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    > Año 9 / Número 90 / Abril 2010        > REVISTA DIGITAL / Aparece el primer lunes de cada mes
 
 
Número 4
"Muros y fronteras"
La problemática de la segregación socio-espacial en el territorio urbano.

Próximamente
2ª edición del
Curso Intervención y Gestión de la Ciudad

 > SUMARIO
Cultura de las ciudades (II)

La foto de la calle México

En donde se asoman los valores del barrio porteño I Por Carmelo Ricot

La foto circuló hace pocos días por una lista de correo que integro y fue provista por el señor Carlos Carullo. La incertidumbre sobre su origen ayuda a ejercitar la imaginación; solo sabemos que está tomada en Buenos Aires, entre los barrios de Boedo y Almagro, posiblemente en la calle México, en algún momento entre las décadas de 1910 y 1920. Las escarapelas en el pecho de los niños remiten a alguna fecha patria, probablemente un 25 de Mayo (los cuerpos abrigados y la hojarasca raleada de los árboles acompañan la idea de una jornada otoñal o invernal).

La foto tiene todos los elementos del “barrio cordial”, cuya construcción física y simbólica puede seguirse con precisión en las extraordinarias páginas de James Scobie (Buenos Aires, del centro a los barrios) y Adrián Gorelik (La grilla y el parque). Una calle dotada de la totalidad de los servicios urbanos: cordón, pavimento de adoquines, las cloacas (lo que no se ve, lo que está enterrado), algunos postes de alumbrado, los rieles del tranvía y el arbolado como regulador térmico-ambiental. La edificación privada conforma los planos límite del espacio público a ambos lados de la calle, con una proporción de 1 a 3 entre altura y ancho que con los años tendería a igualarse con el crecimiento de los árboles. Son casas chorizo, quizás haya alguna casa colectiva de las que hoy se llaman PHs o departamentitos “tipo casa”, tipologías que repetidas en la manzana permiten densidades brutas de entre 150 y 200 habitantes por hectárea con un tejido de baja altura y patios intercalados. Algunas con sala (según Roberto Arlt, aquellas donde era necesario conseguirle marido a alguna hija y se necesitaba un ámbito para recibir, indagar y presionar al candidato) y fachada italianizante con 3 vanos verticales: la puerta con zaguán y dos ventanas; pilares símil-piedra, zócalo y cornisa con balaustrada, todas ellas de altura uniforme. Las casas sin sala cierran su jardín delantero con una tapia que también remata en balaustre: no se concibe la apertura del espacio privado a la calle si no es a través de dispositivos culturales de transición espacial.

Las instituciones se expresan en la vestimenta de los chicos y en los carteles que soportan el gentío: guardapolvos blancos de la escuela pública, laica y gratuita, guardapolvos grises de algún colegio religioso, un “Viva Don Bosco” y un “Viva San L…” que probablemente refiera a la pasión futbolística del barrio. Osvaldo Alvarez acota que ningún chico está desabrigado ni mal calzado. No parece un “desfile”, más bien una desconcentración bulliciosa después de un acto escolar o religioso.

La foto ilustra un momento de la historia de Buenos Aires ante el cual es fácil la tentación de la nostalgia acrítica. Trataré entonces de exponer una hipótesis tan acotada y prudente como me sea posible. ¿Por qué nos parece tan estimulante el paisaje urbano y humano que muestra esta foto?

  

La imagen transmite (más allá de las siempre atractivas caras de niños sonrientes) valores de igualdad, de proyecto, de confianza en el futuro, de integración, de sociedad inclusiva y ascendente. El barrio porteño de la primera mitad del siglo XX es un barrio esperanzado (aun en “la ciudad sin esperanza”). La solidez, la potencia del barrio es la solidez en ciernes de la sociedad.

El tiempo traicionó algunas de las promesas de ese instante en la calle México (“el camino que los sueños prometieron” a las ansias de esos chicos). La foto queda como una promesa aun vigente: el barrio progresista, en el que el sueño de bienestar ronda orgulloso los patios y las calles.

CR

 

Carmelo Ricot es suizo y vive en Sudamérica, donde trabaja en la prestación de servicios administrativos a la producción del hábitat. Dilettante, y estudioso de la ciudad, interrumpe (más que acompaña) su trabajo cotidiano con reflexiones y ensayos sobre estética, erotismo y política. De su autoría, ver Proyecto Mitzuoda (c/Verónicka Ruiz) y sus notas en números anteriores de café de las ciudades, como por ejemplo Urbanofobias (I), en el número 70 y El Muro de La Horqueta (c/ Lucila Martínez A.) en el número 79.

 

Sobre el barrio de Boedo, ver en café de las ciudades el dossier del número 57:

Número 57 | Lugares
Boedo Universal | Desplazamientos y retornos urbanos de la pasión azulgrana | Mario L. Tercco |

Número 57 | Cultura de las ciudades (I)
Dos escuelas: Boedo y Florida | Buenos Aires y sus cafés como un espacio urbano para la creatividad literaria | Gabriela Yocco |

Número 57 | La mirada del flâneur
De Florida a Boedo, 2007 | La opción por el Sur | Marcelo Corti |

Número 57 | Cultura de las ciudades (II)
Tangos del Sur | La fundación poética del barrio porteño: Boedo, Pompeya, Almagro, Chiclana... | Marcelo Corti |

 

Y sobre la formación del barrio porteño:

Número 88 | Cultura de las ciudades
De los barrios al centro |
Imaginarios del habitar según las letras del tango rioplatense | Mario Sabugo

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Cultura de las ciudades (I)
Subiendo el río hacia atrás
Paraná Ra'Anga, Tekooreí y el Tekohá I Por Marcelo Corti

Al salir del puerto esquiva un banco de arena (aparentemente se detecta por el remolino circular del agua) y se detiene unos minutos para desechar un camalotal con forma de letra Y, de unos 10 metros de extensión, que se había enganchado al ancla. El paisaje lo define la línea horizontal de la costa a ambos lados del río, de espesor variable según sea barranca o isla el borde que vemos, y lo que con el cielo ocurra (para el bañero de Saer en Nadie, Nada, Nunca, la percepción es otra y más desolada). Al dejar La Paz tenemos a un lado el perfil urbano, que se va poblando de luces y donde sobresalen sutilmente las grúas, la iglesia, la antena, la Municipalidad y el edificio de la plaza. Del otro lado se construye el crepúsculo, que no tarda en extender sus “rosados dedos” en competencia con una nube negra y cimarrona. A la noche, con la sola molestia de las luces del barco, es posible imaginar el cielo que vieron los chaná-timbú.

 
Gobiernos locales y ciudades digitales

Ambitos urbanos innovadores para la sociedad del conocimiento I Por Susana Finquelievich y Alejandro Prince

Las ciudades innovadoras concentrarían las interacciones de capitales de riesgo, acciones estatales tendientes a convertirse en ciudades claves de la nueva economía, y creación de conocimiento de alta calidad en establecimientos universitarios y centros de excelencia de investigación y educación, además de nuevas formaciones sociales que usan TIC como soporte y espacio de organización de una ciudadanía innovadora. El papel de las ciudades en la Sociedad de la Información es ser medios productores de innovación y de riqueza, capaces de integrar la tecnología, la sociedad y la calidad de vida en un sistema interactivo, que produzca un círculo virtuoso de mejora, no sólo de la economía y de la tecnología, sino de la sociedad y de la cultura. Las ciudades que lo logren ocuparían un lugar central en la nueva sociedad.

Política y Planes de las ciudades
¿La muerte del urbanismo “petista”?
El debate disciplinario en Brasil I Por Norberto Iglesias y Alexandre Benoit

Desde la salida de los militares, una generación de arquitectos fue construyendo una propuesta urbanística ampliamente difundida, que ocupó todos los círculos de debate sobre la ciudad y finalmente se impuso como el único medio de combate a la “ciudad mercadería” en el Brasil. Fue esta generación la que levanto la bandera de la Reforma Urbana y del derecho a la ciudad. Fue este grupo el que desarrollo un urbanismo “de acciones y propuestas”, para usar una expresión de Erminia Maricato, que se consolidó como oponente radical al urbanismo moderno y a las advertencias hechas por Engels en el siglo XIX sobre la cuestión de la vivienda. El urbanista de la reforma urbana no se canso de repetir que el modernismo era externo a la realidad brasilera y que la propia historia lo mostró como irrealizable.

 
Necrolandia
Historia, patrimonio y turismo en Florencia I Por Sergio Zicovich Wilson

Es más, es tal la necesidad y urgencia de trucho-florentinos que a varios los han reclutado -a la apurada y pichuleando- entre los miembros de la populosa comunidad de ilegales chinos de Prato. Pésimo casting. Como visitante, la situación puede resultar hasta graciosa. En el peor de los casos, frustrante. Desde el punto de vista de los florentinos, que no están ahí porque les cuesta vivir en su propio centro urbano con el que ya no se identifican, porque lo han entregado en sacrificio al Moloch del turismo, la cosa tiene un costado bastante amargo, un tanto fáustico. ¡Qué paradoja! Semejante pérdida de identidad justo en uno de los “paraísos” de la preservación del patrimonio histórico artístico y construido lo que, se supone, es la piedra angular de la identidad de una ciudad. Tal vez habría que revisar el supuesto, arriesgándose más allá de los límites de la corrección política. 

 
De la construcción de la Muralla China
La Dirección eligió deliberadamente el sistema de construcción parcial” I Por Franz Kafka

La intensa propaganda sobre la construcción de Brasilia y las ventajas tributarias ofrecidas lograron que el flujo de personas fuese aumentando con el pasar de los años. Los campamentos no tenían comodidades suficientes para abrigar a los trabajadores que llegaban, en muchos casos, con sus familias. Comenzaron a surgir, entonces, los asentamientos informales y las llamadas invasiones (tomas de tierra) alrededor de los campamentos de las constructoras. Antes de la inauguración de Brasilia, Cidade Livre ya contaba con una población de 12 mil personas, asentadas irregularmente en los propios comercios, hoteles y también en las tomas de tierra. Para solucionar el problema de estas y otras invasiones fueron creadas las ciudades satélites de Gama y Taguatinga.

Una mirada arrabalera a Buenos Aires I Columna a cargo de Mario L. Tercco.

En este número: Terquedad de la no-Ciudad Universitaria

 

Un lamento por los adoquines de Buenos Aires; fotos de Gustavo Germano y el cotejo Avatar – Andalgalá.

 

Congreso Hábitat e Inclusión, en Quito - Presentación de libros de Javier Fernández Castro y María Cristina Cravino - Segunda Exposición Federal de la Vivienda Social, en Buenos Aires - Convocatoria de RIUrb - Derecho Urbanístico y Gestión de Suelo, en Rosario - Aprendiendo de Medellín, en Rosario - Postgrado sobre Patrimonio y Turismo Sostenible de la Universidad de Tres de Febrero - Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, en Medellín - Seminario de antropología, ciudad, arquitectura y territorio, en París - XI Coloquio Internacional de Geocrítica, en Buenos Aires - Ciudades para todos, en Viena - Menos tiempo que lugar - El Arte de la Independencia, en el Palais de Glace - Bicentenarios en acción - Convocatoria de la Revista Transporte y Territorio - El Universo Futurista, en Proa - Vivienda en el aire, por FM La Isla - Dos versiones de las políticas de vivienda en Buenos Aires.

 

 


 

> ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES

café de las ciudades es un lugar en la red para el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina o profesión: cualquiera que tenga algo que decir puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos. Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas, según el gusto de cada uno), y tolerancia con las opiniones ajenas, son la única condición para entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café: trataremos de demostrarle su error. Nuestro café está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar, pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque desde allí se mira mejor en todas las direcciones. Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles, y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar caminando a nuestro café, y por eso viene gente del centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única cadena a la que pertenece el café de las ciudades: la de todos los cafés únicos e irrepetibles, en cualquier esquina de cualquier ciudad.

Marca en trámite
Editor y Director: Marcelo Corti
Diseño:
Laura I. Corti
Corresponsal en Buenos Aires: Mario L. Tercco

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