“...Terquedades
será una tribuna de doctrina” (C. Ricot)

El
título de esta Terquedad de fin de año no alude a combinaciones
cabalísticas ni a serie de Fibonacci
alguna, sino a una coincidencia de aniversarios y leyes
unificadas por el tema de nuestra columna, la
Ciudad de Buenos Aires.
Ocurre
que se cumplen este mes 2 (dos) años de gobierno de Mauricio
Macri y el PRO; es exactamente
la mitad de su mandato y coincide con una renovación de
bancas en la Legislatura (más significativa
que lo que ha trascendido en el universo de la comunicación
social), por lo cual es un momento oportuno para un balance
político de la gestión. Como se verá,
ese balance no puede dejar de lado el de los 13 (trece)
años de gobiernos autonómicos en la
Ciudad, y de ahí la segunda cifra en
el nombre de nuestra Terquedad. Y ha querido la rutina
parlamentaria que este mes sea también el de la aprobación
por la Legislatura porteña del
proyecto de urbanización del Barrio Carlos Mugica,
barrio más conocido por su nombre burocrático de Villa
31 (treinta y uno) y 31 bis, con lo cual la tercera y
última de las cifras del nombre ha sido articulada para
nuestros lectores y lectoras (cuya erudición los remitirá
inevitablemente a las desventuras del detective Erik
Lönnrot en una Buenos Aires paralela y borgeana).

2-
Dos años de gobierno PRO en la Ciudad son tiempo suficiente
para evaluar la marcha de la gestión, que por cierto está
lejos del impulso avasallante que se suponía iba a caracterizarla.
Ni en la faz modernizadora ni en su lado autoritario y
depredador (caras previsibles de un gobierno de centro-derecha)
la Jefatura
de Macri ha confirmado las esperanzas
ni los temores que suscitó en su momento. La pretensión
de adjudicar al obstruccionismo del gobierno nacional
las razones de esta medianía carece de cualquier sustento
razonable: en todo caso, el acompañamiento que hasta ahora
ha hecho el bloque kirchnerista
de los proyectos oficiales en la
Legislatura hablan de otra realidad que
la que se declama a uno y otro lado.
La
torpeza develada por episodios como la contratación de
un espía en el Ministerio de Educación, el nombramiento
de muy cuestionables Jefes de Policías o la persecución
patotera de homeless a cargo de la UCEP no es muy distinta de la
que se evidencia en otros aspectos menos ideológicos o
más presentables de la gestión, con la indecisión y la
baja o nula ejecución de presupuestos como constante.
No obstante, sería necio hacer el análisis de este gobierno,
votado en todas las circunscripciones y barrios de la
Ciudad, sin entenderlo como emergente
del fracaso anterior de una supuesta concepción progresista.
13-
Trece años de autonomía porteña y, como dirían en la feria,
el pescado sin vender… O más específicamente, trece años
sin buenos gobiernos. Esta ciudad, que se supone muy pensante
y “sofisticada” en la elaboración de sus opciones electorales,
ha elegido como sus gobernantes a Fernando
De La Rua,
Enrique Olivera, Aníbal Ibarra, ¡Cecilia Felgueras!,
Jorge Telerman, Mauricio Macri
y Gabriela Michetti.
Los
errores y, sobre todo, las omisiones del “progresismo”
que gobernó Buenos Aires hasta 2007 y (hay que decirlo)
la increíble incapacidad de construcción política del
kirchnerismo en la
Capital explican el hartazgo del electorado
que derivó en la categórica victoria de Mauricio Macri.
La sangría de votos oficialistas de las pasadas elecciones
y el deterioro de imagen posterior podrían hacer pensar
en una nueva oportunidad para una alternativa de centro-izquierda
con posibilidades ciertas de acceder a la Jefatura de Gobierno. No es sin embargo tan fácil
imaginar un liderazgo político que pueda capitalizar electoralmente
ese campo de fuerzas. Pino Solanas no termina de articular
un discurso de base territorial (a decir verdad, ni siquiera
empieza); Claudio Lozano y Carlos Heller no parecen opciones seductoras, al menos para el encabezado
de una construcción; Martín Hourest
(el mejor legislador de la
Ciudad) no es suficientemente conocido.
El radicalismo y la Coalición Cívica
están por ahora demasiado volcados a la derecha como para
diferenciarse de una continuidad macrista
y el peronismo de Capital terminará plegando su recurrente
decadencia a los vaivenes de la interna “Pe-Jotista”. Solo la eventual decisión de Martín Sabbatella de cruzar la Avenida General Paz
para encabezar una opción socialdemócrata en la Ciudad definiría una candidatura
y un proyecto claramente ganador y con perspectivas de
realizar un extraordinario gobierno. Pero, ¿no pagaría
esa opción el costo del “oportunismo geográfico” en una
base política que pone en un lugar importante la ética
y la coherencia?

31-
Treinta y un años después de la erradicación del Barrio
Carlos Mugica por la última
dictadura militar, la
Legislatura de la
Ciudad de Buenos Aires aprobó por unanimidad
(54 votos sobre 54 legisladores presentes) en su sesión
del pasado jueves 3 de diciembre la Ley de Urbanización de las Villas
31 y 31 bis de Retiro, consistente en la creación de una
mesa de concertación cuyo objetivo es elaborar el proyecto
ejecutivo definitivo para el área. La mesa estará constituida
por representantes de la Nación, propietaria
de las tierras en las que se asientan las villas, la Ciudad como jurisdicción con
capacidad de sancionar la normativa urbana y edilicia
para el área, y representantes de los vecinos del barrio
y del equipo técnico del Instituto de la Espacialidad
Humana de la
FADU-UBA
que elaboró el anteproyecto tomado como referencia.
Según
Javier Fernández Castro, a cargo de ese proyecto, “Es
la primera vez que un proyecto de facultad es tomado como
base para una ley de urbanización, contando además con
el apoyo de los vecinos del barrio, que han asumido
el proyecto como su reivindicación, tras una historia
de setenta años de lucha. La investigación proyectual
de la FADU se inició en el año 2002, a partir de un subsidio
otorgado por concurso en la Bienal Iberoamericana
de Urbanismo, continuando luego en el marco de diversas
programaciones UBACYT hasta la
fecha. El anteproyecto actual propone
la consolidación del 70% del tejido preexistente mediante
acciones de mejoramiento, completamiento
y dotación de infraestructuras, la construcción de un
30% de tejido nuevo en modalidades de baja y alta densidad,
acompañados de una redefinición de la trama para garantizar
las condiciones básicas de accesibilidad, y la generación
de importantes obras de equipamiento y espacio público
para el barrio y su entorno. Pretende además asociarse
a necesarias obras de escala macro como la conexión del
corredor norte con la autopista a La Plata, un nuevo acceso del
ferrocarril al puerto y la definición de un nuevo borde
urbano con un parque lineal frente al puerto”. En
la investigación se conjugan aportes de la tipología semántica
de Doberti - Giordano,
la experiencia carioca del “favela
‘ bairro”
(con la colaboración de Jorge Jáuregui) y nuevas categorías
de estrategias proyectuales
desarrolladas por el equipo en la cátedra de proyecto
urbano. La norma deberá ser reglamentada por el ejecutivo
porteño. Una vez constituida la mesa habrá un plazo inicial
de 180 días para la elaboración consensuada del proyecto
definitivo.
La
sanción de la Ley pone fin a las discusiones
bizantinas sobre otras alternativas fundadas en la erradicación,
compulsiva “a la Cacciatore”
o mediante una alambicada valorización inmobiliaria con
reubicación periférica de los villeros. Se impusieron
en forma simultánea la realidad y la racionalidad, como
le hubiera gustado a Hegel…
Es una buena noticia para empezar el tercer año de gobierno
PRO y el decimocuarto de la autonomía.
MLT
Ver la última versión del proyecto
de urbanización del Barrio Carlos Mugica, del cual se tomaron las imágenes que ilustran
esta nota.
Sobre
el Barrio Carlos Mugica, ver
también en café
de las ciudades:
Número 58 | Política de las ciudades
Sobre
el futuro de la Villa de Retiro | Carta abierta al Jefe de Gobierno electo de
Buenos Aires
Número 70 | Política de las ciudades (I)
La urbanización
del Barrio Carlos Mugica, de
Retiro | Un
debate recurrente y la opinión de Jorge Jáuregui |
Marcelo Corti
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