
Lucrécia
D’Alessio Ferrara, Fábio Duarte y Kati Eliana Caetano han
compilado una serie de artículos escritos por diversos autores
en su libro Curitiba - Do modelo
à modelagem.
Los artículos están basados en dos investigaciones:
"Paisagem Solidária", realizada por la PUC-PR,
y "A construçao da imagem da cidade: Curitiba",
de la Universidad Tuiutí de Paraná, cuyo desarrollo
tuvo como estímulo la frase Fotografíe su Curitiba.
Con esa consigna se proveyó de unas cámaras fotográficas
elementales a un grupo de ciudadanos y se los invitó a
registrar imágenes de la ciudad, sin ningún mandato
ni restricción previos.
Dos tendencias
recorren los textos compilados: ambas refieren a la construcción
de un modelo urbano de trascendencia nacional e internacional
a partir del adecuado manejo de las variables sociales y culturales
(desde la política regionalista hasta el city marketing)
y un fuerte imaginario de base ecológica. Por un lado, los
textos presentan análisis centrados en la construcción
del discurso Curitiba Capital Ecológica, cidade
sorriso, capital brasileña de la calidad de vida, capital
de primer mundo, capital social, ciudad limpia, ciudad moderna y
humana, etc., en claves que van desde lo disciplinario del urbanismo,
la publicidad y la fotográfía, hasta la crítica
ideológica desde una perspectiva de derechos ciudadanos.
Por otro lado, algunos artículos exploran la posibilidad
de incorporar lo imaginario y su construcción como mecanismo
de gestión de la ciudad. Este es quizás el aporte
más interesante del libro, y en especial si se considera
la habitual separación entre los campos del discurso cultural
y el discurso técnico en las prácticas del urbanismo
contemporáneo (tanto las gestionarias como las académicas
e incluso las críticas).

En el comienzo
del libro, las intervenciones se centran en la relación observador-punto
de vista-objeto en las fotografías analizadas. Lucrécia
D’Alessio Ferrara describe los mecanismos que transforman un primer
"mirar sin raíces", inocente y desprovisto de historia
y significados (que es el mirar de su llegada originaria a Curitiba)
a la percepción como proceso ("además
de ver, observar"). Así categoriza las casi 400 fotos
de los ciudadanos neófitos en dos grandes bloques temáticos:
aquellas que realizan una pura constatación visual y las
que además procuran definir un sentido de la ciudad. Kati
Eliana Caetano analiza la intención y extensión de
los registros fotográficos para identificar las estrategias
enunciativas en ellos implícitas; luego clasifica las estrategias
en englobantes/particularizantes y acumulativas/electivas. Luciana
Berleze, fotógrafa profesional, analiza las fotografías
a partir de la relación entre el espacio de representación
y la mirada del fotógrafo, entre lo enunciado y el enunciador
(quien ya sea integrado o imparcial a su enunciado, discurre siempre
sobre su sentimiento de vivir en una gran ciudad).
Desde la experiencia
publicitaria, Graciela Inés Presas Areu resalta la idea de
una ciudad preocupada por su medio ambiente y en el que dicha preocupación
ambiental forma parte de la mirada de sus habitantes, preparados
desde lo institucional y educados para dar valor a ese aspecto de
la ciudad en su vivencia cotidiana. Esta es la base conceptual de
slogans como Curitiba, pura limpieza, o de las exitosas campañas
de la Familia Folhas (la familia de hojas), como aquella
de "lixo que não é lixo não vai prolixo:
SE-PA-RE". Para esta autora (en línea con algunos trabajos
de Milton Santos), la apropiación de la ciudad por sus habitantes
fue claramente estimulada por sus instituciones, que procuraron
transformar el espacio de la ciudad en un lugar de identificación
posible. Existe así un esfuerzo notable de los ciudadanos
devenidos fotógrafos para incluir el verde en sus composiciones,
sea como marco, foco o detalle de las respectivas fotografías.
Como contrapartida,
María Arlete Rosa y Samira Kauchakje señalan la dilución
homogeneizadora de diferencias y conflictos sociales que este
discurso encubriría: señalan como ejemplo la apropiación
constatada en el imaginario de los pobladores de barrios periféricos
de espacios como el Jardín Botánico y la Opera de
Arame, a pesar de la exclusión cultural y social que dichos
pobladores sufrirían en la práctica respecto a tales
equipamientos públicos. Para estas autoras, "este
discurso ideológico permite que la versión dominante
sobre la ciudad presentada por determinado grupo adquiera prioridad
en la lectura del todo social urbano, revestido de racionalidad
y de valores universales, en la medida en que sus intereses se sobreponen
a los intereses comunes del conjunto social". En contraste,
las autoras señalan las luchas en las favelas por la vivienda
social, desarrolladas por las asociaciones de Moradores y Amigos
de Barrios. Consideran que la ciudadanía está asentada
en la tríada Estado/Sociedad/Derechos, en el que la participación
resulta una mediación entre las dos primeras para la búsqueda
ciudadana de los derechos: "los movimientos sociales constituyen
los principales actores sociales en la conquista, garantías
y ampliación de los derechos civiles". Citando a
María Gohn, describen los aprendizajes que se producen en
este proceso de participación social: el que se da a través
del contacto con el poder, el producido por el ejercicio rutinario
de las acciones impuestas por la burocracia, la conciencia de las
diferencias sociales a través de la percepción de
los distintos tratamientos que reciben los diversos grupos sociales,
el aprendizaje a partir del contacto con asesorías profesionales,
el producido a partir de la desmitificación de la autoridad
como sinónimo de competencia. Mencionan como condicionante
el autoritarismo que aun mantendría la sociedad brasileña,
verticalizada y reducida a relaciones de complicidad entre iguales
y de mando y obediencia entre superiores e inferiores. Finalmente,
postulan la gestión participativa como un potencial de
apropiación de la ciudad que aproxime lo proyectado a
partir de significados imaginarios (referenciados en la cultura
y el marketing de capital social de primer mundo) a lo cotidiano
vivenciado por la población excluida.

El Doctor en
Letras Camilo Ferronato rememora la epopeya del "urbenauta"
Eduardo Fenianos, que hace diez años navegó durante
100 días las aguas del contaminado río Belém
para explorar lo "cotidiano inusual", entre electrodomésticos
desechados y aguas servidas de desagües clandestinos. Su mérito,
según Ferronato, fue el de hacer una lectura semiológica
muy distinta de la que es convencional respecto a Curitiba,
al discurso orgulloso de periodistas, alcaldes, y también
del ciudadano común que ha internalizado el mensaje ecologista:
"la mejor relación en todo Brasil de superficie verde
por habitante, aunque la población todavía quiere
más y ayuda a conservar los bosques nativos urbanos",
"ciudad líder en negocios, primera en el ranking por
tercer año consecutivo", exportadora de know how
ambiental y urbanístico y representativa del mundo moderno…
Ferronato, quien no es nacido en Curitiba, confiesa seguir sin embargo
su convivencia apasionada con la ciudad, aunque esta ya no es aquella
"mocinha inocente" que conoció en su juventud y
algunos signos de degradación ambiental (las colas interminables
para abordar ciertos tramos del ligerinho, la congestión
viaria, algún tono ceniciento del cielo en días de
mucho calor y poca ventilación) sugieran la pesadilla
más temida: la de un futuro São Paulo…
En una nueva
intervención, Lucrécia D’Alessio Ferrara, tras enunciar
16 distintos slogans y "apodos" referidos a Curitiba y
Paraná, describe las operaciones de asimilación metonímica
de Curitiba y sus "estereotipos visuales" a la totalidad
del estado paranaense, clave en la construcción a partir
de los inicios del siglo XX del movimiento paranista. Se suceden
así la reivindicación de héroes regionales,
la construcción de una heráldica en la que sobresale
la figura de la araucaria (el árbol característico
de la región y que "en su fuerza y altivez botánica
representaría la fuerza y el coraje de Paraná")
y a partir de la década del ’40, el urbanismo como estrategia
de gobierno y creador de orgullo identitario. Del Plan de la
Ciudad de Alfred Agache al Plan Director de 1971, del Centro Cívico
a las icónicas estaciones tubo del ligerinho, planificación
y elementos urbanos de impacto visual son el eje de esta estrategia
de comunicación y persuasión: "ver para apropiarse,
pertenecer para identificarse". Las fotografías requeridas
al público registrarían entonces la aprobación
consensual de esos estereotipos visuales de la ciudad donde
"o Brasil dá certo". "Al poder de ese Estado
-concluye Ferrara- es inherente una lógica visual contaminadora
y doblemente convincente: internamente, constituye un eficiente
arma de identificación que utiliza la persuasión de
la imagen como apelación, y externamente presenta una fuerte
seducción hacia el inversor global que, en la aséptica
imagen del orden y el equilibrio, encuentra garantías avaladas
por el Estado poderoso".

Los últimos
dos artículos se centran en la utilización de la imagen
y las percepciones de los ciudadanos en el planeamiento y gestión
de la ciudad.
Fábio
Duarte continúa en Cidade, modos de usar la muy interesante
línea de análisis que ya hemos analizado al comentar
su Crisis de las matrices
espaciales. Duarte propone una actualización
crítica del método de investigación usado por
Kevin Lynch en su investigación clásica sobre
Boston (La imagen de la ciudad): el requerimiento a los ciudadanos
de realizar croquis de las áreas urbanas que recorren o utilizan
en su vida cotidiana. El método es utilizado para estudiar
las operaciones de transformación de Rebouças, un
área industrial en proceso de obsolescencia y adyacente al
centro de la ciudad, en Novo Rebouças, ahora promovida como
"el SoHo de Curitiba". También se analiza la percepción
ciudadana sobre el conflictuado (más que conflictivo…) paso
del Río Belém por la ciudad.
La ciudad percibida,
los rastros urbanos (la "voz de las piedras", los
indicios de usos y vivencias pretéritos de un lugar y que
todavía hoy alimentan la vivencia, percepción y representación
de la ciudad) y la ciudad comunicada (la proyección de
los signos de una ciudad deseada en la ciudad actual) son las
tres categorías de análisis que Duarte propone en
su investigación. Siguiendo a Benevolo, también diferencia
las categorías de lo urbano como forma de organización
de la sociedad concentrada e integrada y de la ciudad como escenario
físico de esa sociedad. A partir de estos criterios, el autor
se propone las tareas de leer lo urbano en la ciudad y detectar
las formas en que la ciudad influencia a lo urbano.
Estos análisis
son realizados por Duarte con especial atención a encontrar
las formas en que los mapas de vivencias urbanas puedan transformarse
en instrumentos para la actuación concreta de urbanistas,
arquitectos y gestores urbanos. "El éxito de las
intervenciones urbanas -concluye- pasa necesariamente por
la constitución de lugares" y ésta "por
la apropiación afectiva de una porción del espacio,
donde no importan las dimensiones geográficas sino el conjunto
de valores rescatados del pasado o que se desea que la región
adquiera, y que participan juntos, espacial y temporalmente, de
las vivencias urbanas".

Finalmente,
Adriana Dittmar y Letícia Peret Antunes Hardt exploran la
ciudad y sus vacíos, en este caso los espacios residuales
y los remanentes ferroviarios de Curitiba. Los procesos de desterritorialización
(vaciamiento de usos) y reterritorialización (resignificación
de espacios con nuevas identidades) originan alteraciones en
la ciudad y su paisaje; el desafío implícito en esta
reorganización espacial y social de la ciudad solo puede
ser afrontado si, en un nuevo uso de Milton Santos, entendemos las
nociones de espacio, tiempo y hechos sociales como inseparables
en la configuración del territorio: el espacio consiste entonces
en un "soporte material de prácticas sociales"
superpuestas y acumuladas en el tiempo.
Recurriendo
ahora a Castells, las autoras ven en la globalización el
peligro de que una desvinculación con ambientes específicos
y formados históricamente genere una pérdida de significados.
De allí el paso de las políticas de renovación
urbana, que suponen la destrucción de lo existente para la
construcción de lo nuevo, a las políticas de revitalización
que procuran "dar nueva vida a un espacio, sin necesariamente
destruir lo que ya existe, recuperando y preservando áreas
deterioradas" y salvaguardando la memoria colectiva de
los lugares. El paisaje no es entonces un "hecho" sino
un proceso, una historia de movimientos, apropiación y
uso.
Creyendo imprescindible
un mayor rigor técnico en la definición de estos vacíos
urbanos, las autoras identifican sus diversas tipologías:
señalan así remanentes urbanos (vacíos
de uso), áreas ociosas (vacíos físicos)
y espacios residuales o intersticiales (vacíos físicos
y de uso). Esta taxonomía es inmediatamente aplicada al análisis
específico de los vacíos urbanos de Curitiba: antiguas
áreas industriales como Rebouças, áreas ferroviarias,
edificios abandonados, espacios no parcelados, bordes ribereños,
etc. Para la evaluación de estos espacios y de la situación
general de la ciudad proponen tres momentos: inventario y análisis,
diagnóstico o ponderación y prognosis.
Como aplicación
de estos conceptos realizan un análisis vivencial de las
áreas ferroviarias abandonadas de la ciudad, para lo cual
entrevistan a 144 personas distribuidas en distintas franjas según
el uso que realizan de esas áreas de la ciudad y la mayor
o menor cercanía de éstas a sus lugares de residencia.
De la interpretación de las encuestas, se deduce la importancia
de la legibilidad, permeabilidad y riqueza perceptiva en
la caracterización que los ciudadanos realizan de las distintas
unidades de paisaje. Las autoras destacan la necesidad de gestión
de estos vacíos urbanos en cuanto visión estratégica
del poder público, considerando que la ciudad contemporánea
tiende cada vez con más frecuencia a enfrentar la obsolescencia
de sus espacios y áreas significativas.

La lectura de
los distintos textos escritos o compilados por Duarte, Ferrara y
Caetano alienta una saludable desmitificación de los
estereotipos sobre el modelo urbano-ambiental de Curitiba (sin caer
en una estéril descalificación). Y estimula otras
preguntas y cuestionamientos posibles: ¿el discurso ecológico
alrededor de las políticas urbanas de Curitiba (y en particular,
las implementadas a partir de la gestión de Jaime Lerner)
apunta a competir con las imágenes potentes de otras ciudades
brasileñas? ¿La Capital Verde es la respuesta a las ciudades
maravillosas (Río y su paisaje, Salvador y su centro
histórico, Brasilia y su arquitectura moderna que construye
la ciudad) y las urbes industriosas de las que São Paulo
es paradigma? ¿O en una visión más oscura, es la expresión
de una imagen deseada de ciudad ordenada y sostenible frente a la
amenaza de la anomia y la violencia urbana?
MC
Curitiba
- Do modelo à modelagem,
Lucrécia D’Alessio Ferrara, Fábio Duarte y Kati Eliana
Caetano (organizadores), Editora Universitaria Champagnat, AnnaBlume
Editora Comunicaçáo, Curitiba - Sáo Paulo,
2007, 260 páginas de 15 x 21 cm., ISBN 978-85-7419-730-0.
Artículos a cargo de Lucrécia D’Alessio Ferrara, Kati
Eliana Caetano, Luciana Berleze, Graciela Inés Presas Areu,
María Arlete Rosa y Samira Kauchakje, Camilo Ferronato, Fábio
Duarte, Adriana Dittmar y Letícia Peret Antunes Hardt.
De
y sobre Fábio Duarte, ver también en café
de las ciudades:
Número
60 I Economía y Cultura de las ciudades
Inflexiones
urbanas y ciudades globales I Evidencias y jerarquías
I Fábio Duarte y Clovis Ultramari I
Número
39 I Arquitectura de las ciudades (I)
Las
trampas lógicas de Emmanuel Pimenta I Todavía
no vivimos en un mundo de libertad. I Fábio Duarte
Número
28 I Arquitectura de las ciudades
Crisis
de las matrices espaciales I Reflexiones a partir
de un libro de Fábio Duarte. I Marcelo Corti
Número
23 I Cultura
La
ciudad infiltrada I 10_dencies/São Paulo y
los desafíos de la cultura tecnológica. I Fábio
Duarte
|