamundi,
rascacielos enclavados en el mar y la reproducción de grandes
maravillas del mundo antiguas y modernas: la Pirámide de
Keops, los jardines colgantes de Babilonia, el Faro de Alejandría,
la Torre de Pisa, la Torre Eiffel y la Gran Muralla China. Para
Vanucci, con estas "colosales operaciones de cut and
paste urbanístico", Dubai representa "el
último estadio evolutivo de la experiencia urbana, a cuyo
interior el deseo, que es el motor de la organización urbana
en otros contextos, deviene el único criterio organizativo
a través del cual ejercitar el derecho a la planificación
de escenarios urbanos de ensueño que se sobreponen totalmente
a la ciudad real". Collage acrítico, ready
made urbano, ciudad que deviene el simulacro de si misma,
en Dubai "una masiva inyección de capitales, unida
al empleo de los más extraordinarios recursos tecnológicos
e infraestructurales, hacen posible la concreción de una
condición urbana utopista y al mismo tiempo hiperreal; se
instaura, de hecho, una suspensión temporal en la cual el
pasado es actualizado al interior de un eterno presente".
En esta "dictadura
del deseo", el kitsch se toca con la burbuja: volviendo
a la nota del Wall Street Journal, leemos que la familia real de
Dubai pagó el año pasado 705 millones de dólares
por un edificio en Manhattan y otros 250 millones por uno en Londres.
"Pero su retorno anual será de apenas 4% a 6%, sólo
levemente superior al rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense",
se compadecen LeVine y Haughney. En Syriana, los príncipes
de un emirato innombrado podían destruir una lujosa residencia
en Marbella y transformarla en parque como muestra de congoja por
un accidente ocurrido en la piscina. Se non é vero, e
ben trovato...

Refinamiento
y ubicuidad de las operaciones financieras, hegemonía del
terciario, tecnología omnipotente, brechas económicas,
segregación y homogeneidad, kitsch estilístico y volatilidad
de los capitales, seducción y pesadilla. ¿Será
acaso que los sueños de la razón globalizadora engendran
monstruos urbanos?
MC
Ver
la nota La
fiebre inmobiliaria llega a los mercados emergentes,
de Steve LeVine y Christine Haughney, en la versión en castellano
publicada en La Nación.
Sobre
las burbujas inmobiliarias, ver las notas ¿Hay
una burbuja inmobiliaria en España? y Plusvalías
y burbuja inmobiliaria española, nuevamente, en los café
cortos de los números 1 y 16, respectivamente, de café
de las ciudades.
Ver
el sitio Web de
Ave María.
Sobre
las urbanizaciones privadas estadounidenses, ver la nota Ven
a mi casa suburbana, comentario de la película Stepford
Wives, en el número 23 de café de las ciudades.
Ver
la nota Dreaming
Dubai en Arch´it.
Sobre
Dubai, ver la nota El
Mundo, un paraíso chabacano, en el número 35 de
café de las ciudades.
Sobre
las tendencias de la urbanización contemporánea, ver
entre otras las notas Una
visita guiada a la Ciudad Global, entrevista digital a Saskia
Sassen; Buenos Aires
en los `90 y otras consecuencias de la ciudad global - "Macdonaldización
y disneylandificación", entrevista a Zaida Muxí;
La Revolución Urbana I y II,
de Jordi Borja, en los números 10, 24, 31 y 32, respectivamente,
de café de las ciudades.
De
Jeremy Rifkin, ver la nota Limpio
y democrático, comentario a su libro La era del Hidrógeno,
en el número 1 de café de las ciudades.
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