Ciudades
argentinas que encuentran la fórmula para combatir la pobreza
Ventajas competitivas y polos de producción.
Por
Victoria Giarrizzo
Esta
nota fue publicada originalmente en el semanario económico
argentino El
Economista,
como parte de la nota Las regiones que más crecen en el
país, de la edición del pasado 22 de abril.

Planificar el desarrollo de una pequeña ciudad parece más
fácil que planificarlo en un gran aglomerado. Lo difícil,
claro, es concretar ese plan de crecimiento cuando los recursos
económicos son escasos o nulos. Pero en los últimos
años, en muchas localidades del interior argentino esas limitaciones
económicas fueron superadas implementando proyectos en áreas
específicas que se convirtieron en polo de atracción
para turistas o inversores.
Recorriendo la Argentina, son cada vez más los casos que
se identifican. Son llamativos porque en general eran ciudades marginales,
con altos índices de pobreza y desempleo. Ciudades pequeñísimas
que se achicaban porque sus habitantes migraban hacia otras zonas
más desarrolladas, y que ahora son elegidas para hacer
negocios o mejorar la calidad de vida.
En primer plano aparecen siempre las nuevas cunas del turismo: Calafate
(Santa Cruz), Puerto Madryn (Chubut), Villa la Angostura (Neuquén),
Iguazú (Misiones), Merlo (San Luis), o Cariló en la
Provincia de Buenos Aires. Pero allí recién comienza
este resurgimiento. Alrededor de algunos sectores económicos
vinculados a la producción de bienes, también resurgieron
pueblos. Malagueño, un pequeño pueblo cordobés,
encontró en la inauguración de un hipercomplejo automovilístico
la forma de trascender en el mundo y hoy atrae inversiones millonarias.
Alrededor del vino también se han movilizado gigantescos
desembolsos en la región de Cuyo que ahora se extienden a
la Patagonia. Otro sector que está contribuyendo a organizar
la dinámica económica regional en varias localidades,
es la olivicultura, una actividad en crecimiento en todo el país
y con mucha potencialidad dado el aumento en el consumo de aceite
de oliva en el mundo. Por el momento sólo hay cultivadas
72.000 hectáreas en Córdoba, Mendoza, Catamarca, La
Rioja y San Juan, con las cuales se obtiene el 1% de la producción
mundial. Hay más. La actividad apícola en la provincia
de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe o la frutihorticultura
en la zona del Alto Valle de Río Negro, Neuquén y
Santa Cruz. Muchos municipios tomaron las riendas en los últimos
tiempos para impulsar y gestar polos de producción aprovechando
la nueva estructura de precios relativos de la economía
nacional y las ventajas competitivas que ofrece cada región.
Un caso reciente es el desarrollo del Polo Lanero en Trelew. Reproducimos
algunas de estas experiencias.
Malagueño
(Córdoba): entre rallys, countries y cemento
Con sus escasos
6.500 habitantes, esta ciudad (ubicada entre Córdoba y Carlos
Paz) habrá recibido entre 2003 y 2005 inversiones por algo
más de $100 millones. Sólo la firma Minetti, destinará
$20 millones a sus dos plantas de cemento ubicadas allí.
Su florecimiento como localidad atractiva comenzó antes
de la devaluación. Cuando en 1999 se inauguró
el complejo Pro Racing, 400 hectáreas dedicada a la actividad
automovilística y turistas de todo el mundo comenzaron a
llegar a esa ciudad para asistir al Rally Mundial. Así, rápidamente,
el perfil minero que mantuvo por décadas se diversificó
y en cinco años Malagueño ha logrado extenderse hacia
el resto de las actividades económicas. Creció a través
de un plan de desarrollo elaborado conjuntamente entre el sector
municipal y el sector privado. Actualmente el municipio destinó
10 hectáreas para realizar un polo industrial donde ya se
anotaron unas 20 empresas de los sectores de transporte, minería,
combustibles y de estampados industriales. Desde la municipalidad
de Malagueño aseguran también que se están
desarrollando varios countries y barrios cerrados (hay dos ya operando,
que implicaron una inversión de $9 millones) y otros planeados
que conjuntamente demandarán más de $100 millones.
Así, con su escasa población, conviven en Malagueño
desde una fábrica de lanchas, hasta una empresa láctea
y diversas industrias sectoriales que poco a poco van arribando.

Trelew (Chubut): el centro lanero del país
Trelew podría
ser una ciudad turística y nada más. Sus atractivos
son muchos y su posición geográfica no puede ser mejor.
Sin embargo, el crecimiento industrial de Trelew en los últimos
años ha sido llamativo y con la devaluación se reimpulsó
buena parte de su producción industrial. Con 88.307 habitantes,
logró consolidar su industria textil, convirtiéndose
en el polo lanero textil de la Argentina. También conviven
en esta ciudad actividades metalúrgica, de la construcción
y química, casi todas concentradas en el Parque Industrial
de la ciudad. A diferencia de muchos de los parques industriales
creados en la Argentina, el de Trelew funciona y es uno de los más
grandes. Se encuentra a 5 kilómetros del centro de la ciudad,
y hay instaladas 62 empresas que emplean 2.188 personas. El sector
textil sintético genera 1.012 puestos de trabajo directos
y el sector textil lanero genera otros 631. En Trelew se industrializa
y comercializa el 95% de la producción lanera del país.
La diferencia con el resto de las ciudades chubutenses, es justamente
el proceso de industrialización que tiene la lana y el desarrollo
logrado en otras áreas fabriles. Desde la devaluación,
la competitividad de la industria textil repuntó y se han
anunciado diversas inversiones en esa zona. Incluso el municipio
se encarga de promocionar a la ciudad como atractivo para inversores.

Malargüe
(Mendoza): buscando sales
Curiosamente,
los 25.000 habitantes de esta localidad la definen como una mezcla
entre ‘lo rústico y lo rural’. Pero las dimensiones económicas
de este departamento se fueron incrementando en los últimos
dos años. Ahora está envuelta en un proyecto que ha
trascendido las fronteras: la explotación de sales de potasio,
una actividad que será realizada por una empresa líder
en el mundo en la localización, extracción y tratamiento
de los recursos minerales de la tierra y que involucra una inversión,
que sólo en la etapa inicial rondará los U$S 5,7 millones
(aunque se estima que en los 25 años que dure el proyecto
se invertirán 350 millones de dólares). Las sales
de potasio se utilizan fundamentalmente como fertilizante y son
exportables a países como Estados Unidos o Brasil, por eso
la ciudad se está movilizando a raíz de esos desembarcos
millonarios. Por ejemplo, se están planificando infraestructura
para hospedar a unas 8.000 personas (entre empleados y familiares)
que trabajarán allí.

El Chañar (Neuquén): el turno de los vinos sureños
Desde hace cuatro
años este pueblo frutihortícola (ubicado a 55 kilómetros
de la capital provincial), comenzó a ser elegido para la
producción vitivinícola, una actividad hasta entonces
inexplotada en esa provincia. El emprendimiento más grande
fue iniciado a mediado de 2001 por el grupo inmobiliario ‘La Inversora’,
que desarrolló el proyecto denominado El Chañar etapa
III, una colonización agrícola privada de 3.200 hectáreas
con tecnología de última generación. Fueron
invertidos unos U$S 60 millones. Varios emprendimientos más
se fueron sucediendo desde entonces. Recientemente se inauguró
la Bodega del Añelo, perteneciente a la firma Cofruva, que
realizó una inversión de U$S 3 millones, una cifra
importantísima para una ciudad que no llega a los 4.000 habitantes.
Ahora el municipio de El Chañar formó una agencia
de desarrollo donde participan entidades públicas y privadas
y están impulsando no solo la industria vitivinícola
sino que se está creando un polo de desarrollo también
de frutas secas.

Rafaela (Santa Fe): la riqueza de tener industria
Es una de las
ciudades más ricas del país. Forma parte del núcleo
productivo de la provincia y se desarrolla allí un crecimiento
importante de la producción de maquinaria agrícola.
Es uno de los municipios que más cantidad de empresas de
ese tipo concentran. Lo mismo sucede en localidades como Las Parejas,
Las Rosas y Amstrong que constituyen el denominado triángulo
productivo de maquinaria agrícola y que contiene casi
200 empresas del sector. El nivel de vida en Rafaela supera a la
media nacional y en los últimos dos años se incrementó
la tasa de natalidad empresarial. Rafaela se convirtió en
la tercera ciudad más importante de la provincia y cuenta
con un alto nivel de actividad como centro de una extensa región
agrícola ganadera y como sede de una intensa actividad industrial,
principalmente agroindustrial y metalmecánica. Rafaela concentra
unas 30 empresas autopartistas, que están operando a plena
capacidad, entre las que de destacan los fabricantes de válvulas,
Basso y Edival. Se estima que ya hay en Rafaela más de 500
industrias que emplean 15.000 personas en forma directa, frente
a una población de 80.000 habitantes. También el sector
lácteo tiene una presencia importante y recientemente la
firma canadiense Saputo anunció que piensa construir instalaciones
en su fábrica de lácteos de Rafaela por unos U$S 5
millones.
VG
La
autora es economista y periodista.
El
semanario económico argentino El
Economista
suele publicar excelente información sobre aspectos territoriales
de la economía. En la nota Las regiones que más
crecen en el país, de la edición del pasado 22
de abril (de la cual se extrajo esta nota de café
de las ciudades) pueden leerse, por ejemplo, estas precisiones
sobre desarrollo regional en la Argentina:
"La
devaluación de la moneda, el proceso de sustitución
de importaciones, el boom turístico y el repunte del agro
dinamizaron algunas regiones del interior del país y otras
consolidaron el protagonismo que hace varios años venían
teniendo. Es el caso de la región patagónica que hoy
aprovecha su geografía como atractivo turístico y
volvió a resurgir como rincón industrial; o de la
Región Centro favorecida por el auge del agro, sobre todo
la soja y un movimiento industrial que hacía años
no se veía. Se suman la Región Cuyo que ha diversificado
ampliamente sus actividades productivas y hoy capta inversiones
para todo tipo de proyectos, desde alimentarios, hasta textiles,
metalúrgicos y mineros. Pero a pesar de la reaparición
de algunos sectores puntuales y del florecimiento regional, las
disparidades entre las grandes zonas económicas de la Argentina
siguen siendo altamente notorias y preocupantes. Los habitantes
del norte del país (NOA) y (NE) ganan la mitad de lo que
reciben quienes viven en la Capital Federal o en la región
Patagónica. La pobreza también presenta disparidades
significativas: mientras la región patagónica mantiene
las tasas más bajas (24,7%), en el noreste argentino todavía
el 59,5% de su población vive por debajo de la línea
de pobreza".
"Las
exportaciones provinciales siguen concentradas en tres provincias:
Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba que juntas explican el 67.2%
de los envíos que se hicieron durante 2004 al mundo. Sin
embargo, mirando los grandes números, la devaluación
trajo algunas leves modificaciones en la participación provincial
en el comercio exterior. Por ejemplo, si se compara con lo que sucedía
en 1998, desde entonces Buenos Aires perdió 6,5 puntos de
participación en el total exportado (en ese año explicaba
el 40% de las ventas externas). ¿Quién ganó posiciones?
Uno de los avances más notables fue el de Santa Fe que sumó
4 puntos porcentuales de participación (o 5 si se compara
contra 2001) y ya explica el 22% de las exportaciones totales".
"A
la hora de invertir, las grande inversiones siguen llegando a los
grandes centros, aunque las ciudades más chicas fueron ganando
algo de protagonismo. De acuerdo con los datos del Centro de Estudios
para la Producción, durante el año pasado el 35,4%
de las inversiones se dirigieron hacia Buenos Aires (U$S 2.261 millones).
Pero la sorpresa fue la Patagonia que captó el 31% de los
proyectos: U$S 2005 millones. Sólo Chubut recibió
casi 800 millones de dólares siendo la segunda jurisdicción
donde más desembolsos se registraron, en tanto otros U$S
660 millones se destinaron a Neuquen. Santa Fe fue la cuarta provincia
más atractiva para las inversiones ( recibió U$S 578
millones ) seguida por San Juan con U$S 572 millones. ¿Las más
olvidadas? Chaco, Formosa y Entre Ríos, entre las tres a
penas sumaron US$ 31 millones".
"Las empresas de la confecciones, que antes se concentraban
principalmente en Capital Federal y provincia de Buenos Aires, hoy
están presentes en todos los centros urbanos del país.
En Córdoba, la aparición de marcas locales fue un
boom y en esa provincia existen hoy más de 20 nuevas empresas,
con sus ventas creciendo entre 15% y 25% anual. Además son
numerosas las firmas que planean expandir sus negocios hacia el
Noroeste y Cuyo. Rosario también mostró un gran dinamismo
en cuanto a moda. La ciudad fue desde los ‘80 un importante polo
textil, contando con numerosos lavaderos de jeans y empresas de
indumentaria. Algunas empresas están exportando a países
limítrofes, como Chile, y hay pequeños diseñadores
llevando sus modelos a Europa".
Sobre
Rafaela, ver la nota La
prosperidad de Rafaela
en el
café
corto del número 10 de café
de las ciudades.
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