Los lectores enviaron los
siguientes mensajes a cartas@cafedelasciudades.com.ar
Queridos Amigos
: aproveché estas hermosas imágenes de obras en grandes
luces sin columnas intermedias (parece el título de uno de
mis apuntes de estructuras...), correspondientes a proyectos para
las Olimpiadas de Beijing en el año 2008, para hacerles llegar
una noticia personal que quiero compartir con ustedes a sabiendas
que la
festejarán conmigo. Y es que desde las 13 horas de hoy 8
de marzo, la Universidad de Buenos Aires, ante la culminación
de mi carrera docente con mis 36 años de actuación
y 26 como Profesor Regular Titular, decidió aceptar mis antecedentes
por amplia mayoría para distinguirme
con el cargo de Profesor Consulto de la UBA. Con todo afecto.
Juan María
Cardoni, Buenos Aires
N. de la
R: felicitamos al Ingeniero Cardoni, y a la vez aprovechamos para
cuestionar la disposición que obliga a los profesores de
la UBA a renunciar a su cargo al cumplir 65 años de edad.
Se priva así de una invalorable experiencia a los alumnos
de la Universidad, sin que existan justificativos sociales ni biológicos
que lo justifiquen.


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..."Pájaros
en la cabeza y volar
a donde
las ventanas siempre están abiertas,
donde el humo de tus pasos nos enseña a vivir.
...Pájaros en la cabeza y soñar,
que aún contaré relámpagos contigo,
aunque el tiempo y la arena escondan el camino hacia ti".
Pájaros en la cabeza, Ismael Serrano.
"Que no haya mas despedidas,
que no eres Ilsa Lazlo ni yo Rick Blaine,
ni yo soy tan idiota, no te dejaría ir con él.
El próximo avión que tomes conmigo lo tendrás
que hacer,
el camino de regreso yo te lo recordaré".
Amo tanto la vida. Ismael Serrano
...siempre nos quedará París...
Marcela Castillo, Buenos Aires
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El affaire Ricot:
N. de la
R.: ver el mensaje
de Alejandro Abaca en el número 29 de café
de las ciudades.
Como siempre,
el número 29 de café
de las ciudades resulta un excelente trabajo. Quisiera
saber si Carmelo Ricot es urbanista, o un escritor reflexivo, ¿quizás?,
o arrogante, egocéntrico e intelectualmente pretencioso
con su pluma... Todos podemos tener pareceres de lugares, personas,
cosas y haber leído muchísimo acerca de los mismos,
pero siempre debemos darnos un minuto para reflexionar, y pensar
que podemos estar muy equivocados. Esto es lo que me pasa con los
escritos del Señor Carmelo Ricot. Es urticante, como los
punks de los `80 (No Future!). Jamás se me ocurriría
escribir sobre Innsbruck, ni mencionar a Guillermo Tell, ni hablar
de la Guardia Suiza del Papa. Ni tratar de dar consejos acerca de
como tratar de interpretar
a los piqueteros.
Está muy bien que escriba y que nos haga reflexionar,
aun desde su rebeldía ácida de europeo de "visita"
tratando de ser porteño. Por supuesto que no estoy
de acuerdo con muchas de sus escritos. Quién leyó
a Kant o Platón sabe que no existe una sola interpretación
de los mismos. El termino boludo es tan porteño que
sino viviste aquí por dos décadas es muy difícil
tener una real interpretación del mismo. O quizás
Ricot no debería poner en su CV que es suizo, para hablar
de la boludez. Un fuerte abrazo.
Alfie Godoy,
Buenos Aires
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Querido Alejandro:
me permito, si el director de la revista me concede la oportunidad,
hacer una defensa de Carmelo Ricot y de su artículo sobre
la "preocupante
boludización de Palermo Viejo".
Este alegato se basa en el conocimiento de causa. He tenido el placer
de encontrarme con Ricot en diversas ocasiones y comentar con él
tanto los aspectos mundanos, como los esenciales del ser humano
y de sus creaciones. Por ello, creo conocerlo suficiente como para
alzarme en su defensa. No te ocultaré, Alejandro, que Ricot,
como cualquier hijo de vecino, tiene defectos. A menudo disiento
con él por su utilitarismo y por no ser del todo fiel a sus
principios. Tampoco te negaré que a veces peca, tal y como
tu lo dices, de ser algo pretencioso dado su cosmopoliteo de viajero
y de intelectualoide. Por otro lado, es difícil no pecar
de ello, cuando Ricot es un cosmopolita viajero y cultivado. Pero
eso no impide que intente hacerte comprender su sentido y sentimiento
hacía Palermo Viejo. En primer lugar, tal y como alega el
director de la revista, el hecho de que Ricot tenga un origen europeo
no debe impedirle tener una capacidad de aprehensión y ensoñación
sobre aquello que le rodea. Ello, se encuentre donde sea, y menos
aún en su querida Buenos Aires. Me consta que Ricot conoce
perfectamente Palermo Viejo, pues en él ha pasado largas
jornadas observando y empapándose de él disfrazado
de flâneur. Debes saber que a pesar de su origen él
también ha sufrido las crisis (por
no decir crisis continua) provocada por la economía internacional
(ayudada por algunos chantas) que se ha cebado con tu país.
Y esos momentos baldíos, Ricot los ha abonado y los ha cultivado,
enriqueciéndose, viendo y hablando con la gente de Palermo
Viejo. Ese
es un "Master" que muy pocos poseemos. Te aseguro que Ricot tiene
mucha más legitimidad de hablar del Palermo Viejo que tu
de definir a Berna, "que seguramente debe ser una ciudad vieja
y aburrida, llena de relojes y boludeces, donde la gente seguramente
es ordenada, puntual, trabajadora y obediente". ¿Tu argumento
significa que para hablar de algo necesitamos un mínimo de
pureza? ¿Cual? En segundo lugar, le acusas de no tener un punto
de vista "académico" de lo que pasa en el barrio. Creo que
ni lo pretende... Ricot es un romántico: tiene clara su idea
ética y estética sobre los lugares y le deprime que
los lugares no tengan ni ética ni estética. Cuando
me refiero a lugares, me refiero a las gentes que lo hacen. Por
ello, creo que Ricot tiene el derecho de denunciar cualquier atentado
contra todo aquello en lo que cree. Cada hombre y mujer es la vara
de medir
su mundo. Y en este caso, nos gusta su vara. Finalmente, te diré,
Alejandro, que sigas el ejemplo de Ricot. Que seas crítico
hasta la saciedad. No te dejes engañar por lo que ves;
mira más allá. Eso es lo que pretende explicarnos
un Ricot, que las ha visto de todos colores por todos lados. Lo
que pasa en Palermo Viejo no es único: en todas las ciudades
existen barrios que "se ponen de moda". ¿Destino ineluctable? ¿Enriquecerse
o morir? No entraré a hablar de la fatalidad del crecimiento
y del desarrollo; eso se lo dejo a Ricot, que lo hace muy bien.
Sólo así, te podrás reír de ti mismo
el día en que te veas obligado a
dejar Palermo Viejo porque no puedas pagar tu alquiler o los impuestos
sobre el patrimonio. Nullum crimen, nulla pæna sine prævia
lege.
Josep Alías, Montreal
N. de la
R.: ver la Apología
y mea culpa de Carmelo Ricot en este número de
café
de las ciudades.
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Agradecemos
los mensajes y el aliento de María Florencia y Marcelo, Rolando
Benítez, Horacio Bozzano, Alejandro Jurado, Graciela Mariani,
Carla Monteverde, Javier Pisano y a todos los suscriptos del mes
de marzo.
Con especial
agradecimiento a Julio Verne
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