Los
lectores/as enviaron estos mensajes a cartas@cafedelasciudades.com.ar
(los
mensajes para la columna de Mario L. Tercco
se envían desde Terquedades)
Soy
arquitecta. Estudié en la UBA, trabajo y vivo en la ciudad
de Buenos Aires. Me da mucha tristeza ver lo que está
pasando con las calles empedradas. Por eso les mando
esta carta y estas fotos (tengo muchísimas más). Tal
vez podemos hacer algo. Saludos cordiales.

Destruyendo
Buenos Aires
La
imagen de la montaña de adoquines en las esquinas se
volvió algo común en Buenos Aires. Por qué los sacan
y qué hacen con ellos es un misterio.
Dicen
que los juntan en el ex Parque de la
Ciudad. ¿Y después? Corren muchas versiones.
Entre ellas, que los venden a barrios cerrados, que
los tiran al Río de la Plata (esto me lo dijo un operario mientras amontonaba adoquines),
que los llevan a Italia.

Es
loco pensar que los adoquines viajan a Europa. Algunos
de ellos llegaron de España en la época del virreinato,
la mayoría vinieron de Inglaterra más tarde y algunos
son de acá. ¿Vuelven a cruzar el océano en el año del
bicentenario? ¿Son mitos urbanos? ¿Es cierto? Lo cierto
es que en otros lugares del mundo valoran mucho las
calles empedradas. Porque son más lindas, mucho más
lindas que las asfaltadas.
Y
además las empedradas actúan como reductor de velocidad.
Al asfaltar las calles, aparte de la pérdida visual
pierden esta gran ventaja. Sobre todo si consideramos
que las calles actualmente empedradas
se encuentran en barrios donde no hay semáforos en las
esquinas.
Por
otro lado, hay ambientalistas que dicen que las calles
asfaltadas emanan gases tóxicos al entrar en contacto
con el agua los días de lluvia. Y los días de calor
levantan mucha temperatura.

Otra
virtud de las calles empedradas es que permiten que
el agua drene. Las asfaltadas no, porque el asfalto
es impermeable. Lástima que no saben esto en una ciudad
que tiene tantos problemas de inundaciones. Y lástima
que se use tanto presupuesto en sacar los adoquines
y reemplazarlos por asfalto. Pero parece que usar el
presupuesto en esto se ve más. Lo ven más todos los
que quieren que sus autos transiten por superficies
lisas y no ven que en los hospitales faltan insumos,
que a los maestros les pagan mal, que se recorta el
presupuesto en espectáculos públicos…
¡Me
da lástima ver a los adoquines amontonados!
Alejandra
Ethel Kozak,
Buenos Aires
----------------------
: ---------------------
Este
24 de marzo, Día Nacional de la
Memoria por la
Verdad y la
Justicia, aniversario del golpe de
estado de 1976 en la Argentina, comparto con
ustedes este excelente trabajo del fotógrafo Gustavo
Germano.
Norberto Iglesias, Buenos Aires


----------------------
: ---------------------
Excelente
y escalofriante comparación
entre imágenes de Avatar y de Andalgalá.
Omar
David Varela, Buenos Aires
----------------------
: ---------------------
El
24 de marzo, Aldo y Moro Flores y dos muchachos de apellido
Luna, todos integrantes de la Asamblea El Algarrobo
de Andalgalá, fueron arrestados
por averiguación del delito de violación de propiedad
privada. Están incomunicados. En la comisaría de Andalgalá
no dan información alguna. La detención de los compañeros
de Andalgalá es un acto de
represión y de provocación, adjudicándoles hechos que
no cometieron, ya que el propósito de los asambleístas
consistió en inspeccionar las roturas del mineroducto, cuyos derrames y contaminación niega Mina Alumbrera.
Uno de los hermanos Luna detenido es miembro de gendarmería
nacional y vive en Buenos Aires. Se hallaba con los
otros tres asambleistas midiendo
la contaminación del río de Villavil
con un detector de metales pesados. Por ese motivo fueron
apresados.
La
compañía minera es quien comete reiterados delitos por
el vertido de la sopa química que acompaña los lodos
de lixiviacion del cobre y
de otros metales pesados, pruebas concluyentes obtenidas
por funcionarios judiciales que procesaron en su momento
a los responsables mineros. El mineroducto colapsado y sus derrames están siendo ocultados
por la empresa Mina Alumbrera.
La
gente ha ido a manifestarse a la plaza, en búsqueda
de información. Se calcula una concentración semejante
a la que ocasionó la represión brutal sufrida por ese
pueblo del oeste catamarqueño. Las asambleas de todo
el país se hallan en estado de alerta exigiendo la intervención
de defensores del pueblo y de la justicia para lograr
la libertad de los asambleístas.
Red Nacional de Acción Ecologista de la Argentina (RENACE)
----------------------
: ---------------------
Les
escribo con el interés de poder encontrarme con ustedes,
a raíz de que un grupo de docentes tenemos interés de
organizar una charla en una escuela de La Matanza, de Rafael Castillo,
en función de lo que consideramos la problemática de
diseño urbano desde los problemas sociales y de “seguridad”,
ante la emergencia de nuevas gestiones integrales con
las que formar nuestros barrios en el año del Bicentenario.
Nuestra gran preocupación como docentes es contribuir
a evitar la baja de la edad de imputabilidad de los
“menores”, ya que nuestra condición docente es crítica
de una suerte de demagogia y estigmatización de la pobreza
que nos dan los medios, porque creemos en las políticas
preventivas, donde la educación y el diseño social urbano
son fundamentales. Les envió algunos de nuestros trabajos
desarrollados. Soy Sociólogo de la U.B.A. y trabajo en escuelas medias de La Matanza desde hace quince
años. Encontramos su sitio hace unos años en el marco
de nuestras inquietudes. Por su respuesta, muchas gracias.
Andrés Machuca, Buenos Aires
----------------------
: ---------------------
Les
reitero mis felicitaciones por las publicaciones que
mantienen, tanto café
de ciudades como el Carajillo,
las cuales son de permanente referencia en mi trabajo
cotidiano, académico y profesional.
Oscar
Olinto Camacho, Caracas
----------------------
: ---------------------
El
sábado 27 de marzo, el diario La
Nación publicó un editorial
titulado “Un fallo contra la soja”. Se refiere al fallo
de la Cámara de Apelaciones
en la
Civil y Comercial de Santa Fe, que
dio lugar al amparo presentado por los vecinos, ordenando
que no se fumigara a menos de 800 metros de las casas
por vía terrestre y a menos de 1500 metros por vía aérea.
El subtítulo del editorial es: “La prohibición de emplear
el glifosato en una zona de
Santa Fé carece de base científica
y perjudica a los productores”.
El
editorial contiene muchas expresiones que faltan a la
verdad, y no tiene en cuenta la insustentabilidad ambiental, social y económica del sistema
transgénico de producción
agraria. No digo que mienten, por que mentir es faltar
a la verdad a sabiendas, lo que no me consta, pero es
muy posible que los que escribieron el artículo también
mientan.
En
primer lugar, el fallo de la
Cámara tiene toda la base científica
que necesita y aplica el principio de precaución, sustentado
en documentos internacionales y legislado en la ley
25.675, denominada “Ley General del ambiente”, que en
su artículo 4º dice: “Principio precautorio: Cuando
haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia
de información o certeza científica no deberá utilizarse
como razón para postergar la adopción de medidas eficaces,
en función de los costos, para impedir la degradación
del medio ambiente”.
Lo
que el fallo de la Cámara dice es que hay numerosas
investigaciones independientes que asocian a los agroquímicos
a daños y riesgos a la salud, y que antes de seguir
fumigándolos hay que demostrar que no lo producen esos
daños. E invierte la carga de la prueba, ordenándole
a la Provincia que lo demuestre, eximiendo a los vecinos
de demostrar los daños padecidos, ya que no están en
condiciones de hacerlo.
En
segundo lugar, el fallo no es en contra de la fumigación
con glifosato, sino de todas
las fumigaciones. El glifosato
no se fumiga como tal, sino en formulados que lo combinan
con otras sustancias que potencian su toxicidad. Por
lo que las categorizaciones toxicológicas del glifosato no tienen sentido. Tampoco lo tiene decir que el
glifosato es inocuo, más allá de que esto no esté demostrado.
En
tercer lugar, señala que la virtud del glifosato
es destruir todas las malezas sin afectar la soja, el
maíz y el algodón; sin señalar que genera un desierto
de biodiversidad por un lado, y por el otro induce la
aparición de supermalezas resistentes, para eliminar las cuales hay que
fumigar cada vez mayor cantidad de agroquímicos. Además,
tanto el algodón como la soja transgénica
tienen como finalidad principal la lucha contra insectos,
y no la resistencia al glifosato.
En
cuarto lugar el editorial engaña o miente cuando dice
que un Consejo de Expertos del Conicet hizo saber que el herbicida utilizado bajo las normas
establecidas, no acarrea riesgos para la salud humana.
El trabajo a que hace referencia este comentario, termina
sus conclusiones diciendo: “Aunque existen estudios
para evaluar los impactos del glifosato
en las especies no blanco, la mayoría de ellos no considera
importantes aspectos ecológicos. Entre ellos, los impactos
indirectos, los acumulativos, los de largo plazo, ni
las reacciones sinérgicas que el agroquímico puede tener
en el ecosistema y en las redes tróficas”. En Argentina
no existen suficientes datos sobre los efectos del glifosato
en la salud humana, por lo cual sería importante promover
la realización de los estudios pertinentes.
También
es espurio el ataque contra Andrés Carrasco, sin nombrarlo,
ya que en ningún momento invalidan sus investigaciones.
Sino que los ataques se refieren a lo poco ético de
publicar un trabajo preliminar, cuando en realidad lo
poco ético hubiera sido no publicarlo, dados los resultado
obtenidos sobre los daños que causa el glifosato.
Finalmente,
manifiesta que de extenderse las prohibiciones, “perderán
los propietarios de las tierras vecinas de los pueblos
por la desvalorización que sufrirán sus campos, perderá
la cadena productiva, el propio gobierno y la sociedad
toda.”.Engaña aquí nuevamente el editorial, ya que sólo
perderán los que cultivan utilizando pesticidas; esas
tierras se podrán recuperar para la variedad productiva,
como por ejemplo, con huertas y tambos, y para recuperar
soberanía alimentaria. No
perderá la sociedad, ya que ganará en salud, en calidad
de vida, en sostenibilidad
ambiental, social y económica.
El
editorial de La Nación pretende sembrar
confusión en sus lectores, faltando a la verdad u ocultando
información, tanto sobre los conceptos como de los datos
que proporciona, abusando de su posición periodística
dominante.
Claudio Lowy, Buenos Aires
----------------------
: ---------------------
Les
envío el link de Diario El Sol sobre la propuesta
de paradores de transporte público en Quilmes.
Atentamente.
Gustavo
Llusá, Buenos Aires
----------------------
: ---------------------
Agradecemos
los mensajes y el aliento de Majo Beneite,
Andrés Machuca, Josep María
Montaner, José Ariel Núñez,
Eduardo Passalacqua, Eduardo
Zanatta y a todos los suscriptos en el mes de marzo.
Con especial agradecimiento a Graciela Silvestri y Martín Prieto
IMPRIMIR
NOTA