Por
Josep Alías y Marcelo Corti
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Tras
las sucesivas remodelaciones para convertir las localidades
de pie en localidades de asiento, tal y como estipula la ley,
la capacidad del Estadio es de 87.000 espectadores todos ellos
sentados. El terreno de juego mide 106 x 70 metros. Merece la
pena comparar esta foto con la anterior de 1947 para ver el
gigantesco cambio que ha sufrido Madrid. El Estadio de Chamartín,
que se construyó en las afueras de la ciudad, en un descampado,
ocupa hoy el corazón del centro financiero de Madrid.
La calle de la derecha es Concha Espina y frente a la puerta
cero se encuentran los aparcamientos VIP, la zona de alta seguridad
utilizada por la policía en días de partido y
las zonas destinadas a los equipos móviles de las televisiones,
servicios médicos, etc. La arboleda que se ve en la esquina
inferior derecha pertenece a uno de los bulevares del Paseo
de La Castellana. Justo enfrente, tras cruzar La Castellana,
se alza el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid y la
zona de Azca que corona la calle Orense. El centro financiero
de Madrid donde se alzan las sedes de los principales bancos
españoles y la famosa Torre Picasso. |
Zidane y Ronaldo,
goleadores de las últimas dos finales de la Copa del Mundo.
Roberto Carlos, un lateral izquierdo que abre surcos en su camino
al área contraria y shotea con la fuerza y la precisión
de un misil. Figo, el veloz y exquisito transfuga portugués.
Beckham,... esteee..., ¡ah, si!, casado con una Spice Girl. Y la
solidez de Iker Casillas en el arco, y la nobleza de Raúl,
el ángel de Madrid, y la categoría de Cambiasso y
Solari, y la seguridad de una defensa de Hierro (bueno, nadie es
perfecto, ¿no?). Por ahora, el equipo "galáctico" del Real
Madrid es más un suceso del marketing que del fútbol,
a juzgar por su decepcionante eliminación en Champion's League,
a manos de la terrestre Juventus.
Pero el afán
de contratar a cuanta superestrella anda por los estadios del mundo,
ha llevado al Madrí a la consideración mundial,
incluyendo la aparición en la primera plana del New York
Times (tan poco afecto al soccer) con el fichaje de David
Beckham. Si el club más famoso del mundo siempre se caracterizó
por sus contrataciones millonarias y por fichar superestrellas,
la etapa iniciada por el presidente Florentino Pérez (dicho
sea de paso, accionista mayoritario de la principal empresa constructora
española, ACS, que tras la próxima fusión
con DRAGADOS se convertirá en la cuarta constructora
de Europa) parece un salto cualitativo sobre todo lo conocido. De
algún modo, podría asemejarse a la transformación
de la NBA en la liga de las estrellas, allá por los '80 de
la mano de Nike y Michael Jordan.
Pero es interesante,
desde el estudio de los fenómenos urbanos, ligar la "movida
madrileña" con otra escalada galáctica española:
los precios de las propiedades en la famosa burbuja inmobiliaria
( ver número
1 y número
2
de café
de las ciudades). Es que el superequipo del Real Madrid
está siendo armado con parte de los 480 millones de euros
que le reportó a la institución la venta de la Ciudad
Deportiva. La explotación de esos terrenos en plena Castellana,
compartida con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, permitió
sanear las cuentas de la institución y construir una nueva
ciudad deportiva junto a la autopista M-40.
Y otros clubes
de España han desarrollado o planean comenzar operaciones
similares. Según el cronista Luis Alemany, del diario El
Mundo, es el estallido de otra burbuja, la propia de
las sociedades anónimas deportivas (S.A.D.), la que obligó
a estas a buscar soluciones en el ámbito de los bienes inmobiliarios:
"la necesidad de los clubes de fútbol de sanear sus cuentas,
y el deseo de muchos ayuntamientos de optimizar el uso de grandes
solares en los centros urbanos, han propiciado la sustitución
de los estadios en muchas ciudades". Alemany atribuye el origen
de estas operaciones a la combinación de magníficos
patrimonios inmobiliarios y cuentas bancarias en rojo. "De
hecho - sostiene - el Real Madrid no es el primer club en
irrumpir en el mercado inmobiliario. Antes de que la ley del deporte
de 1992 previera la figura de las S.A.D., varios estadios ya cambiaron
de propietario. Fue entonces cuando el Hércules de Alicante
y el Sporting de Gijón vendieron sus canchas a sus ayuntamientos
en operaciones que tenían más de subvención
pública que de negocio".
Pero la primera
incursión de un club de fútbol en el mercado inmobiliario
moderno fue la que en 1997 llevó al Real Club Deportivo Espanyol
de Barcelona a trasladarse desde la Carretera de Sarriá hasta
el Estadio Olímpico Montjuïc. Otros clubes tienen planes
similares. En Bilbao, el Athletic va a cerrar su estadio San Mamés,
en pleno ensanche y a pocas cuadras del Guggenheim, para construir
un nuevo estadio en los terrenos del antiguo Recinto de Muestras,
muy cerca de "La Catedral". Según Alemany, el éxito
del proyecto depende de la disposición del propietario de
los terrenos, el Ayuntamiento de Bilbao, a venderlos por debajo
del precio de mercado "porque, de lo contrario, la operación
sería inviable. El club ya ha empezado a ejercer presión
con la contratación del arquitecto Norman Foster para una
obra con encargo pero sin solar".
El Valencia
sufrió una muy fuerte oposición para sus planes de
dejar su estadio en el centro de la ciudad (una de las más
dinámicas de España). Y en Palma de Mallorca, los
integrantes de la sociedad propietaria del estadio Lluis Sitjar
no acuerdan la manera de rentabilizar "un recinto infrautilizado
desde hace dos años". Alemany sostiene que "las
presiones políticas son mayores cuando los estadios son de
propiedad pública. San Sebastián, por ejemplo,
tardó siete años en encontrar un uso para el estadio
de Atocha, abandonado en 1993. Sólo este otoño se
entregarán las llaves de las viviendas de protección
oficial. Otras ciudades han buscado nuevas soluciones: Oviedo construirá
un palacio de congresos en el solar del antiguo Carlos Tartiere;
Jaén y Las Palmas de Gran Canaria pretenden instalar equipamientos
deportivos, zonas verdes y espacios comerciales; Huelva ha integrado
el terreno del antiguo Colombino en el plan urbanístico de
Isla Chica, recurrido por los vecinos ante la justicia; Zaragoza
y Logroño, por último, pretenden dedicar los solares
de los viejos estadios a la promoción de viviendas libres".
Pero los tres
casos más ilustrativos son seguramente los del Español
(ya realizado), el Real Madrid (que se está realizando) y
el Barcelona, que aun es un proyecto. Recordemos que en España
la Ley del Deporte del 1990 hace posible la conversión de
los clubes de futbol en S.A.D. Los únicos clubes de primera
que no se han "privatizado" son el Barça
y el Real Madrid.
En 1997 el RCD
Espanyol de Barcelona vendió el histórico estadio
de Sarriá a un grupo de promotoras inmobiliarias, tras obtener
la recalificación urbanística de los terrenos. Con
ello, el club periquito ingresó alrededor de 56 millones
de euros. Según la nota de El Mundo, si hubieran podido esperar
hasta hoy para realizar la operación, "sus beneficios
habrían alcanzado los 97 millones de euros, según
el aumento de los precios (72%) en el distrito de Sarriá-Sant
Gervasi", el más caro de la ciudad. Cabe recordar
que el accionista principal del Espanyol es José Manuel Lara,
(dicho sea de paso, propietario del primer holding editorial de
Hispanoamérica: Planeta).
Tras sanear
parte de la deuda histórica del club, el Espanyol se fue
de alquiler, como un hijo de vecino más, al estadio olímpico
de Montjuic, gestionado por la empresa municipal Barcelona
Promocions, que se encarga de la gestión y promoción
de las instalaciones deportivas públicas de la ciudad (en
su mayor parte, provenientes de la época olímpica).
En la actualidad
el RCD Espanyol, con una situación económica saneada
(pero en cambio con una situación deportiva mediocre), ha
iniciado la promoción de su nuevo estadio, que le costará
alrededor de 50 millones de euros. Esta nueva sede se localizará
en el edge city de la Barcelona metropolitana, en Cornellá
de Llobregat, allí donde las últimas promociones del
boom inmobiliario de Barcelona dan paso a los huertos del Baix Llobregat.
La localización no es baladí, sino que se encuentra
muy cercana a los nudos de acceso por carretera a Barcelona y en
una zona de población joven (los que se han hipotecado a
35 años, para poder cumplir su sueño de ser propietarios
de un piso de 80 metros con zona comunitaria en el extraradio).
Dos elementos que ayudarán a generar una zona comercial
y de ocio con la que asegurar la viabilidad económica del
recinto
deportivo.
En el caso del
Real Madrid, el ex presidente Ramón Mendoza dejó a
Florentino Pérez una herencia caracterizada por la chulería
castiza y un déficit de cerca de 240 millones de euros, pero
también importantes activos. El nuevo presidente aplicó
en seguida una gestión económica excelente, a la que
sumó su relación con el poder que gobierna la ciudad
y el gobierno regional (ambos en manos del Partido Popular) y una
estrategia deportivo-publicitaria simple y eficaz: el superfichaje
de una megaestrella cada año.
A pesar de la
gestión económica, el lastre que suponía el
déficit impedía el proyecto de Pérez. El Madrid
necesitaba ayuda, pero la ley del deporte establecía claramente
la imposibilidad de que los gobiernos subvencionaran los clubes.
La solución encontrada fue la de recalificar los terrenos
de la Ciudad Deportiva del club, que con el impresionante crecimiento
de la ciudad en los últimos 30 años, se encontraba
en pleno centro (¡y en el Paseo de la Castellana!). Está
previsto que cuando se urbanicen los cerca de 150 mil metros cuadrados
de la Ciudad Deportiva, el club haya ingresado cerca de 600 millones
de euros. Esta operación se conoce como "el pelotazo".
A pesar de las
cantidades astronómicas que este le reportará, algunos
expertos creen que, al actual ritmo de gastos del club, con 6 jugadores
que cobran por encima de los 12 millones brutos de euros, y con
semejantes fichajes, la sostenibilidad económica del club
es una utopía. Estas mismas personas vaticinan un nuevo "pelotazo"
de los merengues para el 2012. Madrid es candidata para acoger
las olimpiadas de ese año, y hasta ahora se la sitúa
entre las ciudades favoritas. Si finalmente Madrid fuera elegida,
no sería extraño que se construyera un nuevo estadio
olímpico que permitiera jubilar el Santiago Bernabeu, poniendo
sus terrenos en el mercado. No en vano don Florentino Pérez
es un empresario conocedor de los mercados urbanos (uno de sus negocios
más recientes es la asociación con JC Decaux para
la explotación del mobiliario urbano de Barcelona).
El ex presidente
durante 22 años del FC Barcelona, José Luis Nuñez
(dicho sea de paso propietario de la constructora y promotora inmobiliaria
Nuñez y Navarro, NyN), tuvo un sueño. Diseñó
el proyecto Barcelona 2000, que preveía convertir los terrenos
adyacentes al Camp Nou en un "shopping center". Nuñez,
un hombre "hecho a sí mismo", gracias a su vinculación
matrimonial con la burguesía catalana, dejaba una economía
saneada y una Copa de Europa. El proyecto Barcelona 2000 tenía
que asegurar el futuro económico del club. Cuando Nuñez
se vio obligado a dimitir tras los fracasos deportivos cosechados
por su protegido Van Gaal, asumió la presidencia Joan "Boig
Noi" Gaspart (dicho sea de paso, presidente del consorcio "Barcelona
Turisme" y vicepresidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona).
Solo tardó dos años en dejar el Barça en
números rojos. Si bien Nuñez no pudo llevar adelante
su plan, debido en gran parte a sus malas relaciones con los gobiernos
municipal y autonómico, la llegada de Gaspart trajo nuevos
proyectos para "can" Barça que no se alejaban
mucho del sueño de N y N.
El proyecto
Barça 2000 preveía la recalificación de alrededor
de 20 hectáreas de las zonas anexas al estadio, al miniestadio
y la zona de "La Masía", y en las que se construirían
cerca de 100.000 metros cuadrados destinados al ocio, oficinas y
comercio. Tras las persistentes protestas del movimiento vecinal,
arquitectos, urbanistas y personalidades agrupadas en una plataforma
ciudadana en contra del proyecto, el Ayuntamiento rehusó
aprobar ese proyecto. En contraprestación, y ya con el club
en poder de Gaspart, el Ayuntamiento se comprometió a liderar
el Plan Director del Portal del Conocimiento (haciendo referencia
a las dos universidades de la zona) que afecta el barrio de Les
Corts y la zona universitaria, coordinado con los municipios de
L’Hospitalet de Llobregat y Esplugues de Llobregat, adyacentes a
Barcelona, y sobre los cuales se extienden las instalaciones del
club azulgrana.
Dicho Plan Director
afecta una zona de 240 hectáreas. La plataforma opositora
volvió a la carga al considerar que consolidaba el proyecto
Barcelona 2000, añadiéndole un reparto de nuevas edificabilidades,
y que solo incorporaba nuevas zonas verdes y un plan de ordenación
del tráfico. Actualmente, el plan se encuentra paralizado,
mientras la situación económica del club está
en "terapia intensiva" (según la calificó Gaspart
antes de su renuncia) y se ha elegido a una nueva junta, liderada
por el "joven pero sobradamente preparado" Joan Laporta.
De momento, el club ya está terminando la nueva Ciudad Deportiva
Joan Gamper en terrenos del municipio de Sant Joan Despí,
en una operación similar a la que va a realizar el Espanyol.
Y la nueva junta ha rescatado un estudio de rediseño del
miniestadio (campo de las secciones filiales), también elaborado
por Norman Foster, que van a intentar aplicar.
Comprender estos
procesos económicos y urbanísticos es fácil,
si nos situamos del lado de los clubs. La recalificación
de los terrenos aporta capital liquido y la posibilidad de construir
mejores y más modernas instalaciones. Pero más interesante
es situarse en el lado de la administración local. ¿Porqué
interesa a un ayuntamiento o municipalidad seguir el juego de un
club de fútbol (sobretodo si consideramos que estamos hablando
de una entidad privada) y recalificar los terrenos? Se nos ocurren
diversos motivos, dejando de lado explicaciones que incluyan eventuales
casos de corrupción:
- Las arcas
municipales españolas se nutren en un 90% del cobro del
Impuesto sobre los Bienes Inmuebles (IBI), de los permisos de
construcción, y de las plusvalías que genera la
compra-venta de bienes inmuebles. En ese sentido, el estadio de
Sarriá, la ciudad deportiva del Real Madrid, y los terrenos
adyacentes al Camp Nou, son equivalentes a las propiedades de
la iglesia española en el siglo XIX, que originaron el
proceso
de desamortización de Mendizabal . Estos terrenos,
al no tener precio de mercado, no tributan IBI y no se pueden
vender, por lo que no generan plusvalías y nadie va a pedir
licencias de obras para construir en ellos. Y en adición,
se encuentran en las zonas más densas y con el precio
más elevado de ambas ciudades (el precio medio del
suelo de Barcelona se situó durante el primer trimestre
del 2003 en 2.845 euros/m2; los precios de Sarriá se situan
cerca de los 4.000 euros/m2 y los de Les Corts, en alrededor de
3.500 euros/m2). Son verdaderos descampados urbanos ineficientes
e infrautilizados que no generan riqueza para la ciudad. A través
de la recalificación de terrenos, el Ayuntamiento recupera
una zona que entra a la dinámica de la economía
del suelo, a la vez que permite crear zonas urbanas. Convirtiendo
estos terrenos en oficinas y pisos, la administración local
se asegura esta dinámica. Además, no olvidemos que
los estadios normalmente son zonas oscuras de la ciudad (los alrededores
del Camp Nou son la principal zona de prostitución de calle
de Barcelona).
- A las administraciones
locales les interesa colaborar e ir "de bracito" con los clubes.
En los casos del Barça y del Real Madrid estamos hablando
de dos de los 5 clubes más grandes del mundo. La publicidad
que ofrecen a las ciudades es impagable y representa una de
sus mejores estrategias de marketing urbano: un club en la
elite hace brillar más a una ciudad en la constelación
de ciudades (ver articulo de Mariona Tomàs en el número
6 de café
de las ciudades). En este sentido, la colaboración
entre administración local y club es una relación
simbiótica que beneficia a ambos. Y la recalificación
de los terrenos es un claro ejemplo.
Promotores y
políticos enfrentan las polémicas alegando la necesidad
de mejorar las áreas céntricas de las ciudades y potenciar
las actuales ubicaciones de los estadios. El concejal de Urbanismo
de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, sostiene
en tal sentido que "no es normal que un solar de 20.000 metros
cuadrados en el centro de la ciudad sólo se use 20 tardes
al año". Sin embargo, todos estos movimientos tienen
el mismo trasfondo: recalificar los terrenos, previamente destinados
a equipamientos públicos (estadios deportivos), para poderlos
ingresar al mercado inmobiliario.
De esta manera,
las SAD llevan ventaja sobre otras empresas que, no solo no tienen
localizaciones tan privilegiadas como las de la mayoría de
los estadios españoles, sino que no tienen tanta facilidad
para disponer así de sus activos inmobiliarios (sea por la
complejidad y costosa amortización de sus procesos productivos,
como por la dificultad de acceder a relaciones tan especiales con
la autoridad local). Los clubes se encuentran entonces entre los
beneficiarios de la burbuja inmobiliaria, a diferencia de
otros sectores: en especial, los residentes de las grandes ciudades.
Estos, si son propietarios y habitan su bien, no tienen ventaja
especial que sacar de la burbuja, salvo que puedan trasladarse sin
inconvenientes a nuevas ubicaciones más periféricas
y menos costosas. Y si son inquilinos o están pagando hipotecas,
deben afrontar un porcentaje cada vez mayor de sus ingresos para
pagar los costos de habitar.
Desde el punto
de vista estrictamente deportivo, la posibilidad de regular el mercado
de fichajes y pases de los grandes jugadores, ensancha aun más
la brecha con los clubes de América del Sur, reducidos a
proveedores de cracks a edades cada vez más tempranas.
A diferencia de sus pares españoles, los clubes del sur no
obtendrían de la venta de sus patrimonios mucho más
que lo que cuesta un jugador de mediana cotización.
JA
y MC
En
los próximos números de café
de las ciudades, más notas sobre el fútbol
y las ciudades: como opera la valorización inmobiliaria en
otros contextos (Italia, Argentina); el club como factor de identidad
urbana y barrial; ultras, barras bravas y tribus urbanas; la impronta
territorial del fútbol en Buenos Aires; ocaso y resurgimiento
del Gasómetro; sociología de la fiesta urbana, etc.,
etc. Una aclaración final: sin que esta afirmación
contradiga el rigor técnico de la nota, sus autores creen
firmemente en la absoluta e inevitable superioridad de los clubes
de color azulgrana sobre los que visten de blanco.
Sobre
la venta de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, denuncias y pormenores
en la página de la
Asociación de vecinos de las colonias de Valdemarín,
Monreal y Pardo de Aravaca.
Sobre
la postulación de Madrid para las olimpíadas del 2012,
ver la página
oficial.
Una
nota jocosa y malintencionada sobre el "pelotazo del Barça",
en el sitio Antibarcelona,
a cargo de unos fascinerosos madrileños.
Una
visión más vecinal, por las
asociaciones
de oposición al proyecto.
presentación
comienzo de la nota
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