"...Terquedades
será una tribuna de doctrina" (C. Ricot)
Hemos
recibido el reciente informe El
IVC frente a las villas de la Ciudad: poco derecho y mucha
discrecionalidad,
de COHRE
y
la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia
-ACIJ-,
sobre el Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires.
Es una buena ocasión para reflexionar sobre este controvertido
organismo del gobierno local. En el año 2003, la
Ley 1251 transformó la antigua Comisión Municipal
de la Vivienda en el actual Instituto, actualizando su denominación
y adecuándolo al de la mayoría de los organismos
provinciales construidos sobre la base de los Institutos Provinciales
de Vivienda.

Lamentablemente,
el cambio de nombre no se acompañó de otras
decisiones respecto al funcionamiento interno del Instituto
y a su ubicación en la estructura de gobierno. El Instituto
continúa siendo un organismo separado de los procesos
de planeamiento de la ciudad (según su presentación
en la Web de la Ciudad,
un
"ente autárquico"); esto refuerza la idea
de un organismo productor cuantitativo de viviendas sin
idea de ciudad. También, la tradición "parcelaria"
de los organismos de planeamiento urbano, siempre proclives
a su desagregación feudal y a la defensa corporativa
de competencias parciales que, si no sirven para transformar
la Ciudad, sí que son eficientes a la hora de generar
"kioscos" de funcionarios y nichos de subsistencia…
La citada
autarquía es una exigencia de las leyes nacionales
relativas a la producción de vivienda social, originada
en la concepción de los Institutos de Vivienda como
reparticiones de ejecución presupuestaria más
que como organismos de construcción de la ciudad. Sea
cual sea el motivo de dicha exigencia, contribuye más
a sostener esa matriz focalizada de las políticas de
vivienda (tan afín a los mandatos neoliberales) que
a la producción de unas prácticas y unos instrumentos
de gestión que aborden desde una óptica global
la realización del derecho a la ciudad y la intervención
sobre el mercado inmobiliario. En realidad, el Instituto
debiera ser más bien parte integrante de las oficinas
de planeamiento, o abarcarlos convirtiéndose en un
organismo de producción general de ciudad. La inoperancia
de la normativa U31 (distrito de urbanización especial
del Código de Planeamiento Urbano dedicado a las áreas
ocupadas por villa de emergencia) en la gestión de
los planes de vivienda social es una de las tantas muestras
de los inconvenientes que origina esta peculiar "autarquía".
Además
de su aislamiento institucional (o quizás, potenciado
por esa misma insularidad) el IVC falla en la instrumentación
de políticas concretas de vivienda y en especial en
la inserción urbana de éstas. Recientemente
el IVC propuso tres grandes operatorias de vivienda en la
zona Sur (Casa Amarilla, Parque de las Victorias y distrito
U7, en Villa Lugano) caracterizadas por su común
indiferencia a las potencialidades urbanas de los grandes
terrenos en que se implantan, y objeto de movilizaciones
vecinales que en dos de los casos determinaron el fracaso
de la operación. En el caso de Casa Amarilla, los vecinos
plantearon una no desacertada alternativa de distribuir
las soluciones de vivienda en parcelas a rehabilitar dentro
del tejido del barrio de La Boca, que dio origen a la
Ley de Emergencia Urbanística de La Boca.
El IVC
no se ha planteado operaciones y programas para la clase media
en escala adecuada, ni mucho menos intervenciones para la
regulación del precio del suelo por intervención
sobre la oferta: ¿qué pasaría, por ejemplo,
con los hoy inmanejables aumentos del precio de los alquileres
si el IVC lanzara al mercado un stock de viviendas de alquiler
con precios protegidos?

Entre
los puntos señalados por el Informe del COHRE, pueden
señalarse estos fragmentos:
- La
problemática habitacional es uno de los grandes temas
pendientes en la Ciudad de Buenos Aires. Pese a ser una de
las jurisdicciones más ricas de Latinoamérica
padece graves problemas relacionados con el acceso a la vivienda
y condiciones de habitabilidad en general. Para comprender
la dimensión del problema habitacional de la ciudad,
debe tenerse en cuenta que en ella viven unas 350 mil personas,
12% del total de los habitantes, en situación de emergencia
habitacional. Las cifras impactan por su crudeza: según
la información proporcionada por el propio Instituto
de la Vivienda de la Ciudad (IVC) 129.929 personas viven en
villas, barrios o núcleos habitacionales transitorios.
Otras fuentes indican que son alrededor de 182.000 las personas
que habitan las villas de la capital y que a la actualidad
existen más de 20 villas de emergencia y 24 asentamientos
informales. En los últimos cuatro años, la población
en villas aumentó un 30%. A ello se debe sumar las
13.000 personas que viven en los calificados asentamientos
precarios y las 200.000 personas que habitan en casas tomadas.
En total más de 85.000 familias en la Ciudad padecen
problemas de vivienda estructurales.
- El
Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) es el organismo
encargado de planificar y ejecutar las políticas habitacionales
definidas por el gobierno porteño para dar respuesta
definitiva a los problemas de vivienda de los sectores de
menores recursos de la ciudad. Sin embargo, diversas irregularidades
en su estructura interna, en el manejo de los fondos asignados
y en la implementación de los programas bajo su
órbita impiden brindar una solución definitiva,
integrada, y planificada a quienes padecen las condiciones
de falta de habitabilidad a diario.
- El
IVC regula todo el circuito de entrada y salida de recursos
económicos y materiales necesarios para la realización
de obras de infraestructura en las villas, manejando discrecionalmente
el presupuesto asignado.
Una
de las notas más alarmantes es que este Instituto
regula los derechos políticos de los habitantes de
las villas locales. Este organismo, originalmente encargado
de resolver la problemática habitacional es quien realiza
las elecciones de las autoridades vecinales, designa autoridades
de mesa, confecciona padrones y financia campañas políticas.
- Desde
su creación a la actualidad, este Instituto ha sufrido
graves problemas que afectan a su organización interna:
gerencias que se renuevan rápidamente, con funciones
poco claras y cambiantes y una escasa capacidad de respuesta
para problemas que necesitan una solución urgente como
son los relacionados a la problemática habitacional.
- En
julio de 2006 ocurrió un hecho que deja totalmente
al descubierto el deficiente desempeño del IVC. En
la madrugada del día cuatro, se produjo el saqueo y
la ocupación de 160 viviendas correspondientes a siete
de las veinticuatro torres del Barrio Villa 1-11 y 14 del
Barrio de Flores. Inmediatamente después, el Ejecutivo
porteño decretó la intervención del Instituto
de la Vivienda de la Ciudad a los fines de adoptar los cambios
organizativos y estructurales necesarios que permitiesen dar
cumplimiento a los objetivos del organismo.
- Uno
de los graves problemas que profundiza aún más
la crisis de la política habitacional de la Ciudad,
es la falta de transparencia en el sistema de licitación
y adjudicación de obras públicas. Resultan
llamativos los comentarios coincidentes de empresarios, funcionarios
y ex funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires,
recogidos en un informe reciente, que manifiestan haber tenido
conocimiento de adjudicaciones preacordadas, de la existencia
de un determinado grupo de empresas cartelizadas, de pagos
irregulares, de aperturas de sobres a puertas cerradas, etc.
- (…)
El IVC fue creado por la ley 1.251 para reemplazar a la ex
Comisión Municipal de la Vivienda, simultáneamente
con esta transformación, el organismo pasó a
percibir un incremento de casi tres veces sus recursos, aumentando
estos de $41,97 millones en el año 2003 a $161,52 millones
en 2004. Sin embargo, estos cambios estructurales y presupuestarios
no alcanzaron para evitar que el IVC heredara uno de los peores
males que aquejaron a la CMV durante años: la sub-ejecución
presupuestaria. Entre 1995 y 2004 se puede visualizar
un incumplimiento generalizado del presupuesto del organismo,
con cifras de ejecución que varían entre el
33.8% (para 1996) y el 73.5% (2001), con un promedio del 55%
para todo el período
- De
la información solicitada para la elaboración
de este informe relacionada con los presupuestos 2004 y 2005,
resultó llamativo que para 2004 sólo se hubiese
ejecutado el 2% del crédito vigente asignado a "Urbanización
en villas" (de $6.000.000 se devengaron $ 125.000). Además
se consultó por el destino del incremento del presupuesto
de $500.000 a $6.000.000 que se asignó a ese rubro.
- Numerosos
testimonios recogidos para la elaboración de este informe,
dieron cuenta de que existen diversos mecanismos que empañan
una adecuada adjudicación de viviendas y materiales
para la construcción. Mediante estos mecanismos se
favorece a determinadas personas al momento de entregar viviendas
supuestamente licitadas y de igual modo, se beneficia
a ciertas empresas en contrataciones, sea de obra o de servicios.
Uno de los ex presidentes de la entonces Comisión Municipal
de la Vivienda, narró las presiones directas a las
que se vio sometido de parte de un importante líder
del gremio SUTECBA. Estas tenían por objeto favorecer
a ciertas personas en la entrega de departamentos, en los
que supuestamente habitarían ex residentes de villas
de la ciudad.
- El
hecho de que el organismo encargado de diseñar planes
de vivienda y planificar la urbanización de villas
y asentamientos en la Ciudad esté a su vez regulando
los derechos políticos de sus habitantes no contribuye
con la transparencia de este sistema.
En
muchas ocasiones las elecciones de autoridades vecinales en
las villas locales han sido impugnadas por irregulares, así
como también las juntas vecinales con sus respectivos
presidentes por permanecer indefinidamente en el poder. Así
es el caso de las Juntas vecinales de las villas 20, 21-24
y Piletones que fueron intervenidas por un juzgado local.
- En
las villas y asentamientos de la Ciudad, el servicio de
agua potable y cloacas, como todos los servicios públicos,
se presta con elevados problemas. En general, las conexiones
son precarias, inestables y una enorme mayoría de ellas
son informales. El IVC no realiza conexiones domiciliarias
en las viviendas de estos barrios, sino que sus obras consisten
en tender caños por ciertas calles (cercanas o que
atraviesan el barrio) y, en el mejor de los casos, suministrar
materiales a los vecinos para que estos realicen la conexión
final. Al no realizarse estas conexiones con la debida inspección
técnica y con los recaudos necesarios, la prestación
carece de seguridad.
- Del
relevamiento realizado en 17 villas de emergencia, NHT y barrios
carenciados, se pudo constatar la notable escasez de parques
y plazas. La gran cantidad de niños y de familias
que allí residen no cuentan con un lugar de esparcimiento
para desarrollar sus actividades al aire libre y generalmente
los niños juegan en los pasillos del barrio o sobre
la basura.
- Llama
la atención que mientras que para los barrios más
ricos de la ciudad se implementan obras y se utilizan materiales
cada vez más sofisticados (como en Puerto Madero, donde
el gobierno subraya la utilización de una mezcla asfáltica
SMA (stone mastic aphalt) de altisima calidad por primera
vez en una zona urbana de la Argentina equiparable al material
utilizado en países como Alemania y Bélgica,
las calles de las villas de emergencia continúan abandonadas.
- A
lo largo del informe se ha podido comprobar que se requiere
un cambio profundo en el Instituto de Vivienda de la Ciudad,
(o la nueva oficina encargada de llevar adelante la política
habitacional local) en su organización y estructura,
en su funcionamiento y en la concepción y el desarrollo
de sus políticas. Estas políticas deberán
diseñarse e implementarse de acuerdo pautas establecidas
por los estándares internacionales de derechos humanos.
Entendemos que es indispensable el diseño de mecanismos
transparentes, eficientes y ajustados a derecho en detrimento
de todas aquellos clientelares, ineficientes y discrecionales.

El Informe
finaliza con recomendaciones sobre la Gestión del IVC,
sobre la participación de los vecinos de las villas
en el diseño de las soluciones, sobre las garantías
jurídicas que deberían tener los vecinos frente
a la regularización y la falta de servicios, sobre
la creación de instrumentos legales y de política
publica para favorecer la urbanización y regularización,
sobre la transparencia en la adjudicación de viviendas
en los planes locales, y sobre el control en la evaluación
cuantitativa y cualitativa de la gestión del IVC midiendo
el cumplimiento de metas y obligaciones de derecho a la vivienda
El Informe
fue finalizado en noviembre de 2007, días antes de
la asunción del actual Jefe de Gobierno Mauricio Macri,
quien a través de su Jefe de Gabinete había
anunciado el traspaso del Instituto de Vivienda de la Ciudad
a la órbita de la Jefatura de Gabinete, que dicho organismo
ya no estaría a cargo de los programas de urbanización
y radicación de villas, y que en la nueva administración
sería la Corporación del Sur quien tuviera a
su cargo los programas de radicación y urbanización
de las villas, asentamientos y barrios precarios de la Ciudad.
Este anuncio
(no concretado hasta la fecha) sorprendió negativamente
a los autores del informe, "ya que no sólo
las políticas habitacionales para las villas estarán
a cargo de una empresa sino que además únicamente
se ocupara de los barrios del sur de la Ciudad, donde
tiene competencia. Situación que deja sin definición
el futuro de las villas y asentamientos del norte de la Ciudad,
entre ellas una de las más antiguas y pobladas de la
capital, la Villa 31, creando una inaceptable desigualdad
entre los habitantes de asentamientos según donde estén
alojados".
La Ciudad
necesita, entonces, redefinir el rol de su Instituto de Vivienda,
su articulación en los procesos de planeamiento y gestión
urbana y muy especialmente la forma en que todos estos puedan
contribuir en el efectivo cumplimiento de los derechos
a la vivienda y a los beneficios de la urbanidad.
MLT
Ver
el informe completo El
IVC frente a las villas de la Ciudad: poco derecho y mucha
discrecionalidad.
Sobre
los programas de vivienda en Buenos Aires y otras ciudades
argentinas y latinoamericanas, ver también en
café de las ciudades:
Número
61 I Economía y Política de las ciudades
"Acordate
que la tierra no es de nosotros..."
I El mercado inmobiliario en las villas de Buenos Aires, según
María Cristina Cravino I Marcelo Corti
Número
56 I Tendencias (I)
Transformaciones
estructurales de las villas de emergencia I
Despejando mitos sobre los asentamientos informales de Buenos
Aires. I María Cristina Cravino
Número
55 I Política de las ciudades
La
vivienda en el desarrollo humano de Bogotá
I El subsidio a la demanda, la calidad urbana y las ataduras
del pensamiento I Ismael A. Molina Giraldo
Número
52 I Política de las ciudades (I)
Vivienda
social y suelo urbano en la Argentina de hoy
I Conflictos y posibilidades I José Luis Basualdo
Número
50 I Concurso de café de las ciudades
Buenas
y malas prácticas urbanas 2006
I Nuevas formas de producción de la vivienda
social, alternativas a la Torre Country, automovilistas y
ciclistas irrespetuosos, y una mirada distinta sobre la Grand
Bourg. I Marcelo Corti
Número
22 I Economía
Peculiaridades
e interrogantes de la política económica, social
y habitacional en la Argentina I Un debate
sobre la política de vivienda de los años ´90.
I Carlos Fidel
Número
19 I Economía
El
problema de los "con techo"... I
Alfredo Rodríguez describe las paradojas del subsidio
habitacional en Chile. I Alfredo Rodríguez
Número
12 I Entrevista
"Políticas
para construir ciudad, no para hacer casitas" I
Jorge Jáuregui y el programa Favela Barrio, de Río
de Janeiro. I Jorge Jáuregui
Mensajes
Terccos>
Dice el
colega: "Pregunto, para terminar mi hipótesis
y sugerir el debate: ¿será, en definitiva, que este
prejuicio anti-clase media es un prejuicio propio de un sector
de la clase media?". Respondo:
Si pasamos
por alto cierta bruma conceptual en que nos sumió la
posmodernidad y nos situamos en un escenario anterior del
pensamiento occidental, en el que tanto la izquierda como
la derecha creyeron que las ciencias políticas eran
eso, ciencia, y que por lo tanto podía entenderse la
historia en términos de leyes y que estas leyes eran
básicamente económicas,.y si recordamos que
en una visión simplona el capitalismo produjo la burguesía
industrial y las clases trabajadoras con su consecuente organización
social (los sindicatos) y con un cierto colchón de
clase media entre los cuales se encontraban los sectores intelectuales
, debemos aceptar que toda reflexión a favor o en contra
de la clase media saldrá de "si misma", porque
parece ser por excelencia el ámbito social que cumple
en el capitalismo una función reflexiva y analítica.
El drama
de las clases medias argentinas fue negar o intentar soslayar
el fenómeno de la existencia del centro y de la periferia
y creer que el capitalismo era igual en cualquier parte del
mundo. Sucede que existe el centro y la periferia y que (les
guste o no les guste a nuestras tías del centro…) esto
no es Francia ni Italia, ni siquiera la "nueva rica"
España. Este discurso "negacionista" fue
magníficamente manejado por Menem, quien declaró
que somos del "primer mundo" y que teníamos
relaciones carnales con Estados Unidos, ganando a las clases
medias que siempre tuvieron entre su bagaje de ideas estos
conceptos.
Pero en
poco tiempo el modelo industria cero, pocos ricos pero muy
ricos y marginados manipulables con clientelismo en vez de
trabajadores organizados,dejó desorientados a los sectores
medios. Algunos intentaron subirse al crucero de lujo, pero
era algo estrecho y no había lugar para todos. Otros,
desilusionados ante la partida del crucero apostaron a
la reconstrucción de la industria y apoyaron a los
fragmentos sobrevivientes del peronismo industrialista. El
colapso del radicalismo está justamente ligado al colapso
industrial. Es decir que no solo se fueron a pique los trabajadores,
también se hundieron aquellos que creían que
no tenían nada que ver con la industria.
Cordiales
saludos.
María
del Rosario Sola, Salta
Terquedades
anteriores:
Presentación
editorial (número 65)
Terquedad
de los residuos
Terquedad
de las clases medias (y sus críticos)
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