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Año 13 / Número
138-139
/ Abril-Mayo 2014 /
ISSN 2346-9080 >
REVISTA
DIGITAL |
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> SUMARIO |
Urbanidad
contemporánea |
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Sobre
ciudad, urbanismo y futuro
I
Por
Marcelo Corti |

Falansterio
de Fourier
A diferencia de otras disciplinas, la planificación
urbana está ligada estructural y conceptualmente al
futuro. Por un lado, por el hecho obvio de que toda
planificación es una planificación a futuro. Pero especialmente
porque la ciudad, objeto de las operaciones de planificación,
es una organización del territorio sujeta a cambios
permanentes y por lo tanto requiere y motiva reflexiones
sobre su futuro, no solamente en las disciplinas que
la estudian y que intentan programar esos cambios en
un determinado sentido, sino en otros campos de pensamiento
y acción, especialmente el arte y la cultura.
Cualquier forma de
desarrollo urbano (la fundación, la expansión, la densificación,
la renovación) requiere la
previsión de etapas, la asignación de usos y dominios
del suelo, la programación de acciones de diverso tipo
que se desarrollan en el tiempo.
A esta determinación
lógica se agrega además otra particularidad, en este
caso producto de la conformación histórica de la disciplina.
Si bien ha habido ciudades desde el comienzo de la historia
humana (que podría definirse tanto por el surgimiento
de la escritura, como habitualmente se hace, como por
la creación contemporánea de las ciudades como forma
evolucionada de asentamiento, hace ya unos 6.000 o 7.000
años), el urbanismo y la planificación urbana son disciplinas
mucho más recientes. Podemos situar su nacimiento y
consolidación en el periodo de expansión de la Revolución
Industrial, aproximadamente a mitad del siglo XIX, cuando
la creciente inmigración del campo a las ciudades y
los conflictos ambientales asociados a la industria
ponen en crisis a las ciudades, tanto en su aspecto
físico como en el orden social que las sustenta. Frente
a los horrores (el hacinamiento, la miseria, los contrastes
inhumanos, las crisis sanitarias) se producen dos
tipos particularizados de respuesta. Por un lado, la
utopía, como prefiguración de un futuro contrapuesto/opuesto
a un presente insoportable: el falansterio de Fourier,
las comunidades “armónicas” de Owen y Saint Simon, los
ensayos territoriales anarquistas. Por
otro lado, las diferentes respuestas que, a partir de
las ciudades realmente existentes y de los aportes de
distintas disciplinas (sanitarias, ingenieriles, sociales,
etc.) procuraron un mejoramiento posible de las condiciones
de vida y la consideración de las nuevas realidades
técnicas y sociales en distinto tipo de proyectos: de
ensanche (con un particular mérito del proyectado por
Idelfonso Cerdà para Barcelona), de renovación interior
(siendo en este caso el realizado por Haussmann en Paris
el caso paradigmático), de incorporación de nuevos programas,
de medidas higienistas, etc.
Estas dos vertientes
reproducen, de alguna manera, la discusión entre las
corrientes utópicas y científicas del socialismo. Friedrich
Engels corta de raíz esta discusión cuando,
al comentar el problema de la vivienda obrera en Inglaterra,
sostiene la inutilidad de realizar una prefiguración
de las respuestas que tendrán en el futuro problemas
que serán afectados por el mismo devenir de los hechos
y que, por lo tanto, serán completamente distintos cuando
cambien las condiciones del presente.
Estas dos actitudes
ante el futuro son recurrentes en muchas actividades
humanas y particularmente en el urbanismo y la planificación
urbana. En un caso, se entiende que el futuro esta "escrito", determinado,
y se procura su anticipación para adecuar las conductas
a ese destino (o para calmar la ansiedad del sujeto
que imagina ese futuro...). En otro, se considera que la acción humana
introduce la transformación de los escenarios y las
tendencias y por lo tanto posibilita incidir en alguna
medida sobre la efectiva realización del futuro
y sobre sus consecuencias.
Así
como la utopía suele rondar en las visiones de matriz
socialista sobre el futuro, las posturas afines al mercado
suelen exacerbar el componente de innovación,
que entendido como imperativo (la innovación permanente,
contrapunto de la “revolución permanente”) puede obviar
el sentido de la transformación. En el extremo, aparece
la noción de lo
disruptivo, una innovación que genera
la desaparición de productos o servicios que,
hasta entonces, eran utilizados por la sociedad. Aquí,
la referencia más clara es la del economista austriaco
Joseph Schumpeter, quien en sus investigaciones sobre
el rol del empresario capitalista y los ciclos económicos
destacó el concepto de destrucción
creativa como forma de describir el proceso
de transformación que acompaña a las innovaciones (“el
vendaval perenne de la destrucción creativa”).
El
futuro según Mattias
Adolfsson
La noción de futuro aparece en muchas instancias de
la práctica urbanística y de la planificación. Por ejemplo,
en lo que parece ser uno de los aspectos claves de cualquier
plan u operación urbana, como es el medio ambiente. Por un lado, fenómenos como el cambio climático, la
elevación del nivel de las aguas y las catástrofes "naturales"
asociadas a ellos, requieren la consideración de informes
y reportes científicos (muchas veces contradictorios
entre sí, muchas veces basados en evidencias que quedan
fuera de la capacidad de análisis de las disciplinas
en que abreva el urbanismo y que, por lo tanto, obligan
a actos de "fe" por parte del planificador).
Por otro lado, el uso de recursos energéticos, alimentarios,
sanitarios, etc., sobre cuya capacidad de reproducción
se tienen dudas y que por lo tanto deben considerarse
escasos. La propia definición de Desarrollo
sustentable, tal como la postula el Informe
Brundtland (“Nuestro Futuro Común”, Comisión Mundial
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, 1987)
está referida
directamente al futuro: se trata del desarrollo
que satisface las necesidades de las generaciones presentes
sin comprometer las posibilidades de las del futuro
para atender sus propias necesidades.
Una de las primeras
decisiones que toma el planificador es el horizonte de futuro para el que propone su plan. En ese sentido,
un horizonte demasiado corto sería poco adecuado para
la determinación de medidas efectivas, mientras que
un horizonte demasiado alejado en el tiempo sería muy
vulnerable a la aparición de novedades (tecnológicas,
sociales, políticas, ambientales, cultural, etc.) no
previstas en el plan. Pero a la vez es necesario considerar
datos objetivos, como los tiempos de amortización de grandes infraestructuras, la persistencia
en el tiempo de los trazados catastrales, los tiempos
de renovación de la edilicia corriente (el Plan
de 1959-62, por ejemplo, estimaba en 70 años el plazo
para la renovación completa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -CABA). La Ley
30 de la CABA estipula la actualización del
Plan
Urbano Ambiental de la Ciudad cada
cinco años; considerando su aprobación en 2008, ya se
debería estar trabajando en esa actualización. Pero
en cambio, el Modelo
Territorial que la administración de la Ciudad
propone está pensado para 2060; no está claro si la
inclusión de unas islas hoy inexistentes frente a la
costa sobre el Río de la Plata anticipan el fenómeno
natural de la acrecencia aluvional del Delta, o si en
cambio es una propuesta de realización artificial.
El Plan
Estratégico Territorial (PET) Argentina del
Bicentenario propone un modesto escenario a 2016, y
postula un modelo territorial “deseado” frente al modelo
efectivamente existente. En este caso, la identificación de ese modelo deseado permite
formular las acciones necesarias para llegar a ese objetivo.
El PET remite, a tal efecto, a una cartera de proyectos
consensuados entre la jurisdicción nacional y las administraciones
provinciales (respondiendo de esta manera a la lógica
federal que se postula en su concepción). En otro contexto,
los Lineamientos
Estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos
Aires recurren, para anticipar e influir sobre el
futuro, a la estrategia de determinar
escenarios posibles con el objeto de identificar acciones
que favorezcan la concreción de escenarios deseados
y reduzcan la de los escenarios no deseados. Considerando
la complejidad y diversidad de los componentes que estructuran
el territorio (ambientales, productivos, sociales, etc.)
los Lineamientos generan matrices que permiten imaginar
distintos cruces de escenarios posibles para cada componente.
La
ciudad futura de Motopia. 1959, Inglaterra, Sir Geoffrey
Jellicoe
Los recursos teóricos, instrumentos y herramientas que
utilizan el urbanismo y la planificación urbana deben
considerar y responder a este componente de futuro y
predicción. Para algunos temas (ampliación de la mancha
urbana, aspectos demográficos, cobertura de redes, tránsito,
condiciones ambientales, etc.) es posible basarse
en registros históricos que señalen una tendencia, cotejar
la probabilidad de que esta se mantenga o modifique
y realizar previsiones en ese sentido. Contar con
información sobre tendencias y evolución en otras ciudades
similares ayuda a predecir con alguna confiabilidad
lo que puede ocurrir en el área urbana sobre la cual
trabaja el equipo de planificación.
En otros casos, la
evolución es demasiado compleja e implica demasiados
factores, no solamente numéricos, y obligan a analizarla
con otros instrumentos. El llamado planeamiento estratégico
ha introducido una herramienta relativamente simple
y de gran utilidad, el
diagrama FODA, que identifica fortalezas, debilidades,
oportunidades y amenazas.
En este diagrama, las oportunidades y amenazas
son fortalezas y debilidades a futuro. El objetivo de la planificación sería en ese
caso identificarlas y luego prever medidas concretas
para conjurar las amenazas y concretar las oportunidades,
además por supuesto de mantener y acrecentar las fortalezas
y mitigar o corregir las debilidades.
Para verificar el cumplimiento
de las propuestas del plan, es necesario establecer indicadores, que pueden ser directamente cuantitativos
(p. ej., porcentaje de hogares con cobertura de red
cloacal, o número de empresas de un determinado sector
de producción que se instalan en un distrito) o cuali-cuantitativos
(p. ej., la presencia de aves como indicador de saneamiento
ambiental o la extensión del horario de uso de los espacios
públicos como indicador de la mejora en la seguridad
ciudadana). Es triste pero necesario señalar que tanto
los objetivos como los indicadores pueden tener componentes
de ambigüedad y hasta de manipulación. Por ejemplo,
cuando la ONU planteó en 1990 los Objetivos del Milenio,
se propuso la reducción a la mitad de la pobreza extrema
en el mundo para el año 2015; otra forma de expresar
ese objetivo es que se buscaba mantener a centenares
de millones de personas en la pobreza durante más de
25 años (objetivo que por cierto se ha logrado). El
indicador utilizado no ayuda a tranquilizarnos: se considera
pobreza extrema a vivir con menos de 1,25 dólares por
día. Por lo tanto, alguien que “mejore” su ingreso a
1,26 dólares por día ha salido de la pobreza extrema
y cuenta como un logro de los Objetivos del Milenio…
La
Walking City en New York, 1964, Ron Herron. Archigram,
el último futuro optimista
Tanto en las visiones utopistas como en las progresivas,
la visión del futuro viene acompañada de una
reflexión y una toma de postura respecto al pasado.
En lo urbano, estas posiciones van desde la tabula rasa sobre la ciudad tradicional
que proponía el movimiento moderno (ver por ejemplo
la propuesta de Le Corbusier para el “enclave insalubre”
de París) hasta la reivindicación del patrimonio histórico
construido que arranca en el último tercio del siglo
XX. Esta valorización de la ciudad existente no solo
pone en crisis operaciones tan cuestionables como la
demolición de tejidos urbanos para la construcción de
autopistas (caso de la Autopista 25 de Mayo en Buenos
Aires). Hoy resultaría políticamente imposible (“incorrecta”)
la realización de operaciones como la Avenida de Mayo,
la 9 de Julio o las Diagonales de Buenos Aires; de hecho,
resulta muy difícil completar las dos manzanas que faltan
de la Diagonal Sur. Aun cuando T. S. Eliot no estuviera
pensando en términos urbanos al escribir sus Cuatro
cuartetos, estos versos resultan aplicables a esa relación
entre pasado y futuro en las ciudades:
“Tiempo presente y tiempo pasado
se
hallan quizá presentes en el tiempo futuro
y
el tiempo futuro dentro del tiempo pasado.
Si
todo tiempo es eternamente presente
todo
tiempo es irredimible”.

Terminator
2, persecución en las canalizaciones de Los Angeles.
El futuro como amenaza
La presencia del pasado en las ciudades es también uno
de los motivos por los cuales no es posible prescindir
de ellas…
En una ciudad relativamente joven como Buenos Aires,
el trazado fundacional de Juan de Garay es un vínculo
histórico que trasciende más de cuatro siglos y supera
incluso la huella de acontecimientos más recientes.
Quizás este devenir histórico del pasado y de las ideas
del futuro en nuestro presente sea la esencia de nuestras
preocupaciones sobre lo temporal en la ciudad. Esta
incertidumbre y la angustia que puede producir explican
muchos de los
recurrentes intentos
de abolir ese transcurrir del tiempo. Alguien
tan lúcido como Hegel pasa de explicar las leyes del
devenir histórico en su Fenomenología del espíritu a
proponer el “fin de la historia” en su Filosofía del
Derecho, asociando ese fin a la constitución del estado
prusiano a principios del siglo XIX. Casi dos siglos
más tarde, Francis Fukuyama encuentra en la caída del
Muro de Berlín y en la difusión del Consenso de Washington
otro fin de la historia tan fallido y provisorio como
el hegeliano…
La tarea del urbanismo
y la planificación urbana se hallarían, entonces, condicionada a la vez por la persistencia
del pasado y por el rol de la utopía (a la que no podemos
renunciar, hijos e hijas como somos de la modernidad).
La ciudad y el rock tienen dos respuestas alternativas
a esta condición temporal: la desencantada comprobación
de que “el
futuro llegó hace rato” y es “todo un palo”,
la persistencia en creer que “mañana
es mejor”.
MC
Friedrich
Engels corta de raíz esta discusión:
concretamente, en el razonamiento de Engels, “la forma en que una revolución social resolvería esta cuestión no depende
sólo de las circunstancias de tiempo y lugar, sino que,
además, se relaciona con cuestiones de mucho mayor alcance…
Como nosotros no nos dedicamos a construir ningún sistema
utópico para la organización de la sociedad del futuro,
sería más que ocioso detenerse en esto. Lo cierto, sin
embargo, es que ya hoy existen en las grandes ciudades
edificios suficientes, si se les diese un empleo racional,
para remediar en seguida toda verdadera «penuria de
la vivienda»… Toda revolución social deberá comenzar
tomando las cosas tal como son y tratando de remediar
los males más destacados con los medios existentes.
… Nunca se me ha ocurrido querer resolver lo que llamamos
la cuestión de la vivienda, como no se me ocurre tampoco
ocuparme de los detalles de la solución del problema
de la comida, aún más importante. Me doy por satisfecho
si puedo demostrar que la producción de nuestra sociedad
moderna es suficiente para dar de comer a todos sus
miembros y que hay casas bastantes para ofrecer a las
masas obreras habitación sana y espaciosa. ¿Cómo regulará
la sociedad futura el reparto de la alimentación y las
viviendas? El especular sobre este tema conduce directamente
a la utopía. Podemos, todo lo más, partiendo del estudio
de las condiciones fundamentales de los modos de producción
hasta ahora conocidos, establecer que con el hundimiento
de la producción capitalista, se harán imposibles ciertas
formas de apropiación de la vieja sociedad. Las propias
medidas de transición habrán de adaptarse en todas partes
a las relaciones existentes en tal momento. Serán esencialmente
diferentes en los países de pequeña propiedad y en los
de gran propiedad territorial, etc.”. Lenin, por
su parte diría años más tarde “Hay
que soñar. Pero a condición de creer firmemente en nuestros
sueños. De cotejar permanentemente la realidad con nuestras
imaginaciones. De realizar meticulosamente nuestra fantasía”.
Sobre
los temas abordados en esta nota, ver también en café
de las ciudades:
Número
15 | Política
"Tendencia
no es destino" | Ciudadanía
global e innovación en La Ciudad Conquistada, de Jordi
Borja. | Marcelo Corti
Número
51 | Ambiente y Economía de las ciudades
Sobre
el origen el uso y el contenido del término sostenible | Demandas
de operatividad sobre un concepto ambiguo | José
Manuel Naredo
Número
60 | Planes de las ciudades (II)
Lineamientos
Estratégicos para la Región Metropolitana de Buenos
Aires | Escenarios
alternativos, políticas urbanas, instrumentos de gestión;
entrevista a Alfredo Garay | Marcelo Corti
Número
66 | Planes y Política de las Ciudades (II)
El
Plan Estratégico Territorial y la construcción de la
Argentina deseada | La
búsqueda de consensos para el despliegue territorial
de la inversión pública | Marcelo Corti
Número
66 | Planes y Política de las Ciudades (I)
Aprobar
y mejorar el PUA | Presentación
en la Audiencia Pública del Plan Urbano Ambiental de
Buenos Aires | Marcelo Corti |
Número
74 | Terquedades
Una
mirada arrabalera a Buenos Aires | Terquedad
del Plan Urbano Ambiental | Mario
L. Tercco |
Número
84 | Planes de las ciudades (I)
El
Plan Urbano Ambiental de Buenos Aires | Un
análisis crítico de la legislación argentina (III) | Marcelo
Corti |
Número
84 | Planes de las Ciudades (II)
La
ley protege la inequidad en la Ciudad | Sobre
el Plan Urbano Ambiental de Buenos Aires | Martín
Hourest
Número
118 | Planes de las ciudades
Apuntes
para una crítica al Modelo Territorial de Buenos Aires | Lo
que plantea y lo que excluye | Guillermo Jajamovich
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Planes
y Política de las ciudades (I) |
“Los
gobernantes deben sostener el conflicto que significa
transformar la realidad” |
Entrevista
a Fredy Garay I
Por
Marcelo Corti y Demian Rotbart |
Hay
un contexto de incertidumbre respecto de cuál es el
modelo de desarrollo adecuado para una ciudad. Las características
del desarrollo industrial sustitutivo de importaciones,
que caracterizó las décadas de los ’50 a los ’70, los
proyectos de modernidad latinoamericanos, hoy en día
parecerían estar muy cuestionados conceptualmente. En
general el discurso sobre la ciudad es el del crecimiento
de los servicios, con una especie de abandono resignado
a que la industria se va a producir en los países asiáticos.
Con lo cual aparece implícita una cierta voluntad de
abandonar el desarrollo tecnológico y productivo en
otros ámbitos, para tener una especie de ciudades parásitas
y administrativas. En ese sentido, la presencia de los
gobiernos locales ha tomado un protagonismo novedoso
respecto de lo que era la historia de nuestros países.
En Argentina, en la década del ’70, la figura predominante
eran los dirigentes sindicales y los intendentes eran
figuras políticas de segundo o tercer nivel.
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Cultura
de las ciudades |
El
fin de Macondo
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Algunas
hipótesis controversiales sobre Cien años de soledad I
Por
Luis
Elio Caporossi |
En
contraste, en el final de Cien años…García Márquez convierte
y amplifica el fin de una estirpe familiar en una apocalíptica
catástrofe ambiental, destructora simultánea de personajes
y de su propio soporte territorial, Macondo, en un perfecto
final cerrado. Este final clausura a futuro “segundas
oportunidades”, ya sea literarias o con la historia,
ya que en esta, si bien todo cambia y se transforma
en continuidad como en la lengua y las ciudades, al
mismo tiempo y misteriosamente todo de algún modo permanece.
Un pequeño y puntual aviso de desajuste es iluminado
en la novela por el incidental y forzado cruce del mundo
de Macondo con el de Rayuela, de una Colombia rural con el Paris de los sesenta. Veamos.
La evidente maestría narrativa de García Márquez parte
de una auto-confesada matriz conformada por los relatos
orales de su abuela, por la lectura temprana de las
Mil y una Noches y por su “querido maestro William Faulkner”,
componentes a los que yo, a mi propio riesgo, agrego
el guionista Cesare Zavattini.
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Política de las ciudades |
Principios
rectores sobre la seguridad de la tenencia para los
pobres de las zonas urbanas
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Parte
integrante del derecho a una vivienda adecuada I
Por
Raquel Rolnik |
Por
seguridad de la tenencia se entiende un conjunto de
relaciones con respecto a la vivienda y a la tierra,
establecido en el derecho codificado o consuetudinario,
o mediante acuerdos no oficiales o híbridos, que permite
vivir en el propio hogar en condiciones de seguridad,
paz y dignidad. La seguridad de la tenencia es parte
integrante del derecho a una vivienda adecuada y un
componente necesario para el ejercicio de muchos otros
derechos civiles, culturales, económicos, políticos
y sociales. Todas las personas deberían gozar de un
grado de seguridad de la tenencia que garantice una
protección jurídica contra el desalojo forzoso, el hostigamiento
y otras amenazas. La difícil situación de los pobres
de las zonas urbanas representa uno de los problemas
más acuciantes de la seguridad de la tenencia, especialmente
en un mundo cada vez más urbanizado. La finalidad de
estos principios es proporcionar orientación a los Estados
y a otros actores para resolver este problema a fin
de garantizar una vivienda adecuada a los pobres y a
las personas vulnerables.
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Planes
y Política de las ciudades
(II) |
Reclamamos
el derecho a revertir las dinámicas urbanas
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Informe
sobre el 7º Foro Urbano Mundial (FUM 7), Medellín (5 al 11 de abril de 2014)
I
Por Gustavo
Riofrío |
La
obligatoriedad del cumplimiento de las conclusiones
siempre es un asunto delicado en las naciones. La primera
Conferencia de las Naciones Unidas por el Hábitat (Vancouver,
1976) sirvió para poner en la agenda mundial el tema
del hábitat y la realidad de los barrios populares,
asunto más complejo que el de la vivienda o la ciudad
a secas. Los foros paralelos y no oficiales tuvieron
una gran importancia. Fue allí donde las barriadas de
Lima y Arequipa sirvieron de ejemplo al mundo entero
de la importancia de las iniciativas populares en urbanizar
y la potencia de las familias al edificar sus viviendas
paso a paso. El inglés John Turner (“Libertad para Construir”)
fue uno de los gurúes que allí sentó cátedra con ese
ejemplo. Hábitat II en Estambul significó un retroceso
para ONU-Hábitat. Si bien se avanzó en dejar de hablar
solamente de la vivienda y abarcar a las ciudades, la
batalla de la sociedad civil y de varios países consistió
en que se adopte claramente el derecho a la vivienda
en la declaración final de la asamblea. Ello no se logró
por la férrea oposición de varios países. Triunfó el
Banco Mundial con la receta de de Soto.
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Ambiente
y Paisaje de las ciudades
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Ciudades
sin árboles
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La
calle como espacio de diseño
I
Por
Jorge
Vahedzian |
En
ese contexto de ejecución de grandes obras como excluyente
manifestación real de país desarrollado, los urbanistas
calificaban el tejido utilizando la estructura circulatoria
en todas sus escalas: el pasaje, la calle, el bulevar,
la avenida, la ruta. Esa variedad de tejidos estructuraba
las ciudades con la premisa funcional básica de "conectar".
Sin embargo, consideraban su calidad arquitectónica
y espacial entendiendo la “calle” como espacio de diseño.
Entendían también su complementaria finalidad social
y cultural, de espacio compartido para las actividades
comunitarias, de lugar de juego y de encuentro en la
vereda de todos los frentistas, de espacio cívico e
institucional. En esas calles y avenidas aparecía, infalible,
el árbol de la vereda, el que proporcionaba el reparo
de su sombra y la magnificencia de su escala urbana
por tamaño, por repetición, por forma, por su aporte
a la continuidad y a la homogeneidad de los recorridos,
por el impacto imprevisto y sorpresivo de sus variados
perfumes y colores: lilas, amarillos, celestes, rosas
y fucsias formaban parte de la estética de las calles.
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Planes
y política de las ciudades (III) |
¿Puede
Buenos Aires “crecer de golpe”?
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Mirada
metropolitana de la demografía de la ciudad central
I
Por
Artemio
Pedro Abba |
Correspondería
dar vuelta la proposición y plantear la mejora de la
oferta urbana de la ciudad, de modo de propiciar la
captación de una porción modesta de los alrededor de
1,3 millones de personas con que crece la Región Metropolitana
de Buenos Aires cada década, mediante un proceso de
densificación selectiva (tal como lo propone el Consejo
de Planeamiento Estratégico - COPE). Con este objetivo,
la ciudad debe recuperar la urbanidad escamoteada por
el modelo de torres country+shopping, patrón adoptado
con el vano intento de competir con la periferia con
sus mismas armas, internalizando la sociabilidad de
la vida colectiva. Para recuperar ese segmento poblacional,
Buenos Aires debe ofertar su tradicional estructura
de espacios públicos y trama de vía pública confiable
rodeada de actividades comerciales y de servicios sobre
la calle, que constituían un ámbito universal y practicable
hoy debilitado. Esto va en línea con propuestas que
incluyen al urbanismo como importante componente en
las políticas de seguridad.
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Ambiente
y política de las ciudades |
Inundación
y complejidad en La Plata
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La
lluvia no asesinó a nadie, la ciudad sí
I
Por
Olaf
Jovanovich |
Lluvia.
Mucha agua. La ciudad se inunda. Una persona muere,
otra persona muere, muchos mueren. La Ciudad y su complejidad
que se devora a sí misma. Pasó poco más de un año. La
Ciudad es un sistema complejo. Se define por la relación
que se construye entre sus elementos, entre sus partes,
partes que a su vez se (inter)definen entre sí. La relación
que hay entre el soporte físico y las infraestructuras,
entre éstas y los fenómenos económicos, entre las instituciones
y los fenómenos sociales, y así…. Éstas son las relaciones
que conforman y estructuran al Sistema Ciudad como tal,
que construyen la ciudad como la conocemos.
2
de abril de 2013; llovió, y mucho, las infraestructuras
no alcanzaron. ¿Alcanzan? ¿Para cuánto tienen que alcanzar?
¿Qué tienen que cubrir? ¿Es un problema cuantitativo?
¿Existen infraestructuras que “alcancen” para los que
viven en el borde inundable de los arroyos?¿Son las
infraestructuras las que tienen que alcanzar, o se deben
modificar las relaciones que construyen un tipo de urbanidad
determinado, o la necesidad de infraestructura es siempre
absoluta e indiscriminada, se necesitan siempre, todas,
y punto?
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POSICiones
cordobesas |
El
espacio urbano de la adolescencia
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“Una
forma de adueñarnos del espacio”
I
Por Juana Garabano |
Las
y los adolescentes nos relacionamos con la ciudad de
diferentes formas. Individualmente, cada uno tiene particularidades
con respecto a este tema, ya que nuestra personalidad
se refleja en la forma de conectarnos con el espacio
en que vivimos. Uno puede encontrarse solo en la ciudad,
sea por el simple placer de pasear sin rumbo, abierto
a las impresiones que salen al paso, o porque el espacio
público sirve de conexión o "pasaje” entre dos
actividades prefijadas, haciendo un descanso (o todo
lo contrario...) dentro de un horario concreto. Pero
cuando estamos en grupo, las similitudes entre adolescentes
hacen que tengamos características particulares cuando
nos encontramos con lo urbano. Tenemos una forma de
adueñarnos del espacio que hace que cada rincón, cordón,
vereda (siempre que estés en buena compañía) sea el
lugar perfecto para conversar, escuchar música o estudiar.
Nos adaptamos al lugar o, en algunos casos, hacemos
que el lugar se adapte a nosotros. Los mejores lugares
para reunirse son las plazas, ya que no cuesta plata,
estás rodeado de verde, son muy dinámicas y cuentan
con una diversidad muy amplia.
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Terquedades |
Terquedad
de los muros
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Una
mirada arrabalera a Buenos Aires
I
Columna
a cargo de Mario L. Tercco |
Un
video muy corto de Lucrecia Martel, La ciudad que huye,
es casi el mejor argumento que conozco contra los barrios
cerrados y las privatopías en general. Con el simple
recurso de unos travelings que recorren la frontalidad
de unos muros divisorios desde la calle, Martel presenta
un mundo banal y siniestro a la vez. Las imágenes resultan
elocuentes, no "a pesar" del silencio en que
se muestran, sino porque en sí mismas son el silencio.
Los "barrios" (que, como el narrador borgeano
de Funes el memorioso, no tienen derecho a llamarse
así) quedan evidenciados en la esencia de su barbarie.
Calles sin fachada, ni ciudad ni suburbio ni campo,
ni siquiera "no lugares"; en todo caso, antilugares.
Hace unos días tuve que visitar un sitio en la periferia
metropolitana de Buenos Aires. Las fotos improvisadas
que ilustran esta nota muestran (con menos eficacia
que el video de Martel) algo de lo que se percibe al
recorrer esas anticalles... Muros coronados de alambres
que se anuncian como electrificados (¿importa si realmente
lo están?), cámaras enjauladas, veredas inexistentes,
refugios fantasmales para esperar un colectivo surrealista.
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Inundación
y mala praxis, revistas científicas, plan correntino,
autopista ribereña y comentarios sobre notas.
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Encuentros,
Jornadas, Seminarios, Congresos: After Ivens, en Valparaíso - Visita
técnica a Freiburg
- 51° Congreso
Mundial de la IFLA, en Buenos Aires - UPE11- Conducir
las transformaciones urbanas, en La Plata - XVI Congreso
Iberoamericano de Urbanismo, en Cintra - Congreso Latinoamericano
de Transporte Público y Urbano, en Rosario Convocatorias
y Concursos:
Medianeras,
construir sobre construido. Concurso del CPAU - Beca
Presidente Néstor Kirchner
(PNK) 2014-2015 - Cuadernos de Vivienda y Urbanismo
- Critical Housing Analysis - Concurso
Buenas Prácticas Dubai - riURB, nuevo número
y seminario - Quid 16
Cursos
y programas académicos:
Master
en Gestión de la Ciudad - Primeras Jornadas de Arquitectura
y Construcción con Tierra, en La Rioja - Sistemas de
Información Geográfica, en Tucumán - Seminarios de Doctorado
en Tilcara Exposiciones
y muestras: Con
o Sin Techo, exposición itinerante - Yucún, Habitar
el Desierto en el MARQ - Retrospectiva de Yoko Ono en
el Guggenheim Bilbao - Joseph Beuys, en PROA
Noticias y publicaciones: La Planificación General Urbana
y su desarrollo. El caso Corrientes - Pequeñas Ciudades
- Estado, Território & Sociedade - Mapas Sociales
Urbanos - EURE 120 - Agenda de Desarrollo Estratégico
para Villa La Angostura - Gestionar el diseño - Publicaciones
de la Red Mujer y Hábitat - Espacio público, urbanismo
y movilidad, 4 conferencias en la Web de FIU - Transbordering
Latin Americas. Liminal Places, Cultures, and Powers
(T)Here - Armar la Ciudad - Zona Urbana, ciudad en formato
de radio - Cuaderno Urbano 14 - ARQA Comunidad
- Política de suelos (I), ANSES compra lotes - Política
de suelos (II), shale gas y especulación inmobiliaria
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ACERCA DE CAFÉ DE LAS CIUDADES
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café de las ciudades
es un lugar en la red para
el encuentro de conocimientos, reflexiones y miradas sobre
la ciudad. No es propiedad de ningún grupo, disciplina
o profesión: cualquiera que tenga algo que decir
puede sentarse a sus mesas, y hablar con los parroquianos.
Amor por la ciudad (la propia, alguna en particular, o todas,
según el gusto de cada uno), y tolerancia con las
opiniones ajenas, son la única condición para
entrar. Hay quien desconfía de las charlas de café:
trataremos de demostrarle su error. Nuestro café
está en cualquier lugar donde alguien lo quiera disfrutar,
pero algunos datos ayudarán a encontrarlo. Estamos
en una esquina, porque nos gustan los encuentros, y porque
desde allí se mira mejor en todas las direcciones.
Tenemos ventanas muy amplias para ver la vida en las calles,
y no nos asustan sus conflictos. Es fácil llegar
caminando a nuestro café, y por eso viene gente del
centro y de todos los barrios (sí alguien prefiere
un ambiente exclusivo, que se busque otro lugar). No faltaran
datos sobre cafés amigos, porque nos gusta andar
de bar en bar: ¿cómo pedirle a los parroquianos que
se queden toda la noche en el nuestro? Esa es la única
cadena a la que pertenece el café
de las ciudades: la
de todos los cafés únicos e irrepetibles,
en cualquier esquina de cualquier ciudad.
*Marca en trámite
*Las notas firmadas no expresan
necesariamente la opinión del editor.
STAFF
Editorial Café
de las ciudades
ISSN 2346-9080
Director: Marcelo Corti
Diseño: Laura
I. Corti
Corresponsal
en Córdoba: Carola Inés Posic
Corresponsal
en Buenos Aires: Mario L. Tercco > 
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