En nuestra época los niños han perdido la oportunidad de experimentar y descubrir su ciudad, proceso que normalmente se inicia en el trayecto cotidiano a la escuela. Los problemas de siniestros viales, de infraestructura deficiente para el peatón, así como el creciente vandalismo –muchas veces, sobredimensionado por la televisión–, producen un temor creciente que da como resultado la reticencia de los padres para dejar ir a sus hijos solos a la escuela.
Es por ello que se hace necesario cambiar la forma de diseñar y gestionar el espacio público para que éste se adapte a las necesidades de los peatones (especialmente, para niños, ancianos y personas con discapacidad); cambios que, sin duda alguna, repercutirían en toda la ciudadanía. Es importante implicar a los niños y a los jóvenes en un rol mucho más protagónico, que los involucre como los “autores” de su propia ciudad. La intención es generar un sentimiento de pertenencia, de responsabilidad y de ciudadanía.
Una de las iniciativas que más se ajusta a este propósito es el Camino Escolar. Se trata de adecuar una red de itinerarios urbanos que converjan en el centro escolar, de tal forma que se asegure una alta seguridad y confortabilidad para los peatones y, especialmente, para los niños y niñas en edad escolar.
Implementación de Camino Escolar en La Plata. Agencia Nacional de Seguridad Vial. Mg. Lucas Galak
Itinerarios seguros para escolares
Se trata de una vía de circulación preferente, escogida entre los recorridos más utilizados por los alumnos y alumnas, donde se garantiza una alta seguridad y confortabilidad para lo peatones y ciclistas.
Los principales objetivos de la iniciativa son la consecución de un modelo de movilidad sustentable y el logro de una mayor seguridad en las calles de nuestros pueblos y ciudades. Es decir, por un lado, pretende apostar por los modos de transporte no motorizados –a pie y en bicicleta– para recuperar el carácter cívico de las calles como lugares no solo de paso, sino también de encuentro y de esparcimiento; por otro lado, se hace necesario reducir la accidentalidad en el espacio público y, sobre todo, conseguir aumentar la confianza de los adultos respecto de la seguridad de las calles.
Uno puede preguntarse por qué tomar a los niños y niñas como el punto de partida para la transformación de las calles y del espacio público en general. En primer lugar, porque los niños y las niñas entre 0 y 14 años constituyen aproximadamente el 30% del conjunto de la población; pero, sobre todo, porque las actuaciones que se encaminen a mejorar la movilidad de los menores son en términos prácticos mejoras de las que disfrutarán todos los ciudadanos y, especialmente, las personas con problemas de movilidad.
El niño peatón
Nuestros pueblos y ciudades están diseñados por personas adultas y físicamente en buenas condiciones que, aunque inconscientemente, lo hacen pensando en personas que están en la misma situación. Ejemplo de esto es la presencia excesiva de barreras arquitectónicas en el espacio público, que imposibilitan los desplazamientos de las personas con movilidad reducida; otro ejemplo es el mobiliario urbano, que obstaculiza la vista de las personas de baja estatura, especialmente los niños y niñas. Es necesario, por ello, mirar el entorno con ojos de niño para poder modificarlo a la medida y de acuerdo con las necesidades de este colectivo, asegurando así que las mejoras repercutan en toda la ciudadanía.
Los peatones más pequeños, los niños, se diferencian de los peatones adultos en un aspecto bastante significativo. Para ellos, desplazarse no significa solo ir de un lugar a otro, lo que les importa no es llegar cuanto antes al destino deseado. Todo lo contrario, para los niños, los desplazamientos constituyen un momento de exploración del entorno y significan una fuente de conocimiento de la realidad que los rodea, así como la posibilidad de jugar, correr, saltar, etc. Pero, esta forma de disfrutar del espacio público solo es posible, en gran medida, si no tienen que supeditarse a las necesidades y a los deseos de los adultos que los acompañan.
Además de lo que significa para los niños ir por la calle, también debe tenerse en cuenta sus características físicas y antropométricas. Las principales que deben destacarse son las siguientes:
- Por un lado, las características específicas de los niños les impiden percibir el peligro de la misma forma que los adultos, porque:
- Su campo visual es más angosto (70º, mientras que el de los adultos es de 180º). (ver Figura 1)
- A causa de su baja estatura, hay muchos obstáculos que les obstruyen la vista o los esconden de la vista de los automovilistas.
- Tardan de 3 a 4 segundos en darse cuenta de si un auto se detiene o continúa en movimiento.
- Confunden altura del objeto con alejamiento, con lo cual un auto pequeño muy próximo les parece tan alejado como un camión que está más lejos.
- No determinan con precisión la procedencia exacta de los sonidos.
Figura 1: Campo visual de un adulto y campo visual de un niño. Fuente: Servicio Catalán de Tránsito.
- Por otro lado, en la circulación, el comportamiento de los niños es poco previsible en la medida en que a veces están muy atentos y vigilantes, y otras veces se distraen y son impulsivos (por ejemplo, antes de los 12 años, un niño puede cruzar fácilmente la calle sin mirar aun habiéndole enseñado a no hacerlo y a caminar por las veredas).
Un último aspecto a tratar respecto del comportamiento de los niños en la calle tiene que ver con el juego y el esparcimiento. La acción de jugar es esencialmente necesaria en el desarrollo emotivo, psicomotor y psicosocial de los niños. Pero, cada vez más, los niños ya no pueden jugar en la calle sin la presencia de adultos que velen por su seguridad. El predominio que se ha otorgado a los automóviles en nuestros pueblos y ciudades es la principal causa de este fenómeno. El espacio público se ha convertido en un lugar peligroso, sin prácticamente espacios donde jugar, y los espacios seguros se han convertido, con más frecuencia, en una especie de islas-reductos cada vez más escasas y alejadas entre sí.
Implementación de Camino Escolar en Oberá (Misiones). Agencia Nacional de Seguridad Vial. Mg. Lucas Galak.
La implementación del Camino Escolar
El Camino Escolar se elabora mediante un proceso de participación ciudadana en el que intervienen los niños y las niñas que van a la escuela; intervienen también los centros escolares y su profesorado, las familias, las administraciones públicas con competencias en el tema, los establecimientos y las asociaciones del entorno, y un equipo de técnicos consultores que realizan un detallado diagnóstico de la situación y proponen las medidas adecuadas para su implementación.
Desde el punto de vista técnico, la implementación del Camino Escolar se basa en la propuesta y ejecución de distintas medidas de mejora tanto en los accesos inmediatos al centro educativo como en el resto del itinerario. Esta diferenciación de espacios es necesaria fundamentalmente porque si bien las calles situadas alrededor del colegio presentan flujos significativos de niños y acompañantes, es en los accesos a los colegios donde estos se concentran en un tiempo y espacio reducidos.
Inventario de la situación de partida
Para poder implementar medidas de mejora, es necesario realizar un análisis de la situación en la que se encuentran los accesos al colegio y las calles por las que los alumnos acceden a él. En primer lugar, se centrará la atención en los elementos a tener en cuenta en un radio amplio alrededor del centro educativo, con el fin de proponer los itinerarios que se convertirán en los canalizadores de los flujos de niños y acompañantes. Después, se pasará a analizar los aspectos a considerar en relación con los accesos a los colegios.
En la mayoría de experiencias llevadas a cabo, la elección de los itinerarios que deben mejorarse se hace a partir del trabajo en las aulas entre niños y educadores, así como a partir de encuestas que el colegio manda a las diferentes familias. Con este trabajo impulsado desde el centro escolar se pretende conocer los itinerarios mayoritarios seguidos por los niños, conocer los medios de transporte que usan para llegar y regresar del colegio, detectar los principales puntos críticos de estos itinerarios, identificar las posibles soluciones propuestas tanto por los alumnos como por las familias para resolver los conflictos detectados y, finalmente, conocer la disposición de las familias para dejar que sus hijos vayan solos al colegio si mejoraran las condiciones de seguridad.
Además de los datos obtenidos con este trabajo, los técnicos también necesitarán información sobre los siguientes aspectos:
- Datos referentes al tránsito motorizado y a la calzada, tales como intensidades de tránsito de las calles de acceso al colegio, sentido de circulación de éstas, ordenación y regulación de los cruces, oferta de estacionamiento, estacionamiento ilegal, señalización viaria, etc.
- Datos referentes a los peatones y a las veredas, tales como intensidad de los flujos de peatones en las horas de entrada y salida del colegio, ancho de las veredas, localización de los pasos para peatones, existencia de arbolado y mobiliario urbano, existencia y estado del alumbrado público, visibilidad de la calzada desde la vereda y viceversa, existencia de actividades que ocupen las veredas, etc.
- Otros datos a considerar, tales como la presencia de nodos de atracción (mercados, centros de salud, oficinas, etc.) que generen una elevada movilidad, presencia de transporte público y localización de los paraderos, existencia y situación de zonas de juego y equipamientos socioculturales cercanos, niveles de accidentalidad de la zona, etc.
A partir de todos estos elementos, se definirán los itinerarios a mejorar en seguridad y confortabilidad, que serán variables en función de la dispersión o concentración del alumnado de cada centro.
Propuestas de mejora
Una vez analizados los distintos aspectos a considerar, tanto en los itinerarios hacia el colegio como en su entorno inmediato, la atención se centrará en las posibles mejoras que se puedan llevar a cabo.
Dichas mejoras tendrán en cuenta, fundamentalmente, los siguientes aspectos:
- Atrio. En el caso en el que delante del centro escolar no exista un espacio suficientemente amplio para permitir que la espera de los padres se produzca sin aglomeraciones y sin interrumpir el paso de otros peatones, deberá construirse un sobreancho en la vereda para crear un atrio. Es aconsejable proteger los atrios con una baranda para evitar que los niños crucen la pista por este medio, que, por lo general, no es un buen punto para ubicar un cruce peatonal. (Ver Figura 2)
- Mejora de las veredas. Considerando que el ancho mínimo libre de paso recomendado para la acera es de 1,50 m., ésta deberá ensancharse en caso de no llegar a esta medida mínima y retirar todos los obstáculos que dificulten o impidan el paso. También deberá prestarse atención al estado de las veredas, reformándolas si fuera preciso.
Figura 2: Ejemplo de sobreancho en la vereda para crear el atrio. Fuente: Servicio Catalán de Tránsito.
- Moderación de la velocidad. En términos generales, es aconsejable pacificar el tránsito a lo largo de todos los itinerarios y, especialmente, en las zonas de acceso al colegio, mediante el tratamiento del itinerario como zona 30 o, llegado el caso, convertirla en calle peatonal.
- Aumento de la seguridad en los cruces. Los espacios de intersección entre los peatones y los vehículos a motor suelen ser los más conflictivos. Por ello, es necesario prestar una especial atención a los cruces existentes en todos los itinerarios, especialmente los más cercanos a los accesos a los centros. Para cada caso, deberá proponerse la solución más idónea: la creación de una intersección sobreelevada, de una senda peatonal sobreelevada, la semaforización del cruce, etc. (Ver Figuras 3 y 4)
Figura 3: Ejemplo de intersección sobreelevada. Fuente: Servicio Catalán de Tránsito.
Figura 4: Ejemplo de paso de peatones sobreelevado. Fuente: Servicio Catalán de Tránsito.
- Accesibilidad. Para asegurar que un Camino Escolar sea practicable para todos los niños y niñas es imprescindible que los itinerarios sean totalmente accesibles. En este sentido, las veredas deberán tener un ancho mínimo para que puedan cruzarse dos personas al mismo tiempo sin necesidad de que una de ellas baje de la vereda; los cruces deberán tener una rampa para facilitar el cambio de nivel; deberán eliminarse todos los obstáculos que dificulten o impidan el desplazamiento, etc.
- Señalización. En todos los itinerarios, especialmente en las calles aledañas al colegio, deberá existir suficiente señalización, que informe a los conductores de la presencia de niños. También deberá implementarse una señalización específica de Camino Escolar.
- Calidad del paisaje urbano. Es necesario que el itinerario escolar sea atractivo y de gran calidad urbana. A partir del diseño de la vía, debe transmitirse a los conductores la especificidad del tramo que están recorriendo. Se trata de indicarles la entrada a una zona de circulación distinta de las demás, a través del diseño específico de la vía.
- Otras consideraciones. Además de los aspectos mencionados hasta ahora, para que la implantación del camino escolar tenga éxito deberán tenerse en cuenta otros aspectos que también requieren de nuestra atención: la iluminación de las calles, la presencia de mobiliario urbano, las paradas de transporte público, los semáforos, la señalización de las obras, la presencia policial, la presencia de voluntariado o el mantenimiento del propio Camino.
Resultados de la implementación del camino escolar
Las ciudades donde se ha implementado este sistema de seguridad han tenido resultados significativos: incremento de la seguridad, disminución de los siniestros viales que involucran a los niños, cambios hacia modos de transporte más sustentables y un progresivo aumento de la autonomía de los niños y las niñas en sus desplazamientos al colegio.
En Argentina se implementaron proyectos de Caminos Escolares en las siguientes ciudades: Rafaela (Santa Fe), Oberá (Misiones), La Plata, Ciudad de Buenos Aires, Aristóbulo del Valle (Misiones), Puerto Rico (Misiones), Victoria (Entre Ríos), Eldorado (Misiones), Palpalá (Jujuy) y actualmente está en proceso de implementación en la ciudad de Villa María (Córdoba).
Figura 5: Ejemplo de remodelación de un acceso escolar (antes y después). Fuente: Servicio Catalán de Tránsito.
Actividades pedagógicas: Educación para la movilidad sustentable y segura
Durante la segunda mitad del siglo XX se ha producido una generalización del uso del vehículo privado entre la población. La utilización del vehículo privado se ha extendido rápidamente en nuestra sociedad para los desplazamientos cotidianos, tales como ir de casa a trabajo, ir a comprar e incluso ir a la escuela. Este hecho ha comportado que el actual modelo de movilidad de nuestra sociedad presente graves consecuencias para el medio ambiente, para la salud humana y para nuestra calidad de vida.
Ejemplos de estos impactos lo representan el elevado consumo energético, los elevados niveles de contaminación, una importante ocupación funcional del espacio público, un crecimiento de los problemas de salud derivados de las emisiones contaminantes, un incremento del coste individual y colectivo de la movilidad.
Con el objetivo de fomentar pautas de movilidad más sustentables y, por lo tanto, menos nocivas para el medio ambiente y para nuestra calidad de vida hace falta, entre otras iniciativas, trabajar con la población escolar con el fin de concientizarla de la necesidad de realizar un cambio profundo con respecto al modelo de movilidad existente. Es necesario que los alumnos y alumnas aprendan a valorar las graves deficiencias que genera el modelo de movilidad actual. Al mismo tiempo, es importante que mediante el trabajo y la reflexión conjunta conozcan y asuman pautas de movilidad más sustentables, generando entre el alumnado la necesidad de un cambio de modelo social de movilidad implicándolos y haciéndolos partícipes del cambio en cuanto miembros de la sociedad actual y, especialmente, de la del futuro.
Implementación de Camino Escolar en Oberá (Misiones). Agencia Nacional de Seguridad Vial. Mg. Lucas Galak y Dr. Daniel Sardo
Implementación de Camino Escolar en Villa María (Córdoba). Mg. Lucas Galak y Dr. Daniel Sardo.
Acciones a desarrollar: objetivos, contenidos y procedimientos
Objetivos
Las sesiones de educación para la movilidad sustentable y segura en el marco del proyecto Camino Escolar pretenden lograr los siguientes objetivos:
- Entender qué es la movilidad; aprender que hay diferentes maneras de desplazarse, algunas más ecológicas y otras con graves consecuencias sociales y para el medio ambiente. Conceptos de movilidad y movilidad sustentable.
- Aprender a diferenciar los diversos modelos de movilidad existentes; reflexionar sobre el modelo de movilidad existente en nuestra sociedad (basado en el vehículo privado), sus causas y sus consecuencias.
- Crear un espíritu crítico respecto al modelo de movilidad actual y facilitar las herramientas para exigir un modelo más sustentable.
- Vincular el concepto de movilidad sustentable al proyecto de Camino escolar seguro que se está llevando a cabo en el entorno del centro educativo.
Contenidos
Se propone trabajar en el proceso del proyecto Camino Escolar los siguientes contenidos:
- Conceptos de movilidad y movilidad sustentable
- Consecuencias del modelo de movilidad actual: contaminación atmosférica, ruido, distancia/tiempo de desplazamiento, ocupación del espacio público y coste económico
- Alternativas sustentables de movilidad: a pie, bicicleta, colectivo, subte, tranvía, tren, compartir coche, etc.
Implementación de Camino Escolar en Puerto Rico (Misiones). Agencia Nacional de Seguridad Vial. Mg. Lucas Galak.
Beneficios del proyecto
Entre los efectos que se persiguen mediante la realización del proyecto de identificación e implementación del Camino Escolar están todos los derivados de la promoción de los modos no motorizados en la ciudad. Una promoción que se desarrolla mediante la implementación del Camino Escolar ejecutado como estrategia que permite actuar en la transformación del medio urbano e incidir en el comportamiento de la población escolar, así como en toda la población que reside en su alrededor.
Mediante la realización y la implantación coordinada de los proyectos de Camino Escolar se pretende conseguir una disminución de los desplazamientos motorizados de acceso a los centros educativos, con los efectos sobre la calidad del aire y la reducción del consumo energético que esto conlleva. Asimismo, de forma directa se pretende aumentar la seguridad de los desplazamientos de los escolares, seguridad que ha de repercutir sobre el conjunto de la población y especialmente sobre los colectivos más vulnerables.
El trabajo educativo con los escolares pretende a su vez traducirse en una concientización de los padres y madres, que deben recibir a través de sus hijos unas pautas de comportamiento en relación a la movilidad que deriven en cambios en su percepción y en su comportamiento.
Otros efectos positivos esperados:
- Fortalecer la cohesión social y territorial.
- Contribuir a la sustentabilidad general: el desarrollo de los proyectos de Camino Escolar debe contribuir sin duda a la mejora general del sistema urbano, con efectos de carácter global sobre la calidad ambiental del medio urbano.
LG
El autor es Licenciado en Geografía por la Universidad de Buenos Aires y está especializado en la dirección y coordinación de proyectos de movilidad sustentable y Caminos Escolares. Es Máster en Gestión Urbana (Universitat de Barcelona, España) y Postgraduado en Gestión y Planificación de la Movilidad (Universidad Politécnica de Cataluña –España-). Se ha desempeñado como coordinador de diversos proyectos de Movilidad Sustentable y Camino Escolar en España y Argentina. Actualmente coordina el proyecto Camino Escolar en la ciudad de Palpalá, en el marco de un proyecto de Lab Ciudades del BID y el proyecto Camino Escolar de la ciudad de Villa María, Córdoba.
De su autoría o sobre su trabajo, ver también en café de las ciudades:
Número 9 | Economía
La gestión de la movilidad | Conferencia ECOMM 2003 en Karlstad, Suecia | Lucas Galak
Número 122/3 I Movilidad de las Ciudades
Civilizar, recuperar y conectar I Hacia un sistema integrado de movilidad en la Región Metropolitana Norte de Buenos Aires I Por Celina Caporossi y Fernando Díaz Terreno (Estudio Estrategias).
Ver también las notas Caminos escolares por la seguridad vial de los niños y Caminos escolares: cuando pensar la ciudad desde abajo lleva a una movilidad urbana más segura y sostenible en Moviliblog del BID.
Fuente de foto de portada: Agencia Nacional de Seguridad Vial.